Hola!

Quiero decirles que espero de todo corazón que este capitulo les agrade ya que en estos momentos no me encuentro muy bien de ánimos y trate de poner mi mayor esfuerzo para terminarlo y para cumplir con ustedes, aquellos a los que les ha gustado mi fic.

Se que el capitulo será bastante aburrido, y hasta un poco repetitivo en ciertas cosas pero solo les digo que lo escribí de corazón, y aprovechando mis momentos de soledad.

Este capitulo va dedicado a mi gran amiga Lady Sakura, por su cumpleaños porque se que pronto no tendrás el tiempo para ponerte a leer.

Gracias a todas mis amigas por soportarme y apoyarme y bueno solo me queda decirles, espero no decepcionarlas y que si lo hago, sean sinceras conmigo y me lo hagan saber que yo no me molestare y ojalá los tomatazos no sean tan fuertes...

Los personajes de Inuyasha lamentablemente no me pertenecen pero son obra del ingenio de la grandiosa Rumiko Takahashi.

Los diálogos serán iniciados con –

Los pensamientos (...)

Las leyendas van solas

Una noche de recuerdos y despedidas

Después de un largo recorrido Inuyasha y Sesshomaru llegaron a la aldea de la anciana Kaede, aquella misma aldea que fue testigo de tantos reencuentros dados por el grupo de personajes que de una u otra forma estaban unidos por un fin en común que era el de recuperar los fragmentos de La Shikon no Tamma y el de acabar con ese despreciable ser que marco la vida de cada uno de ellos con sus fechorías y trampas que nunca cesaron hasta que este terminara muerto a manos de ellos mismos.

En diversas ocasiones pudo recordar todos aquellos momentos que compartió en compañía de sus amigos y de ella, su adorada Kagome pero ahora que se encontraba en la aldea pudo sentir con mayor fuerza ese profundo dolor que siempre lo acompaña al haber perdido a la persona mas importante para el y a la única que pudo hacer renacer su solitario corazón, que aunque le pesara su soledad actual jamás se arrepentiría de haberle entregado su corazón a alguien tan puro y especial como lo fue Kagome, lo único de lo que el siempre se arrepentiría seria de no haberle demostrado todo ese amor que llevaba guardado en su corazón, porque este era tan grande y tan fuerte como lo eran sus poderes de Youkai.

- Kagome, - si tan solo la vida me diera la oportunidad de poder demostrarte todo ese amor y pasión que llevo guardadas solo por ti y para ti, porque nunca podré amar a mas nadie que no seas tu y aunque se me valla la vida tratare de que nunca ese sentimiento que llevo a cuestas se marchite, porque espero algún día después de mi muerte poder encontrarte para decirte cuanto te amo.

La aldea, no había cambiado mucho desde la ultima vez que la visito, pero ese sentimiento de tristeza y remordimiento que se apoderaba de el cada vez que visitaba el lugar, era cada vez mas fuerte e intenso porque venían a su mente como ráfagas de luz una serie de escenas en las que podía apreciar muy bien todo aquello que compartió junto a la mujer que tanto amaba y que dio su vida por tratar de que el fuera feliz con una mujer que solo lo odiaba y que nunca lo pudo aceptar en su antigua condición de Hanyou.

En esos precisos instantes libero sus pensamientos de todos aquellos recuerdos que lo invadían para dirigir su mirada hacia una mujer que traía ropas de sacerdotisa y que se encontraba recostaba al pie de un árbol.

- ¡¡Maldición!!, - fue lo que dijo nuestro querido Youkai de ropas rojas al toparse con aquella mujer a la que una vez amo pero que ya no quería, aquella mujer que el con tanto ahínco protegió el día de su ultima lucha con Naraku, aquella por la que tuvo que cambiar a la única persona que realmente le entrego una amor puro y sin reservas, una que fue capaz de sacrificarse solo por el bienestar del ser amado, una que después de que todo acabara desapareció sin dejar el menor rastro de sus acciones.

- ¡Kikyo!, - fue lo único que pronuncio Inuyasha, mientras esta solo se encontraba mirándolo con aquella mirada fría y sin sentimientos de la que era dueña, porque el nunca pudo comprender del porque ella nunca pudo tener una sonrisa o un gesto amable o de amor para con el como los que tenia su dulce y tierna niña, aquella niña que viajaba por el pozo devora huesos aquel que servia de enlace entre las dos épocas y los tiempos con el único propósito de acompañarlo y ayudarlo a reunir los fragmentos de La Shikon no Tama, aquella perla que trajo tantas desgracias pero la que también le permitió poder conocer a la niña echa mujer que el tanto ama, porque todavía no podía ni quería olvidar ese sentimiento tan grande y cálido que le producía el amar a su niña, a su Kagome...

Inuyasha, lentamente fue acercándose hacia el árbol en donde se encontraba descansando la sacerdotisa Kikyo hasta quedar frente a ella con una mirada de resignación y melancolía.

-¡Sabia que vendrías! - Dijo Kikyo fijando su mirada en un Inuyasha sorprendido.

- ¡Kikyo! , ha pasado tanto tiempo!

