Hola, como están?
Quiero decirles que este es mi primer fic de Inuyasha y que les agradecería que fueran un poco compasivos conmigo a la hora de leer el fic porque les confieso que tengo muchos nervios...JEJJEJEJE.
Quiero agradecerles enormemente a mi querida Sensei (Zetus), a mi querida Sempai#1 (LouAsuka), a mi Musa (ASUMI-CHAN), quien me ayudo a corregir todas aquellas faltas presentes en mi historia (GRACIAS SINCERAMENTE POR TU AYUDA) a mi querida Saya por ayudarme a publicar ya todas y cada una de las personas que me aguantaron durante el tiempo que tome escribiendo este capitulo y MUCHAS GRACIAS POR LAS IDEAS...Las quiero mucho a todas, no lo olviden y disculpen a las que no nombre pero ellas saben que son igual de importante para mi.
Los personajes de Inuyasha lamentablemente no me pertenecen pero son obra del ingenio de la grandiosa Rumiko Takahashi.
Ojala les guste mi fic y espero no recibir tantos tomatazos.
Los diálogos serán iniciados con –
Los pensamientos por (....) en negrita
Las leyendas por solas
EL REENCUENTRO DE UN AMOR PERDIDO
POR SESSHI 23
CAPITULO 1
Una pequeña luz al final del túnel
Mírame,
En nada me consigo concentrar
Ando despistado, todo lo hago mal
Soy un desastre y no se
Que esta pasando…
Sengoku
Se encontraba parado en el umbral de la ventana, un Taiyoukai pensativo, recordando viejas penas tratando de olvidar ese sentimiento de angustia y dolor que carcomía su Corazón.
Ya han pasado 3 años desde que Inuyasha pudo cumplir su anhelado deseo de convertirse en un demonio completo, pero que alto tuvo que pagar para que sus sueños se hicieran realidad, perdiendo así a la persona más importante de toda su vida...
A raíz de ese trágico suceso que marco para siempre la vida de este ahora solitario Taiyoukai, nunca mas se le volvió a encontrar rodeado de humanos como lo hacia antes en su afanosa búsqueda por La Shikon No Tamma, nunca mas volvió a cruzar por aquel pozo que fuera el causante de haberle brindado la compañía de tan grandiosa mujer, aquella que nunca lo cuestiono, nunca lo critico y que nunca lo abandono; la misma que con solo una sonrisa podía hacer borrar cualquier mal sentimiento o preocupación, aquella que permaneció a su lado hasta el fin sin importarle su propio sufrimiento...
(Hay Kagome, Mi Kagome, cuanto te extraño…)
- Si tan solo no hubieras interferido, si tan solo te hubiera elegido por encima de cualquier cosa todavía estarías con vida, estarías a mi lado para apoyarme y para cuidarme porque necesito tanto de ti, de tus cuidados, de tus risas, de tus ojos, de tu aroma, aquel que siempre me volvió loco capaz de llevarme hasta el cielo porque si Kagome, tu me volvías loco con tu sola presencia.
- Que tarde me vine a dar cuenta de este amor tan grande que había oculto en mi corazón solo para ti y por ti, porque tu fuiste la única que supo como remover aquella coraza formada luego de la muerte de mi Madre.
(Por que la vida se ha empeñado en golpearme tanto si yo nunca le he pedido nada a nadie, arrebatándome primero a mi Madre y ahora a la mujer a la que amo con todas mis fuerzas, si porque todavía la amo después de muerta, después de 3 años y estoy seguro que la seguiré amando por toda la eternidad porque este amor es tan grande que ni la propia muerte podrá acabarlo….)
- Ojala algún día este cruel destino que se ha encargado de separarnos nos brinde la oportunidad de volver a encontrarnos para poder demostrarte todo este amor que llevo a cuestas porque, este será mi castigo para toda la eternidad…
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Mientras tanto en otro lugar, caminaba por la espesura del bosque acompañado de su fiel sirviente, un frió y enigmático personaje que con solo su presencia hacia temblar a cualquier monstruo o humano existente.
- AMO BONITO, AMO BONITO espéreme - gritaba un ser de color verde y aspecto curioso que portaba un raro báculo de dos cabezas.
- JAKEN! No perdamos tiempo - dijo ese ser de Hermosa cabellera plateada y poseedor de los mas enigmáticos ojos dorados existentes, aquellos ojos que se volvieron mas fríos e inexpresivos con el pasar de los años.
Habían salido del Castillo para hacer su recorrido rutinario por el extenso territorio del Lord de las Tierras del Oeste. Al terminar su recorrido después de haber acabado con un insignificante monstruo que perturbaba la tranquilidad de sus tierras, Sesshomaru decidió ir en busca del Árbol Sabio, aquel que había sido consejero de su padre hace tantos milenios atrás y que ahora era el factor importante en la búsqueda de su anhelante tesoro.
- ¡Oh! Sesshomaru-sama has regresado - dijo el Árbol Sabio al sentir la presencia de nuestro frió Taiyoukai…
- Árbol Sabio, ¿que noticias me tienes? - preguntó Sesshomaru al encontrarse frente a frente con la figura de este imponente árbol…
Sesshomaru, luego de la batalla de Naraku había ido en busca del Árbol Sabio para poder hallar la manera de cómo volver a revivir a su pequeña Rin, ya que el maldito de Naraku se había encargado de truncarle cualquier posibilidad de usar a la Tenseiga.
