CAPÍTULO 18: LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO
Hubiera querido tenerla desnuda en los brazos, amarla de tal manera que todo quedara claro, todo quedara dicho para siempre entre nosotros, y que de esa interminable noche de amor, nosotros, que ya conocíamos tantas, naciera la primera alborada de la vida.
Orientación de los gatos.
Julio Cortázar
- Bienvenido, Arnold
- ¿Helga?
- A Dios gracias que estás bien. Me tenías preocupada.
- También yo, temí que hubieras muerto. Llamé como un loco a tu celular y no contestabas
- el maldito se quedó sin baterías.
Helga sonrió con las últimas palabras provocando gran alivio en el corazón de Arnold.
- Vámonos de aquí, este lugar no me gusta.
Avanzó hacia ella y tomó su mano. Anduvo un paso mas ella lo detuvo.
- ¿Qué sucede?
- ¿No sientes curiosidad por saber quién es el Gran Jefe?
- Claro que sí, pero éste no es el momento. Tengo un extraño presentimiento desde que Gerald desapareció
- Phoebe me dejó un recado. Fugaron juntos, Arnold, nos abandonaron
- quiero creer eso, Helga, pero no lo hicieron. Nunca salieron de la ciudad
- ¿cómo lo sabes?
- Llamé a la aerolínea y me respondieron que no llegaron a su vuelo. En las empresas de transporte terrestre tampoco figuran sus nombres
- Dios, ¿en dónde estarán entonces?
- Creo que el Gran Jefe los tiene, estoy seguro
- ¿y aún no quieres saber quién es?
- ¿por qué me preguntas eso?
- Arnold, tú me amas, ¿verdad?
- Claro que sí, con todo el corazón
- bésame
Sus labios evitaron separarse por varios minutos. Las manos de Helga recorrían suavemente el cuerpo de Arnold, excitándolo. Botón a botón le desembarazaba de su camisa, conduciéndolo a un lecho provisional. Arnold le abría la blusa, cada vez más decidido. Hicieron el amor con tanta pasión, que más allá de representar a dos seres amándose eran dos gigantes luchando.
Horas después, Helga se levantó de la cama aún desnuda. A su lado se hallaba su adorado Cabeza de balón, durmiendo despreocupadamente. Se vistió despacio, sin dejar de observarlo. Luego lo cubrió con una sábana y se marchó.
Cuando Arnold despertó no encontró a Helga. Asustado, se vistió raudo. Al abrir la puerta tropezó con Stinky y su arma apuntándole.
- Tranquilo, Arnold. Te llevaré ante el Gran Jefe- ¿dónde está Helga?
- pronto lo sabrás, no te preocupes
Caminaron en línea recta hasta que llegaron a una habitación semioscura. Un gran telón negro impedía revelar la identidad del hablante. Stinky lo empujó hasta el centro del cuarto en donde Harold también lo apuntaba.
- Déjenlo allí. Ahora, márchense, ya los llamaré en cuanto los necesite- como diga, Gran Jefe
Ambos matones guardaron sus armas sin dejar de observar a Arnold. Cuando salieron, él notó cierto brillo en sus ojos que no comprendió.
- ¿Quién eres tú?- El Gran Jefe, ¿no los has escuchado?
- Tu voz, yo la he escuchado antes
- porque yo te había ayudado en el pasado, ¿no lo recuerdas?
- no puede ser
- veo que recordaste. Pues sí mi querido Arnold, en ese tiempo era VOZ RONCA, hoy soy el GRAN JEFE
- ¡Helga!
El telón se descorrió: HELGA PATAKI cogía un cigarrillo entre sus dedos, sonriendo satisfactoriamente.
- No lo creo- recuerda lo que te dije: Olga nunca hubiese tenido el suficiente carácter para dirigir una organización como ésta
- tú... el Gran Jefe
- nadie más que yo
- no... no es posible
Helga se acercó al rubio, quien no salía de su sorpresa. Lo besó amorosamente en los labios. Arnold la alejó, molesto.
- Tú... la asesinaste, ¡los asesinaste!Una mueca de enojo culebreó en los labios de la rubia. El humo de su cigarro dejaba un gracioso sendero en el aire.
- Si te refieres a Lila, era inevitable- pero... ¿y Sid? ¿y Erick?
- Sabían quién soy y pusieron en peligro todo lo que he construído. No podía permitir que lo hicieran
- ¿asesinarlo? ¿la muerte fue una opción? ¿y el padre de Lila?
- Ese hijo de puta traicionó a mi padre y le dio el tiro de gracia
- me... me usaste de carnada
- Perdóname, pero era mi obligación destruir a la banda de Lila. Ella estuvo a punto de hacerlo conmigo
- No... no lo creo... no puedo entenderlo
- no es cuestión de que lo entiendas, Arnold, sino de que lo aceptes
- ¿a qué te refieres?
- Te amo Arnold y quisiera compartir todo lo mío contigo
- ¿quieres que sea parte de todo esto?
Helga lo observó. La sonrisa se esfumó de su rostro mientras inhalaba el humo de su cigarrillo.
- ¿Crees que es poco?
- Creo que no me gusta, creo que detesto la mafia, las extorsiones y sobre todo los asesinatos
- vaya, al fin afloró tu lado moral. Claro, asesinatos, corrupción, ése es mi mundo, Arnold, si me amas también debes aceptarme tal como soy
- no puedo, Helga, no puedo
- entonces, vete de aquí, rápido, rápido, antes de que cambie de opinión
- ¿me liquidarás?
- Sólo lárgate
Arnold salió. Nadie lo detuvo. Helga lanzó su cigarro, furiosa, y luego todo lo que se hallaba a su alrededor. Arnold abordó un taxi, evitando mirar hacia atrás. El auto amarillo se deslizó suavemente por la avenida.
Harold abrió la puera de la celda. Gritó su nombre y lo empujó hacia afuera. La luz lo encegueció. Subieron los escalones de madera y caminaron por un largo pasillo. El humo de un cigarrillo recién encendido los recibió al abrir la enorme puerta marrón.
- ¿Cómo has estado, Gerald?- ¿Dónde está Phoebe?
- En su departamento, por supuesto. Pero no es momento de hacerme preguntas, te tengo una propuesta que te va a interesar mucho
- qué quieres
- vaya modales, Gerald, ¿tu mamá no te educó como debía?
- Ve al grano, Helga
- ¿quieres casarte, con Phoebe y llevar una vida pacífica, sin lujos claro, pero repleta de amor?
- a cambio de qué
- de un pequeño favor. Ahora no eres el único que conoce mi identidad. Hace poco, Arnold y yo la pasamos muy bien en uno de los cuartos de este edificio
- ¿Arnold? ¿dónde está?
- Se marchó. No quiso ser mi eterno compañero y se fue
- ja, ja, ja, aún debe amar a Lila
- espero que al menos le rece de vez en cuando en su nicho
- ¿la mataste?
- No vinimos a hablar de la bastarda sino del favor que me harás a cambio de tu libertad, y la de Phoebe por supuesto
- ¿qué debo hacer?
- Liquidar a Arnold
Éste es mi regalo de Navidad y Año Nuevo, pero no se crean que ya todo terminó, todavía nos queda un capítulo más. ¿Morirá Arnold? ¿Quién lo asesinará?
Esto se pone candente así que no se lo pierdan :) Nos vemos pronto, mismo canal misma hora :P
