Capítulo 4: Nunca sabré porque no lo hice

Nunca le conté a Andrómeda mis sentimientos respecto a ella, pero una noche estuve a punto de besarla… el problema fue que ella se dio cuenta y empezó a ponerse nerviosa. Entonces, salí de la habitación sin más.

No fue por lo que pensara mi familia, pues eso me traía sin cuidado… lo cierto es que era sólo una niña y no quería aprovecharme de su inocencia.

Aunque esto, cuando hablaba con ella, simplemente se me olvidaba. La verdad es que no quería hacerle daño... claro que tampoco quería hacerme daño a mí mismo… un sentimiento egoísta, lo sé. Pero ella era… ¿Cómo decirlo? Cuando estaba con ella me sentía otro hombre, una persona distinta, los flirteos de colegio quedaban atrás, ahora sólo la quería a ella.

Pero yo no sabía lo que ella pensaría respecto a que nuestra familia descubriera que nos queríamos… tal vez, sólo tal vez, a ella si le importaba esa opinión.

¿Tiene derecho alguien a interponerse en una relación que ni siquiera ha empezado? Una familia fría como el hielo… ¡Ojala no hubiera sido tan entrometida!… yo sólo quería lo mejor para ella… y… ¿Qué más da lo que diga la gente? Si lo único importante es que yo la quería.

La quería demasiado para verla sufrir… la verdad es que mis palabras lo dijeron todo: "Lo siento, es tarde" ¿Tarde para qué? Aún no lo sabía, pero pronto la verdad caería sobre mí como una pesada losa…