Buenas! Ya estamos de nuevo aquí
Seguimos con otro capitulo, un capitulo más intenso en lo que se refiere a la relacion de James y Sirius, crees que reaccionaran?
(Nota de Adri: Joder Peke, mira que se te dan mal estas cosas ¡Nunca se adelantan cosas de los capítulos! xDDDD)
(Nota de Peke: Se ha de picar a los lectores Adri es que no lo sabes? ¬¬ Pues ahora sigues tu...)
En fin, que aquí está este segundo capítulo que es también fruto de nuestras noches de locura vía messenger... Si queréis contactar con nosotras echad un vistazo a los perfiles de Adriana Umbraslev y Pekenyita, y no al de Pathos et Ethos porque no nos conectamos a esa dirección Bueno, esperamos que disfrutéis con el cap y nos dejéis más reviews que en el primero ¡Que os tenemos vigilaos! (Nota de Peke: Adri, no lo flipes ¬¬) (Nota de Adri: Difícil lo veo)
Capitulo 2: One step closer
Un tenue rayo de luz penetraba a través de las cortinas de la habitación, dos cuerpos descansaban en la cama, uno junto al otro, abrazados... El joven de cabellos castaños abrió los ojos lentamente y observó a su compañero que dormía plácidamente. Sonrió débilmente y se desperezó con cuidado de no despertarle, lo que más necesitaba en ese momento era descansar. Se levantó de la cama e intentó cerrar un poco más las cortinas para que la luz que poco a poco iba invadiendo la habitación no perturbara el sueño del moreno.
James se acercó a la ventana y empezó a cerrar la persiana lo más lentamente y silenciosamente que podía...ya estaba apunto de bajarla del todo cuando la voz adormilada de sirius le sobresaltó ocasionando que dejara la cuerda y la persiana cayera haciendo un ruido sordo.
-Bravo Prongs - dijo Sirius con una sonrisa. James se frotó la nuca avergonzado con cara de inocente
-Ah, esto... Lo siento Sirius... Yo no pretendía hacer ruido... - se excusó James revolviendo con vergüenza su cabello.
- ¿Desde cuando me pides perdón hermano? - dijo riendo al ver a su amigo en aquella actitud.
- Vaya, me alegro mucho de que hoy te encuentres mejor, ya te ensañas conmigo - dijo esbozando una sonrisa.
- Eh... Sí, ya estoy mejor - afirmó un poco más serio.
James se maldijo interiormente, Sirius había ensombrecido la mirada y había puesto sus ojos en la foto de enfrente de la cama. Incómodo y sin saber que decirle, volvió a centrar su atención en la persiana, para esta vez abrirla completamente. El sol brillaba esplendoroso, no había ni una sola nube en el cielo, los pajarillos volaban ocasionando un ruidoso espectáculo.
-Creo que hoy podremos ir a dar una vuelta - dijo girándose y mirando a Sirius.
-Bueno, si quieres... - contestó ausentemente.
-venga Padfoot, no me gusta verte así, vayamos a desayunar y luego.. - James se acercó a la cama y se sentó en el borde. Sirius estaba jugueteando con su pelo - no se, podemos dar una vuelta con Silver e ir....yo que se!
-Tranquilo James... Creo que tan sólo será hasta que lo asimile del todo y me acostumbre... - dijo con una sonrisa forzosa para tranquilizar a su amigo.
- Está bien, entonces ¡vamos a desayunar! Ya puedo oler los croissants recientes desde aquí - dijo James haciendo un gracioso gesto con la nariz olfateando el aire.
- Vamos pues Prongs, no se vayan a enfriar - dijo el moreno al notar rugir sus tripas - Es más, creo que estas no se lo permitirán - y señaló hacia su estómago.
Se vistieron rápidamente y bajaron al comedor. Como bien había dicho James una gran fuente llena de croissants presidían la mesa. Mucha más repostería, café, leche, mermeladas de todos tipos estaban por toda la mesa. Laurence y Agatha ya estaba allí, los dos hablando tranquilamente con sendas tazas de café en la mano.
-Buenos días mamá, papá, -saludó James dando un beso de buenos días a sus padres y luego sentándose junto a Sirius en el centro.
-Buenos días hijos, ¿como habéis dormido?
Sirius no pudo evitar sorprenderse ante las palabras de Agatha y un leve rubor cubrió sus mejillas. James le miró fijamente, aún le tenía preocupado, y esto no pasó desapercibido para sus padres.
-¿Sirius? ¿Qué tal te encuentras hoy? - preguntó Laurence al chico mirándole a los ojos.
-Ah yo ya me encuentro mejor - esbozó otra de sus forzadas sonrisas intentando resultar convincente, pero tanto James como sus padres sabían que esa sonrisa no era verdadera.
- Sirius, no tienes por qué intentarnos convencer... Sabemos que es duro, tienes que adaptarte, pero tranquilo, ya tendrás tiempo y además ya os queda menos para volver a Hogwarts - le dijo Ágatha con su siempre conciliadora y cálida sonrisa para confortarlo.
