TITULO: Siempre En Tu Corazón

ADVERTENCIAS: Este capítulo contiene sexo explícito entre dos hombres, quedáis advertidos. Esto es slash, además de contener m-preg, quedas advertido de eso y si eres sensible a estos temas, por favor no lo leas, si decides leerlo, es bajo tu propio riesgo, no queremos quejas al respecto.

DISCLAIMER: Todos los derechos de Harry Potter le pertenecen a J.K. Rowling y demás implicados. Nosotras no obtenemos ningún beneficio económico con ello, sólo los cogemos prestados para divertirnos y jugar un poquito con sus personajes.

RESUMEN: 8 años después de terminar su séptimo año, y de vivir alejado de todos, Harry regresa a Hogwarts muy cambiado en todos los aspectos. Severus, aunque sorprendido por el cambio, continua tratándole hostilmente, pero algo le hará cambiar su modo de ver al Gryffindor...
N/A: Ejem… primero va la canción de cumple, un poco bastante atrasadilla, pero lo importante es que llegó . Ah… y por el propio bien de todo aquel que esté leyendo esto, tapen sus oídos, no respondemos por nuestro horrible cante jijijiji.

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos mami, cumpleaaaaños felizzzzzzzzzzzzzzzzzz.

Tus dos hijitas medio locas deseamos que pasaras un día muy feliz en compañía de Ramón y tu mamá, y sobre todo que cada día de los muchos que te quedan por vivir tengas toda la felicidad del mundo y mucha salud para que la disfrutes. ¡¡¡Muchas Felicidades cariño!!!

Otra cosita, la canción que incluimos en este capítulo es "Te quiero, te quiero" de Nino Bravo.

---------

Pero antes de pasar al capítulo responderemos sus lindos reviews.

Zafiro Any.- Hola!! Qué bueno que te animaste a dejarnos review!! Jajaja, claro que es lindo ver a Sev sufrir, pero por el bien de nuestra salud intentaremos que ya no sufra tanto, jajajaja. Nos vemos. Besitos.

Tercy-S-Scloe.- Bueno, eso de aceptarlo tan bien aún esta por verse, jajaja. Sii!!! Seguro se veían liadísimos los tres abrazaditos. Jajajaja, el nombre del padre lo averiguaras en el siguiente capítulo, y créeme no será tan sorprendente, jajaja. Besos.

Nympha Nix Nivis.- Que bueno que te parece lindo, claro que lo seguiremos. Y si, quedará en estado catatonico, Dios! No quiero ni imaginarlo, bueno sí, porque me da risa imaginarlo así jajaja. Besos.

Nelly Eso.- Claro que se dará cuenta de lo que ha hecho, y créeme se arrepentirá, y cuando se entere quien es el otro padre de Desirée, ¡¡¡estallará Troya!!! Nos vemos.

Yita.- Si, lástima que no fuera eterno, pero nos aseguraremos de que termine bien, no te preocupes. Besos.

Sak il BlaK.- Jajajaja, no te apures, lo importante es que escribiste. Muchas gracias, te aseguro que lo seguiremos. Besos.

Turi.- En serio crees que es mejor que el anterior? Vaya, gracias. Si, era mejor que se conociesen más para que se tomaran más cariño. Sii!! Malditas serpientes ponzoñozas, como se atreven a atacar a una linda niña, pero por suerte Sev y Harry les dieron su merecido. Claro que aprenderá, ya verás. Nos vemos.

Ahora si, el capitulo que anhelan ver.

--------

CAPITULO CUATRO.- LA VIDA ES… ¿SUEÑO?

De por qué te estoy queriendo
no me pidas la razón
pues yo mismo no me entiendo
con mi propio corazón
al llegar la madrugada
mi canción desesperada
te dará la explicación

Severus salió de los aposentos de Harry y se dirigió a los propios sin siquiera mirar atrás. Al llegar cerró la puerta con mucha más fuerza de lo que pretendía, causando que el cerco de ésta temblara por el impacto.

Frunciendo el ceño por el daño que el fuerte ruido había causado a su cabeza comenzó a pasearse por la habitación, recordando la fugaz mirada que le había dirigido a padre e hija antes de marcharse y el profundo dolor que había en ellos. Estaba desesperado y sintiéndose un gusano terrible y asqueroso por el daño que sabía que había causado al pequeño ángel de ojos verdes, tierna sonrisa, y carácter sarcástico y altivo. Por lo que sintiéndose culpable de ello y creyendo que no podía hacer nada para cambiar lo hecho, se refugió en una botella de Whisky de fuego.

