Capítulo 6: El rebelde Sirius Black

La noche siguiente, volví a su habitación, y cuando me había decidido, cuando estaba a punto de besar esos labios que se me ofrecían tentadores y prohibidos…

¿Quién diríais que apareció en el umbral de la puerta? Sí, por supuesto, mi madre. Una persona que es capaz de oler la deshonra a su familia a millas de distancia. Y que estuvo allí para impedirlo…

Primero sus ojos brillaron de incredulidad. Luego gritó.

Yo salí de la habitación de Andrómeda precipitadamente.

La bofetada que mi madre me dio entonces, aún la recuerdo.

-¿Qué ibas a hacer? ¿Cómo se te ocurre? Tu propia prima… es de tu misma sangre…- explotó ella, escupiendo cada una de sus palabras con una furia incontrolable- ¡Eres la vergüenza de esta familia! Primero te escogen para Gryffindor, y ahora esto…. ¿Qué será lo próximo?- preguntó con la ira presente en sus ojos, desorbitados por el odio.

-Escucha, mamá… yo…- me defendí, indeciso.

-¡No quiero oír ni una palabra más! ¡Vete a tu habitación! – gritó- ¡Ahora!

Miré por última vez a Andrómeda a los ojos, esos ojos oscuros por los que hubiera dado mi vida… pero en lugar de volver a mi habitación, cogí mis cosas y me fui a casa de James.

No puedo reprocharle a Andrómeda lo que hizo después.