EXPLOSIÓN DE GALAXIAS
Capítulo 5: La cena
Advertencia: este capítulo contiene lemon. Si esto te desagrada, no lo leas.
El día siguiente fue muy atareado para Shun y Shura. Saori había contratado a unos camareros para que sirviesen durante la cena, pero el prepararla había quedado a cargo de ellos. No habían vuelto a besarse ni habían hablado nada sobre lo de ayer, pero se notaba que algo había cambiado. Shura estaba atento, amable y casi hasta cariñoso.
A la hora de la cena, tras revisar por última vez toda la comida, salieron juntos de la cocina. Todos los demás Caballeros ya estaban allí,
-Aquí llegan los cocineros. Por fin, ¡tengo hambre! -les dijo Aldebarán tocándose el estómago.
-Aldebarán hambriento... deberíamos haber preparado el doble de comida -dijo Shura mientras se sentaba. Shun rió y iba a sentarse en la silla de al lado, cuando Hyoga le llamó:-¡Shun! Siéntate aquí, te he guardado el sitio -decía señalando una silla vacía junto a él.
Shun dudó un momento pero luego fue hacia allí. Shura miró a Hyoga con rabia, pero éste no se dio cuenta.
-¿Qué pasa, Shura? ¿Estás celoso? -le susurró Afrodita, que estaba sentado a su lado.
-Cállate -contestó Shura entre dientes, pero no pudo dejar de vigilar de reojo a los dos Caballeros de Bronce, que conversaron alegremente durante toda la cena...
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Saga daba vueltas a lo que quedaba en su plato, sin hambre. Era la primera vez que veía a Mu desde "aquella noche" y sus sentimientos no podían ser más confusos. Por un lado sentía mucha rabia hacia él, ese estúpido le había hecho perder el control, pero tenía que hacer grandes esfuerzos para su mirada no se desviase continuamente hacia el Caballero de Aries. Las pocas veces que se había atrevido a mirarle advirtió que estaba pálido (más que de costumbre) y que, al igual que él, tampoco comía mucho. En contraste, Shiryu, que estaba a su lado, parecía muy contento.
Pronto comprendió el motivo de la felicidad del Dragón cuando, terminada la comida, Shiryu se levantó y les pidió a todos que llenasen una copa. Él se sirvió una a sí mismo y otra a Mu, haciéndole un gesto para que se levantara. Éste obedeció. Shiryu esperó a que todos se hubieran preparado la copa y entonces habló:
-Quiero daros una noticia. Es sobre Mu y yo... -hizo una pausa y miró a su novio, el cual le sonrió- ...nos casamos.
El anuncio fue seguido de exclamaciones de sorpresa y luego de alegría. ¡Una boda! Sería una buena excusa para organizar una buena fiesta... Todos felicitaron a los novios y se levantaron para brindar por ellos.
-Saga -Aioria llamaba al Caballero de Géminis, que estaba a su lado, inmóvil en su silla- ¡Saga! -tuvo que gritarle para que le hiciera caso.
Cuando éste volvió la cara hacia él, Aioria sintió un escalofrío. Su cara estaba blanca como el papel y sus ojos, perdidos, sin expresión, le miraban sin verle.
-¿No te levantas a brindar?- le preguntó el Caballero de Leo.
Saga pareció tardar en comprender pero al final se levantó maquinalmente y chocó la copa que le había servido su amigo contra las de los demás, bebiéndose a continuación el vino de un trago. Le temblaba la mano.
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Saori y Tatsumi se marcharon poco después del anuncio de la boda, así que los Caballeros aprovecharon para poner música y servir bebida abundante. Shura estaba sentado con Death Mask y Aioria, riendo de los chistes que el Caballero de Leo estaba contando como siempre que empezaba a estar borracho. Pero, aunque estaba entretenido, de vez en cuando miraba hacia Shun, que no bebía alcohol pero que parecía estar pasándoselo muy bien también.
En una de las ocasiones en que se fijó en él, vio que Hyoga le decía algo al oído, Shun asentía y los dos se alejaban de los demás. Shura giró la cabeza para ver hacia dónde iban y alcanzó a ver que entraban en la cocina. Se quedó unos minutos más allí sentado, intentando hacer caso a los chistes de Aioria, pero pronto la curiosidad (y los celos) fueron más fuertes y decidió ir a echar un vistazo. Se levantó murmurando una excusa y fue hacia allí.
