Rurouni
Kenshin no es y jamás será mío, yo sólo
hago esto con el fin de entretener y espero que se cumpla mi
objetivo...
Esto es un universo alterno, por lo que las
situaciones, personalidades, nombres, etcétera, no calzan con
el manga o el animé.
Antes de comenzar, algunas
indicaciones:
-...- diálogos
-cursiva-
diálogos desde el otro lado del teléfono
'...'
pensamientos
---------- cambios de días o
situaciones
cursiva es la indicación de qué
hora es, y el lugar en el que se desarrollará esa parte de la
historia
(...) mis interrupciones
-Fantasía o
Realidad?-
Realmente no sé como fue que
empezó todo.
Ni cómo irá a terminar.
Lo
único que sé es que no pude evitarlo.
Que no quise
evitarlo
-Capítulo 1-
8:30
am. del jueves
Un apuesto joven pelirrojo de unos 26
años entró con paso apresurado a un gran y lujoso
edificio con una gran pileta en la entrada y muchos árboles
sakura alrededor.
-ohayô, Himura-san- al llegar frente a
una gran puerta de roble lo saludó una mujer ya entrada en
años, de cabello castaño corto, ojos negros y mirada
agradable.
-ohayô gozaimasu... eh, Mikoto-dono, puede
llamar a Sanosuke y decirle que venga a mi oficina onegai?- dijo el
joven pelirrojo algo nervioso.
-en un momento- la mujer marcó
un número en el teléfono que estaba a su lado mientras
Kenshin entraba a su oficina y cerraba la puerta con algo menos de
cuidado que otras veces.
-maldita... maldita la hora en que
decidí casarme contigo, perra...- murmuró con los
dientes fuertemente apretados mientras sacaba una botella de whisky
de un armario y miraba un marco bañado en oro con una foto de
su prometida. El joven se sentó frente a su escritorio
mientras servía un poco de licor en un pequeño vaso.
Luego de mirarlo durante un rato, como analizándolo y luego de
dejarlo a un lado hundió su rostro entre sus brazos
maldiciendo una y otra vez. Luego de más o menos media hora
unos golpecitos en la puerta lo hicieron levantar la cabeza. Se
levantó del lugar y se quedó como si nada pasara.
-adelante...- dijo con frialdad.
-ohayô Kenshin... cómo
estás?... para qué me llamabas?- un joven de cabello
castaño claro y ojos café se acercó a
él.
-ohayô Sano... bien gracias... te llamé
porque necesito que busques el mejor fotógrafo de la
cuidad...-
-para tu boda no?...- preguntó Sanosuke
serio.
-sí... lo necesito aquí a primera hora
mañana para ver los detalles... quiero que lo busques tú,
nadie más... es muy importante y lo sabes...- dijo el joven
con una mirada dorada.
-quieres a un hombre o a una mujer?-
preguntó el hombre con una mirada de burla.
-el mejor
fotógrafo... me da igual quién o qué sea- dijo
el pelirrojo cortante.
-está bien... nos vemos... te lo
envío mañana sin falta- dijo Sanosuke dando por
terminada la conversación y saliendo con paso firme de la gran
oficina.
Kenshin tomó nuevamente el vasito y bebió
su contenido de una vez, apretando los ojos y dejando caer, sin
querer, una lágrima.
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8:00
am. del viernes, Oficina de Himura...
-ohayô,
Himura-san- lo saludó como siempre la señora Mikoto.
-Himura-san... alguien le espera en su oficina...- Kenshin paró
en seco pero luego de unos segundos continuó su camino. Entró
a su oficina y notó que alguien estaba sentado en su sillón,
mirando hacia la ventana. El pelirrojo no podía distinguir si
era hombre o mujer.
-ohayô... tú eres el
fotógrafo que contrató Sagara Sanosuke?- La persona que
estaba sentada de espaldas a él hizo girar el sillón
para mirar a quién prestaría sus servicios. Kenshin se
sorprendió con lo que veía. Una mujer hermosa, de ojos
zafiro y cabello negro azulado, vestida provocadoramente y con una
extraña cámara en las manos. Ella lo miraba sonriente y
lo incomodaba como nadie.
