La Enfermedad de Snape
Disclaimer: Los personajes y demás elementos son de J. K. Rowling (excepto el profesor Bent y Peter, y "la poción de las más dolorosa" y 'Los Serpientes').
Nota: No toma en consideración los hechos de 'lOdF', ya que lo escribí antes. (una nota más al fin del capítulo)
Capítulo V: Desarrollo del plan
Pasaron días desde las narraciones del capítulo anterior, y el plan de Bent y el trío quedó perfectamente delineado.
Esa noche, Ron y Hermione fueron a comer sumamente incómodos; ya que ambos llevaban una capa de invisibilidad. Habían decidido que Ron y Hermione (con las capas de invisibilidad de Bent y Harry, respectivamente) irían, cada uno, a los dormitorios de una casa. A Hermione le habían destinado Hufflepuff, y a Ron Slytherin. Mientras, Harry y Bent se quedarían en el Gran Salón, esperando que ellos llegaran. La elección había sido hecha por sorteo, por causa de ciertas diferencias...
---------------Flash Back---------------
–¿Quién va a Slytherin? –preguntó Bent mirando a los tres chicos. Ninguno le respondió–. ¿Alguno prefiere ir a Hufflepuff? –trató nuevamente. La respuesta fue la misma–. Veamos, Ron, ¿vas a Hufflepuff?
–¿Yo? –no pareció agradarle mucho la idea–. Está bien.
–Bien, Harry, ¿vas a Slytherin?
La cara de Harry no se veía muy alegre– Está bien.
–Y tú Hermione te quedas conmigo, ¿están de acuerdo? –las caras de los chicos no mostraban acuerdo, pero Ron y Harry asintieron; Hermione, no.
–No quiero quedarme. Si ellos pueden ir, yo también quiero.
–Veamos entonces, ¿quién quiere cambiar con Hermione? –preguntó Bent aún de buen humor.
–Yo –dijeron al unísono los chicos, luego de una pausa en la que habían esperado a que el otro hablara–. Bien, tú entonces –de nuevo, al unísono. Se miraron y rieron.
–Entonces, tú Harry –nadie mostró ningún argumento–. Harry: conmigo –comenzó a ordenar–, Hermione: a Slytherin, Ron: a Hufflepuff.
–De hecho, profesor, Ron y yo conocemos la sala de Slytherin, ¿por qué no cambia a Hermione con Ron? –el profesor comenzaba a perder la paciencia, si bien lo ocultaba, como hacía siempre con cualquier emoción. Además, ¿cómo conocía la sala de Slytherin? Mejor no preguntar.
–Ron, ¿te cambias a Slytherin?
–No me gusta Slytherin.
–Harry, tú a Slytherin, Ron conmigo y Hermione a Hufflepuff.
–Yo quiero ir –se quejó ahora Ron.
–También yo –dijo Hermione.
–¿Y tú, Harry? –esperando que le respondiera lo que sus amigos recién habían dicho.
–Sinceramente, también –confirmando las sospechas del profesor.
–Pero no pueden ir los tres –sentenció el Bent–. Veamos, Harry o Ron tienen que ir a Slytherin. Harry, tú vas a Slytherin –él eligió–. Hermione tú a Hufflepuff y Ron te quedas.
–¿Por qué yo? –preguntó Ron.
–Porque tú no quisiste ir a Slytherin –le respondió Bent, ya sin paciencia. Los chicos, no lo notaron tal cual la intensidad.
–Entonces voy a Slytherin.
–¿Y yo me quedo?
–Que se quede Hermione, es una chica.
Hermione miró con profundo odio a Ron. –Las chicas somos idiotas –le dijo fríamente, mirándolo a los ojos, de un modo que él no pudo mantener y pronto encontró interesantes sus zapatos.
–No quise decir eso –la mirada de odio de Hermione lo habían atemorizado. De no haber sido así, habría dicho que sí, sólo para desafiarla.
–Profesor, yo voy a Slytherin, es injusto que ellos conozcan la sala y yo no.
–¿Saben qué haremos? –evidentemente los chicos no lo sabían, pero ni siquiera se molestaron en responder. Era una pregunta retórica–. Un sorteo.