- ¡Inuyasha, necesitamos hablar! - Ven a este mismo árbol a buscarme cuando todos se encuentren durmiendo, fueron las únicas palabras dichas por Kikyo al momento en que se elevaba ayudada de sus serpientes caza almas, dejando a un Inuyasha cabizbajo y silencioso.

Inuyasha dio media vuelta y se encamino hacia la aldea en donde lo esperaban sus amigos para pasar una noche de mutua compañía juntos, en donde también esperaría pacientemente hasta su pactado encuentro.

Luego de esta breve charla dada solo por aquella mujer una voz lo saco de sus pensamientos volviéndolo a la realidad en la que se encontraba:

- ¿ Pensé que la relación que tenias con aquella mujer se había acabado? - Dijo Sesshomaru a un sorprendido Inuyasha.

- Es verdad, por encontrarme sumido en mis pensamientos había olvidado que me encontraba acompañado de Sesshomaru, - pensó Inuyasha que solo pudo emitir un suspiro ya que nunca se imagino que tendría que viajar al lado de su único hermano con la intención de ayudarlo, porque aunque el nunca quiso aceptarlo a el le hubiera gustado que la relación con la única persona que poseía su sangre fuera mejor y mas amistosa como la que tenia con sus amigos y no llena de tanta tensión y peleas estúpidas que se daban cada vez que alguno de los dos se encontraba frente a frente.

- De que estas hablando Sesshomaru, entre ella y yo ya no existe ningún lazo que nos una, simplemente tengo curiosidad de saber que es lo que necesita decirme; - además tu no eres quien para meterte en mis asuntos, así como yo no lo hago con los tuyos.

Sesshomaru, solo giro su mirada hacia la aldea y prosiguió a sentarse cerca de una enorme roca que se encontraba en la entrada de la misma.

- Aquí estaré esperándote hasta que arregles todo lo que viniste a hacer, después de esto sabes que ya no hay vuelta atrás y espero que no vayas a cometer ninguna estupidez por culpa de esa sacerdotisa que lo único que quiere de ti es destruirte; - si quieres ser digno de ser llamado hijo del Gran Inutaisho, nuestro padre espero que te comportes como tal y que no permitas que una insignificante humana te destruya, fue lo único que le dijo Sesshomaru antes de tomar su habitual postura de flor de loto para poder esperar a su tonto hermano.

Al oír estas palabras Inuyasha no pudo disimular su asombro al escuchar todo esto ya que el entendió que muy en el fondo aunque no lo hubiera demostrado, Sesshomaru se estaba preocupando por el por primera vez y eso era algo que jamás pensó que pudiera darse pero que lo embargo de un sentimiento de paz porque sabia que aunque fuera una locura esto que ellos estaban a punto de hacer, presentía que así después de tanto tiempo ellos podrían unirse como únicos y verdaderos hermanos que eran y solo el tiempo lo decidiría.

- Si eso lo se, fue lo único que Inuysha respondió a su hermano; iré a hablar con ellos y ha despedirme.

- Partiremos al despuntar el alba, hasta entonces aprovecha lo ultimo que te queda cerca de tus compañeros, fue lo ultimo que dijo Sesshomaru a Inuyasha.

Inuyasha se dirigió hacia la cabaña de la anciana Kaede para poder conversar con ella y contarle mas acerca del plan del Árbol Sabio y de su decisión de acompañar a su hermano en su búsqueda, que aunque el hubiese aceptado no le parecía del todo lógica.

Al caminar por la aldea, los habitantes de la misma lo miraban con tristeza, ya que todos recordaban la tragedia que envolvía al Youkai de ropas rojas por haber sido testigos de lo cruel y dura

que fue para el, la perdida de la vida de la joven Miko de ropas extrañas que todos llegaron a apreciar por conocer lo bondadosa, amable y servicial que fue con todos ellos, pero aunque sabían que el no era malo después de fallecer Kagome, todos sabían que

el permaneció lo mas distante y lejos posible de todos los humanos lo que causo en ellos cierto temor y recelo porque pensaban que el se volvería uno de tantos Youkai sanguinarios y sin sentimientos, pero lo que ellos no sabían era que el evito todo contacto con cualquier ser inferior a el solo para no tener que utilizar esos molestosos sentimientos humanos que aun poseía, aunque sus amigos se empecinaban en visitarlo cada vez que podían para hacerlo recordar que no era tan malo poder disfrutar de la compañía de quienes lo querían y apreciaban sinceramente, el nunca mas se sintió bien conviviendo con ellos.

En esos momentos recordó que en el momento en el que estaba pidiendo su deseo de convertirse en un poderoso Taiyoukia, también pidió poder conservar que todo aquello lo hacia ser racional como Hanyou no desapareciera para no perder la lucidez de sus actos y de esa manera no tener el miedo de que en cualquier momento pudiera atacar a sus amigos, pero lo que el nunca supo era que siempre permanecería siendo presa de todas aquellas sensaciones y debilidades humanas que el siempre pensó innecesarias porque lo hacían verse débil en los momentos de gran tensión, pero que gracias a ellas no perdió ese sentimiento de amor por su Kagome.