-ohayô, Himura-san... hai,
Sagara-san me contrató... mi nombre es Kamiya Kaoru... es un
placer conocerlo- ella se levantó y caminó hacia él
sensualmente, haciendo que su temperatura subiera
considerablemente.
-el placer es mío- dijo él
sensualmente, aunque trataba de no hacerle caso a su cuerpo. Estrechó
la mano de ella y se sentó en el sillón que antes
ocupara la pelinegra. Kaoru se sentó frente a él cuando
el pelirrojo le indicó que lo hiciera.
-bueno,
Himura-san... qué desea que haga, que día y cuánto
me va a pagar- dijo ella con una bella sonrisa. Kenshin se incomodó,
pero no lo demostró.
-quiero que fotografíes mi
matrimonio... será en una semana y tendrás un buen
pago, por eso no te preocupes- dijo Kenshin cambiando su expresión
por una de tristeza mal disimulada. Kaoru lo miró
preocupada.
-no parece muy contento por tal evento... si desea
conversar, puedo escucharlo- dijo ella sonriéndole
tiernamente. Él la miró extrañado.
-no te
preocupes... estoy bien... bueno, si desea mañana o pasado
arreglaremos el asunto... hasta pronto- En eso entró a la
oficina una mujer de esbelta figura, suaves y bellas facciones,
cabellos negros y ojos rubí (la odio, demo tengo que admitirlo
ù.úU).
-ohayô, koishii...- la mujer pasó
frente a Kaoru sin mirarla y besó a Kenshin apasionadamente en
la boca.
-ohayô, Tomoe... bueno, Kamiya-san, le veré
pronto para ultimar los detalles...- Kaoru asintió y dejó
una tarjetita en el escritorio de Kenshin.
-cualquier cosa,
llámeme...- dijo ella sonriendo ante la fulminante mirada de
la prometida de Kenshin. -matta ne-
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03:37
a.m. del sábado, Casa de Kaoru
El teléfono
sonó despertándola. Kaoru abrió los ojos
maldiciendo levemente, y contestó a regañadientes.
-moshi
moshi?... hai... hai, Himura-san...- dijo ella, despertando al
instante al notar quién era.
-sumimasen... puedes
venir ahora a mi casa?... necesito hablar con alguien y qué
mejor que...- él se oía triste y como si estuviera
borracho.
-qué mejor que contarle los problemas a un
desconocido ne?- dijo ella divertida.
-exacto... puedes?
onegai... toma nota de mi dirección... - murmuró él
entre triste y sensual.
-está bien...- Kaoru anotó
la dirección del pelirrojo. -bueno... llego en menos de media
hora... tu casa me queda cerca... nos vemos- Kaoru colgó el
teléfono, se duchó y se vistió rápidamente.
Salió de su casa tranquila y se dirigió cerro arriba,
al barrio alto de la cuidad, que estaba atestado de casas enormes y
lujosas.
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Kenshin se levantó del sofá
en el que descansaba junto a un vaso de licor cuando escuchó
el timbre.
-konnichiwa...- dijo él sonriéndole
sensualmente a la chica mientras sostenía a su perro
siberiano. Kaoru le sonrió tranquila y no le dio importancia a
las miradas que le dirigía Kenshin, acarició al perrito
y pasó dejando su cartera.
-konnichiwa, Himura-san...
que lindo perro... cómo se llama?- la chica entró y se
sentó en el sofá.
-su nombre es Kai...- murmuró
el joven ofreciéndole un trago mientras trataba de sacar al
perro de la casa.
-no gracias, no bebo... eeeh... bueno...
por qué está tan... triste? alégrese! pronto
será su matrimonio!- dijo ella tratando de subirle el ánimo,
aunque ella misma no estaba muy animosa, pues tenía mucho
sueño y estaba cansada. Kenshin se sentó en un sitial
frente a ella.