- Sesshomaru he encontrado la manera por la cual podrás recuperar aquel tesoro perdido que esa sangrienta batalla te ha quitado - le contesta el árbol - pero para poder conseguirlo y lograrlo necesitaras de la famosa Shikon No Tamma.
- ¿Pero que estas diciendo Árbol Sabio? - pregunta Sesshomaru - para nadie es desconocido que en el momento en que Inuyasha pidió el deseo de convertirse en youkai, aquella joya se fusiono con él , desapareciendo para siempre de este mundo.
- Eso lo se, hijo del Gran Inutaisho, ¿acaso no confías en mi? – mirándolo fijamente - La única manera de poder encontrarla es buscando a su próxima reencarnación - comenta el Árbol Sabio.
(Ante esta respuesta ni Sesshomaru, ni Jakken comprendían del porque el Árbol Sabio decía aquellas palabras, porque aunque Sesshomaru era un fuerte y Gran Youkai, no le alcanzaría la vida para poder reencontrarse con aquella pequeña que había perdido.)
- Mira Sesshomaru, se que para ti es extraño que te diga, que la única manera de encontrarla es con la ayuda de la Shikon No Tamma, pero esto no es imposible, ya que a través de tu hermano podemos conseguirlo… - mirándolo - por eso necesitaras borrar ese resentimiento existente hacia tu medio hermano, porque solo con él podrás iniciar aquel largo y extenuante viaje a través de los tiempos para que puedas reencontrarte con ese ser al que perdiste, el lleva en su ser la esencia de la Shikon No Tamma y con esto podrás sobrevivir todos los años que te harán falta hasta que puedas encontrar a la pequeña Rin.
(Sesshomaru al oír las palabras del árbol adquirió una imagen de tranquilidad pero al mismo tiempo de molestia por que el solo hecho de pensar que tendría que pedirle ayuda a su medio hermano, para el no era nada agradable.)
- Me niego a tener que trabajar junto al estúpido de Inuyasha, el hecho de que le haya otorgado las tierras que le correspondían como legado de mi Padre al convertirse en un youkai completo no quiere decir que mis sentimientos hacia el hayan cambiado - responde Sesshomaru apretando los puños y cerrando los ojos de la cólera que lo invadía al pensar que debiera pedirle un favor a Inuyasha.
- Pero Amo Bonito - interfiere Jakken - con la ayuda de Inuyasha-sama podremos encontrar a la niña.
(Jakken sabia que con aquel comentario, su Amo Bonito seria capaz de acabar con el con un solo movimiento de Tokijin dejándolo muerto al instante pero no se resignaba a la perdida de su pequeña compañera de viajes que aunque nunca lo demostraba, siempre le preocupo )
- Usted mismo dijo que haría hasta lo imposible por recuperar a la chiquilla - en ese instante la mirada fría e inexpresiva de Sesshomaru, se perdió en el horizonte recordando el día de esa maldita batalla con aquel despreciable ser que fue el único culpable de la muerte de Rin.
Flash Back
Se encontraban luchando un grupo de personas con un ser que estaba rodeado por una gran aura de maldad y el cual tenia como único objetivo conseguir el ultimo fragmento de La Perla de Shikon…
Naraku, aquel monstruo despreciable capaz de arruinar con sus mentiras y engaños, la vida de tantas personas sin presentar el mas mínimo remordimiento estaba teniendo una ardua batalla con un ser de blanca cabellera que era acompañado por una niña pequeña y un sapo.
- Jakken, aléjate de aquí y protege a Rin fueron - las palabras dichas por este hermoso youkai al momento de comenzar su pelea con Naraku.
- ¡Oh! Señor Sesshomaru, usted que odia a todos los humanos por encontrarlos seres miserables y repugnantes y a los híbridos como Inuyasha por que son una mancha para su tan preciada raza se preocupa porque aquella niña pequeña este a salvo… - comenta Naraku con un tono sarcástico al Gran Taiyoukai.
- Naraku, preocúpate por tu pelea porque no voy a tener ninguna compasión en el momento en que te destruya…
- No me crea tan tonto Señor Sesshomaru, yo seria incapaz de restarle importancia a tan importante rival, -responde Naraku con su mirada maliciosa puesta en Rin
Y ahí fue que ocurrió el día de mi perdida, aquel funesto día en el que una niña pequeña perdió su vida a manos de un ser tan despreciable como Naraku.
Fin de Flash
- ¿Que has decidido? - pregunta el Árbol Sabio a nuestro hermoso Taiyoukai de cabellera plateada…
- ¡Iré! - fue lo único que respondió Sesshomaru al Árbol al momento en el que se alejaba de regreso a su Castillo dejando atrás a ese pobre youkai sapo que siempre lo acompaña.
- Ya era hora - pronuncio el Árbol Sabio al momento de la partida de Sesshomaru – "ya era hora de que permitas a tu Corazón poder albergar un sentimiento tan grande e inmenso como lo es el amor" - piensa el Árbol Sabio mientras ve alejarse al hijo de uno de sus mas apreciados amigos.