El primer vaso de la fuerte bebida le pasó por la garganta casi insoportablemente, haciéndole toser. No era una persona acostumbrada a beber y ese licor podría tumbar hasta al más vicioso bebedor. No podía sacar de su cabeza las tristes palabras que la pequeña le decía a su padre y la decepcionada contestación de éste justo después de irse, cuando aún tenía la mano sujeta al pomo de la puerta: "¿Papi… hice algo malo?" "No Ma belle… tu no hiciste nada malo". Esas palabras le retumbaban una y otra vez en su cabeza, haciéndole perder cada vez más la cordura y tomar el camino fácil, beber y olvidar por esa noche.

Severus siguió ingiriendo un vaso tras otro, hasta que llegado el momento ni siquiera notaba el escozor de su garganta al tragar el alcohólico líquido. Empezaba a notar un ligero mareo y como su cabeza daba vueltas, además que los dedos de sus manos le hormigueaban, añadiendo a sus males inseguridad al sostener la copa.

Caminó tambaleándose por la habitación, usando la poca cordura que la restaba en meditar que le estaba pasando desde que Harry Potter regresó a su vida. Deseaba pensar que tenía celos, celos de que el maldito mocoso hubiera encontrado la felicidad y él jamás siquiera la había rozado, pero estaba consciente que eso no era verdad, que realmente se sentía atraído por el Gryffindor y por eso el enterarse de la verdad le había caído como una ducha de agua fría.

Te quiero vida mía
te quiero noche y día
no he querido nunca así
Te quiero con ternura,
con miedo, con locura
solo vivo para ti

Furioso consigo mismo por tales pensamientos agarró la copa con una fuerza que en ese momento no poseía gracias al hormigueo de sus dedos e intentó romperla, lo que sólo ocasionó más enojo aún pues el cristal de la misma era muy resistente. Sin embargo no se detuvo ahí, con todas sus ganas lanzó la copa contra la pared y no contento con eso comenzó a destrozar todo lo que había a su paso dentro de la habitación, dejándose para lo último su "Santuario familiar".

Dirigiéndose al poyete de la chimenea, se encontró cara a cara con los retratos de sus padres, los verdaderos culpables de que su carácter fuera tan austero y amargado, y en voz alta comenzó a reprochar a su progenitor.

-¿Estarás contento, no?- dijo con voz tenue, mirando el retrato-. Finalmente conseguiste lo que te propusiste, ¡¡que me convirtiera en una bestia repulsiva como tú!! No sé si estarás orgulloso, aunque no lo creo. Lo único que querías es verme tal y como estoy ahora, que fuera un mago fracasado atrapado entre las cuatro paredes de la escuela y habiendo dejado mi vida pasar sin detenerme ni una sola vez a coger un tren hacía la felicidad.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas sin derramar, ojos negros que refulgían con un dolor tan primitivo que desgarraba el alma con solo verlos.

-Debes estar muy feliz que haya desaprovechado así mi vida, siendo un maestrucho de tres al cuarto a quien las únicas personas que le han aceptado tal y como es, son el único hombre que me tendió una mano y me sacó del pozo de oscuridad que tus malos tratos, creencias y consejos me hundieron. Y mi ahijado, muerto a causa de la guerra, para que mi dolor de cabeza en estos momentos, Potter, salvara al mundo mágico. Mi pequeño Slytherin se sacrificó para que su amor viviera una vida llena de paz y tranquilidad, sin miedo a nada. Por amor…

Su voz se volvió un murmullo apenas audible, desvió su vista de la foto del hombre que lo había maldecido, para posarla en su brazo izquierdo, observando el lugar donde un tatuaje marcaba su piel y que la túnica se encargaba de cubrir. De un movimiento rápido, levantó la mirada, viendo a aquel hombre que se había hecho llamar su padre, pero que en realidad no era más que un demonio.

-Pero ya no más – dijo con resolución –. Estás muerto físicamente desde hace 30 años… y a partir de éste momento también estarás muerto en mi cabeza para mí - Terminó, agarrando el marco que contenía la foto de su padre y lanzándolo dentro del crepitante fuego de la chimenea, observando como el papel se retorcía en medio de las incesantes llamas, deseando que todos sus demonios terminaran igual: calcinados por el fuego.