-ese es precisamente el problema... esa mujer
que vio usted en mi oficina, mi prometida... es una perra- dijo
Kenshin sin reparar en las palabras que usaba. Kaoru lo escuchaba sin
hacer comentarios. -la muy puta jamás dejó que la
tocara sabes?... jamás accedió a que hiciéramos
el amor... y hace unos días me enteré de que...- el
pelirrojo tomó un trago de su vaso. -de que esa perra se
acuesta con uno de mis colaboradores...- Kenshin bajó la
cabeza y comenzó a llorar en silencio. Kaoru se levantó
y se sentó a su lado, lo abrazó y trató de
consolarlo. -yo la amaba sabes... la amaba más que a mi
vida...- la pelinegra lo abrazó más fuerte. Kenshin la
miró interrogante pero luego se dejó abrazar y siguió
llorando. Kaoru comenzó a acariciar su cabello, mientras
susurraba palabras de consuelo. El pelirrojo volteó su rostro
y rozó los labios de ella con los suyos. Kaoru no se negó
a esta acción. Kenshin se levantó ella pasó sus
brazos por el cuello de él, continuando con el beso que se
volvía más apasionado a cada segundo. La pelinegra
lamió las lágrimas del joven mientras él
comenzaba a quitarle la ropa lentamente.
-Himura-san... esto
no...- murmuraba Kaoru tratando de detenerlo en vano, pues ella
aunque lo negara, quería que él siguiera. Kenshin le
quitó la delgada blusa que traía mientras ella le
sacaba los pantalones sin mucha dificultad y notaba el grado de
excitación de él.
-Kamiya-san... esto sí...-
murmuró Kenshin mordisqueando el labio inferior de ella,
mientras le acariciaba los senos por sobre la ropa interior. Luego el
pelirrojo se despojó de la polera mientras Kaoru se quitaba la
molesta faldita que traía. Siguieron besándose por
largo rato hasta que Kenshin guió a la chica de ojos zafiro a
su cuarto. La habitación del pelirrojo, que estaba en el
segundo piso de la enorme casa, era muy espaciosa y tenía una
cama matrimonial al centro, las paredes eran de un suave color crema
con pinturas de paisajes en ellas y una puerta de vidrio que daba a
un balcón desde el que se veía toda la
cuidad.
-Himura-san... esta vista es hermosa...- murmuró
la chica semidesnuda, asomándose al balcón y admirando
las luces de la cuidad y luego las del cielo. Kenshin la abrazó
por detrás, sintiendo la suave y fría brisa de
invierno.
-así es... y onegai, llámame
Kenshin...- dijo él besando y lamiendo el delicado cuello de
Kaoru. Ella asintió, temblando al sentir los escalofríos
que le producía el pelirrojo.
-está bien...
Kenshin...- murmuró, dejando que se le escapara un gemido al
pronunciar el nombre de él, cuando sintió los dedos de
él presionando suavemente sus erectos pezones sobre su delgado
sostén de encaje. Kenshin estaba muy complacido por la forma
que ella lo había llamado y esperaba que eso se
repitiera.
-así me gusta...- murmuró el
pelirrojo al oído de Kaoru, para luego morder y lamer el
lóbulo. Kaoru gemía levemente cuando Kenshin rozaba la
sensible zona que rodea sus pezones al tratar de bajar el sostén,
sin desabrocharlo. Y él no dejaría de hacerla gemir. Al
menos no por esa noche.
El pelirrojo tomó a Kaoru en
brazos, que se veía indefensa y cansada. 'y yo me aseguraré
de cansarte más...' pensó él, depositándola
con suavidad sobre la cama, de manera que quedara de espaldas, y
colocándose sobre ella, para seguir besándola. Kaoru le
quitó la ropa interior al joven pelirrojo mientras él
bajaba suavemente las bragas de algodón que ella traía
al tiempo que lamía sus hombros y cuello.
-Kenshin...
no debemos... te vas a casar y...- Kaoru trataba de detenerlo, aunque
él notaba que su cuerpo pedía lo contrario.
-no,
Kaoru... no debemos... pero podemos...- dijo él callándola
con un beso, mientras sus manos, que antes acariciaban sus piernas,
se aventuraban a tocar la parte más íntima de la
chica.