-Gracias - susurró Sirius bajando la mirada avergonzado y tocado emocionalmente. Eso era la imagen de una familia, no lo que el tenia. Lo máximo que le decían a él cuando bajaba a desayunar era que se colocara bien la camisa...
Todavía con el tono rojo en las mejillas se sentó al lado de James que mirándolo seriamente le puso un par de croissants calientes en el plato, una buena taza de café y montoncillos de las mermeladas que más le gustaban a su hermano.
-Venga, quiero que te lo comas todo - dijo seriamente y después de darle un beso empezó a servirse el mismo
Sirius no pudo hacer otra cosa más que obedecer a su hermano, y de esta manera pasaron un tranquilo desayuno charlando como una familia más hasta que Laurence y Ágata tuvieron que ir al Ministerio.
A Sirius le costó toda una semana a encontrarse relativamente bien y que su autentico carácter aflorara. Los padres de James se habían volcado en hacerle sentir cómodo, tranquilo, que se encontrara a gusto. Remus y Peter, también le habían mandado cartas de apoyo en cuanto se enteraron. Pero el que sin duda más apoyo le habría brindado había sido James. Había hecho cualquier cosa para que no decayera... cuando lo notaba sumido en sus pensamientos se inventaba cualquier cosa para distraerlo, cuando por las noches lo veía que no podía dormir, se metía en su cama como había hecho la primera noche y se pasaban horas charlando hasta que caía dormido...
James sin duda era su gran apoyo, era su hermano, le quería mucho... Incluso más de lo que pudiera imaginar, y todo eso que estaba haciendo por él jamás podría devolvérselo... Esos últimos días su vida giraba en torno a todo lo que hacía con James, cada vez estaban más unidos
Siempre había querido muchísimo a James, de hecho había sido su primer amigo y eso siempre lo recordaría, había sido el primero en darle un abrazo sincero, en demostrarle que se preocupaba por el, James era su Hermano, su camarada, su confidente....Siempre se había mostrado afecto, mucho más de lo que dos chicos solían mostrarse. Nunca habían mostrado vergüenza en demostrar cariño y lo hacían libremente y de forma natural pero... durante esa semana que llevaba allí, la cosa había cambiado.
La verdad es que no sabía explicar qué era lo que le ocurría, pero cada vez que notaba la presencia de James sentía algo raro que no podía identificar, aquello era algo que jamás había notado.
Era una sensación que le decía que no deshiciera el abrazo o que prolongara el contacto, pero cuando esos pensamientos cruzaban su revuelta cabeza se ponía nervioso y se soltaba de James por miedo a que el notara algo extraño
Qué demonios era aquello? ¿Por qué se sentía así? James era su amigo de toda la vida... Esa sensación no hacía más que jugarle malas pasadas mientras estaba con James, se sentía violento cuando le abrazaba o le invitaba a recostarse sobre él, algo en él se aceleraba con la proximidad de su cuerpo
Pero no intentaba pensar en eso y actuaba como siempre. Pero fue un par de semanas antes de marcharse a Hogwarts cuando su mente le jugó una mala pasada
Sirius se encontraba en la parte trasera del jardín de los Potter, era de noche y el estaba mirando la estrellas, triste. De repente un ruido detrás suyo le hizo voltear y se encontró con los ojos de su mejor amigo
- Hey Sirius ¿dónde estabas? Llevo toda la tarde buscándote para hablar un rato - dijo James abrazándole por la espalda sorprendido al muchacho.
- Esto... Necesitaba estar sólo James... - dijo sintiéndose algo violento.
- Sabes que no me gusta que estés sólo - le dijo el moreno haciendo que el chico se volteara para mirarle a los ojos.
-James, yo... - pero el de ojos grises no pudo continuar con la frase ya que sintió como James se aproximaba rozando suavemente sus labios
Sirius se incorporó de golpe, sentándose en la cama, mientras respiraba entrecortadamente. Su corazón iba demasiado rápido y no podía sacarse de su mente la ultima imagen que tenia, sus labios rozando a los de James.
-Hey Sirius, estas bien? preguntó James que se había despertado al sentir como Sirius a su lado se movía repentinamente.
Sirius al oír ese "hey Sirius" que también lo había vivido en el sueño se estremeció
- ¿Qué te pasa? - preguntó James algo asustando temiendo que su amigo hubiera vuelto a tener pesadillas como en los primeros días.
- Na... Nada James - dijo levantándose de la cama y dirigiéndose hacia el baño para escabullirse de más preguntas por parte de su amigo
Pero eso no tranquilizó para nada a James que temiéndose lo peor se levantó y se dirigió al baño.
-¿Que ha pasado? ¿Que has soñado?
- ¡Que no es nada James! - le espetó el muchacho reclinado sobre el lavabo.
- Permíteme que siga dudando de ti Sir - dijo James aferrándose por la espalda a su amigo - Quiero que me lo cuentes todo...