Mientras, en la cocina, Shun sospechaba que Hyoga quería hablarle de algo importante pero que no se decidía, porque sólo hablaba de tonterías. Además se rascaba continuamente el brazo izquierdo, gesto que Shun conocía muy bien y que significaba que estaba nervioso.
-Hyoga -le interrumpió suavemente- ¿Por qué me has traído aquí? Lo que me estás diciendo podías haberlo contado delante de todos.
-Bueno...en realidad, quiero hablarte de algo... pero no sé por dónde empezar -respondió Hyoga, bastante cortado.
-¿Qué tal si empiezas por el principio? -sugirió Shun. Empezaba a preocuparse por su amigo, ¿tendría algún problema? Se le ocurrieron un montón de enfermedades raras y deseó que fuera algo completamente distinto. Y efectivamente lo era.
-¿Por el principio? Bueno... tú siempre has sido mi mejor amigo... lo sabes, ¿verdad?
-Claro. Y tú también eres mi mejor amigo, Hyoga.
-Gracias -sonrió el rubio mirándole a los ojos, y se quedó hipnotizado por esos grandes zafiros verdes que...
-¡Hyoga! ¡Cuéntamelo ya! -Shun empezaba a impacientarse.
-Está bien... Aunque nunca te lo haya dicho creo que te lo imaginas...yo...
Hyoga no encontraba las palabras. Había preparado este momento muchas veces en su mente pero llegada la hora de la verdad no le salía nada. Tomó aire y decidió pasar a la acción:
-Shun, estoy seguro de que así me entenderás...
Se acercó a él y sin más aviso, le besó en los labios.
Justo en ese momento, Shura asomó la cabeza por la puerta, y lo que vio le dejó helado. Hyoga estaba de espaldas y no podía verle la cara a Shun pero era evidente que se estaban besando. No necesitaba más detalles, así que se fue tan sigilosamente como había llegado. Volvió a la mesa con los demás y buscó refugio en una botella de vodka.
En la cocina, Shun se separó de Hyoga tan pronto como consiguió reaccionar.
-¡Hyoga! -exclamó, llevándose la mano a la boca, aún sin creerse del todo lo que había pasado. El rubio le miró dolido.
-Eso significa que no me quieres, ¿verdad? -murmuró. Shun le apoyó una mano en el hombro torpemente.
-Sí te quiero. Te quiero mucho, Hyoga... -dijo, pero Hyoga le interrumpió, terminando la frase por él:
-Pero sólo como amigo.
Shun no contestó, no hacía falta, pero Hyoga quería saber una cosa más:
-¿Hay otra persona?
-¿Qué quieres decir?
-¿Estás enamorado de alguien?
Shun bajó la mirada mientras el rostro de Shura aparecía en su mente.
-Sí, creo que sí. -odiaba hacer daño a su amigo, pero no quería mentirle.
-Entonces volvamos a la fiesta -dijo Hyoga. Mientras salían a reunirse con los demás, Shun creyó verle secarse una lágrima y se sintió muy triste. ¿Cambiaría a partir de ahora la amistad que tenían?
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-¡Shaka!
Shaka se sobresaltó. Afrodita se le había acercado por detrás y le había hablado muy cerca del oído, con tono conspirador.
-¿Qué quieres ahora?
-Tengo la estrategia definitiva. Esta noche el Fénix no escapará de mis garras.
Shaka puso cara de dudarlo mucho.
-No pongas esa cara -le advirtió Afrodita- Se me ha ocurrido algo que no puede fallar.
-A ver, sorpréndeme.
-¡Le voy a emborrachar!
Shaka meneó la cabeza:
-Qué original -comentó, irónico.
-Sé que no es original, pero es infalible -aseguró el Caballero de Piscis- Cuando esté borracho se olvidará de todos sus complejos y sus dudas y se lanzará a mis brazos... El problema es que intenté hacerle beber, pero no se fía de mí y se negó.
-Entonces creo que tendrás que pensar en otro plan.
-No hace falta... si tú me ayudas De ti no sospechará nada, seguro que si le desafías a beber aceptará.
-Ni lo sueñes.
-¡Por favor!