-Ken... shin...- Kaoru gimió fuertemente al
sentirlo. Kenshin movió sus dedos acariciando la humedad de la
entrepierna de la joven mientras se debatía entre besar sus
senos o su boca. Optó por la primera. Kaoru en tanto
acariciaba la espalda del joven pelirrojo y luego enredaba sus dedos
en el cabello de éste.
-Kaoru... estás
lista...?- preguntó él cuando creyó que la
humedad de la chica era suficiente para tener una entrada fácil
y placentera.
-onegai... Kenshin...- pedía ella.
-tus
deseos son mis órdenes...- Kenshin separó las piernas
de Kaoru con suavidad mientras acomodaba su erguido miembro para
penetrarla.
El pelirrojo comenzó lentamente, entrando
apenas en ella. Mientras la joven pelinegra le pedía que no
tardara, él quería jugar un rato.
-onegai
Kenshin... no me hagas esperar más...- el joven hombre no se
hizo de rogar y la penetró despacio y tranquilo, para ir
aumentando el ritmo poco a poco.
-te gusta así, mi
bella Kaoru?- preguntó el pelirrojo comenzando a moverse en
círculos, mientras besaba el rostro de la chica. Kaoru se
aferró fuertemente a la espalda de Kenshin cuando sintió
que llegaba el primer orgasmo de la noche.
La chica tembló
levemente y se relajó bajo Kenshin, pero él no la dejó
tranquila, y siguió moviéndose dentro de ella, al
tiempo que besaba su boca. Kaoru se aferró nuevamente a la
espalda del joven, mientras él seguía con sus
embestidas, cada vez más rápidas y
profundas.
-Kenshin... dame... onegai...- Kaoru estaba muy
cansada y comenzaba a dolerle por las fuertes entradas del
pelirrojo.
-podemos hacerlo en otra posición... y
onegai no me pidas que me detenga...- murmuró él
saliendo de Kaoru y recostándose a su lado para dejarla
descansar unos minutos.
-Kenshin...- Kaoru estaba exhausta por
el trabajo del día, tenía sueño y no tenía
ganas de seguir haciendo el amor, ni menos con un desconocido, pero
él era tan guapo, tierno y bueno en la cama, que no pudo
resistirse y aceptó. El pelirrojo la ayudó a colocarse
de pie y la acorraló de espaldas contra una de las
paredes.
-Kaoru... eres preciosa... no sé por qué
demonios... me comprometí con alguien como Tomoe... si te
hubiera conocido antes... te habría hecho mi mujer sin
siquiera pedir tu aprobación...- murmuró él
acariciando los glúteos de ella y lamiéndole los
pezones.
-Kenshin... eso... estás... haciendo...- gemía
la chica. Kenshin tomó una de las piernas de la joven y
sosteniendo el glúteo del otro lado, la subió a la
altura de su cadera, penetrándola con esa acción. Kaoru
gemía, abrazándolo y pidiéndole que no se
detuviera por nada del mundo.
-Kaoru... ooh Kaoru... te gusta
así, amor?- 'y desde cuando llamo a una mujer con la que me
acuesto "amor"?' se preguntó el pelirrojo extrañado,
pero luego se concentró en darle placer.
-hai
Kenshin... así... sigue así... onegai.. no te
detengas...- gritaba ella, gimiendo y tratando de coger un poco de
aire para sus pulmones. Kenshin movía sus caderas adelante y
atrás, mientras sostenía a la pelinegra y cerraba los
ojos sintiendo su orgasmo muy cerca.
-Kaoru... Kaoru cambiemos
de posición...- Kenshin quería probar otras poses con
ella mientras durara su erección. La chica asintió
jadeando mientras él la llevaba hasta la cama, aún
dentro de ella (tiene harta fuerza el tío eh?) y la dejaba
nuevamente de frente a él.
-Kenshin... onegai...- Kaoru
estaba cansada. No quería seguir, pero su cuerpo le pedía
sentirlo dentro otra, otra y otra vez. Kaoru se puso de rodillas en
la cama, y con su mirada le pedía al pelirrojo que siguiera
con su exquisito juego. Kenshin sonrió y esta vez la penetró
por detrás, embistiéndola suavemente mientras le
acariciaba los senos. Siguieron probando distintas poses entre
cumplidos, besos y cosas por el estilo. Cuando ya no pudieron luchar
contra el sueño y el cansancio se durmieron
abrazados.