Respiró profundamente tratando de calmar los nervios que los recuerdos de su progenitor le habían traído a la mente, frotó con su curtida mano su nuca en vano intento de relajarse, por lo que comprendiendo que debía tranquilizarse, se tumbó en la cama, intentando parar los desbocados latidos de su corazón.

Yo te seré siempre fiel
pues para mi quiero en flor
ese clavel de tu piel y de tu amor

Mientras tanto, Harry en sus aposentos apenas había logrado que Desireé cenara una tostada de pan con mantequilla y un vaso de leche. La pequeña estaba tan triste y decepcionada por lo sucedido que su estómago se resintió por ello, bloqueándole el paso a la comida. Había pasado más de una hora llorando amargamente, acurrucada en el pecho de su padre, dejando salir cada una de las amargas lágrimas que fluían libremente por sus preciosos ojos verdes. En el tiempo que llevaba en la escuela su cariño por el profesor fue creciendo, y después de la pérdida de su papá, Severus había sido un gran apoyo para ella, una especie de nueva figura paternal

El Gryffindor estaba preocupado por su hija, pues sabía que era probable que después de lo sucedido la niña se encerrara en si misma, y eso era lo último que deseaba para su tesoro, la única cosa que le quedaba de él, su amor.

Sabía claramente lo que iba a hacer, no podía permitir que Severus tratara a su hija como lo había tratado a él en el pasado, si Snape seguía queriendo ser un viejo amargado y odioso, que lo fuera, pero que no dañara a su ángel en el camino. Así pues tomó la decisión de ir a aclarar un par de puntos a su ahora colega, por lo que dejó a Dobby velando por el sueño de su pequeña.

-Amor, necesito tu ayuda…- susurró con voz embargada por la emoción, cerrando los ojos y concentrándose en el rostro del que fue su gran amor en vida-, nuestro bebé ha sufrido mucho tu pérdida, se ha pasado meses encerrada en si misma e incluso abandonó lo que más le gustaba…las pociones – tragó saliva antes de continuar, la congoja empezaba a ganar terreno en su garganta a pasos agigantados.

-Necesito… necesito… necesito que me ayudes a encontrar una forma de convencer a Severus para que la ayude, que no la abandone, que siga alegrando ese bonito rostro que tanto amamos, no podría soportar que su carita volviera a estar embargada por la pena, no quiero volverla a ver infeliz…

Y así, orando al alma de su amor, en busca de fuerza para convencer al profesor de no dejar caer de nuevo a su bebé en depresión, Harry se dirigió a los aposentos del Slytherin.

Mi voz igual que un niño te pide con cariño
"Ven mi, abrázame"
porque te quiero te quiero, te quiero
te quiero, te quiero, te quiero
Y hasta el fin te querré

Unos fuertes golpes en la puerta le sacaron de su letargo. Abrió los ojos perezosamente tratando de aclarar su nublada visión, cosa difícil dado su estado, pero al oír otra tanda de furiosos golpes se comenzó a levantar lentamente, casi como si estuviera flotando en el aire.

Mientras tanto en el pasillo de los mazmorras Harry se empezaba a desesperar, por lo directamente pasó de los golpes en la puerta a llamarle a gritos.

-Snape, sé que estás ahí, puedo sentir tu aura- Severus sorprendido al escuchar la voz de Harry, aceleró sus movimientos torpemente y se apresuró a abrir la puerta-. Vamos profesor, ya sé que mi presencia es no grata, pero debo hablar contigo-, recién terminaba de hablar, cuando la pesada puerta se abrió, revelando el arisco rostro del Slytherin.

-¿Qué desea, Potter?- preguntó suavemente, intentando ocultar el tembleque que la bebida había causado en su voz.

-Hablar contigo sobre lo que sucedió esta tarde con Desirée. Creo que hubo una parte de lo que previamente te dije que no entendiste- reprochó Harry, sin embargo al mirar en el estado que se encontraba su colega, suavizó su tono y agregó-, la dañaste Severus, te advertí que no lo hicieras. Ella ya ha pasado bastante para que tú, con tus hirientes formas la dañes más.