Llegando hacia una rustica y conocida cabaña se quedo parado en la entrada de la misma y solo se limito a llamar a la dueña de esta, - Anciana Kaede, - fue lo único que Inuyasha dijo al entrar en aquélla cabaña que tantos recuerdos buenos le traía de sus aventuras con sus únicos y verdaderos amigos y de su amada Kagome ha pasado mucho tiempo...

- Inuyasha, que alegría que hayas podido venir, pensé que mas nunca volvería a verte, supongo que ya te habrás encontrado con mi hermana Kikyo. - Sabes Inuyasha, - Kikyo ha cambiado, ya esta volviendo a ser aquélla mujer de buenos sentimientos que alguna vez fue, recuerdas cuando ustedes se enamoraron hace 50 años y ella se preocupaba por los demás y en su corazón había una bondad infinita, se que las cosas no serán como antes porque su partida hacia el otro mundo ya se acerca pero se que ella esta tratando de enmendar sus errores y comenzara contigo Inuyasha, porque se que para que ella pueda descansar en paz necesita de tu perdón.

- Yo no tengo nada que perdonarle anciana, no soy quien para tener que dar perdón a alguien que no actuaba concientemente, además vine a hablar contigo, me imagino que ya el chismoso de Miroku te habrá contado los planes que tengo junto con Sesshomaru.

- Si Inuyasha, ya su excelencia me contó lo sucedido en tu palacio y me comento de la ayuda que solicita tu hermano, pero quisiera que me contaras con tus propias palabras que es lo que realmente piensan hacer.

- Verás anciana, - al parecer después de la ultima batalla que tuvimos con el maldito de Naraku, Sesshomaru no pudo aceptar la muerte de aquella pequeña niña de nombre Rin que siempre lo acompañaba junto con el tonto de Jakken y por eso se propuso hallar la forma en que pudiera traerla a la vida ya que si no recuerdas al morir sus almas quedaron perdidas en el espejo de Kanna y sabes que un cuerpo sin alma no puede ser resucitado.

- Si Inuyasha, fue una perdida incesaría y lamentable como lo fue la de la señorita Kagome.

Al escuchar ese nombre, Inuyasha no pudo disimular la sombra en su mirada, y solo se limito a seguir contándole a la anciana lo que acontecía...

- Entonces, después de recorrer muchos lugares, Sesshomaru recordó que el Árbol Sabio había sido uno de los grandes amigos de mi padre y gran consejero de el por lo que se limito a buscarlo y a pedirle ayuda a ver si el tenia conocimiento de alguna forma o manera que le permitiera revivir a Rin, hasta que un día le contó que yo era la única vía para poder alcanzar la época adecuada en donde encontraría la próxima reencarnación de Rin.

- Pero Inuyasha, como sabrán quien será Rin y que aspecto tendrá ya que he escuchado que muchas veces cuando reencarnamos en otra vida no siempre es igual a la ultima vida que tuvimos.

- Eso no lo se a ciencia cierta, lo único que Sesshomaru me dijo fue que lo que nos mostraría quien seria la verdadera Rin será La Tenseiga, porque al morir con ella se creo un especie de nexo entre la esencia de Rin y la de La Tenseiga y es ese nexo lo que nos guiara a la verdadera Rin, solo espero que esto en verdad se realice, porque no se que seria de Sesshomaru si no llega a encontrar a esa niña...

- Veo Inuyasha que tus sentimientos hacia tu hermano han cambiado notoriamente y que puedo predecir que este acontecimiento los ayudara a que puedan aprender a quererse como los hermanos que son.

- Anciana, bien sabes que las peleas entre nosotros eran la mayor parte del tiempo provocadas por el y por su estúpido odio hacia mi y a mi madre por creernos culpables de la muerte de mi padre, yo jamás he sentido la necesidad de odiar a Sesshomaru, como el lo hacia conmigo, aunque no te puedo negar que hubieron momentos en que en verdad lo odie solo por el hecho de que por culpa de el, Kagome se encontró en peligro en varias ocasiones, pero si no hubieran pasado estos actos innecesarios y esta tonta rivalidad de ver quien tenia mas poder, me hubiera gustado mucho tener la oportunidad de conocerlo como se le conoce aun hermano al que se le quiere y aprecia y con el que sabes que siempre podrás contar, pero ya es demasiado tarde para nosotros, han sucedido demasiadas cosas que jamás podremos borrar y que se que nunca nos perdonaremos...

- No digas que nunca podrán llevarse como dos buenos hermanos Inuyasha, porque si el se trago su orgullo y pudo pedirte un favor al que tu has accedido me da la seguridad que no es demasiado tarde para que ustedes se comporten como lo hacen los hermanos de sangre normales.

¡¡Ahh!!, - suspiro Inuyasha, porque al escuchar las palabras de Kaede recordó que el muy en el fondo hubiera querido tener una familia con la que pudiera contar y a la que pudiera proteger de cualquier cosa, para que su vida no hubiera estado marcada de tantos acontecimientos tristes y sombríos.

- Di lo que quieras Kaede, yo se que por lo menos Sesshomaru jamás me podrá perdonar el hecho de que le haya cortado el brazo derecho el día de nuestro primer enfrentamiento por La Tesaiga, así que no creo que nosotros jamás podamos llevarnos como los hermanos normales.