----------
10:45 a.m. del mismo día,
Casa de Kenshin
Era una mañana más fría
que lo normal y el pelirrojo dormía tranquilamente abrazado a
Kaoru, la que le brindaba calor, y una cómoda almohada para su
cabeza.
El molesto sonido del timbre despertó a Kenshin,
el que se levantó de mala gana sin despertar a la pelinegra,
se puso una bata azul marino y caminó lentamente a ver quién
era. Observó por la mirilla de la puerta y vio a su prometida
con cara de pocos amigos. 'demonios... si Tomoe ve a Kaoru aquí,
mi plan se va a ir a la mierda...' pensó volviendo a su
habitación sin hacer ruido.
-Kaoru... Kaoru
despierta...- Kenshin movió suavemente a la chica tratando de
despertarla. Kaoru abrió sus bellos ojos azules y lo miró
interrogante. Al recordar lo de la noche anterior se sonrojó
fuertemente y trató de cubrirse con algo. No estaba
completamente desnuda, traía la camisa de Kenshin, pero de
todas formas se sentía desnuda y muy avergonzada por su actuar
(espero que entiendan lo que quiero decir). Y más porque
ella...
-Himura-san... yo...- La joven mujer evitaba mirarlo y
trataba de explicar su actuar la noche anterior -Himura-san... no
piense que yo soy una...demo...-
-tranquila... no te preocupes
por eso... escucha, necesito que te vallas ahora... y sin hacer
ruido... onegai... te llamaré más tarde y te explicaré
todo de acuerdo?- Kenshin hablaba muy bajo y Kaoru apenas le
entendía, pero aún así hizo lo que él le
pedía. La pelinegra se vistió silenciosamente y caminó
hacia una puerta al fondo de la cocina, que daba al patio. Kenshin
decidió prestarle una chaqueta y dejar que se quedara con su
camisa.
-matta ne, Himura-san...- Kaoru se disponía a
marcharse lo más rápido posible al escuchar el
insistente sonido del timbre, pero Kenshin la detuvo y la besó
apasionadamente en la boca, acariciando su sedoso cabello
azabache.
-matta ne... Kaoru- dijo él antes de que ella
saliera. Luego se fue hacia la puerta de entrada y abrió
despacio, poniendo cara de estar recién
despertando.
-Kenshin... hasta cuando pensabas hacerme
esperar?!- gritó Tomoe molesta. Kenshin la miró
cambiando su sonrisa tranquila a una expresión de enojo.
-no
tienes derecho a gritarme- dijo fríamente. La mujer lo miró
frunciendo aún más el ceño.
-claro que
sí! he estado llamándote desde hace más dos
horas y no contestas! además, son casi las once de la mañana
y tú todavía durmiendo?! cómo puede ser que mi
futuro esposo sea tan irresponsable, holgazán y...?!- Kenshin
le tapó la boca bruscamente con una mano.
-vuelve a
insultarme y...- Kenshin sonrió malicioso. La mujer lo miró
con indignación y odio.
-no
te atrevas!- Tomoe le dio una cachetada, llegando a voltearle la cara
por el golpe. Kenshin miró sonriendo como su prometida se daba
media vuelta y se iba hasta su automóvil. El pelirrojo movió
su mano como diciéndole adiós y entró en su casa
con una sonrisa de oreja a oreja.
----------
-moshi
moshi?... ah, es usted...- Kaoru se había dado un relajante
baño de tina y estaba recostada en el sofá de su
departamento, acariciando a su gatito blanco de nombre
Ryu-chan.
-hai... Kaoru... no sabes lo
maravilloso que fue lo de anoche... realmente ha sido la mejor noche
que he pasado en mi vida, y no me arrepiento...-
-Himura-san...
si llamaba para decirme eso, le agradezco el cumplido, pero no quiero
recordarlo... realmente me avergüenzo mucho de mi comportamiento
de anoche y preferiría que no siguiera hablando de eso...-
Kaoru hablaba serenamente, aunque no podía evitar sonrojarse
cuando las imágenes y recuerdos asaltaban su mente sin que
ella lo deseara.