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En otro lugar, nos situamos en una aldea en donde se encontraba a un monje de vestimentas color violeta y cabello recogido en una coleta acompañado de su Hermosa esposa una valiente Taiji-ya con la cual se había casado desde hace 2 años, después de haber conseguido eliminar a ese temible ser que les había marcado la vida…
- Sango - llama nuestro amable monje a su querida Taiji-ya mientras veía con ternura a su pequeño hijo jugando con Kirara y Shippo, hace mas de un mes que no sabemos nada de Inuyasha, comenta el joven monje pensando en el gran dolor por el que estaba pasando su único y gran amigo.
- Es verdad - contesta la Taiji-ya - deberías de ir a visitarlo para ver si se ha restablecido un poco.
- Recuerda querida, que Inuyasha es un ser hermético al cual no le gusta compartir sus dolencias y mas aun desde la partida de la señorita Kagome.
Al pronunciar ese nombre, el rostro de nuestros amigos se ensombreció de tal manera, que pequeñas lagrimas comenzaron a rodar por las mejillas de una Sango triste y melancólica que recordaba con dolor la perdida de la que había sido su única y gran amiga en todo este tiempo, aquella que había partido de este mundo y los había dejado de manera involuntaria por haber realizado el sacrificio mas grande y prueba de lo que puede llegar a ser el sentimiento del verdadero amor.
Había pasado ya casi 1 semana desde que el Monje Miroku había decidido ir a visitar a su solitario y viejo amigo Inuyasha, pensando que tal vez podría convencerlo de que pasara una temporada con el y su familia en la aldea de la anciana Kaede porque desde la muerte de la señorita Kagome nunca mas volvió a convivir con ellos, solo le daba pequeñas y rápidas visitas, imaginando cuan doloroso era para el estar en aquel lugar que le traía tantos recuerdos.
Miroku se despidió de su amada esposa con un cálido y fuerte abrazo y le prometió con un hermoso y dulce beso que estaría de regreso lo mas pronto posible anhelando poder convencer a su amigo de que pudiera compartir algún tiempo con ellos para poder ayudarlo a sobrellevar aquel gran dolor del que era prisionero nuestro ex hanyou causado el día de la batalla final.
Flash Back
Después de la batalla final, el Monje Miroku, Sango la Taiji-ya, Shippo el Kitsune y Kirara la Monoke habían decidido regresar a la aldea de la anciana Kaede para poder tratar de calmar aquel dolor tan grande que los embargaba a todos por la trágica y súbita muerte de la Señorita Kagome."
Shippo lloraba desconsolado, el pequeño Kitsune al recordar que ya no podría tener mas a su querida Kagome que lo acurrucaba para dormir, aquella que le traía dulces y juguetes de su época para consentirlo, aquella que lo defendía de las amenazas de un hanyou de ropas rojas refugiándolo entre sus brazos y aquella que lo trataba y quería como si fuera su madre.
- ¿Por que? por que, tuviste que irte y dejarme solo - preguntaba Shippo al viento mientras amargas y pesadas lagrimas invadían su tristes y verdes ojos - porque he vuelto a perder a otra madre - se cuestionaba.
Aquella escena era en verdad triste y no había manera de cómo poder apaciguar aquella pena tan grande porque mientras nuestro triste y desconsolado Kitsune lloraba, dentro de una cabaña se encontraban 3 adultos preguntándose y cuestionando del porque el destino se había vuelto en contra de ellos porque aunque hubieran ganado la mas ardua y dura de las batallas no se sentían conformes, no solo en sus corazones habitaba un sentimiento de amargura que no los dejaba pensar con claridad sino que también un sentimiento de frustración que los hacia maldecir a aquel ser tan despreciable y ruin al cual no le importo acabar con tantas vidas inocentes para solo poder obtener aquella joya mágica que con su perdida dio inicio a grandes aventuras, largas y peligrosas batallas, pero que también los hizo encontrarse unos con otros para poder formar la amistad mas sincera y pura; aquel ser que solo estaba lleno de odio y maldad el cual solo quería destruir y acabar con todos aquellos que se interponían en sus planes.
Dentro de la cabaña:
Pensamiento de Sango:
(Amiga, porque tuviste que tomar esa decisión, se preguntaba Sango porque todavía no podía creer que Kagome se hubiera marchado para siempre, tanto lo amabas? que no te importo arriesgar tu propia vida para que el pudiera estar feliz junto a alguien que no lo quiere, que solo piensa en llevarlo al infierno y que nunca seria capaz del sacrificio tan grande que tu hiciste por amor.)
Pensamiento de Miroku:
(Señorita Kagome, pensaba el monje recordando la dulce y cálida mirada que siempre le brindaba esta jovial y amorosa joven de secundaria que siempre estuvo al pendiente de que todos estuvieran bien, porque tuvo que tener un final tan trágico, usted no merecía morir a manos del despreciable de Naraku, usted debió de salvarse para poder seguir alegrándonos con esa tierna sonrisa que siempre la caracterizo se pregunto el joven.)
Pensamiento de la anciana Kaede:
(Mi linda niña, tu amor fue tan grande que te llevo a ser capaz de entregar tu vida por el único ser que mas has amado en esta vida y se que lo seguirás amando hasta después de tu muerte solo elevo mi pensamiento al cielo y oro porque Kami-sama te otorgue la oportunidad de poder reencontrarte con ese único y gran amor dándote la oportunidad de demostrar todos esos bellos y hermosos sentimientos que habitaban en tu corazón.)
