CAPÍTULO 13: REVELACIONES



- Levántate despacio, muy despacio

- ¿Quién eres?

- Nada de preguntas, calladito nomás

Una silueta apareció del fondo de la habitación. La escaza luz no el permitía observar su rostro. Recogió la maletita y desenfundó una magnum que sumada al anterior, lo apuntaban.

- Bien, parece que todo está aqu

- ¿Ustedes hicieron esto?

- Obviamente fue el Gran Jefe, pero está vez ha sido muy oportuno para nosotros.

- No lo maltrates, Frank, lo necesitamos vivo.

Arnold reconoció al instante la suave voz al otro lado del magnum. Sorprendido, no podía articular palabra.

- eres... no... ¿Lila?

- Mi querido Arnold, siempre tan inteligente. Llévenselo a la camioneta. Estoy segura de que ese perro vendrá muy pronto.

- Ya la escuchaste, ¡andando!

La camioneta era de color negro, lo que le permitía camuflarse en cualquier lugar. Arnold fue vendado y arrojado junto a otros objetos que no podía más que sentir cada vez que tropezaba con ellos. Sintió un tibio cuerpo muy cerca a él, llamando su atención. Probablemente sea Helga, pensó, ya que ella me esperaba fuera del edificio. Pobre, tal vez debí dejar que se vaya en un taxi. Soy un idiota.

No pudo precisar cuánto tiempo duró el viaje. Su mente trabajaba sin cesar, buscando alguna lógica. El auto se detuvo. Escuchó fuertes pasos que se acercaban a ellos. Dos manos abrieron la puertezuela de la camioneta, y luego lo sostuvieron en el aire

La habitación se asemejaba a un gran salón de baile. Las manos lo soltaron en medio, cayendo pesadamente. Otras manos le arrancaron la venda

- ¿Dónde está Helga?

- Si te fijas bien está a tu lado

La suave voz provenía desde atrás. Lila iba caminando hacia un sillón esmeralda que se encontraba frente a ellos

- Helga, ¿estás bien?

- Interesante, Arnold, nunca creí que te preocuparías por ella

- ¿acaso estás loca, señorita perfección?

- Saben, siempre quise conocer la identidad del famoso Gran Jefe, y nunca me di cuenta de que la respuesta estaba frente a mis narices.

- ¿Porqué mataste a Sid, Lila?

- Ya te lo dije, yo no lo maté. Frank lo siguió toda la tarde y antes de llegar aquí, Sid estuvo con el Gran Jefe. Supongo que fue él quien lo liquidó pero esta vez fue demasiado confiado. Gracias a ti puedo saber quién es él ¿o debo decir ella?

- No entiendo

- Según los informes que le costaron la vida a Sid, el Gran Jefe realmente es una mujer.

- No lo creo, señorita perfección.

- ¿a sí? ¿porqué?

Tragó saliva. Inspiró y vomitó lo que pensaba.

- Porque yo he estado en la misma habitación que él y su voz era de un hombre.

- No mientas, Helga,según estos documentos me dicen no sólo es una mujer sino que su padre fue el antiguo líder de la organización.

- ¡Mientes!

Lila enrojeció de rabia. Se acercó a la rubia y la abofeteó. Arnold observaba impávido la furia en el rostro de su novia.

- ¡Déjala! ¡Basta!

La muchacha la soltó. Un gesto de satisfacción se dibujó en su rostro mientras caminaba con pasos felinos hacia su novio.

- Mi buen Arnold. Fiel creyente de mis palabras, de mi escuzas. Nunca sospechaste cuál era mi objetivo cuando estaba a tu lado.

- Tu padre fue asesinado por el Gran Jefe ¡Tú eres la jefa de la banda rival de ese mafioso!

- Sabias deducciones, aunque un poco tardías, mi querido Arnold. Pero aún no he terminado de contarles todo lo que tu amigo averiguó. Esta mujer asumió el cargo y mató a todos los que aseisnaron a su padre, ella misma en persona. Una de esas fue mi padre, el que la muy perra asesinó en mi casa. Desde ese día juré venganza. Descubriría quién era y luego le haría pagar muy caro lo que hizo. Ese día ha llegado, finalmente.

- Estás demente, Lila, necesitas un psiquiatra.

Lila se agachó. Acercó sus labios a los de Arnold y lo besó apasionadamente por varios minutos. Luego, le echó una mirada triunfo a la rubia.

- ¿No quieren saber de quién se trata?

La pelirroja se incorporó y se alejó de ambos. Helga estaba furiosa por la escena que tuvo que presenciar.

- Pues nada menos que un miembro de la familia Pataki.

Arnold la observaba, intrigado por las palabras de Lila, mientras Helga no salía de su asombro. Lila continuó con su relato.

- Sí, el más peligroso mafioso de la ciudad es en realidad una Pataki. ¿Sorprendidos? Tal vez no lo suficiente, porque no les he dicho de cuál de las dos se trata.

- ¡No es cierto, mi padre nunca fue una mafioso!

- Muy predecible, Helga, pero ambas sabemos que es cierto. Tampoco estuve segura al principio pero luego me convencieron muchas cosas que lo ligaban a la organización.

- Dilo de una vez, Lila, quién es el Gran Jefe.

- No desesperes, Mi amor, todo a su tiempo. Como les decía, hoy por fin lograré mi venganza pues tengo algo que esa perra quiere: a su hermana.

- Ja,ja,ja ¿realmente crees que Olga es el Gran Jefe? es inverosímil.

- También tuve mis dudas, pero sus constantes viajes a sitios claves de la organización de tu padre me lo han confirmado. Además, sólo tu hermana conocía el lugar donde mi padre y yo nos ocultábamos aquella vez, no hay duda de que es ella.

- ¿Qué harás conmigo ahora?

- Por hoy descansarás en una habitación junto a Arnold. Mañana te ejecutaré yo misma e iré enviando tus partes a esa maldita. Luego la mataré y fusionaré ambas organizaciones, lo cual me hará más poderosa. En cuanto a mi querido Arnold, él decidirá si se queda a mi lado o muere. Frank, llévatelos.

Disculpen la demora, pero por fin pude subir un capítulo. No se preocupen prometo colocarlos de poco en poco. Es que ando un poco ocupada con los estudios :'(

Espero que les haya gustado.