Capítulo 6: Preguntas

-Gran Jefe, no quiero fastidiarlo pero ¿porqué lo hace?

-¿a qué te refieres?

-¿porqué tratarla de ese modo? gracias a ella nuestros ingresos aumentaron considerablemente.

-¿Desde cuándo doy razones sobre lo que hago? Phoebe es nuestra mina de oro. ¿O acaso estás muy interesado en esa princesita?

-Yo... no quise molestarlo

-Vamos, Harold, sé sincero, siempre la quisiste para ti pero ella te ha rechazado un millón de veces.

-No... yo...

-No más discusión, entonces. Si te portas bien tal vez te la dé como incentivo

¿haría eso por mí?

-sabes que sí.

Curly regresó rojo de ira a la mesa. Gritó una serie de improperios y les ordenó tener un informe listo a primera hora. El jefe nunca cambia, pensaron.

-Iré a hablar con ella

-te espero aquí, viejo.

Caminó con seguridad hacia Rhonda. Ella no dejaba de llenar su vaso de wisky.

-Ha pasado mucho tiempo, Rhonda.

La muchacha alzó la cabeza, muy sorprendida por aquellas palabras. Esbozó una sonrisa y lo invitó a sentarse.

-¿Arnold? mucho gusto en verte, déjame invitarte una copa. Es una gran sorpresa encontrarte aquí.

-Vengo a cubrir un reportaje sobre el tipo de personas que vienen a este lugar. No soy adepto a frecuentar este lujoso palacio. Mis rentas no me lo permiten.

-Ya veo

-¿qué haces tú aquí?

Sus ojos se ensombrecieron. Miró duramente a su viejo amigo.

-Canto para ganarme algunos dólares. No me preguntes más.

-Ok, no quise ofenderte

-no te preocupes

-pero aún así quiero preguntarte algo¿conoces a alguien llamado Erick Patterson? Es una amigo mío y trabaja aquí

-¿En serio? Pues no recuerdo a nadie de ese nombre

-¿estás segura?

-absolutamente. Me disculparás pero tengo que regresar al escenario. Hasta luego

-Bye

Ambos se marcharon mientras Princess cantaba para las sillas y las mesas que no dejaban de escucharla.

Ojalá que la lluvia

deje de ser el milagro

que recorre por tu cuerpo.