Fin de Flash
Así inicio su viaje el Monje Miroku montado sobre Kirara sobrevolando por el inmenso cielo azul y respirando el único y puro aire que solo caracterizaba al Sengoku. Después de un largo recorrido, detrás de unas montañas pudo divisar a lo lejos un imponente pero lucubre castillo que pertenecía a aquel ex-hanyou de ropas rojas que después de tantas penurias se había convertido en lo que tanto soñó... Un poderoso e imponente youkai, el cual era temido por todos y aquel que ya no seria humillado ni despreciado por su anterior calidad de híbrido.
- Ya casi llegamos - dijo Miroku a su gran acompañante Kirara la cual solo respondió con un gruñido al bajar a tierra adentrándose en los que eran ahora parte de los nuevos dominios de Lord Inuyasha...
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Dentro del Castillo… recorriendo los largos y oscuros pasillos de su castillo estaba Inuyasha, meditando y preguntándose del porque se sentía tan vació y solo , tan triste e infeliz a pesar de haber podido realizar el deseo de convertirse en un demonio completo. Muchas veces soñó que al convertirse en youkai, sus penas y molestias desaparecerían al instante pensando que tal vez volviéndose mas fuerte y eliminando todos aquellos sentimientos humanos que lo hacían vulnerable se sentiría pleno y dichoso.
Que equivocado estaba...
De que me sirvió poder pedir mi deseo de convertirme en un Taiyoukai a la perla, de que me sirvió que mi hermano me otorgara los bienes que por derecho de ser uno de los príncipes de las tierras del oeste me pertenecían, de que me sirvió luchar tanto para luego terminar solo y destrozado por dentro, porque así fue como me sentí aquel maldito día que me otorgo tanto, pero que me quito lo mas importante para mi...
- Tu Mi Kagome, como te extraño, como necesito de tu presencia, como necesito de tu bondad, como necesito de tu amor... aquel amor que nunca pudo ser por mi, por mi maldito sentimiento de duda, aquella duda que nunca me permitió ver a quien realmente amaba, aquel maldito sentimiento de compromiso que me ataba a una mujer que realmente lo único que quería era verme destrozado y pagando por un error del cual soy inocente. – mirando tristemente al cielo por una ventana cercana - Nunca podré perdonarme todo el mal que te cause, por que si yo te hubiera dado la importancia que realmente tenias y no me hubiera distraído aquel día tu no habrías cometido aquella imprudencia y estarías junto a mi lado de donde nunca debiste apartarte.
Y así comenzó a recordar todo lo acontecido en ese lúgubre día…
Flash Back
En la Batalla Final contra Naraku estaban todos aquellos que habían sido victima de aquel maligno ser capaz de causar tanto sufrimiento y dolor sin importarle nada mas que su propio beneficio y sin tener el mas mínimo remordimiento.
Estaban…
Inuyasha, un hanyou que había sido sellado por 50 años por la sacerdotisa Kykio, aquella que había sido victima de la obsesión del ladrón Onigumo siendo brutalmente atacada para luego morir con el mas grande de los resentimientos…
Miroku, el único monje existente de su familia el cual poseía una maldición en su mano derecha que había sido heredada desde el tiempo de su abuelo, hasta su padre y por ultimo a el, que tenia la obligación de vengar la muerte de sus sucesores y acabar con aquel culpable de la existencia de ese Agujero Negro capaz de absorberlo hasta el punto de darle muerte..
Sango, la exterminadora que ansiaba poder vengar la muerte de sus padres y poder recuperar a su pequeño hermano Kohaku quien era manipulado por el despreciable de Naraku…
Kagome, la reencarnación de la gran sacerdotisa Kykio, quien era la responsable de unir todos los fragmentos de la perla para poder purificarla y alejarla de ese ser maligno.
Estaba Inuyasha manteniendo una cerrada y ardua batalla con Naraku mientras sus amigos trataban de acabar con las otras extensiones de Naraku, en el momento en que Naraku iba a fusionar la Shikon No Tamma con su nuevo cuerpo, una flecha purificadora de luz se la arrebata de las manos por unos instante, momentos en el que la dueña de aquella flecha aprovecha para recogerla y evitar que este malvado ser incremente sus poderes.
- Maldita Kykio, acabare contigo y luego me fusionare con la perla - dijo Naraku en el momento en que se abalanzaba a una cansada y maltrecha Kykio que había utilizado sus ultimas fuerzas para poder lanzar la flecha que le había arrebatado a Naraku de las manos la perla.
Al instante en que Inuyasha escucho esto, corrió hacia Kykio abrazándola con fuerza hacia su pecho y ante los ojos atónitos de los presentes recibió el ataque en todo su cuerpo dejándolo mas herido de lo que estaba pero satisfecho al ver que Kykio no había sido lastimada."
- Kykio, ¿estas bien? - preguntó un herido Inuyasha que se encontraba tirado en el piso con una gran cantidad de sangre debajo de su cuerpo.
Ante esta pregunta la sacerdotisa no supo que contestar ya que se encontraba realmente sorprendida por este acto de aquel hanyou al cual solo quería llevar al infierno.