- Bueno Inuyasha, esta bien no insistiré mas con el tema pero ahora si, quisiera preguntarte que si en realidad estas seguro del paso que vas a dar, porque recuerda que cuando lo hagas no habrá vuelta atrás y que seguramente tendrás que habituarte a una época muy diferente a lo que es el Sengoku.

- Se que será algo peligroso y diferente pero no tengo mas nada que me retenga aquí en el Sengoku, los aprecio a ustedes que son y serán mis únicos y verdaderos amigos pero creo sabrás entender del porque de mis palabras; lo único que quisiera que me dijeras que si en verdad esto que el Árbol Sabio le propone a Sesshomaru y a mi es en verdad posible...

- Mira, lo único que te puede decir esta anciana es que La Shikon no Tamma es algo muy poderoso que es capaz de realizar las cosas mas imposibles y se tan bien que tu al fusionarte con ella haz adquirido ciertos poderes especiales de la perla, por lo que te digo que si hay una posibilidad de que esta locura funcione.

Inuyasha, al escuchar las palabras de la anciana Kaede, quedo un poco mas tranquilo porque presentía que tal vez esto no tenia porque ser una locura después de todo.

Seguidamente se puso de pie y se dispuso a salir de la cabaña de la anciana para dirigirse a visitar a Miroku y a su familia que aunque nunca se los dijo se sentía feliz de que ellos si pudieron alcanzar la felicidad que tanto anhelaban...

- Regresare cuando anochezca, iré a ver a Miroku y a Sango para poder despedirme de ellos.

- Ve Inuyasha, se que necesitas recordar los viejos momentos convividos con tus grandes compañeros de aventuras.

Y así salió y se dirigió hasta la cabaña de sus grandes amigos que se encontraba un poco mas retirada de las demás.

Al llegar a esta no pudo evitar sentir nostalgia y hasta un poco de envidia pero de la buena, de solo imaginarse que el también podría estar viviendo así en familia, rodeado de vida y amor si tan solo su querida Kagome, no hubiera muerto; despejo su mente de estos anhelos imposibles para el y se dispuso a recorrer el lugar con la mirada y pudo ver a un sonriente Shippo jugando con el pequeño Kohaku, nombrado así por el fallecido hermano de Sango y fruto del amor entre Sango y el ex pervertido de Miroku que aunque no lo reconocía en un principio siempre estuvo enamorado de la fuerte y decidía exterminadora que solo se la pasaba golpeándolo por ser demasiado pasado y falta de respeto.

Esbozo una semi sonrisa porque nunca se imagino que aquellos dos humanos que siempre estuvieron allí para apoyarlo, por fin consumaran su amor después de tantos problemas y obstáculos.

- Sango, Monje Miroku gritaba un emocionado y crecido Shippo mientras corría hacia Inuyasha en compañía del pequeño Kohaku, Inuyasha ha venido visitarnos.

¡Feh! - Parece que a ti el tiempo no te ha cambiado mucho Shippo, sigues siendo el mismo Kitsune gritón y escandaloso de siempre, espero que no le enseñes esas malas mañas al pequeño Kohaku, decía un Inuyasha al momento en que se agachaba con los brazos abiertos para recibir al pequeño hijo de sus grandes amigos que aunque el no los visitara casi el niño siempre sintió un cariño especial hacia su tío Inuyasha.

- Vaya, vaya parece que Kohaku no te ha olvidado amigo, dijo Miroku en el momento en que aparecía parado en la puerta de su casa junto a su hermosa esposa, ya sabia yo que no podías irte sin despedirte de nosotros... vamos Kohaku deja a tu tío Inuyasha descansar que debe de haber viajado mucho para llegar hasta la aldea.

¡Feh! - Deja de decir tonterías Monje, sabes que nosotros los Youkai no somos tan débiles como ustedes los humanos y que por cargar al pequeño no me voy a morir, dijo un Inuyasha que se encontraba ya de pie con Kohaku entre sus brazos y junto a un Shippo muy alegre de poder ver a su antiguo amigo.

- Que gusto me da volver a verte Inuyasha, fueron las palabras de la hermosa exterminadora mientras le hacia señas para que ingresara a la casa en compañía de ellos.

- Bueno Inuyasha, se que mi casa no es tan ostentosa como tu castillo pero por lo menos en ella siempre sabes que serás recibido con las puertas abiertas...

Ya dentro todos de la cabaña, Sango se dispuso a decirle a Shippo en secreto de que necesitaban hablar con Inuyasha a solas y que por favor se encargara de salir a jugar con Kohaku.

- Vamos Kohaku, ven vamos a jugar afuera que quiero mostrarte unos nuevos trucos que he inventado, dijo Shippo poniéndose de pie y dirigiéndose afuera de la cabaña con Kohaku de la mano.

- Ahora si que estamos solos, necesito que me digas Inuyasha, que es lo que realmente has decidido con respecto al plan de Sesshomaru, dijo un Monje serio y a la expectativa de cual seria la respuesta de su amigo.

- Lo ayudare a realizar todo lo que necesite para encontrar a esa niña, dijo Inuyasha en el momento en el que procedía a contarles todo lo que Sesshomaru le había comentado y todo lo que hablo con la anciana Kaede que fue de gran ayuda para que el tomara una decisión definitiva.