-No.
Afrodita frunció el ceño, pensativo. El Caballero de Virgo era testarudo pero tenía que haber alguna manera de convencerle...
-Si lo haces seré tu esclavo durante una semana. Haré todo lo que me pidas.
-No.
-¿Durante un mes?
-No.
-Si tú también quieres aprovecharte de él podemos compartirlo -dijo entonces Afrodita, cambiando de estrategia.
-No digas tonterías.
Por un cambio casi imperceptible en la expresión y en el tono de voz de Shaka, Afrodita supo que iba por buen camino...¿acaso se sentía atraído por Ikki?
-Shaka -le dijo con tono amistoso- Si lo que ocurre es queno te atreves a acercarte a él, lo entiendo. Hasta el mismísimo Caballero de Virgo tiene debilidades. Es lógico que tengas miedo de emborracharte tú también y terminar dejando ver tus...
-¿Mis qué? -preguntó Shaka, cortante.
-Tus sentimientos.
-¿Qué sentimientos? ¿En serio crees que no me atrevo a intentar emborracharle porque siento algo por él? .
-Sí.
-Eso es ridículo. Y te lo voy a demostrar -decidió Shaka levantándose- ¿Qué prefieres que beba? ¿Vino, vodka, tequila...? Esta noche vas a cenar Fénix remojado en alcohol.
-Fénix con tequila, por favor -respondió Afrodita sonriente. Shaka asintió y se acercó a donde estaba Ikki bailando con algunos de sus compañeros de bronce.
-Hola chicos -saludó- Voy a servirme unos tequilas. ¿Alguien quiere?
Shun y Hyoga negaron con la cabeza. Seiya abrió la boca para decir:
-Sí, yo... -pero se detuvo al ver la mirada fulminante que Shaka le dirigía- ...yo no, gracias.
-¿Y tú, Ikki? -preguntó el rubio- ¿Tomas un tequila o es demasiado fuerte para tí?
Ikki levantó una ceja.
-No hay nada lo bastante fuerte para mí -respondió, aceptando el desafío.
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Mu entró en uno de los baños, cerró la puerta y se sentó sobre la tapa del WC, apoyando la cabeza en las manos. Había pasado sólo un día desde que accedió a casarse con Shiryu y media hora desde que lo sabían todos, pero ya estaba harto. Harto de sonreír, harto de fingir alegría, harto de agradecer las felicitaciones y harto de sentirse una mierda, un sucio traidor. "Pero eso es lo que soy" se recordó. Lo que le había hecho a Shiryu no tenía excusa ni perdón. Y encima con... con Saga... un hombre que no sentía por él más que desprecio y que lo había tratado tan bruscamente... ¿por qué se había dejado? ¿por qué?
Durante toda la cena había evitado mirar al Caballero de Géminis, pero su cara, su voz... su cuerpo, su aliento, su sudor... todo había quedado grabado a fuego en la mente de Mu.
Pasados unos minutos se levantó. No le quedaba otro remedio que volver con los demás o le echarían de menos, ya que la cena se había convertido en una improvisada celebración de su compromiso con Shiryu. Al abrir la puerta se quedó sin respiración. Delante suyo estaba Saga, inclinado sobre uno de los lavabos, al parecer lavándose la cara. Al oír un ruido éste levantó la mirada y le vio a través del espejo que tenía enfrente. Mu no dijo nada, evitó los ojos del otro Caballero y caminó rápidamente hacia la puerta. Cuando ya estaba en ella oyó la grave voz de Saga que le llamaba.
-Mu.
-¿Qué? -respondió éste, sintiendo que un puño le apretaba el corazón.
-Felicidades por tu compromiso.
Silencio.
-Gracias -respondió finalmente. Esto le demostraba que para Saga no había ocurrido nada, que probablemente ya lo había olvidado, y sin saber por qué se sintió peor aún.
En cuanto Mu salió del baño, Saga lanzó su puño contra el espejo con todas sus fuerzas, lo que hizo que el cristal se rajase de lado a lado y, tras unos segundos, estallara cayendo al suelo en cientos de pedacitos.