- Pero que estúpido has sido Inuyasha - comenta burlonamente el despreciable de Naraku - tu crees que con eso vas a evitar que la mate, lo que has hecho facilita mis planes, ahora acabare con ustedes 2 para mandarlos directo al infierno sin oportunidad de regresar…
Nuevamente Naraku se disponía a lanzar un poderoso y ultimo ataque en contra de Inuyasha para darle muerte pero lo que el nunca espero era que justo al momento en que su ataque llegaba a su destino una chica vestida con uniforme de secundaria se paraba enfrente de Inuyasha con los brazos extendidos recibiendo así en toda su magnitud el ataque haciéndola caer al suelo con todas sus ropas desgarradas en un gran charco de sangre.
- ¡¡¡Kagome, NOOOO!!! - fue todo lo que se logro escuchar al momento en que esta yacía en el suelo casi a punto de morir.
- Kagome... por favor aguanta, ¿por que lo hiciste? no te mueras – derramando cristalinas lágrimas - no me dejes solo - repetía Inuyasha en el instante que la tomaba entre sus brazos y la acurrucaba como a un bebe recién nacido olvidando por completo lo que sucedía a su alrededor…
Sus amigos que no podían creer lo que sus ojos habían presenciado no pudieron ir a ver el estado de la pobre de Kagome ya que de ellos dependía ahora tratar de acabar con Naraku y sus extensiones.
- Inu … yasha - llamó la joven que estaba dando sus últimos suspiros.
Inuyasha al ver que ella le hablaba, seco las lagrimas de sus ojos y volvió a preguntarle.
-¿Por que lo hiciste? no tenias que meterte en mi pelea, eres una descuidada que no pensó antes de actuar.
Esto era solo la única manera de poder esconder todo aquel miedo que invadía a nuestro herido hanyou.
- Inuyasha lo hice por ti, porque te amo, porque quiero que derrotes a Naraku para que puedas ser feliz al lado de tu querida Kykio.
Al oír esto algo en el corazón de Inuyasha se rompió, porque por su culpa ella, Kagome aquella niña que viajaba por el tiempo a través del pozo de huesos estaba lastimada y al borde de su ultimo suspiro.
- No, no tenias por que entrometerte esta es solo mi batalla no tuya, no tenias porque salir lastimada… - "¿Por que, porque nunca puedo protegerte si yo soy mas fuerte? y mira que irónico es el destino, tu una simple y frágil humana pudo salvarme la vida…"
Al momento en que Naraku se disponía en atacar nuevamente a la pareja, un ser de cabellera plateada y ojos dorados con una estola en el hombro se posiciono frente a el con Tokijin en la mano dispuesto a acabar con ese detestable ser.
- ¡Oh! pero a quien tenemos aquí bufo Naraku, si es el Señor Sesshomaru.
Sesshomaru, al ver el tono irónico de Naraku no espero mas y se abalanzo contra el dándole una ardua y dura batalla. Cuando todo empezó a complicarse Sesshomaru dirigió su mirada hacia una pequeña niña y un sapo…
- Jakken, aléjate de aquí y protege a Rin - fue la orden dada por este hermoso Youkai.
- ¡Oh! Señor Sesshomaru, usted que odia a todos los humanos por encontrarlos seres miserables y repugnantes y a los híbridos como Inuyasha por que son una vergüenza para su tan preciada raza se preocupa porque aquella niña pequeña este a salvo… - comenta Naraku con un tono sarcástico al Gran Taiyoukai.
- Naraku, preocúpate por tu pelea porque no voy a tener ninguna compasión en el momento en que te destruya…
- No me crea tan tonto Señor Sesshomaru, yo seria incapaz de restarle importancia a tan importante rival, - responde Naraku con su mirada maliciosa puesta en Rin.
Luego de eso el combate entre estos dos poderosos seres no se hizo esperar continuando así con esta sangriento y horrible día.
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Mientras tanto Inuyasha que todavía no reaccionaba sorprendido por la acción de Kagome no había vuelto a interferir en la lucha por miedo a que Kagome quedara mas desprotegida de lo que estaba…
- Inuyasha, ve y ayuda a tu hermano, dijo Kagome - mientras tosía un poco botando así largos hilos de sangre de su boca.
- No, no te volveré a dejar sola…
- Inuyasha, pídele a Kykio que me entregue la perla.
El hanyou, al escuchar esto se sorprendió sobremanera porque había olvidado por completo que Kykio se encontraba detrás de ellos también mal herida pero no tanto como Kagome, gracias a él. Kykio que escucho la petición de la chica hecha a nuestro querido hanyou, se levanto de donde se encontraba y coloco la perla entre las manos de Kagome.
- Toma, tu eres ahora la guardiana, la única que puede purificarla, hazlo ahora antes de que sea demasiado tarde - dicho esto en un tono frió y calculador.
-¿¡Que!? ¿¡Estas loca!? – gritó un enfadado y colérico hanyou de ropas rojas que se levantaba del suelo depositando a Kagome sobre el césped mojado para reclamarle a ese ser tan insensible y falto de sentimientos en el que se había convertido la mujer que el amo tanto tiempo atrás. ¿¡Como le pides eso si no ves que esta gravemente herida!? ¡¡Acaso no te importa que en el esfuerzo muera!!.
Al decir esas palabras, Inuyasha tomo a Kykio de los hombros y la sacudió para ver si así reaccionaba y dejara de pedirle a Kagome un esfuerzo tan grande como era el de purificar la perla.