Y así pasaron las horas entre explicaciones y recuerdos de parte de este trío de amigos que sabían que ya mas nunca podrían volver a estar juntos pero que daban gracias a Kami-sama de que tuvieron la oportunidad de conocerse y de compartir la bella y sincera amistad que los unía.

- Amigos necesito despejarme un poco volveré dentro de un rato dijo Inuyasha poniéndose de pie y saliendo de la cabaña de manera silenciosa.

- Amor a donde crees que va Inuyasha, pregunta la exterminadora a su flamante esposo.?

- Creo que se dirige al Árbol Sagrado, recuerda que este, fue el testigo de tantos reencuentros entre Inuyasha y la Señorita Kagome y me imagino que el necesita poner sus ideas en claro antes de irse...

Se encontraba caminando con rumbo al Árbol Sagrado un pensativo y melancólico Inuyasha que no tardo casi nada en llegar a su destino.

Aquí me encuentro ante ti Árbol Sagrado, mi lugar de descanso por 50 años, tu aquel que permitió que hace años atrás conociera a la hermosa y maravillosa mujer de la que me encuentro profundamente enamorado, aquella que me libero de mi largo sueño, aquella que me enseño a confiar en los demás y aquella que me demostró que no era tan malo después de todo abrir el corazón a un sentimiento tan puro y noble como lo es el amar a alguien...

Inuyasha procedió a subir a una de las ramas mas alta de este viejo árbol como lo hacia en los viejos tiempos para poder recordar aunque fuera doloroso por una ultima vez a su linda y dulce niña.

Kagome si pudieras escucharme en estos momentos te diría que te amo como nunca pensé amar a nadie, que si pudiera retroceder el tiempo y rectificar todos los errores cometidos jamás permitiría que te pasara nada y jamás dejaría que Kikyo se interpusiera entre nosotros porque ya tarde me vine a dar de cuenta que lo que creí sentir por Kikyo fue solo un sentimiento de lastima y compromiso porque aunque la quise mucho hace 50 años, mi amor por ti supero con creces todo aquello que pude haber sentido hacia ella.

Después de hablar consigo mismo, Inuyasha cerro sus ojos y trato de conciliar un poco el sueño ya que no sabia que le depararía el futuro de ahora en adelante.

Ya sumergido en un profundo sueño, Inuyasha pudo ver ciertas imágenes que eran los recuerdos mas dolorosos que se encontraban en su subconsciente y que el trataba de mantener en lo mas profundo de su corazón guardados, ya que el solo hecho de recordarlos, le producía un inmenso dolor y le causaba una profunda tristeza.

"(estas son conversaciones que Inuyasha tuvo con su subconsciente poco tiempo después de haber muerto Kagome, la mayoría son recuerdos de aquella época)"...

Sueño de Inuyasha:

Kagome, te perdí por mi inmensa estupidez, por no saber elegir a quien proteger, por haberte hecho caso de convertirme en un Taiyoukai completo, porque si no lo hubiera hecho, tal vez si hubiera derrotado a Naraku con mis poderes de Hanyou y de esa manera le hubiera pedido a La Shikon no Tamma que te devolviera la vida, pero no, todo paso tan rápido y no pude optar por la elección correcta.

También trate de que Sesshomaru te reviviera con su espada pero todo fue inútil, al parecer la vida se había ensañado conmigo para hacerme pagar el error tan grande que cometí por no haberte dado el lugar que te merecías, no se que pudo haber pasado con La Tesseiga, que al momento de morir aquella niña que viajaba con Sesshomaru, perdió por completo su poder convirtiéndose en un vieja espada mas;

Y no solo eso sino que todavía, no puedo apartar de mis pensamientos los rostros de tu familia, tu hermano que lloraba inconsolablemente por haberte perdido, tu abuelo que me echaba la culpa de no haberte sabido proteger bien, tu madre que sollozaba de una manera tan increíble que pensé que era demasiado fuerte...

El que no me golpeara o me gritara, fue una verdadera sorpresa para mi, ella al verme con tu cuerpo ya sin vida entre mis brazos solo corrió a abrazarte y a acariciar ya tu frió pero hermoso rostro, yo trate de que no te apartara de mi lado pero tenia que entender que ella como tu madre tenia mas derecho de estar contigo que yo, al dejarte con los tuyos ya me preparaba para marcharme con un gran vació en mi alma y un gran cargo de conciencia por haberle fallado a tu familia ya que yo siempre les jure que te protegería por sobre todas las cosas, pero no fue así, fue entonces cuando sentí una mano que tomaba la mía y me decía que me quedara, que no hiciera caso a los reproches que me daba tu pobre y triste abuelo, esa mano era la de tu madre que aunque se encontraba sumergida en un inmenso dolor fue capaz de permitirme quedar junto a ti y de ayudarme a calmar toda esta pena y dolor que me embargaba por tu perdida, aquella gran mujer que me dio frases de aliento para que no me sintiera culpable de que hubieras muerto, aquélla que pudo ver el inmenso dolor en mi corazón porque había descubierto en esos pocos instantes el inmenso amor que te tengo, aquella que reprendió a su padre diciéndole que este era uno de los grandes riesgos que tenias al viajar constantemente al Sengoku, y aquella que me permitió acompañarte en tu funeral aunque no tenia ningún derecho de permanecer a tu lado.