-¿Y por eso crees que voy a ser la niñera de tu mocosa, Potter? – le espetó sin poder contenerse más –. La única razón por la que he permitido que en estos días esté en mis clases es porque en verdad entiende más de pociones que la mayoría de los ineptos que tengo como alumnos- pese a que el Gryffindor había intentado estar tranquilo, la actitud de Snape le estaba haciendo perder la poca paciencia que le quedaba, sin embargo a pesar de desear decirle unas cuantas verdades, respiró profundamente y le permitió seguir, no iba a entrar en el juego que claramente buscaba el otro, no quería que el odio por lo sucedido le cegara.

-Lo extraño es que ese don para las pociones no parece haberlo heredado de ti – el tono del Profesor volvió a ser un profundo siseo, lleno de rencor y sarcasmo –, tú eras igual de pésimo que mis actuales alumnos y la niña no lo es. Lo que sí tiene tuyo es la prepotencia, pero sumado a una nota de altivez y sarcasmo digno de un verdadero Slytherin, algo que tú jamás has poseído- Severus hablaba rápidamente, daba la impresión que estaba intentando sonsacar aHarry si el padre de Desireé reunía esas cualidades-. Aunque… un verdadero Slytherin jamás se hubiese casado con un Gryffindor, menos aún con un… Potter. Sólo un estúpido pudo caer en tu trampa.

Te quiero con ternura,
con miedo, con locura
solo vivo para ti,

Ya está, ya lo había dicho, pese a que se prometió a si mismo no ponerse furioso, no iba a permitir a nadie hablar lo más mínimo de la persona que perdió la vida para que él y su hija tuvieran un futuro, no iba a dejar al maldito bastardo insultara a la única persona que le entregó su corazón sin pedir nada a cambio, y además de todo su amor le dio lo más bello que jamás hubiera podido imaginar, su hija.

-Se te debería caer a trozos la lengua sólo por mencionar a una persona que ni siquiera sabes quien es – la voz de Harry era un frío susurro, sus ojos verdes eran tan fríos que podían helar la sangre –. Eres una vergüenza de persona, estás borracho y la brillante mente de la que siempre has gozado se ve eclipsada por el asqueroso veneno que guardas en ella. Jamás he visto un Slytherin que mereciera más el apelativo de serpiente- escupió Harry, con gran ira y muy dolido-. Primero insultas a mi hija, la cual lo único malo que ha hecho es desear un poco de calor humano de tu parte, y lo necesita simplemente porque le recuerdas a su padre, que por desgracia ya no está aquí para amarla.

Severus estaba avergonzado, pues sabía perfectamente que su actitud había sido egoísta y altanera. Estaba enterado de su mal comportamiento con la niña y pediría disculpas por ello, pero no por Harry. No a la persona que le estaba volviendo loco de atar, que sin tan siquiera planearlo se estaba haciendo un hueco en su mente de forma enfermiza y eso le causaba daño, pues no estaba preparado para enamorarse de Harry, y menos a sabiendas de la situación en la que se encontraba su colega… separado de su amor por una desgracia.

-Potter, realmente siento mi comportamiento de antes, fui un cretino- las palabras de Severus sonaban tan arrepentidas y sinceras que Harry no pudo menos que creerlo, por lo que asintió lentamente sin despegar sus ojos del profesor de pociones-. Yo no buscaba hacer daño a tu hija, lo siento, me deje llevar por otros asuntos. En verdad estoy arrepentido, Harry-. El Gryffindor abrió los ojos de par en par a causa de la sorpresa que le causó escuchar su nombre de los labios de Severus, estando muy consciente que su compañero de trabajo lo había dicho inconscientemente, lo que no consiguió que le contestara:

-Te creo. Sólo te pido que procures no volver a hacer nada parecido, mi hija ha recuperado la alegría que había perdido y lo último que quiero es que vuelva a decaerse como ha estado durante mucho tiempo… por favor Severus, no la apartes de tu lado- Viendo el dolor y la preocupación en el rostro de Harry, antes de que él mismo se hubiese dado cuenta había dicho un inusual tímido "sí".

Yo te seré siempre fiel
pues para mi quiero en flor
ese clavel de tu piel y de tu amor

Y de repente y sin planearlo previamente dirigió su mirada al rostro amado, porque sí, amaba a Harry. No era un amor de cuento de hadas ni un amor convencional. Era una locura… una locura que le encelaba y le volvía loco de una pasión obsesiva que el otro hombre despertaba en él, algo que no podía parar y cegaba su lucidez.

