La Enfermedad de Snape

Disclaimer: Los personajes y demás elementos son de J. K. Rowling (excepto el profesor Bent y el chico solitario).

Nota: no toma en consideración los sucesos de 'lOdF', ya que lo escribí antes. (más notas al fin de la hoja)

Capítulo II: Conversación Con el Profesor Bent

–¿Por qué no, profesor? –preguntó Harry, confuso.

–Hace un momento, me crucé con Minerva. Estaba realmente furiosa. Parece, por lo que entendí, que Ron y Hermione estuvieron practicando hechizos en la biblioteca (que no está permitido), y Minerva se enteró (no entendí como) e iban los tres para su despacho. Realmente era difícil entenderle de lo furiosa que estaba.

–¿Y estaba tan enojada por eso? Hemos hecho cosas peores –preguntó intrigado.

–Te creo... tal vez, porque Hermione es una alumna ejemplar y pensó que se portaría mejor. Eso, y el hecho de que todos los profesores están nerviosos por la situación de Severus. –Ambos sabían que la segunda razón era la principal.

–¡Ah!... –se quedó callado; pensando.

Luego de un rato, el profesor Bent habló– ¿te puedo ayudar en algo?

Harry lo pensó un momento... Necesitaba contarle a alguien lo que tal vez era un descubrimiento, o tal vez; necesitaba dar una forma un poco más concisa a sus pensamientos, y contarlo era un primer paso (lo ideal sería poder conversar sobre ellos). ¿Podía confiar en este profesor? No lo conocía mucho... Por otro lado, su llegada era posterior a la enfermedad de Snape. Lo intentaría, realmente necesitaba hablar sobre ello.

–Profesor, ¿podemos hablar?

–Por supuesto. ¿De qué se trata, Harry?

–Em... es que... es algo privado. ¿No podríamos ir a otro lado?

–¿Mi despacho? –sugirió Bent.

–Si.

Fueron hacia allí.

A decir verdad, el profesor Bent estaba intrigado. Más o menos conocía al muchacho (Dumbledore le había contado muchas cosas, y también los otros profesores), y sabía que no era una estupidez lo que quería tratar.

–¿Me ayudas con mis deberes, Peter?

–Sí, supongo –nunca había creído que se iba a sentir tan solo. Estaba acostumbrado a hablar con mucha gente, en su casa, siempre había gente: Marie, Kevin, Grace... y eran mucho más agradable que todos los que estaban ahí. Aunque, le caía bien uno de quinto, el hijo de Lucius Malfoy, Draco; el problema era que él no estaba en quinto como el muchacho, él estaba en primero. Conocía al chico de vista, y parecía arrogante, una de las cualidades que detestaba de sus compañeros; sin embargo, Malfoy era calculador y frío, astuto y le interesaban las Artes Oscuras, y, además, era bien parecido, él tenía derecho a ser arrogante.

No pretendía tener muchos amigos, pues no era esa su costumbre, pero de ahí, a no tener con quien hablar de algo decente...

Le gustaba mucho el Quidditch, pero como todos lo veían tan buen alumno, pensaban que era lo único que le importaba. Malfoy, el día anterior había estado hablando con sus amigos del último partido, y cuando él, Peter, fue a decir algo, justo le pidieron ayuda...

–Bueno, Harry, puedes empezar.

Estaban en el despacho del Profesor Bent, no tan cerca de la clase como el de Snape. Dumbledore no le había querido mover a éste de lugar sus cosas, por consiguiente, habíale intentado dar a Bent otro despacho; pero ninguna habitación era muy adecuada de las que estaban cerca de la clase.

–Bien. Es sobre el envenamiento de Snape –el profesor se sorprendió, pero lo disimuló excelentemente, de modo tal que Harry no lo notó.

–¿Cómo sabes que lo están envenenando? –preguntó en tono de curiosidad, y no de asombro, el cual se acercaba más a la realidad.

–Por dos cosas. Uno: escuché hablar a la profesora McGonagall y al Director sobre que había que ser muy cuidadoso, porque si se enteraba podía aumentar la dosis y matarlo.

El profesor Bent rió.