Después de lo pasado, trate de hallar un poco de consuelo en las palabras que tu madre me dio antes de marcharme para siempre a mi época:

" Inuyasha, aunque siento que me muero por dentro por haber perdido a mi hija, no te culpo por ello, porque se que al igual que yo estas sufriendo enormemente porque tus ojos no me engañan y se que la amas con toda tu alma, lo único que puedo decirte antes de que te marches es que debes de tratar de vivir tu vida con un poco mas de humanidad en tu corazón para que veas que algún día podrás encontrar la felicidad que tanto anhelaste al lado de Kagome"...

Luego de esto solo sentí sus manos limpiando mis lagrimas y un cálido beso en mi mejilla que me hizo recordar lo bien que se sentía tener a una madre que te brinde todo su amor incondicionalmente sin recibir nada a cambio.

Fin del sueño...

De pronto abajo del Árbol Sagrado se encontraba parado un pensativo Miroku que opto por despertar a su amigo para avisarle que ya era hora de la comida.

- Inuyasha, despierta y baja ya que te estamos esperando para comer.

Esto saco a nuestro querido ex Hanyou de su letargo y este procedió a bajar de la rama en donde se encontraba dormitando para seguir a su amigo hacia la aldea.

En el pequeño camino que estuvieron los dos solos, el Monje Miroku procedió a preguntarle una interrogante que tenia...

- Inuyasha, ahora que estas en la aldea, has visto a la señorita Kikyo?

- Si Miroku, fue lo que respondió el Youkai, la vi cuando recién llegue a la aldea y me dijo que necesitaba hablar conmigo; sabes, la anciana Kaede me dijo que ella ha cambiado mucho, no se que será lo que quiere decirme pero te aseguro que no voy a volver a caer en sus trampas, ya no soy aquel débil y tonto Inuyasha al que todos le veían la cara.

- Me alegra tu determinación y optimismo, solo quiero decirte que espero que Kami-sama te retribuya este favor tan grande que vas a hacerle a tu hermano y que te permita poder encontrar el amor y la felicidad con otra persona, porque se que necesitas mostrar ese amor que llevas por dentro y no es bueno que te encierres y lo guardes en ti mismo porque eso seria capaz de destruirte, porque aunque tu no lo creas yo siempre he pensado que cuando uno tiene un gran desamor en su vida y una tristeza tan grande en el alma como la que tu tienes, se puede enfermar y hasta morir, solo espero que sigas mi consejo y que veas que podrás encontrar a alguna otra mujer que te haga feliz y que te ayude a olvidar.

- ¡Que estupideces estas diciendo!, - te aseguro que ¡¡Nunca!!, - óyeme bien, nunca mas abriré mi corazón a nadie porque la única dueña de mi corazón esta muerta y con ella se murió mi oportunidad de amar, porque aunque tu quieras hacerme cambiar de parecer yo siempre le seré fiel al recuerdo de Kagome y nunca buscare consuelo en alguien mas porque no necesito cambiarla por nadie, por que nunca nadie me hará sentir como lo hizo ella... - Lo único que te voy a decir es que solo si la misma Kagome se levantara de su tumba yo entonces me podría dar la oportunidad de la que me estas hablando, pero como se que eso es imposible nunca mas volveré a amar y solo utilizare lo que me quede de vida para ayudar a Sesshomaru para luego poder morir y tener la esperanza de que en el mas allá pueda reencontrarme con ella.

Miroku al escuchar todas esas palabras llenas de dolor y nostalgia, pudo comprobar que por mas que lo intentaran, su amigo jamás dejaría de amar a Kagome, aunque se sentía orgulloso de que Inuyasha amara con tanto fervor y pasión a su antigua amiga, no pudo evitar entristecerse porque con esto solo corroboraba su presentimiento que era de que Inuyasha siempre permanecería solo hasta que la vida se encargara de gratificarlo por sus buenas acciones.

- Esta bien, esta bien, note enojes, nunca te dije que olvidaras a la señorita Kagome, solo te dije que deberías de darte una oportunidad, pero al escucharte solo te digo que admiro tu manera de amar y que mas nunca volveré a tocar este tema.

Y así siguieron su paso hasta entrar a la cabaña en donde lo esperaban Sango, Kohaku, Shippo y hasta la anciana Kaede que le tenían una cena de despedida.

Luego de comer y de conversar un poco cada uno fue tomando su lugar y fueron quedándose dormidos uno a uno para poder al día siguiente despedir a su gran amigo, pero lo que ellos no sabían era que este Youkai de ropas rojas aguardaba el momento justo para salir de la cabaña y si poder encontrase en la cita pactada con Kikyo.

Después de un rato Inuyasha salió de la cabaña de manera sigilosa sin hacer ningún tipo de ruido para no despertar a sus amigos pero lo que el no sabia era que cierto Monje pudo detectar todos y cada uno de sus movimientos ya que el no se encontraba durmiendo...

