Salieron de la tienda de Taltu´s & Tatoos bastante tarde, y Barze la llevaba del brazo, porque se había puesto de nuevo la faja asesina. Taltu les había dado una crema que se tenían que pasar cada vez que les picara, y les había dicho que mantuvieran aireado el tatuaje durante las próximas doce horas después de sacarse la venda.
Luego del primer instante de euforia, Hermione tenía un poco de miedo de lo que podrían decir sus amigos, porque sabía que sus padres le dejaban hacer lo que quería, y a su madre incluso, le gustaba la idea.
De hecho, cuando llegaron, su padre se enojó un poco, no… esperen, mucho. Corrió por la casa durante tres horas diciendo "es culpa de los hippies" hasta que su cuñado lo calmó. En cambio, la mamá de Hermione, Lone, se mostró emocionada, y quiso verlo de inmediato, pero esperó las cuatro horas que Taltu había indicado antes de retirar la venda.
Marlene, Helen y Lone se agolparon en la puerta del baño para ver.
- A ver, a v… oh, Hermione.- dijo Marlene.
- ¿No te gusta?- preguntó Hermione.
- Hija… es hermoso.- dijo Lone, con ternura en la voz
- Una verdadera obra de arte.- comentó Helen.
- Sí. ¿Vieron qué lindo le quedó?- Barze apareció en la puerta justo en ese momento.
- Sinverguenza, mira lo que hiciste.- lo reprendió Marlene con un coscorrón.
- Eh- dijo él, tapándose la cara con los brazos.- yo no la obligué.
- No, pero mira tu inocente primita.- "Si supieras lo que pienso yo de mi inocente primita…¡Eh! ¡Depravado! Argh. " Barze se mordió el labio.
- Yo no tuve nada que ver con esto… mejor me voy.- dijo el muchacho, alzando los brazos.
Hermione miró la remera azul que dejaba la espalda libre, y se la ajustó un poco para que no rozara la piel dolorida, y se aplicó un poco de la crema humectante.
Pensó que mañana se iba a encontrar con sus amigos en el Caldero Chorreante, y que iba a pasar el resto de las vacaciones en la casa que había sido de Sirius Black, en la que Harry estaría recordando lo que nunca fue.
Entonces armó su baúl en el altillo, al que había vuelto en cuanto sanó, y pasó unas horas ocupando la mente en cosas triviales, escogiendo túnicas y libros, acomodando las cosas para que entraran mejor. Pero en realidad estaba tratando infructuosamente de no pensar, de deshacerse de las cosas que no quería saber, de ser algo ajeno a la guerra, a Harry Potter, y a este Barze, este primo que había borrado los verdaderos conflictos, las cosas importantes, de su mente, dejándola como una tabula rasa.
Deseó ser el Cisne que tenía en la espalda. Pensó en la historia, y sonrió, sabiendo que le había surgido del corazón. En realidad no sirve ser tan listo si no puedes ayudar a tus amigos con eso.
Suspiró mientras miraba el jardín en la noche apacible. Era todo tan fresco, tan suave, tan agradable.
Hermione miró las estrellas. Olvidó por un segundo que eran lejanas y ajenas a su realidad, y deseó que algo que era tan magnífico y hermoso pudiera regalarle a ella algo de su grandeza, algo que pudiera servirle para bien. Pestañeó y creyó ver una luz blanca, pero no le prestó atención porque notó que Barze estaba sentado solo en el jardín, y quiso bajar a decirle adiós.
Él se volteó al oírla llegar.
- ¿Cómo estás, pequeña?- le preguntó, con dulzura.
- Muy bien, primo.- ella sonrió con sinceridad.
Quiso decirle lo que él había sido este verano. Un soplo de aire fresco en medio de tantas tribulaciones. Pero sólo se quedó en silencio, con él, mirando el cielo nocturno.
- Mañana me voy a pasar el resto del verano con mis amigos.- dijo, como quien no quiere la cosa.
Silencio.
- Oh.
- Sí.
Barze miró al suelo.
- Me gustas desde que te conozco, Hermione. Antes era sólo una cosa de niños, pero… ahora ya somos grandes. Y voy a estar cerca.
Hermione respiró hondo. Normalmente hubiera dicho alguna idiotez, hubiera sentido deseos de gritar histéricamente, tirarse querosén y prenderse fuego, algo así. Pero esta revelación tenía el gusto de las noticias viejas, y la recibió con calma. Sintió una alegría y una paz indescriptibles. Supo que iban a ser amigos leales hasta el día de sus muertes, pasara lo que pasase.
Entonces se reclinó contra él y le dio un beso, que no fue tan intenso como el primero, pero fue mucho más recíproco. Y luego se apoyó contra su hombro, y se quedaron mirando las estrellas en silencio.
- Hermione.- dijo él, cuando ya era tarde.- ¿Podría acompañarte mañana?
Hermione pensó que Ron se pondría celoso, pero reflexionó que Ron tendría que entender.
- Sí.- dijo ella, y de súbito frunció el entrecejo.- ¿Cómo qué te presento?
- Como tu primo, supongo.- dijo él, mientras le acariciaba los cabellos.-
A ella le pareció una buena respuesta, y, mientras miraba las estrellas, reflexionaba que los aliados vienen de los lugares menos esperados, y llegan siempre a tiempo.
Fin!!!!
AHHHHHHHHHHH!
Ahora viene la continuación, ya ya ya llega. No sé bien cómo va a ser, pero estará el sexto año, desde diferentes puntos de vista, casi seguro, y va a haber One Shots y etc.
Boni: Gracias por leerme!!!!!! Y el casamiento entre primos es legal y está aprobado por la Iglesia Católica. ¡Mis abuelos y bisabuelos eran primos carnales! Así que, ¡Luz verde con los primos! Pero a ser responsables y a averiguar si tienen enfermedades genéticas o congénitas en común con la pareja antes de tener hijos, ¿eh? ¡Que después los críos vienen todos medio destruidos! Cuando vi tu profile y vi esta historia entre tus favoritos no lo podía creer. MU CHÍ SI MAS GRACIAS. Ah, no sabés el miedo que tenía de ver entrar a mi casa a unos matones con una engrapadora en cada mano para "engraparme" a la silla.
Bueno, chekame si querés más primos y tatuajes que ya viene el resto.
Guadisss