–¿Acostumbran a hablar los profesores de modo que los alumnos los escuchen?

–Bueno... yo... no... debía estar allí –el profesor lo miró con expresión interrogante–. Era de noche, yo... había ido a la cocina a buscar algo de comer...

–¿Con la capa invisible de tu padre? –soltó Bent.

–Sí... ¿cómo sabe lo de mi padre?

–Lo conocí en Hogwarts. Estaba dos cursos más adelante que yo. Además, el profesor Dumbledore me advirtió que tenías cierta facilidad para desaparecer de la vista, y me lo imaginé. Bien, volviendo al tema, ¿cuál es la segunda?

–Por un sueño –Harry le contó el sueño al profesor.

–Muy bien... Me haces acordar a un viejo amigo, ¿sabes? Pero te recomiendo tener cuidado con eso de andar investigando y todo eso, porque mi amigo murió de joven.

"Bueno. Sobre Severus, tienes razón. Lo están envenenando. Nos hemos turnado para cuidarlo: todas las noches alguien se queda, y de día está Madame Pomfrey, pero aún no hemos visto a nadie, ni nos damos cuenta cuando le suministran la poción.

Ya que hablaban de Snape, Harry pensó que era un buen momento para preguntarle al profesor, por qué odiaba a Snape. Abrió la boca para decirlo, pero alguien tocó la puerta, por lo que la cerró antes de haber dicho algo.

Bent desatrancó y abrió la puerta con un movimiento de la varita. Era Dumbledore.

–Necesito hablar contigo, Rudolf, es urgente –dijo en voz baja de modo que Harry no entendió.

–Sí, director –dirigiéndose a Harry, agregó: –Espérame Harry, que me gustaría hablar un poco más contigo. Puedes tomar cualquier libro de la biblioteca, si quieres –pero supuso que no le iban a interesar, eran todos de Pociones.

–Sí, gracias.

Harry se dirigió a la bibllioteca. Estuvo mirando los títulos... No, no le atraían, era todos de pociones. Pero como tendría que esperar un buen rato, eligió un libro (el que le parecía menos aburrido) y se dirigió a un sillón que había cerca. Estaba a punto de sentarse, cuando vio que había un retrato debajo del almohadón. Lo quitó, pensando en la mala ubicación que el profesor le había dado. Lo apoyó sobre el escritorio, y sus ojos cayeron sobre él.

–¿Y cómo se dieron cuenta de que eso era lo qué sucedía?

Y así comenzó de nuevo el ¿monólogo? de Dumbledore.

La primera persona que vio, fue al profesor Bent. Debía tener alrededor de quince años. Desde chico era apuesto el profesor, tenía el pelo un poco más largo que ahora, y para nada peinado; su tez un poco más oscura, y los músculos bastante desarrollados para la edad.

Al lado de él, estaba...

–¿Estás seguro, Albus?

–Sí, por supuesto. No hay duda. Acaba de decírmelo Poppy... lo que no entiendo es cómo...

–Bueno... ¿por qué no lo dejamos como está? –el Director lo miró con asombro–. No fue en serio, fue una broma. Por el hecho de que no me agrade no voy a ser cómplice de un asesinato –Dumbledore lo miró de nuevo severamente, Bent, sintió como si hubiera vuelto a sus años estudiantiles–. Está bien, no quiero que se muera aunque sea...

No terminó porque el Director lo interrumpió, no tenía sentido que siguiera diciendo chiquilinadas.

–Rudolf, ¿tienes alguna idea de cómo sucedió esto?

–No, ninguna teoría. Creo que necesitaría pensar... tengo un libro que trata sobre la materia. Creo que lo leeré –recordó algo–. Mejor entro, porque Harry está hace rato, y debe estar aburrido ya... ¡wow! veinte minutos aquí hablando. Adiós, Albus.

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Nota 2: Actualización del Disclaimer. En lugar de "el chico solitario", Peter.

Nota 3: Cuando el narrador llama "¿monólogo?" al discurso de Dumbledore, se refiere a que Bent no intervino. (Lo explico porque en una ocasión me lo preguntaron)