- ¡Ay Inuyasha!, - solo espero que lo que me dijiste por la tarde sea cierto y que no te dejes embaucar por la señorita Kikyo que aunque yo mismo he podido comprobar que ha tenido un cambio hacia los demás, yo aun no logro confiar plenamente en ella...

Caminando por la oscuridad de la noche se encontraba Inuyasha llegando ya hasta aquel árbol que serviría de encuentro para su pactada cita, pudiendo ver que en el mismo ya se encontraba sentada al pie del mismo la mujer que el tanto quiso en el pasado pero que ahora formaba parte de solo recuerdos y nada mas...

- Kikyo, ya he cumplido con venir, ahora dime que es lo que quieres pronto, porque dentro de un par de horas me iré...

- Inuyasha, veo que has cambiado mucho y no lo digo solo físicamente , sino que he podido ver que has madurado mucho mentalmente y que ya no eres mas el chico que actuaba sin pensar, me alegro mucho porque te hayas podido volver mas fuerte tanto física como espiritualmente; sabes, en estos tres años he pensado mucho en ti y en todo lo que nos paso, y realmente lamento mucho todos aquellos malos momentos que pasamos por ese malvado de Naraku, si estuviera en mis manos poder retroceder el tiempo para que no hubiéramos sido presa de todos esos crueles engaños te aseguro que lo cambiaria todo para que pudieras tener la oportunidad de ser feliz porque se que te lo mereces y yo no soy quien para impedírtelo.

Inuyasha no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando, Kikyo le estaba hablando de una forma tan sincera y transparente como lo había hecho antes hace mas de 50 años, pudo comprobar con esto que ella en el fondo si estaba cambiando y que al fin todo ese resentimiento guardado en el corazón de la sacerdotisa se había esfumado.

- Sabes, se que hace 50 años cuando nos conocimos no tuvimos la oportunidad de poder ser una pareja normal gracias a los engaños de Naraku, pero solo quiero que sepas que yo si te ame de verdad y que lamento que nunca pudimos ser felices, pero ahora que se que mi fin esta cerca, quiero desearte toda la suerte del mundo en aquello que comenzaras a buscar y que se que encontraran de la forma mas inesperada, porque a pesar de que no tengas la suficiente confianza ahora lograran tu y tu hermano su cometido y con esto así la vida te premiara por la bondad de tu corazón; se que lo que te estoy diciendo parecerá una locura y aunque no me lo creas se que podrás conseguir la felicidad que tanto te mereces en el momento que menos te lo esperes, no me preguntes cuando, ni como ni porque lo se, solo te puedo decir que es un presentimiento que tengo guardado en mi corazón y que me dice que tu si podrás ser feliz, solo ten fe y espera que la felicidad te llegara sola y cuando menos te lo esperes.

- No se de que me estas hablando Kikyo, tu bien sabes que mi oportunidad de ser feliz se fue el día en que murió Kagome, perdona lo cruel de mis palabras pero es la verdad y así que no te permito que me siembres dudas ni falsas esperanzas porque se que mi destino es vagar por el mundo estando solo y sin nadie a mi lado.

- Esta bien Inuyasha, no volveré a decirte nada mas, solo quisiera que por favor antes de que te marcharas me otorgues tu perdón, ya que sin el no podré descansar en paz; mi hora se cerca, Inuyasha y ya no soy capaz de seguir manteniéndome viva con las pocas almas que me quedan solo estuve esperando el momento de poder reencontrarme contigo por ultima vez para poder conseguir tu perdón...

- Kikyo, yo no tengo nada que perdonarte, porque tu no eres culpable de nada, pero si quieres escuchar de mi boca que te perdono, esta bien: - Kikyo, yo te perdono por todo lo malo ocurrido entre nosotros y deseo con todo mi corazón que puedas alcanzar el descanso eterno para tu alma atormentada porque se lo difícil que fue para ti decirme todas estas cosas que hacen que muestres una vulnerabilidad de la que nunca te has sentido orgullosa.

- Inuyasha, te agradezco mucho este perdón tan importante para mi, porque se que viene del fondo de tu corazón, le dijo la sacerdotisa al momento en que se acercaba a el; quisiera poder pedirte un ultimo favor antes de irme...

- Dime lo que necesites y si esta a mi alcance te lo cumpliré!

- Inuyasha, solo necesito que me des un ultimo abrazo, un abrazo de despedida para que yo pueda recordar siempre lo bueno que fuiste conmigo...

Al escuchar la petición de la sacerdotisa, Inuyasha se alejo dos pasos de ella porque pensaba que si la abrazaba estaría faltando a la promesa de serle fiel a Kagome...

- ¡Por favor Inuyasha!, - hazlo por ese amor que alguna vez nos tuvimos y no pienses que con esto le estarás faltando a la memoria de esa chica, solo te pido una ultima muestra de cariño para que pueda marcharme en paz al otro mundo.

Inuyasha no pudo resistirse al pedido de la sacerdotisa porque pudo sentir la sinceridad y el amor con el que se lo estaba pidiendo y así la atrajo hacia el y la cubrió con sus fuertes y protectores brazos apoyando su barbilla en la cabeza de la misma que solo se limito a abrazarlo con fuerza y a esconder su rostro en el pecho de nuestro fornido Youkai, pero al momento en que se disponía a soltarla porque pensó que ya había cumplido con su pedido ella se aferró a el con mas fuerza y comenzó a producir un resplandor de color rosa que salía de su cuerpo y los envolvía a ambos.