Sirius miró hacia el espejo que tenía ante sí observando de esa manera su rostro algo sudoroso y a su amigo sobre él mirándole fijamente esperando alguna reacción
Esa imagen le recordó inevitablemente al sueño. Si ya había estado confuso eso había sido la gota que hizo colmar el vaso.
Un poco rudamente se deshizo del abrazo de James y tras decirle un:
-Nada un sueño sin importancia - salió nuevamente hacia la habitación volviendo a dejar a James solo y preocupado
- Sir... Si no me dices nada... Yo... Yo no puedo ayudarte - susurró para sí mismo James dolido con la actitud de Sirius, especialmente con la manera en la que se libró del abrazo.
James entró en la habitación justo a tiempo de ver a Sirius terminar de vestirse y salir del cuarto para perderse de la vista del de ojos marrones escaleras abajo
Cuando el moreno se perdió de su vista James se sentó en la cama donde minutos antes había estado durmiendo tranquilamente. Se pasó la mano por el pelo despeinándolo aun mas.
No entendía nada, no entendía que le pasaba a Sirius...y no entendía que le pasaba a él. No sabia que era ese deseo de protección hacia Sirius ni esa manía que había cogido de dormir en su cama, con la simple excusa de tranquilizarlo.
Le gustaba sentir el cuerpo del chico junto al suyo en la cama, notar su respiración acompasada contra su pecho y las suaves caricias que le proporcionaba sin querer con su pelo al moverse mientras dormía. El que Sirius se hubiera trasladado a su casa lo había descolocado un poco, pero no podía sentirse a disgusto con eso, cada vez le gustaba más estar a su lado en todo momento y eso le estaba haciendo dudar...
Le había dolido el desprecio de hacia unos segundos, no quería molestarlo, simplemente hacerle saber que el estaba allí para lo que quisiera, como un simple amigo, como los hermanos que eran.
Y se lo pensaba demostrar. Tomando una decisión tomo los primeros pantalones que encontró una camiseta y bajo velozmente por las escaleras.
Fue directamente al jardín, un lugar al que Sirius le encantaba, con la esperanza de que estuviera allí.
Tras unos segundos buscándole entre los árboles le encontró recostado sobre el tronco de un gran roble con los ojos cerrados dejando que el aire jugueteara con su pelo
- Sirius ¿puedo hablar contigo? - preguntó James interrumpiendo los segundos de meditación del moreno.
- James vete - le dijo sin moverse un ápice de su sitio.
- Quiero que me cuentes por qué te has puesto así - dijo acercándose más a él
- ¡Déjame en paz! - le espetó con un grito sorprendiendo bastante a James.
-¡Sirius me tienes hasta las narices! ¡¿Sabes una cosa?! ¡Aunque creas que no hay gente a la que le importas! ¡No estás solo! ¡A mí me importas imbécil! - le gritó furioso por aquella contestación, estaba ya harto de aquellas situaciones y descargó su frustración en forma de puñetazo contra el grueso tronco del roble
Un tenso silencio se hizo entre los dos, mientras que ambos miraban el puño de James.
Ninguno de los dos sabía reaccionar.
-James...
-¿Qué? ¿Qué coño te pasa?
-Estoy confuso, ¡vale! No quiero hablar, necesito aclararme y....estar contigo no me ayuda mucho
-¿Qué quieres decir? - preguntó un poco más calmado, pero sin entender nada
- James, es muy difícil de explicar... - dijo apartando su vista de él
- Tendré paciencia... - dijo James poniéndose a la altura de éste
- Por favor, no... No te acerques... - dijo intentando evitarle nuevamente.
-¿Por qué? - dijo el castaño tomando con su mano el rostro de Sirius para mirarle a los ojos sintiendo su nerviosismo y temor
-Tengo miedo - admitió ladeando la cara en un intento de evitar el contacto
-¿De mi? - insistió James acompañando el gesto de su amigo
-Por favor James, no me hagas esto
-Dime que has soñado para ponerte así - dijo firmemente obligándolo a mirarlo a los ojos
-Esto - dijo de forma escueta Sirius antes de unir brevemente sus labios con los de James y levantarse más tarde para salir corriendo
Sin perder un solo segundo James echó a correr tras Sirius tan rápido como pudo. Después de atravesar nuevamente todo el jardín Sirius entró de nuevo en la casa subiendo corriendo las escaleras hacia el cuarto seguido de James, que prácticamente le pisaba los talones. Sirius entró en la habitación e intentó cerrar la puerta, pero James la alcanzó a tiempo y con un empujón logró entrar haciendo caer al suelo al moreno
- ¿Por qué huyes? - preguntó James mirándole
- James yo... - intentó explicarse mientras se incorporaba con velocidad
- ¿Fue eso lo que soñaste de verdad? - le preguntó una vez estuvo frente a él y le retuvo sujetándole las muñecas.
- .... - Sirius no podía articular palabra, tan sólo era capaz de mirarlo.
- Me alegro de que lo hicieras - James esbozó una leve sonrisa y acarició con sus labios los de Sirius mientras le abrazaba.