Pero lo que él no sabia era que mientras discutía con una fría e insensible sacerdotisa, una joven que yacía en el suelo comenzaba a purificar la perla que tenia un aspecto oscuro, el cual reflejaba toda aquella maldad existente encerrada en esta mágica joya. Poco tiempo después Kagome termino de purificar la Shikon No Tamma, regresándola a su aspecto original que era el de una joya de color rosa claro, pero absorbiendo toda aquella maldad y oscuridad que habitaba en la perla.
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Regresando a la batalla entre el youkai de cabellera plateada y ese híbrido malvado, Sesshomaru había logrado debilitar en gran parte a Naraku que comenzaba a planear la manera con la cual podría distraer al Lord para poder recuperar la Perla.
Lanzó un ataque tan fuerte en contra del Taiyoukai que este solo pudo ver como volaba por los aires Colmillo Sagrado lanzándola tan lejos que no podía ir y recuperarla por lo que solo se dispuso a seguir peleando sin imaginar que este hecho iba a dar pie para que comenzara toda una pesadilla para él.
Lejos de ahí se encontraban una niña vestida con un kimono naranja y círculos verdes acompañada de un youkai de color verde y baja estatura…
- Señor Jakken, ¿cuanto mas tenemos que esperar aquí escondidos? - pregunto la niña al momento que se ponía de pie y comenzaba a caminar hacia el lugar de la batalla.
- Rin, espera no te alejes - fueron las palabras de aquel sapo poseedor de un báculo de 2 cabezas.
Pero esta no hizo caso y siguió acercándose al lugar en donde se encontraba su amo peleando con ese malvado señor, pero en el camino pudo notar que se encontraba tirada en el suelo aquella espada de su amo que había sido utilizada para revivirla, aquella espada que era como el campo de protección para Sesshomaru. Al encontrarla, la tomo en manos y corrió hacia su amo pensando tal vez que este la pudiera estar necesitando sin darse cuenta que iba a cometer el peor error de su corta vida.
Jakken vio con horror como Rin llegaba hacia el lugar del enfrentamiento porque estaba seguro que si salían victoriosos de esta lucha y a Rin le pasara algo malo, su Amo Bonito lo despedazaría vivo.
Sesshomaru al notar que la pequeña estaba muy cerca de el, trato de alejar a Naraku para que ella no saliera lastimada, pero lo que no sabia era que Naraku ya se había percatado de su presencia y tenia en mente el mas cruel y vil de los planes… Rin corrió hacia Sesshomaru para entregarle la espada pero antes de poder llegar a el Kanna, una de las extensiones de Naraku se posiciono frente a ella con un espejo en la mano capaz de absorber las almas de todos los seres vivientes y así lo hizo, comenzó a absorber una a una todas las almas existentes en el cuerpo de la pequeña niña que ya se encontraba en el suelo sin vida con la espada de su querido amo entre sus brazos…
Sesshomaru vio con horror el cuerpo de su pequeña niña en el suelo y abandono toda idea de lucha por ir a socorrer a Rin… Al llegar pudo notar la presencia de la espada de su padre que momentos antes había sido lanzada por los aires…
- Rin, te dije que permanecieras oculta - fueron las únicas palabras que el frió y ahora furioso youkai dijo; pero lo que el no sabia era que Naraku aprovecho su momento de debilidad para atravesarlo con uno de sus tentáculos dejándolo gravemente herido.
Sin saber que hacer, Inuyasha se dispuso a ir a acabar definitivamente con Naraku aunque en este intento se la vaya la vida, pero antes de seguir fue detenido por una débil y fría mano que se aferraba a el…
- Kagome, ¿que haces?, no te levantes tienes que descansar para recuperar fuerzas…
- No Inuyasha, necesito que me ayudes, necesito que me dejes serte útil una vez mas…toma - y así le entrego una Shikon No Tamma completamente purificada.
El hanyou al ver la joya se sorprendió por que hace unos instantes la misma perla estaba cargada de un aura maligna con un tono oscuro y gris.
- Kagome... ¿cuándo...?, ¿como lo hiciste? - fueron las preguntas hechas por Inuyasha que intentaba recostar a Kagome al pie de un árbol, alejándola un poco del peligro.
- Inuyasha, escúchame con mucha atención, necesito que concentres todos tus pensamientos deseos y anhelos en un solo propósito, en pedirle a la perla que te convierta en un youkai..
Inuyasha se sorprendió al escuchar las palabras de su amiga .
- ¿Que?, ¿estas loca?, este no es el momento de pedir ningún deseo además tengo ir a acabar con Naraku antes de que sea demasiado tarde - pero ella insistió…
- Inuyasha esto no es un juego necesito que le pidas a la perla con todo tu corazón que te convierta en un Youkai para que junto a Sesshomaru puedan acabar con Naraku…hazlo si es que alguna ves signifique algo en tu vida, aunque fuera un simple detector de kakeras…
- No seas tonta, claro que significas para mi mas que un detector de kakeras pero este no es el momento… - fue interrumpido al sentir unos dulces dedos rozar sus labios que los delineaban como si nunca mas los volviera a ver o sentir…
- Solo te pido esto y dejare que te marches fue lo único que Kagome - dijo antes de caer desmayada…
- Kagome, Kagome aguanta… - desesperado Inuyasha tomo la perla entre sus manos y con todos sus deseos cerro los ojos y comenzó a pedir su deseo.
