Importante: Fic para los amantes de los besos detallados y el InuGome!! Aquí esta mí siguiente historia, cursi y loca, pero algo graciosa…
- - - - - - - - - - - - -- POR UN BESO –- - - - - - - - - - - - --
- - - -- Por KiMi10 -- - - -
Capitulo 3
Kagome no terminó la oración, la boca de Inuyasha se había encontrado con la suya en el momento de levantarse. Había sido primeramente brusco el encuentro, accidental y torpe. Algo en lo que fueron convirtiendo en algo dulce y tierno. Inuyasha le tomó las mejillas lo más cuidadoso posible. Kagome se apoyo en sus manos dejándose a la merced de él. Con la derecha tomó la cara de Inuyasha e intentó pegarla más a su cara, controlando la respiración que se terminaba lentamente. Aunque el beso era lento y suave, lo pasional se interpuso dejando huellas candentes en los labios de la joven; quemándole los labios e inflamándolos. Kagome se sentó completamente, incapaz de continuar, colocó su mano izquierda en el pecho caliente de él. Respirando agitadamente e intentando controlarse de la pena.
-Inu… yasha… - Kagome estaba más que sonrojada y cohibida. Creía que jamás había sentido nada así. El corazón retumbaba, lo sentía en su garganta.
Inuyasha volvió a buscar los labios de Kagome, no se había saciado todavía, le tomó la cara cerrando los ojos y volvió a estrechar sus labios con los de ella. Inuyasha no estaba conciente de nada, estaba experimentando algo nuevo: la necesidad. Hacia lo que su cuerpo le gritaba, su mente se había apagado en ese momento. Quería experimentar nuevas formas de besar con ella, estaba fascinado, no quería separarse nunca de su boca.
-Inuyasha… espera –Kagome sentía que se iba a incendiar en ese momento. Inuyasha la estaba acariciando de una forma muy pasional.- No quiero…
Kagome se separó poniéndose de pie, estaba muy nerviosa; su entrepierna ardía como nunca.
Inuyasha "despertó" mirando a Kagome muy sonrojado.
-¿Te lastime? ¿Estás bien? Perdóname. –Inuyasha la imitó, poniéndose de pie también.
-No, sino que… vamos muy rápido... tengo miedo.
-¿De qué? –preguntó Inuyasha confundido.
-Inuyasha… nos estamos besando cada vez que nos vemos… luego, no dejo de pensar en ti… y me miras… y…
-Yo siento lo mismo… pero ya no tengo miedo.
-¿Cómo que ya no tienes miedo?
-No quería admitir que estoy enamorado de ti…
Kagome lo miró sorprendida y sintiendo el ardor en su entrepierna aumentar.
-Nunca me había pasado y tengo miedo… -admitió Kagome al borde de las lágrimas,- ahí voy de nuevo…
-No te haré daño –dijo preocupado acercándose a ella.
-Lo sé pero… tengo miedo a besarte y derretirme en ti, tengo miedo a que me abraces y querer quedarme ahí siempre, tengo miedo a que me ames tanto como yo… y después te vayas.
-Yo no me iré… tú lo harás, lo dijiste hace rato.
Kagome lo miró insegura. Se estaba sintiendo tan débil, una maraña de confusión le llenó la cabeza. Kagome no podía asegurar su estancia ahí, ella estaba ahí para ayudar a Inuyasha a conseguir la perla de shikon… ¿no era así? O era… ¿purificar la perla? No sabía la razón de su estancia… sólo debía conseguir la perla y después… irse. ¿No era sólo eso?
-Yo no quiero que te vayas… -susurró Inuyasha al oído de la chica.
Kagome se estremeció. Giró su cabeza y lo miró fijamente. Inuyasha la miró nervioso.
-Inuyasha… no quiero, ¡no quiero!