Su cuerpo reaccionó a la par que su mente y en unos instantes se había acercado tanto a Harry que en cuestión de segundos tenían sus labios unidos, compartiendo un casto beso, apenas un roce. Harry en un primer momento no atinó a reaccionar, pero no pasaron ni tan siquiera cinco segundos, cuando de un suave empujón se quitó a Severus de encima, y lanzándole una mirada entre asombrado y confundido, abandonó rápidamente la habitación, dejando a Severus con el corazón latiendo vertiginosamente.

-"No lo puedo creer, realmente esto no ha sucedido… no debió suceder" pensaba Harry mientras se detenía en una de las bifurcaciones del camino hacia su departamento – "Me ha besado, Snape me ha besado" – El Gryffindor acarició sus propios labios, sintiendo el cosquilleo de los labios de Snape sobre los suyos. Lo único que deseaba era en meterse en la cama y dormir, dormir y no pensar en nada, no sentir todo ese huracán de sentimientos que se agolpaban en su pecho, no sentir el nudo en la garganta ni la opresión en su pecho que le impedían respirar. Necesitaba dormir, dormir y olvidar…

Mañana sería otro día.

Severus quedó en la misma posición que había quedado cuando Harry le empujó. No pudo ni quiso evitar maldecirse a si mismo por la estupidez que había cometido, ¡había besado a Harry Potter! No le había bastado con hacerle daño anteriormente, no. Tuvo que besarle y seguramente dejarle con la certeza de que él, Severus Snape, había enloquecido al fin, además de herir su propio orgullo al ser rápidamente rechazado y abandonado en la habitación.

Juraba por el mismísimo Merlín no volver a beber de esa manera, y menos aún tener el más mínimo trato con Potter si se le volvía ocurrir tomar otra vez, aunque sólo fuera una mísera copa.

Decidiendo que debía descansar y aclarar su maltrecha cabeza, se puso el pijama y se dirigió a la cama, dispuesto a pasar varias horas descansando y pensando en como disculparse a Potter por el "beso" de hacía unos minutos.

El suave susurrar del hechizo "alohomora" abriendo su puerta le espabiló. Agarrando su varita mientras fingía estar dormido, se preparó para recibir a quien fuera que estuviese adentrándose en su privacidad a esas horas de la noche, pero para sorpresa suya esa persona lo llamó.

-Severus- Conocía esa voz, ¿sería…? No… imposible…- ¿Severus, estás despierto? – Sí, ya no le quedaban dudas, era Harry. ¿Qué querría de él a esas horas de la noche?

-¿Potter, acaso necesitas una poción para dormir?- dijo, intentando sonar indiferente, pero muriéndose de ganas por oír una respuesta negativa. Deseaba con toda su alma oír que venía a hablar con él, a decirle que también sentía una fuerte atracción por él.

-No- dijo provocador-, realmente vengo a seguir con lo que dejamos antes. ¿No pensarías que después de desear probar tus labios durante todo el curso, iba a conseguir dormir tan tranquilo ahora que lo he logrado, verdad?- Sensualmente se fue acercando a la cama, moviendo sinuosamente sus estrechas caderas, sin apartar un segundo su verde mirada de las oscuras orbes del Slytherin.

-¿Qu…qué has dicho?- interrogó, sintiendo que su garganta se había quedado seca en cuestión de segundos.

-He dicho… qué quiero pasar contigo la noche- contestó provocador, y le robó un apasionado beso, aprovechando la sorpresa, escabulló su lengua entre los labios del adusto hombre, sintiendo y embriagándose de su sabor. Segundos después Severus se encontró respondiendo con la misma pasión con la que Harry le besaba. Se besaron en medio de un torrente de emociones, nublando la poca lucidez que quedaba en ellos

Enseguida, Harry acercó peligrosamente sus manos a los botones del pijama de Severus y comenzó a desabrochar el primer botón. Al sentir el frío contacto de los dedos de Harry, Snape no pudo reprimir un gemido, el cual causó que el más joven mago se animara a continuar descendiendo y desabotonando botón por botón. Mientras realizaba la juguetona tarea, su boca buscó sedienta la del Slytherin, que sorprendido se entregó al beso con todo su ser. Esta vez fue El profesor de pociones quien se adelantó, e inmediatamente su lengua se encontró pidiendo permiso para explorar la boca de Potter, lo que fue inmediatamente concedido. Batallaba una contra la otra intentando hacerse con el control, causándoles escalofríos por todo su cuerpo debido a la excitación que comenzaban a sentir, y sin abandonar la boca del otro, Harry terminó de deshacerse de la camisa del pijama y enseguida se posicionó a horcajadas encima de Severus.