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Ikki y Shaka ya se habían bebido unos cuantos vasos de tequila cada uno. Ikki comenzaba a sentirse un poco mareado pero no iba a dejar que Shaka le ganase bebiendo, luego iría contando por ahí que el Fénix se bebía un trago de tequila y ya estaba borracho... no, eso no podía ser... Enfocó la vista para analizar al rubio: no parecía tambalearse ni flaquear y seguía bebiendo un vaso tras otro. Iba a ser más difícil de lo que pensaba.
-Vamos, Ikki, ¿ya no puedes más? -le dijo el otro al ver que llevaba varios minutos con el mismo vaso en la mano, aún a medio vaciar. Al oír esto el Fénix se bebió lo que quedaba de un trago y posó el vaso sobre la barra, con demasiada fuerza quizás, para que Shaka le sirviese de nuevo.
Afrodita les observaba desde lejos, satisfecho por cómo marchaban las cosas. De alguna manera, Shaka había conseguido que Ikki se tomara...¿cuántos tequilas iban? Afrodita había perdido la cuenta, pero eso era buena señal: la caza del Fénix estaba cada vez más cerca. Decidió ir al baño a retocarse el maquillaje: no podía permitirse estar hecho un desastre para cuando Ikki le suplicase que le hiciera suyo...
Para entonces Shaka le servía el sexto (él no perdía la cuenta tan fácilmente) vaso a Ikki, observando satisfecho que el Fénix empezaba a mostrar signos de debilidad. Él también empezaba a emborracharse, pero sabía ocultar mejor los síntomas gracias a su gran poder de concentración. Eso sí, sabía por experiencia que llegado a un límite de alcohol, perdía esa capacidad y sentía la borrachera con todas sus consecuencias... por suerte aún no estaba en ese límite, así que se sirvió un vaso para él también y lo bebió rápidamente, mirando desafiante al moreno.
Ikki tuvo que beberse el vaso también rápido, para no ser menos que Shaka, que no le quitaba la mirada de encima, pero se apoyó disimuladamente en la barra para no tambalearse. Tenía que hacer más lenta la ingesta de alcohol o acabaría por los suelos.
-Shaka -dijo, intentando hablar con su tono de voz normal, sin estar seguro de que lo conseguía- Te propongo un juego.
-¿Qué tipo de juego?
-Yo te hago una pregunta o te propongo que hagas algo. Si no me contestas la verdad o te niegas a hacer lo que te mande, bebes un vaso de un trago, y luego al revés.
-Algo así como verdad o reto -dedujo Shaka.
-Sí. - Ikki no estaba como para inventarse un juego más original, lo único que intentaba era beber menos.
-De acuerdo.
-Bien... pues empiezo yo. ¿Cuál es el punto débil de Shaka de Virgo? -preguntó.
Shaka se quedó pensativo un momento. Sabía demasiado bien cuál era su punto débil, pero no quería confesárselo a Ikki, así que se sirvió un vaso y se lo llevó a los labios. Eso no hizo más que despertar la curiosidad de Ikki.
-¿No me lo vas a decir? ¿Tan débil es ese punto...? -preguntó el Fénix, repentinamente interesado.
Shaka no contestó, pero se bebió el vaso de un trago como mandaban las normas del juego. Ahora le tocaba a él, y atacó con una pregunta parecida:
-¿Hay alguien que conozca el punto débil del Fénix?
Ikki se sorprendió:
-¿Por qué no me preguntas directamente cuál es?
-Porque sé que no me vas a contestar -respondió Shaka, sonriendo con indulgencia. Ikki tuvo que reconocer que era listo.
-¿Y bien? ¿Hay alguien que lo sepa?
-Sí -contestó Ikki.
-¿Quién?
-Eso serían dos preguntas -le cortó Ikki rápidamente- No te pases de listo.
-No importa. Sólo tengo que esperar a mi próximo turno. Ahora te toca.
-Bien...pues tengo otra pregunta... ¿por qué me pediste que viniera a beber contigo?
Shaka se quedó frío. Esa pregunta no se la esperaba, y tampoco podía contestarla si no quería desvelar el trato que había hecho con Afrodita, así que tuvo que beberse otro vaso. Tras esto, se sentó en uno de los taburetes que había junto a la barra. Cada vez le era más difícil concentrarse para no dejarse embriagar por el alcohol.
-Es mi turno de nuevo -dijo, haciendo un esfuerzo para enfocar a Ikki correctamente- ¿Quién conoce tu punto débil?