-está bien... bueno... eeeh...
sumimasen... por haberte pedido que te marcharas... puedo
explicarlo...-
-iie, Himura-san... no se preocupe por eso,
no lo culpo...- dijo Kaoru tranquila -supuse que su simpática
prometida estaba tocando el timbre... y por qué hacerla
esperar ne?- Kaoru hablaba ahora con sarcasmo mal disimulado. No
quería admitir que comenzaba a sentir algo por el pelirrojo y
que estaba muy molesta porque él la hubiera echado cuando
llegó la otra mujer.
-Kaoru... escucha... yo no
siento nada por ella... lo que pasa es que...-
-no me de
explicaciones, no las necesito... bueno, tengo que hacer... mata
ashita- Kaoru colgó el teléfono con cuidado y se
levantó hacia el cuarto de lavado, abrió la tapa de la
lavadora, echó detergente, e inhaló por última
vez el varonil aroma que tenía impregnada. 'Kenshin...'. la
chica echó la camisa a la lavadora con enojo. 'no... no
puedo... no puedo hacerle esto a Enishi...'
----------
'demonios...
no quiso escucharme...' Kenshin bebía licor nuevamente,
recostado en el enorme sofá de su sala, mientras acariciaba
detrás de las orejas a Kai-chan. No era adicto al trago, pero
en este momento quería beber. Luego de unos minutos comenzó
a hablar consigo mismo -qué demonios voy a hacer con esta
chica...- el pelirrojo suspiró suavemente. Cuando escuchó
sonar el teléfono se levantó pesadamente y caminó
hacia la mesita en la que se encontraba el aparato.
-moshi
moshi?- murmuró suavemente cuando tomó la bocina del
teléfono, pensando que podía ser la chica de ojos
zafiro.
-Himura-san?... buenos días...
habla Mikoto... necesito informarle que no podré seguir
trabajando para usted, me iré del país
y...-
-tranquila, Mikoto-dono, no hay problema-
dijo Kenshin en tono comprensivo -no me de explicaciones, no se
preocupe... gracias por avisar...- el joven hombre suspiró
bajito -hai... que tenga un buen viaje... sayonara- Kenshin colgó
y volvió a recostarse en el sofá.
-tendré
mucho que hacer mañana...- pensó en voz alta -y lo
primero será ponerme en la buena con Kaoru...- Kenshin se
levantó de repente con una extraña sonrisa y cogió
la bocina del teléfono.
-ehh... quisiera saber la
dirección de Kamiya Kaoru... hai, el número es...-
Kenshin anotaba en un papel la dirección de Kaoru y luego hizo
otro llamado.
----------
-Megumi... no me hagas esto...
onegai...- Sanosuke estaba de rodillas frente a una bella mujer de
unos veintisiete años , de cabello negro, ojos almendrados y
labios de un rojo intenso.
-iie, Sagara Sanosuke... ya lo has
hecho dos veces, no hay una tercera oportunidad...- Megumi se iba de
una casa, que debía ser la de Sano, con una maleta y un
bolsito de mano.
-Megumi... qué puedo hacer para que te
quedes?...- preguntaba él, rogándole.
-nada...
ya nada- dijo ella antes de hacer parar un taxi e irse del
lugar.
-gomen nasai koishii...- murmuró Sanosuke al
viento, levantándose y entrando a la casa.
----------
-Fin
Capítulo 1-
Notas de Autor:
Bueno, he aquí
un nuevo fanfic, espero que les haya gustado... esto está
extraño y espero que no les moleste la forma en que lo estoy
escribiendo n.nUU...
Espero que dejen reviews, para poder
seguir escribiendo... y como en mis otros fics, los contestaré
al principio...
Ehhh... Eso es todo, nos leemos
Recuerden
dejarme reviews!!
Sayonara
Hitokiri Himura
PD:
mi nuevo nick será Hitokiri Himura20 para los que se
guían por el nick...