Al momento en que una luz de color rosa salió de la perla e invadió el lugar por completo dejando a todos los presentes cegados por lo brillante del resplandor; reapareció de entre la luz un ser vestido de ropas rojas pero con una apariencia un poco diferente a la normalmente conocida. Así se convirtió Inuyasha, en un demonio completo, con el mismo aspecto de siempre pero con la variante de que ya no tenia aquellas orejas de perro y que ahora poseía las mismas marcas de color violeta en ambos lados de la cara iguales a las de su hermano.
Todos quedaron impactados al ver la nueva apariencia de Inuyasha que se acercaba a Naraku quien tenia el odio y rencor reflejado en los ojos porque fue testigo de la perdida del objeto por el cual tanto se esforzó… Inuyasha comenzó a atacar a Naraku con una velocidad y fuerza sorprendentes que dejo a todos los presente atónitos.
Mientras eso pasaba Sesshomaru se encontraba lastimado y arrodillado al pie del cuerpo de Rin, que parecía mas bien que estaba dormida y no muerta pensando como pudo haber cometido tan irremediable error.
Se levanto y se dirigió hacia su hermano con una mirada muy distinta a las demás, esta estaba cargada de furia, resentimiento, rencor y mucho pero mucho dolor, que aunque no lo aceptara o demostrara esa niña era lo mas importante en su vida. Y así unieron fuerzas ambos hermanos destruyendo por completo a Naraku y a sus extensiones.
Al final de la batalla, se encontraban un monje liberado de su maldición del agujero negro, una exterminadora llorando pero en paz por la muerte de su hermano Kohaku, un Kitsune lastimado pero a salvo y una Kirara dormida de tanto cansancio.
Sango corrió hacia el lugar en donde se encontraba su amiga para ayudarla y al llegar pudo ver que su amiga ya había recobrado el conocimiento pero que respiraba con dificultad así que se aproximo hacia ella para limpiar la sangre que salía de sus labios.
- Kagome, resiste recuerda que me prometiste enseñarme tu mundo, no te des por vencida que tu eres muy fuerte y yo se que vas a salir de esto.
- Sango, amiga necesito pedirte que cuides de Inuyasha por mi, ya no resisto mas y siento que la vida se me escapa, por favor no lo dejes solo, no lo abandones y no permitas que sea infeliz, cuídalo por mi que yo ya no podré…
- No, no me pidas eso Kagome, amiga tu vas a salvarte, verdad, no me vas a abandonar ahora que mas necesito de tu compañía…
- No digas eso Sango, tienes al monje Miroku que se que de ahora en adelante velara por ti y por sus futuros hijos.
Al escuchar eso, la Taiji-ya no pudo evitar sonrojarse de pensar de que podría tener su propia familia junto al único hombre que ella ha amado. Pero en esos precisos instantes frente a una débil Kagome, se arrodillo hasta tomarla en brazos y llevársela de ahí a un youkai de ropas rojas…
- A donde te la llevas - grito un Kitsune que lloraba desconsoladamente entre los brazos de un muy afligido monje…
- Déjalo Shippo - fue lo único que el monje dijo para que el Kitsune hiciera silencio - Inuyasha tiene que despedirse de la Señorita Kagome antes de que parta de este mundo.
Mientras caminaba Inuyasha le susurraba a la chica entre sus brazos.
- Kagome, cumplí tu deseo de convertirme en un youkai ahora necesito llevarte a tu tiempo para curar tus heridas - dijo Inuyasha mientras pasaban por un hermoso claro rodeado de flores y mariposas…
- Inuyasha, espera - dijo Kagome - quiero ver este hermoso paisaje antes de irme, necesito tener una ultima visión de este maravilloso mundo que siempre me gusto y al que siempre quise pertenecer - dijo una Kagome casi exhausta…
Inuyasha se detuvo y se sentó a orilla del rió con Kagome entre sus brazos totalmente pálida y con una respiración demasiado entrecortada.
- Kagome - llamo el youkai -, te daré solo un momento porque necesito llevarte a tu tiempo rápido.
- No Inuyasha, tu sabes muy bien que no sobreviviré a esto, tu sabes que estos son mis últimos momentos, permíteme por favor pasarlos junto a ti y déjame morir en la calidez de tus brazos como un ultimo y simple deseo… permíteme pasar lo que me queda de vida junto a ti, para poder recordarte siempre… ya tendrás el tiempo suficiente para poder reunirte con tu querida Kykio…
- ¿Que cosas dices? - pregunta el youkai mas triste que molesto - ¿como se te ocurre pensar que en estos momentos quiero ir a buscar a Kikyo?, si mi único lugar es estar aquí contigo, junto a ti, porque nunca debí de sepárame de ti …
Con aquellas palabras, nuestra hermosa jovencita empezó a derramar espesas lagrimas por sus pálidas y frías mejillas.
Inuyasha al ver eso se sintió morir porque una vez mas Kagome lloraba por su culpa.
- Kagome, por favor perdóname, no quise hacerte llorar, soy un estúpido que no sirvo para nada - le decía mientras secaba con sus garras las mejillas de una triste pero feliz Kagome.
