Capítulo 2: Una chica muy especial

Bueno, ante todo, primero me presentaré. Me llamo Sirius. El apellido es lo de menos, aunque si os importa, también podríamos decirlo. Black. Ése es mi apellido.

Sé lo que estáis pensando: "¿Cómo va a ser lo de menos? Los Black son una de las familias más influyentes (por no decir la más influyente) del mundo mágico. Su tradición se remonta hasta más de quinientos años…" Lo sé. Creedme, mi madre me lo repite todos los días.

Pero a mí, sinceramente, lo de la sangre limpia y mi familia, me importa un carajo. Excepto una persona: Mi prima, Andrómeda Black

Ella no es como el resto de mi familia. Es distinta. Una chica especial.

Tiene los ojos color miel y el pelo como un amanecer en primavera, suave, sedoso. Sus labios parecen contener todas las rosas del mundo… vaya, creo que me estoy enamorando.

Quién iba a decir que yo, todo un merodeador, acabaría enamorándome de una Black.

En fin, así son las cosas. Ya sabéis lo que dicen: nada tiene más poder que un corazón enamorado. Y yo creía firmemente esta afirmación.

El problema era mi madre: Celestine Black, una mujer tan orgullosa de sus raíces, que llevaba siempre con ella un pequeño escudo de nuestra familia, en un colgante. Pero una mujer que jamás habría aceptado que llevara la vergüenza a su perfecta familia amando a una mujer de mi misma sangre.

Aunque apenas había cruzado un par de saludos con Andrómeda, ya sabía que sería capaz de dar mi vida por ella. Siempre fue mi prima favorita.

Un día, tras la cena, decidí por fin hablar con ella:

-¿Podemos hablar, Andrómeda? Desde que llegaste, sólo hemos cruzado un par de saludos, y me gustaría conocerte mejor.

Lo cierto, es que mi prima no había vivido en aquella casa, había llegado con sus padres hacía tan sólo tres meses.

-Claro-dijo ella con una sonrisa- ¿Qué pasa?- preguntó con curiosidad.

-Nada especial- repuse haciéndome el interesante- Sólo quería que me contaras algo de tu vida antes de venir a esta casa.

Así que pasamos toda la noche entera hablando, sí, sólo hablando. Y al amanecer, ella se dirigió a su habitación con sigilo para no ser descubierta.

Tras esa conversación, hubo muchas más. Pronto nos hicimos inseparables. Y nuestros padres, que nada sospechaban, se alegraron de nuestra amistad.

Aunque durante ese tiempo, nunca le confesé a Andrómeda mis verdaderos sentimientos. No tardaría en arrepentirme de ello.

reviews: gracias tambleheadmonster, por tu mensaje, me alegro mucho de que te guste. espero que también te guste esye nuevo cap. Besos!!!!

Lily