Inuyasha no comprendía que era lo que estaba ocurriendo y aunque trataba de separarse de Kikyo no lograba su cometido, fue cuando entonces pudo ver que ella levantaba su rostro y le brindaba una simple pero sincera sonrisa y que a la vez le decía que ella siempre lo amaría y que siempre estaría con el en los momentos en los que el mas la necesitara, aunque no lo haría de cuerpo presente pero su espíritu siempre lo acompañaría sin que el lo supiera hasta que el pudiera conseguir la verdadera felicidad.

- ¡Inuyasha!, - mi querido Inuyasha, siempre estaré contigo y deseo de todo corazon que recuerdes mis palabras; el destino te devolverá toda aquella felicidad que se te fue arrebatada, solo te pido que cuando me marche conserves siempre contigo este único pero importante recuerdo que te servirá de alguna u otra manera para que puedas ser feliz; después de decir esto, poco a poco el resplandor rosa que los envolvía fue desapareciendo junto con el cuerpo de lo que una vez fue la sacerdotisa Kikyo, dejando a un Inuyasha consternado y sorprendido de que todo esto pasara tan rápido y sin que el pudiera hacer nada para impedirlo, pero dejándole como recuerdo al momento en que esta desapareciera por completo, un pequeño medallón en forma de corazón que callo en sus manos sin saber este del porque de su aparición.

- ¡¡¡Kikyo!!!! - Fue lo único que grito al viento Inuyasha luego de que guardara el medallón entre sus ropas, que apareció al momento de desvanecerse el cuerpo de Kikyo por entre sus brazos...

Continuara....

Mis Agradecimientos:

Asumi-Chan: musa querida perdóname por tenerte tan abandonada, espero que no me vayas a ahorcar online por este capitulo que me atreví a publicarlo sin decirte antes pero, quería demostrarme a mi misma que debo ser capaz de corregir mis propios errores y no debo de estar dependiendo de mis amigas para que me los corrijan.

Yashi-mgi: Gaby amiga espero que este capitulo sea de tu agrado y ojalá lo puedas leer antes de irte.

Natsumi-San: hola amiguita, espero que te guste este nuevo capitulo

Haneko Higurashi: hola, como estas, como veras ya respondí a tu interrogante acerca de lo que hicieron los familiares de Kagome al enterarse de su muertes, espero que disfrutes este capitulo.

Zetus : Sensei querida, espero que te guste mi nuevo capitulo y ojala no me vayas a ahorcar por los errores que se que tengo.

LouAsuka: Sempai # 1 de mi vida, gracias por apoyarme en todo, ojalá disfrutes de este capitulo nuevo y solo te digo que no quiero que sea excusa para que te distraigas en la U.

Lady Sakura: amiguita, sabes que te quiero mucho y espero de todo corazón que te guste mucho mi capitulo 3 que fue terminado por motivo de tu cumpleaños, ojalá que cumplas muchos mas.

Lorena: amiguita ya te cumplí, y ya desaparecí a Kikyo de la historia pero, no te aseguro que no vuelva a aparecer, jejjejejeje.

Mayi Ven: Verito, disfruta el capitulo nuevo y espero no recibir muchos tomatazos de ti parte.

Kainu 1329: se que me dijiste que no hiciera algunas cosas en base a la presentación del fic, perdóname si lo hice pero es que realmente no me encontraba en mi mejor momento, espero que te guste este capitulo y ojalá no me mates.

Mizuho: Stef, gracias por estar conmigo en estos momentos tan difíciles para mi, gracias por tus chistes y espero que el capitulo te guste si no me aguanto los tomatazos.

Rerry: nietita linda, disfruta de este nuevo capitulo y si no te gusta me dices, jejjejejeje.

Anyara: amiga sabes que eres y serás muy importante para mi, gracias por levantarme el animo en estos momentos y espero no decepcionarte con este capitulo, ojalá te guste.

Kaissa: me alegra que te haya gustado mi fic, espero igualmente que te guste este nuevo capitulo.

Belen 1: amiguita, disfruta de este nuevo capitulo

Sango 900: Sanguito, pórtate bien y espero que tengas tiempo para leer este nuevo capitulo, disfrútalo.

Bueno, discúlpenme si no mencione a alguna pero es que estoy terminando este fic a las 4:00 a.m. hora de Panamá, porque quería cumplir con mi promesa de regalarle este capitulo a Sakurita por motivo de su cumple y a todas las demás chicas que me han apoyado incondicionalmente para que siga este fic.

Si el capitulo enreda un poco, esta algo confuso o no tiene una muy buena presentación espero por favor, que no me vayan a matar por eso, miren que trate de hacerlo lo mejor posible,

Les mando un beso a todas y "Disfruten el capitulo".

Se aceptan tomatazos, amenazas de muerte, asesinatos y demás pero por favor ¡Háganlo! Vía msn y no me crucifiquen online.

Gracias.

Byebye

Review porfa...