- Tontito, como puedes decirme esto si ahora, siento que soy la mujer mas feliz del mundo, porque me encuentro en tus brazos, respirando tu olor y escuchando esas frases tan bonitas que me acabas de decir; quiero que sepas que nunca ame a alguien con tanta devoción y dedicación como a ti, y te deseo de todo corazón que seas muy feliz junto a Kyk…
Kagome, no pudo terminar de formular ese nombre porque por fin descansaba en paz….
Fin de Flash
Una lagrima rodó por la mejilla de un melancólico y triste Inuyasha que fue secada rápidamente al percibir con sus finísimos sentidos el aroma de aquel que fue y seguirá siendo su único y gran amigo…Miroku…
La inesperada visita de su viejo amigoLlegando hasta la entrada del palacio se encontraba nuestro dulce y buen Monje Miroku que llevaba en brazos a una reducida de tamaño y dormida Kirara.
- Hay Kirara, solo espero que el testarudo de Inuyasha decida acompañarnos, porque se que debe sentirse realmente solo en este palacio tan grande y tan falto de vida.
A lo lejos, pudo divisar a un imponente individuo de ropas rojas que permanecía de pie en la entrada del castillo con sus brazos cruzados y sus manos escondidas dentro de las mangas de su rata de fuego, al verlo, Miroku suspiro porque Inuyasha, aunque se veía mas fuerte y decidido, reflejaba un aire de melancolía, tristeza y soledad capaz de acabar con el corazón de cualquier ser viviente…
- ¿A que has venido? - Preguntó de manera cortante al recién llegado…
- ¡Ay! Inuyasha - dice el monje moviendo su cabeza de lado a lado en un gesto negativo - no puedo creer que me recibas de esta manera después de tanto tiempo - se lamentaba el monje, pasando con lentitud al lado de su amigo.
- ¡Feh!, ¿Que quieres que te diga?, si sabes que no me gustan las visitas, no podías haber esperado a que fuera por la aldea…
- Viejo amigo no tienes que fingir conmigo, tu sabes muy bien que a mi también aun me duele, pero quiero que sepas que todavía nos tienes a nosotros, tus amigos que nunca te han olvidado y que se preocupan por tu bienestar.
- Además haces sentir inútil a mi hermosa esposa, que lo único que hace es preocuparse por ti.
- ¡Feh! ¿Que tiene que ver Sango en todo esto? - preguntó Inuyasha con el ceño fruncido.
- Tu sabes muy bien a lo que me refiero Inuyasha, sabes muy bien que Sango prometió velar por ti y cuidarte como a un valioso tesoro y que con tu actitud hostil y lejana no le permites realizar sus últimos deseos…
Al escuchar esto, el rostro de Inuyasha se ensombreció nuevamente. Al notar esto el monje se regaño mentalmente por haber removido esa vieja herida entristeciendo mas aun a su afligido amigo.
- Bueno Inuyasha ¿no me invitas a recorrer tu enorme castillo? - pregunta Miroku en un tono jocoso y burlón como el de un niño cometiendo una travesura, para corregir su imprudencia.
- ¿Para que quieres ver un castillo que esta vació y sin vida? - pregunta Inuyasha caminando hasta un gran salón.
Miroku pudo notar que su amigo estaba mas amargado de lo normal, pero no sabia el por que...
- Sabes Miroku faltan 2 días para que se cumpla el aniversario de la muerte de Kagome - comento el youkai a un sorprendido Miroku .
A este, se le había olvidado por completo que esa trágica fecha estaba cerca, pudiendo así percatarse del porque la amargura de Inuyasha era mas fuerte. Y así, pasaron la tarde entre cortas platicas hechas mas que todo por Miroku a un Inuyasha que solo se limitaba a escuchar, ya que su mente y su alma se encontraban en otro lugar o mejor dicho con otra persona.
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En otro castillo...
- Amo Bonito, ¿que piensa hacer? - pregunta Jakken a un serio y pensativo Sesshomaru...
Este no se inmuto en contestarle, solo fijo su mirada mas allá del gran ventanal de su habitación. Después de una larga espera por una respuesta, Jakken decidió salir al jardín, pensando tal vez que con su presencia. Sesshomaru no podría tomar una decisión definitiva, pero al llegar a la puerta escucho a su amo que le decía...
- Jakken, prepáralo todo, mañana partiremos al palacio de Inuyasha.
Solo eso, basto para que el rostro de nuestro pequeño y verde amigo, cambiara a una expresión de esperanza, porque el también anhelaba el reencontrarse con Rin.
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Al día siguiente encontramos a un Miroku, listo para regresar a su aldea con el semblante de derrota por no haber podido convencer a su amigo de que lo acompañase una temporada.
- Inuyasha... - dijo el monje - ¿estas seguro de no querer venir conmigo? - pregunto Miroku.
- Ya te dije que cuando sienta deseos de salir, iré a visitarlos - respondió un molesto Inuyasha, ya que no comprendía del porque su amigo insidia tanto en que el regresara a ese lugar que tantos recuerdos le traía.
- Bueno si no tienes nada mas que decir... entonces nos veremos hasta otra ocasión.
Pero en el momento en el que se disponía a subir en Kirara una presencia se hizo presente ante sus ojos dejándolos con un grado de asombro.
- Sesshomaru-Sama, tanto tiempo - dice el Monje....