Ikki no contestó. Esa persona era Afrodita, que por casualidad descubrió que tenía cosquillas cuando le estuvo limpiando la camisa. Si le decía a Shaka que era él, el Caballero de Virgo no tardaría mucho en preguntarle y enterarse. Y eso no le convenía a su orgullo de Fénix invencible. Si supieran sus enemigos lo fácil que era vencerle... con sólo unos roces en su abdomen o en sus axilas, empezaría a reír sin control y...
-Contesta o bebe -la voz de Shaka le sacó de sus pensamientos. Ikki no pudo hacer otra cosa que beber, sintiéndose cada vez más mareado. Por suerte ahora le tocaba a él, y decidió plantearle un reto.
-Es un desafío... -miró a su alrededor, buscando una idea, y la encontró- Tienes que besar al Caballero que más te atraiga de todos.
-¡Ni hablar! -contestó Shaka.
-Entonces sírvete otro vaso.
Shaka se sirvió más tequila con una mano temblorosa y comenzó a beberlo, pero no pudo terminar porque empezó a toser, escupiendo lo poco que había tomado de ese vaso. Se limpió la boca con la manga de la camisa y miró a Ikki avergonzado. El Fénix sonreía.
-Ya que no bebes, tienes que cumplir el desafío. Besa a quien prefieras -dijo, haciendo un gesto con la mano que abarcaba a todos los Caballeros que se divertían en el local.
Shaka se levantó con dificultad y la sonrisa de Ikki se ensanchó al ver que había conseguido emborrachar al guardián de la sexta Casa, pero enseguida dejó de sonreír al ver que Shaka daba dos pasos hasta quedar a pocos centímetros de él. La confusión que sentía se reflejó en los ojos del Fénix cuando Shaka le cogió la cara con las dos manos y le besó. Fue muy rápido, sólo un suave roce con sus labios, pero fue suficiente para despertar el deseo de Ikki. Borracho como estaba, miró al rubio sin reparos y se reconoció que le gustaba, que le gustaba y mucho. Shaka le miraba con sus ojos azules muy abiertos, arrepintiéndose de lo que había hecho y esperando a que Ikki hiciera algo, que le gritara, o que le empujara.... Lo que no se esperaba es lo que Ikki hizo: le tomó por la cintura y lo atrajo hacia él, besándole con firmeza.
Por una vez Shaka decidió no pensar y se dejó llevar por el momento. Los dos Caballeros se besaban con ansias y con torpeza, empujados por el alcohol que les había hecho liberarse de todos sus reparos. Ikki apoyó la espalda contra la barra para no perder el equilibrio mientras introducía sus traviesas manos por debajo de la camisa de Shaka.
En el otro extremo del bar, Shun buscaba con la mirada a su hermano, pues hacía un buen rato que no lo veía, y se encontró con la escena de Ikki y el rubio besándose y manoseándose apoyados en la barra. Hyoga vio que el peliverde abría la boca, sorprendido, y siguió la dirección de su mirada. Sonrió por primera vez desde que Shun le había rechazado.
-Parece que con un poco de alcohol tu hermano cambia completamente... -comentó. Shun rió, contento de que las cosas con Hyoga empezaran a volver a la normalidad.
-Nunca le había visto...bueno...ya sabes... -dijo. Shun siempre había creído que su hermano seguía enamorado de la fallecida Esmeralda. Quizás empezaba a superarlo.
Mientras, Ikki y Shaka habían llegado a un nivel de excitación que ninguno de los dos podría soportar mucho más tiempo. Las manos les quemaban y la ropa estorbaba. Ikki se separó sólo un instante de los labios del rubio para murmurar:-Vamos...a algún sitio...
Shaka no contestó, sólo volvió a atrapar sus labios con ansia, lo que el otro interpretó como que estaba de acuerdo. Entre besos y caricias le llevó hacia la puerta que tenían más cerca: la del cuarto de la limpieza. Hubo un momento en que se tambalearon peligrosamente, a punto de caer al suelo, pero Shaka extendió una mano apoyándola en la pared y haciendo a la pareja de sedientos Caballeros estabilizarse nuevamente.
