Capítulo 3: Osiris

Encontró a Gerald en la redacción. Bebía su primera taza de café del día mientras revisaba algunos papeles revueltos en su escritorio.

-Hola, Gerald¿qué conseguiste?

-Aparte de una severa cachetada, y luego mil disculpas, que la linda niña se llama Melody.

-Eso no será suficiente para la nota.

-Al menos sí para la que se publicará mañana. Ya la tengo lista y quiero que la revises. Sólo por si quieres agregarle algo.

Arnold la revisó minuciosamente.

-Humm... no has mencionado mucho a su madre, parece que no aceptaba la relación.

-Vaya madre sobreprotectora. Yo las conozco, viejo, la mía no ha aceptado a ninguna de mis novias desde la primera.

-La tuya es un caso especial, tal vez no desea perderte.

-Pero todos crecemos y tenemos que independizarnos algún día ¿no lo crees?

-Claro, siempre que no te apresures. Toma las cosas con calma.

Ambos sonrieron. Arnold le devolvió la hoja de papel.

-Gerald, necesito que me digas qué significa Osiris.

-Es una constelación muy famosa.

-No, me refiero a si es un nightclub o un pub.

-Osiris, Osiris... Sí, cómo se me ha olvidado, es el lujoso nightclub que se encuentra en la calle principal. Hace unos días, Eugene hizo una nota al respecto ¿no la recuerdas?

-Es cierto, sobre cierta cantante de voz muy melodiosa.

- Y muy hermosa.

-¿Dónde está Eugene?

-En la oficina del jefe, hace diez minutos que no sale.

-¿Lo estarán torturando?

-Esperemos que salga vivo. ¿Por qué quieres saber sobre Osiris?

-Es confidencial. Te lo diré luego.

Eugene salió de la oficina. Tomó su chaqueta negra y su taza de chocolate en forma de oso.

-Eugene¿qué pasó? Nadie demora tanto tiempo en esa oficina.

- ¡Arnold! Creí que no vendrías hasta mañana. Hoy llegó una carta para ti, creo que es de Lila.

-¿Lila?, amigo no te demores en dármela entonces.

Eugene abrió uno de sus cajones. Revolvió unos papeles y le entregó un sobre perfumado.

-Vaya, viejo, tu chica sí que es extraña. Se ausenta varios días de la ciudad sin avisarte y luego te envía una carta.

-Vamos, Gerald, sabes que su trabajo es muy duro. Ella no sabe cuándo la llamarán o cuándo será su próxima presentación.

-Es bailarina de ballet, Arnold, no espía o detective. Yo creo que esa chica no es sincera contigo.

-Bueno ¿para qué me buscabas, Arnold?

La pregunta fue atinada, la discusión se estaba sobrepasando de los límites de cordura.

-Eugene, quería preguntarte sobre Osiris ¿qué recuerdas de tu visita a ese nightclub?

-Humm... Es un lugar muy exclusivo, necesitas de una invitación de algún socio para entrar allí.

-¿Qué ¿y cómo lograste ingresar allí?

-Secreto profesional que no puedo revelar.

-Vamos Eugene, necesito entrar.

-¿Y eso porqué?

-Tengo una corazonada, no puedo decirte más.

-Bien, tengo dos invitaciones firmadas por un amigo mío. Si les pones la fecha, ya estás adentro. Recuerda no llevar grabadora o cámara fotográfica. La gente que frecuenta el lugar es muy susceptible, cualquier provocación hará que salgas de forma sumamente dolorosa.

-¿Gerald ¿vienes conmigo?

-Claro, socio, estamos juntos en esto ¿o no?

Arnold movió la cabeza en forma afirmativa. Eugene sacó un sobre elegante de un folder marrón y se lo entregó.

-No olvides ir lo más elegante posible.

-Eugene, amigo, aún me remuerde la curiosidad ¿qué tanto hacías en la oficina del jefe?

-Gerald, siempre tan curioso. Sólo le daba unos masajes, tú me entiendes.

No contestó. Eugene le guiñó el ojo y se fue a la cafetería a conseguir un poco de chocolate caliente. Arnold guardó el sobre en su casaca azul.

-Gerald, nos vemos a las 10pm en el local. No llegues tarde que entro sin ti ¿vale?

-Vale

-Ah! lo olvidaba ¿qué más te dijo la pelirroja?

-¿Melody? Pues no mucho. Ellos se iban a fugar hoy a Miami, y allí se casarían. Inclusive tenía las maletas de ambos listas para partir mañana, hasta que se enteró de su muerte. Estaba tan triste que no las desempacó, las tiró en el fondo de su armario. Lamentable historia¿no lo crees?

-Hay algo que no me convence¿con qué dinero pensaban hacer todo eso, si el crédito apenas los pidió hace unos días, y ayer dijo que aún estaba en proceso?

El lugar estaba sumido en la penumbra. El telón negro impedía conocer al interlocutor.

-¿Lo conseguiste?

-Aún no JEFE, pero estamos muy cerca, se lo aseguro.

-¡Inútil! Tienes sólo una oportunidad más, si fallas te atienes a las consecuencias.

-Por favor, no me mate, le prometo que tendrá esas notas para hoy.

-Eso espero. Ya vete, me enferma contemplar tu rostro lleno de miedo.

-Sí, como Ud. diga.

Caminó casi sin darse la vuelta. Nadie lo había visto, pero su palabra causaba terror en todos los que lo conocían. Si ese traidor no se hubiese llevado la información esencial, no estaría en el aprieto que tanto lo desvela. Tratar de chantajear al JEFE fue el mayor error de su vida, eso se paga caro, muy caro.

Arnold llegó puntual al a cita. El lugar era muy lujoso desde fuera, así que se imaginó que adentro lo sería más. Gerald tocó la bocina de su auto tres veces, cinco minutos después.

-Arnold, espérame un momento, estacionaré esta preciosidad.

-Ok.

El estacionamiento estaba repleto de autos lujosos. Gente muy elegante bajaba con sumo cuidado para no estropearse la vida.

-Es hora de entrar, Gerald.

-Me dirás ahora porqué es tan importante.

-Todo a su tiempo, no seas impaciente.

Le entregaron las invitaciones al gigante que cuidaba la puerta. El chico no era muy listo, porque no encontró error en ellas. Gerald suspiró e ingresaron a un salón sobrio y excesivo a la vez. El casino estaba repleto de jugadores empedernidos que llevaban un martini en la mano. Un mozo les ofreció una copa a cada uno y siguió su camino, tratando de no tropezar con la multitud.

-A esto llamo yo un lugar exclusivo.

-¿Has visto la cantidad de ricachones que juegan aquí? Es sorprendente, Gerald.

-Sigamos, tal vez salude a alguien.

-No te hagas ilusiones.

Un mozo se acercó y les preguntó si querían ir al salón central. Ambos asintieron y el muchacho los condujo al lugar. El esplendor los enceguecía, el espectáculo era delicioso.

-Señores, les invito a conocer la mejor prenda de este lugar, la voz que ha hecho noticia por muchas semanas. Ocupen esta mesa que pronto aparecerá en escena.

-Muchas gracias- dijo Gerald- moríamos de ganas por conocerla.

-¿Desean algo más?

-Un wisky en las rocas para mí y un martini para mi amigo.

-Enseguida se los traigo.

-¡Gerald¿No te parece excesivo ¿cómo lo pagaremos?

-Arnold¿no leíste las invitaciones? Vienen con servicio incluido, es la forma de enganchar más público. Así que, me parece que debemos aprovechar la oportunidad ¿no lo crees?

-Tienes razón.