Mi voz igual que un niño te pide con cariño:
"Ven a mi, abrázame"
porque te quiero te quiero, te quiero
te quiero, te quiero, te quiero
Y hasta el fin te querré
Y hasta el fin te querré

Aunque jóvenes, sus manos tenían gran maestría para encontrar el placer en el cuerpo del mago más mayor, y lo demostró pellizcando sus pezones con la fuerza justa para que Snape soltara un profundo gemido de absoluto deleite, que fue recogido por su boca. Seguidamente rompió el beso y dirigió su boca a la clavícula del otro, arañando con sus dientes la zona para después lamer con mucho amor el trozo de piel lastimada.

-Ahhhh, no pares por favor, sigue…-Su lengua recorrió el cuello de Severus, subiendo por la mandíbula hasta llegar a la comisura de sus labios y besar su boca tiernamente en un beso suave, apenas sin contacto. Después se dedicó a expandir pequeños besitos por su cara, riendo juguetonamente cada vez que el Slytherin hacía un nuevo movimiento desesperado bajo él.- ¡Por Merlín, como me gusta esto! .

-¿En verdad te gusta? ¿Disfrutas lo que te hago?- preguntó alegremente, sin poder ocultar una sonrisita de triunfo. Apartándose unos centímetros, humedeció sus labios mirando fijamente a su amante y sin apartar la mirada ni un instante de sus ojos comenzó a lamer sus pezones, muy lentamente, alternándolos cada pocos segundos para enloquecerlo más, disfrutando de la cara de gozo que estaba empezando a translucir en el rostro del mayor. A los pocos minutos los abandonó para bajar con su lengua al ombligo y saborearlo con lentitud, jugando dentro y alrededor de éste. Mientras sus manos se deshacían diestramente de los pantalones y boxer del hombre bajo él.

-Ha…Harry, si sigues así me matarás- una suave risita fue su respuesta, y ya sin poderlo ni quererlo evitar se dispuso a prestarle atención a la olvidada virilidad de Severus. Trazando con su lengua cada parte de ésta, para seguidamente morder su glande con la fuerza apropiada, e introducirlo en su cálida boca, ganándose un gemido de absoluto deleite del otro, lo que sólo le animó a seguir con su juego, saciando a su amante hasta robarle muchos más suspiros de pasión.

-Ahhhh, detente…por favor, no quiero acabar así…primero quiero hacerte vibrar de placer, quiero devolverte lo que me has hecho sentir- Harry negó con la cabeza.

-No te preocupes, voy a disfrutar igualmente…- y sin darle tiempo a pensar en lo que sucedería después, usó un hechizo para quedar completamente desnudo y otro para convocar lubricante. Sus manos trabajaron con tesón cubriendo perfectamente el miembro de Severus de la resbaladiza sustancia, y sin tan siquiera prepararse a si mismo, se posición encima de él nuevamente sosteniendo su pene y lo introdujo en su cuerpo, dándose unos segundos para acostumbrarse a la invasión.

-Ahhh, Merlín, ¡como he deseado este momento!- dijo Severus, conteniéndose para no comenzar a embestir y dejar que su amante se acostumbrara.

-¡Ohhh, esto es tan maravilloso!- exclamó el ojiverde, y comenzaron a danzar. Harry se movió encima de Severus a un ritmo desenfrenado, sin detenerse a respirar, dejando que el placer fluyera por el cuerpo de ambos, sintiendo al Slytherin moverse con él, notando como su cuerpo poco a poco comenzaba a llegar a la cúspide, al más absoluto placer, y justo en ese momento Snape alcanzó el miembro del otro y comenzó a masturbarlo al mismo ritmo al que se movían sus cuerpos.

