Capitulo 7
Unos días habían pasado desde que dejaran Amon Hen, cabalgando hacia el oeste, no habían acampado, si acaso descansado un par de horas entre jornadas, cosa que no molestaba a Legolas, entre menos "oportunidades" de estar solo con Aragorn, mejor, además solo parecía estar contento besándolo y abrazándolo , claro que contándole al oído todo lo que le haría al llegar a Isengard,- situación nada prometedora- y tampoco se veía que Aragorn resintiera las largas horas de viaje, pero -¿ y sus amigos?- ¿ resistirían este paso?-
También había tenido tiempo para pensar en las palabras de la Dama de Lothlórien: "al Medio alto veras entonces", ese ¿era Aragorn?, era obvio que el "Dañó de Isildur" era el anillo, ¿pero que señal se refería? Y ¿a que destino?;" "el blanco bastón se levantara de nuevo", el único bastón blanco a saber de Legolas era el Báculo de Saruman, pero ¿no era el un traidor?, solo que, ¿otro Istari? Gandalf, ¡no!, Gandalf había perecido bajo el cruel látigo del Barlog, ¡maldición! - ¿Por qué tantos acertijos? - ¡No hay tiempo!-
-Tendremos que pasar por Endoras-, meditaba Legolas, si no ha caído, nos prestaran ayuda, por lo menos a liberar a los Hobbits,- y así tendré una oportunidad de escapar-…
- ¡Hacia el norte, hacia los Vados de Isen, seguiremos directo a Isengard!, - a este paso llegaremos al anochecer a Isengard querido Legolas -¡deseo llegar hoy mismo y jugar un rato contigo!-
-"¡Oh, no!, no,"- Aragorn, comento Legolas volteando sobre su hombro – ¿No seria prudente abastecernos y descansar una jornada en Rohan?- tus tropas parecen agotadas-
-¡No hay tiempo que perder, seguirán hasta que yo diga! - ¡llegando a Isengard descansaremos!, además Rohan ya es mió –
-" ¡No!"-
-Un gran dañó me ha infligido en verdad Saruman, a mi y a todo mi reinado- dijo-; y no lo olvidare, cuando nos encontremos frente a frente.
¿Porque hablaba Aragorn siempre en primera persona?,- como si Enemigo Oscuro guiara sus palabras, pero se supone que el anillo solo corrompe a quien lo posee, pensó Legolas- el objetivo del anillo era llegar a su amo, el cual ,además, se refugiaba en su Torre Oscura, Barad-dúr, -el Ojo Rojo estaba sobre ellos, podía sentirlo, por la oscura presencia en Aragorn…, además en el "anillo" residía todo su poder, -¿pero no antes había estado en manos de los Hobitts sin manifestarse su presencia?- y aunado a todo esto no habría ayuda ahora de Rohan-
Un chillido agudo en el cielo raso corto sus cavilaciones, hubo aullidos y gritos por parte de la tropas, - ¡Nazgúl!- ¡Nazgúl!- gritaron algunos en la lengua común.
-¡ Ah, bien, mis sirvientes!- comento lleno de placer Aragorn- le darán mis primeros saludos a ese viejo mal nacido, já-
"Oh, no, esto no se veía nada bien, una cosa eran los Uruks siguiendo ciegamente a Aragorn, ¡¿pero los Nazgúl?!- ¿como, en nombre de los Valar tenia Aragorn voluntad sobre un Jinete Negro?, a menos que…"
-¡No puedo esperar hasta que lleguemos a Isengard mi exquisito elfo!- ¡te haré mió muchas veces esta misma noche!- ¿ves?, ya estoy duro para ti- comento en susurros al oído al Legolas mientras movía sus caderas detrás del elfo.
-¡" No, no, oh Valar, no me abandonen!"-
Como lo había dicho Aragorn, esa misma noche llegaron a las puertas de Isegard, en otros tiempos había sido hermoso, y por el corría el Insen, pero ahora la mayor parte del valle había sido convertida en un páramo de malezas y espinos, trabajo de esclavos de Saruman, de cuales no había ni señal de ellos. Cruzando las puertas, al centro de ese valle desértico, se erguía Orthanc, la ciudadela de Saruman, triste copia de la Torre Oscura, nada verde crecía ahí, sólo cobre, hierro y mármol.
Pero las puertas habían sido arrancadas de sus goznes y yacían retorcidas, había piedras resquebrajadas por doquier, había brechas y fisuras, pero la Torre seguía en pie.
Del otro lado de la desolada llanura, vieron unas sombras que se acercaban a ellos.
Una comitiva de orcos y uruks los recibieron. – bienvenido amo, lo estábamos esperando, todo esta dispuesto-.
-¡Bien!- fue todo lo que dijo Aragorn, sus ojos con ese brillo de fuego de nueva cuenta, su cara contorsionada en una mueca entre placer y alegría.
Llegaron al los pies de Orthanc, Aragorn desmonto junto con Legolas, y tomándolo del brazo nuevamente, subieron por los escalones hacia la única entrada de la Torre. La oscuridad y pesadumbre era terrible, y Legolas tuvo que recurrir a todas sus fuerzas para no salir precipitadamente de ahí.
Dirigiéndose a uno de los Uruks, Shagrat, para ser exactos, -el mismo que custodiara la cueva en Amon Hen-, le entrego al elfo.
-¡Custodiadlo hacia una de las habitaciones en la parte superior, que coma y se asee!- ¡los medianos y el enano a las mazmorras!-
-¡No, Aragorn, no!-.
¡No pongas un solo dedo sobre ellos!- continuo sin prestar atención al elfo, que te ayude alguien de tu confianza!- ¡y recuerda, ningún rasguño!- sorprendido y temeroso, el uruk solo atino a afirmar con la cabeza rápidamente, tomando al elfo, llamo alguno de sus camaradas y se adentro en los oscuros umbrales, Legolas lucho todo el camino hacia "sus aposentos" pero todo en vano.
Mas tarde, lo lejos un chillido estridente, bruscamente interrumpido, un lamento, partió de una ventana abierta en lo más alto de la Torre.
Nota. me alcanzo el tiempo de otro capi, que aunque corto, espero les guste, no se como quedemos ahora que se actualizo FFN, estaremos al pendiente.
Chao.