Sin soltar a su presa, el Fénix luchó con el pomo de la puerta, que parecía no querer abrirse. Cuando por fin lo hizo, cayeron impulsados hacia dentro del cuarto, pero una estantería les detuvo y les permitió no caer al suelo. Shaka cerró la puerta empujándola con el pie mientras Ikki intentaba deshacerse de su ropa sin soltarle. Shaka le ayudó, prácticamente arrancándole la camisa con los dientes. Una vez que consiguieron su objetivo de tener al Fénix desnudo, le tocó a Shaka. Ikki le abrió todos los botones de la camisa con un fuerte tirón, mientras Shaka se desabrochaba los pantalones con grandes dificultades, en parte por el alcohol, en parte por la excitación.
Ikki se arrodilló para tirar de los boxers del rubio, que lanzó lo más lejos que pudo, y ya no se volvió a levantar. Shaka gimió al sentir que el Fénix se introducía su miembro en la boca, y casi pierde el equilibrio, por lo que tuvo que apoyar las dos manos en la pared, mientras sentía que todo se movía a su alrededor. Ikki succionaba con ansia y pronto obtuvo su recompensa... A continuación se levantó, con la vista algo nublada por alcohol, sólo el tiempo justo para abrazar a Shaka y hacerlo caer al suelo bruscamente. Junto con ellos cayeron varios objetos de las estanterías, y la misma estantería se tambaleó peligrosamente cuando los dos Caballeros rodaron por el suelo del estrecho cuarto.
Shaka quedó encima y aprovechó esta posición para explorar su cuerpo. Mientras sus labios devoraban el cuello de Ikki, sus manos recorrían el musculoso torso hasta detenerse en la entrepierna del Fénix, que jadeó al sentir el contacto. Sin dejar de acariciarle el pene, Shaka llevó sus dientes a torturar los pezones de Ikki, cuya espalda se arqueaba por el placer, hasta que llegó un momento en que Ikki dijo:
-No aguanto más -y, tomando al rubio por la cintura, les hizo rodar de nuevo para quedar sobre el Caballero de Virgo. Shaka adivinó lo que iba a hacer y un asomo de cordura intentó hacerse paso en su mente. Intentó apartarse de Ikki, pero éste no le dejó, lo sujetó fuerte contra su cuerpo y le preguntó al oído:
-¿Qué pasa?
Shaka se debatía entre la razón, que le hacía dudar de lo que iba a hacer, y el deseo, que le pedía que siguiera hasta el final. El cálido cuerpo de Ikki sobre él hizo que ganara el deseo.
-Nada -contestó, y le besó en la boca.
Ikki le correspondió al beso y se dejaron llevar otra vez por una pasión salvaje y algo torpe, ya que ambos estaban bebidos. Aún así sabían muy bien lo que les pedía el cuerpo... el Fénix se acomodó entre las piernas de Shaka y, tomándolo por la cadera, lo penetró sin dudar. El rubio soltó un débil quejido de dolor, que pronto se transformó en jadeos de puro placer, mientras Ikki se movía dentro de él con embestidas lentas y profundas. Shaka enroscó sus piernas en la espalda del Fénix, atrayéndolo aún más hacia él, fundiéndose con él. A medida que se iban acercando al éxtasis sus movimientos se hacían más rápidos y los jadeos de ambos subieron en intensidad. Pocos minutos después, mientras se vaciaba en el interior del rubio, Ikki gimió su nombre:
-Sha...ka...
Esto excitó aún más al Caballero de Virgo, que clavó sus uñas en la espalda de Ikki mientras llegaba a su propio orgasmo. Ikki se derrumbó encima de él, agotado, y ambos quedaron profundamente dormidos en el suelo del cuarto.
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¿Qué tal el capi? ¿Os ha gustado? A Afrodita le salió la cosa al revés, se va a a enfadar un poco cuando descubra que Shaka le quitó al Fénix jeje.
Gracias por leer a tods!
Para loveofangel: Acepto tu opinión de que lo de maestro-discípulo es depravado, pero yo prefiero decir que es morboso, divertido, excitante!! A mi imaginación se le ocurren cosas mucho peores...
Para ladygrayson: jaja tienes razón ¿quién rayos se acordaría de Shun? Yo seguro que no!! Pero así es el amor...
Para lunawood: guau, te lo has leído todo seguido, gracias por dejarme review de todos los capis!