Y así les sorprendió el orgasmo. Cuando Harry sintió que ya no aguantaba más se arqueó y explotó dentro de la mano de su compañero, haciendo que sus músculos internos apretaran con saña el pene de Severus, quien no pudiendo aguantar la presión se corrió de una última embestida en el estrecho canal de Potter, quedando los dos exhaustos de placer.

-Sev, te a….

El profesor de pociones se despertó en medio de la noche, cubierto en sudor y totalmente desorientado. Observó a su alrededor, estaba en su habitación, totalmente en penumbras, solo y con la respiración agitada. Había sido un desgraciado sueño. Se maldijo por permitirse tener esa clase de sueños a su edad, ¡por Merlín, ya no era un maldito adolescente con las hormonas revolucionadas!

Escondió su cara debajo de las mantas, pero notó una dolorosa molestia en la parte baja de su cuerpo. "Oh, no, eso si que no" pensó para si mismo. A sabiendas que tenía que solucionar el problema y que sólo tenía dos opciones, o una ducha helada o hacerse el favor él mismo. Viendo el frío que hacía y las horas que eran se decidió por la segunda opción, sin saber que Harry también estaba soñado con él, soñando con un beso robado.

Continuará…

--------

María: ¿Escondiste la guadaña?

Sailor Earth: Me costó trabajo, por lo de la portada, pero pude quitársela y la escondí muy, muy bien. ¿Tu estas segura que escondiste todo con lo que puede hacernos daño?

María: Si. Los cuchillos, tenedores, palas para pastel, si, todo.

Sailor Earth: Olvidaste los floreros, las sillas, la mesa, la computadora…

María: ¿También eso?

Sailor Earth: ¿Crees que después del final de este capítulo nos dejará ir sin al menos un golpe?

Dos segundos de silencio.

María: Tienes razón. ¿No será mejor irnos a un terreno baldío?

Sailor Earth: ¿Y morir sin nadie a kilometros para que nos socorra? No gracias, mejor nos quedamos aquí.

De pronto, la puerta de entrada del refugio salió disparada, María y Sailor apenas tuvieron tiempo de protegerse así mismas y al pastel.

Tras el extraño suceso, y con un poco de miedo pues ya se imaginaban de quien se trataba, salieron de debajo de la mesa para ver como en el marco de la puerta se alzaba una imponente figura.

Ali: ¡Malditas mocosas! ¿Cómo se atreven a escribir un capítulo así?

María y Sailor intercambiaron miradas preocupadas.

María: ¡!!Noooo!!! ¡El espíritu de Sev la ha poseído!

De fondo se escucha música de terror.

Ali: ¡Ahora verán!

Ali hace un extraño movimiento con su mano, Sailor y María se abrazan con miedo esperando lo peor, pero al paso de unos segundos sin pasar nada, ambas se sueltan y observan a Ali quien ve su mano con horror. Girando lentamente su cabeza, la matriarca de las mosqueteras lanza una mirada asesina digna del Profesor de Pociones hacia una las chicas.

Ali: ¿Sailor?

Sailor Earth: La la la la… ¿Mande?

Ali: ¿Mi guadaña?

Sailor Earth: No se de que hablas…

Ali: Debí suponerlo, volviste a esconderla. (Suspiró para luego mirar de forma amenazante a las dos chicas) ¡¡¡Más vale que arreglen este embrollo si no quieren que Draco y Remus paguen las consecuencias en "Y algún día"!!!

María y Sailor la miran horrorizadas.

Sailor Earth: ¡¡¡Nooooo!!! ¡Con mi Draquito no te metas! ¡Juro… juro… juro que mis intenciones no son buenas, digo, serán buenas!

María: ¡No mi Lobito! ¡¡Noooo!! ¡¡Él no, ten piedad de él!!

Al escuchar los lastimeros gritos de las dos chicas, el corazón de Ali se ablandó.

Ali: De acuerdo, de acuerdo, sólo prometan que estos dos terminarán bien.

Sailor y María: ¡¡Prometido!!

Ali: Bien, y… ¿dónde esta mi pastel?

Mientras Sailor colocaba la mesa, segura de que Ali ya no intentaría asesinarlas, María se dirigió hacia nuestros linds lestors.

María: Este es el capítulo regalo de Ali, un poco retrasado pero es que no se dejaba terminar, pero eso sí, hecho con mucho cariño para nuestra linda mami. Así que no olviden dejar sus comentarios. Besos