CAPITULO 3

- ¡Estel, No!, ¿Que has hecho?-, ¡no, por favor, en nombre de Elbereth, no dejes que sea verdad ¡-

Legolas miraba con una mirada de horror a su amigo y hermano de tantos años, amigo de penurias, amigo de armas, amigo de andanzas, -amigo-.

La sombra parecía alargarse, hacerse mas densa y pesada, mas agobiante.

-¿Que ocurre elfo??- pregunto Gimli que no entendia para nada la situación, sacando de sus pensamientos a Legolas.
-¿Aragorn, estas bien?- pregunto el enano, acercándose a Aragorn- ¿estas herido muchacho?-

-¡No!- Gimli, no te acerques, ¡no es Estel!-

-¿Que dices elfo loco?, ¿Que no es Aragorn?-

-Soy Aragorn, hijo de Arathorn- respondió la oscura figura, con una voz ronca y seca,- Señor y Soberano de la Tierra Media, Heredero de Isildur- y me deben obediencia.

Todo paso muy rápido, aun para Legolas. Aragorn poniéndose el "anillo" en el dedo, una oscura sombra que todo lo abarco, el sonido de asombro de Gimli al ver lo que pasaba, grupos Uruk Hai rodeándolos, la risa no natural de Aragorn al ver la cara de asombro del elfo y el enano, su asombro creció al ver que no desaparecía en el mudo "invisible" sino que permanecía visible, las palabras en lengua negra de Mordor Salir de su boca, comandando las oscuras bestias, la sensación de desesperanza en el corazón de Legolas.

Poco después todo fue negro para Legolas y no supo más.

CAPITULO 4

Legolas despertó pesadamente, por un momento sintió pánico, la oscuridad lo rodeaba, solo acertó a darse cuenta que tenia cerrados los ojos pocos segundos después. El frió y humedad que lo rodeaba le indicaba que estaba en una especia de cueva – ¡una cueva!- Pensó Legolas tristemente,- ¡odio las cuevas!-
Trato de enfocarse mas claramente, si, una cueva, pero no oscura, débiles antorchas la iluminaban, un leve olor a pino inundaba el refugio, trato de incorporarse, y esos momentos sintió – o mas bien no sintió- sus manos atadas a su espalda, tan estrechas estaban las ataduras, que habían cortado parte de la circulación y cortado su delicada piel, no tan profundamente para hacerlo sangrar mucho, pero si para levantar la fina piel.
Lo segundo que se dio cuenta es que sus pies también estaban atados, y desnudos, y solo tenia puesto su fina camiseta azul y sus pantalones ,yacía sobre un lecho improvisado de mantas y ramitas de pino, de ahí el olor que había percibido antes.
Trato de enfocar un poco más sus sentidos a lo que ocurría alrededor, escuchaba el murmullo sordo de las bestias de Mordor, el chisporroteante sonido de una hoguera afuera de la cueva, el olor a carne putrefacta, un murmullo suave, como voces hablando muy calladamente .

–¿ Pipin y Merry?, ¿Y Frodo?- ¿continuaría con vida el pequeño Hobitt?-, ¿y que hay de los otros?,- ¿Boromir, Sam y Gimli?- Una pesada angustia empezó apoderarse de Legolas, trato de incorporarse,- y el ruido de unas pesados pasos acercándose-lo detuvieron- ¿pesados?, ¿ Estel?-

Cuando Aragorn entre al pequeño refugio improvisado, quedo deleitado con la vista ante el, Legolas, el elfo más esplendido –por no decir hermoso- que nunca sus ojos – o manos- habían tocado, era suyo, vio con deleite que Legolas se encontraba sobre su espalda, su rubio cabello perse a la situación, apenas si se había alborotado, y caía hacia atrás, descubriendo sus finas y puntiagudas orejas, su delicada y delgada figura forcejeaba un poco para incorporase, atado e indefenso, a su merced, suyo, y solo suyo, así lo había dicho el anillo.-
-mmm, no, indefenso no-, esos ojos azules que brillaban con desafío, reflejando la luz de las antorchas, si, desafiante y … ¿temeroso?, No, … ¿triste?-
-¿Que importaba?? Legolas era suyo, era lo más importante, lo que más deseaba y nada y nadie se interpondría, ni aun el mismo Elrond o Arwen-
-Arwen, Elrond, Rivendel…..una misión……un pequeño Hobitt…-, pensó, pero todo esta tan confuso, tan oscuro, tan agobiante, tan…-

-¿Estel??- Legolas se atrevió a preguntar, usando su nombre elfico, viendo que Aragorn no movía ni un músculo, solo la leve respiración y el brillo casi normal de sus ojos parecían darle una leve esperanza, que no todo estaba perdido.

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