Empujó fuertemente a Inuyasha y salió corriendo hacia los árboles. No sabía que le ocurría. No quería que Inuyasha la quisiera… pero a la vez sí, ella no podía estar ahí por siempre… ¿o sí? Empezó a correr con fuerza, hundiéndose en el bosque cercano al pueblo. Kagome estaba huyendo: ¡huyéndole a sus sentimientos! No quería responder preguntas de las que sabía la respuesta; sabía que no se podía quedar con él, sabía que lo amaba, sabía que él también… también sabía que en cualquier momento aparecería él para detenerla.
-¡Kagome! –Oía por detrás las ramas moverse rápidamente.- ¡Detente!
Kagome no quería verlo, le estaba haciendo daño… le dolía saber que era correspondida… ¿pero por qué?
Llegó finalmente a su destino: el pozo que daba al mundo moderno.
Antes de lanzarse dentro apareció Inuyasha en frente, se veía muy enojado. Kagome retrocedió sin querer verlo.
-¡Hazte a un lado, Inuyasha!
-¡Tranquilízate, Kagome! –Inuyasha intentó tomarle los hombros pero ella lo esquivó.- ¿A qué le temes, Kagome?
-¡A que sé que todo esto es pasajero! ¡Tú la seguirás siempre! ¡No importa si estoy a tu lado! ¡Y no quiero que me importe pero me dan celos! ¡Después, me pides que me quede cuando perfectamente sabes que no puedo! ¡Y todo esto es una mierda! –Kagome empezó a llorar con fuerza, cayendo en el césped fresco.
Inuyasha no sabía si temerle, llorar con ella o acercársele. La miraba sentada en el césped con las manos en la cara llorando con fuerza, le dolía mucho verla así pero también le daba miedo.
-Kykyo es algo pasado –dijo intentando de que la voz le saliera segura y firme; y no temblorosa como realmente estaba.- Yo pensaba que… sentías lo mismo que yo y estaríamos juntos. Sé que temes dejar a tu madre sola pero… no te he pedido eso, solo que estés a mi lado.
Kagome seguía llorando con fuerza cuando de repente se detuvo. "¿Habré hecho las cosas más grandes de las que son?" Pensó limpiándose las lágrimas.
-¿La sigues queriendo, Inuyasha? –Preguntó en forma inocente y chipilona (como bebé).
-Kykyo es algo que no olvidaré porque fue mi primer amor, pero lo que siento por ella no es más que respeto y afecto. No te dejaría nunca por ella.
Kagome suspiró sin poder evitar la sonrisa de alegría que ocultaba su cabello. No se quería incorporar, quería que él se agachara y así robarle un dulce beso.
Se quedaron callados por unos minutos. Inuyasha fruncía el cejo porque no se incorporaba y Kagome se estaba molestando de que no se tomara la molestia de agacharse un poco.
-¿Dejarás de coquetearle a Kouga? –preguntó Inuyasha cruzado de brazos.
-¿EH? –Kagome levantó la cabeza frunciendo el cejo.
-El lobo rabioso, ¿dejarás de coquetear con él?
-¡Yo no coqueteo con él! –Dijo hincándose.- Él es el que me pide matrimonio.
-Bueno, dile que lo deje de hacer.
-¿Estás celoso de él, Inuyasha? –preguntó Kagome entre contenta y curiosa.
-¿YO? ¿De ese lobo? No, sino que… es muy alocado y… no quiero que te haga algo, enfrente de mí.
-¡Inuyasha estás celos! –brincó de felicidad hacia sus brazos.
-No lo estoy… -dijo mirando hacia el cielo, Kagome le abrió los brazos y se hundió en su pecho.- Tal vez un poco…
FIN
Notas de la autora: T-T que cortito. Perdónenme pero ya no sé que mensadas agregarle a esto así que decidí finalizarlo con un poco de amor y comedia xD. Gracias por todos los reviews, no soy de las que contentas reviews pero aun así les agradezco. Bueno, espero hacer algo así pero con Shippo xD!! Shiii!!! Shippo, Shippo!!! --u, perdón… bueno, de nuevo, MIL GRACIAS!!!! Sigan leyendo mis historias, Aiós!!!
P.D.: Si alguien desea continuar esta historia primero tiene que avisarme y pedirme permiso; puede usar este mismo espacio o continuarlo por otro medio.