---------------Fin del Flash Back---------------
El trío estaba muy entusiasmado con este plan, y confiaba realmente encontrar al asesino de Snape, pero él, Bent, estaba empezando a sentirse cada vez más inquieto. Habían invertido montones de tiempo en esto, y no había seguridad de que funcionara. Cuando habían comenzado, él sabía que capaz que no sucedía nada, pero como probando no se pierde nada... El problema, era que, ahora los chicos estaban muy ilusionados, pero si no lograban nada, se iban a llevar una gran desilusión (o al menos eso es lo que pensaba Bent). Además, si el director se enteraba, estaría en problemas: había llevado a tres alumnos a que rompieran reglas (más de las que habitualmente rompían). Sacando esos pensamientos de su cabeza, decidió que era hora de bajar a comer.
"¡Rudolf llegó tarde a comer! ¡Qué raro!" pensaba Dumbledore. Y es que realmente el profesor solía ser muy puntual. "Tal vez le pasa algo... ¡pero con él nunca se sabe lo que siente!... es como si tuviera una armadura" sus ojos eran insondables y sus ademanes perfectamente controlados. El director trató de hablar con él... estaba igual que de costumbre, hablaba con normalidad ("pero es que con este tipo cualquier cosa es posible", pensó). Le preguntó sobre el motivo de la tardanza, y respondió que se había retrasado por haber preparado una clase (¡esto si era raro! Rudolf era terriblemente responsable, no era posible que no tuviera, más o menos, preparadas todas las clases del mes)...
En la mesa de Gryffindor, Hermione, Harry y Ron no comieron demasiado, estaban muy nerviosos para ello. De todos modos, hablaron bastante (de Quidditch). Angelina, estaba nerviosa porque pronto sería su primer partido como capitana. De hecho, no era la primera vez que abordaban el tema en una comida, pero sí era la primera vez que Angelina se mostraba tan nerviosa.
–No te preocupes, jamás perdieron un solo partido en igualdad de condiciones –le dijo Ron tratando de tranquilizarla, pero no lo logró.
–Pero... ya no está Wood... –respondió la muchacha.
–El nuevo guardián es muy bueno.
–Pero no es como Wood –volvió a responder.
–¡Jugamos contra Hufflepuff, Angelina! –le dijo George.
–No tendría que haber sido yo la capitana...
–Angelina: eres una excelente capitana –dijo Fred, cosa que hizo que la chica se sonrojara un poco, pero quedó tranquila (o mejor dicho no molestó más a los otros con el tema. Aunque por dentro seguía inquieta, que Fred le dijera que era excelente guardiana la había llevado a las nubes).
Hermione estaba harta de esperar, se había retirado del Gran Salón a las diez menos veinte, y ya eran las once. Si hubiera sido Parvati Patil o Lavener Brown quien estaba allí, hubiera estado contenta: tendría chismes para toda la semana; pero a Hermione, la tenía sin cuidado, si entre Hannah y Justin había algo más que amistad, o que Ernie estaba interesado en una Ravenclaw tres años menor que tenía un novio de Slytherin.
Ron, no se sentía como Hermione, sino que estaba escandalizado ante el hecho de que hubiera gente que pensara de un modo tan arrogante y discriminador. Todo lo que había escuchado en la Sala Común de Slytherin, lo hacía empezar a sentirse realmente descompuesto... y aún le quedaba más de media hora por estar allí... "¡Que pesadilla!"
Hermione miró el reloj: las doce y diez. Salió rápido, pero con cuidado, aún quedaban cinco chicas en la Sala Común de Hufflepuff.
Se dirigió rápido al Gran Salón, el problema fue que se perdió. Siguió caminando, tratando de darse cuanta de donde se encontraba, cuando sintió un aire que le pasó rozando el pelo. Supuso que era un conjuro, porque antes, había escuchado un susurro.
Cuando todos se retiraron del Gran Salón, Harry y Bent, también lo hicieron, pero regresaron sin que nadie lo notara. Permanecieron un rato en silencio, hasta que Harry le preguntó algo que hacía tiempo que quería saber:
–¿Por qué odias a Snape? ¿Sólo por la competencia entre ambos que había por el liderazgo de ese grupo?
–No, hubiera sido estúpido eso. Creo, que principalmente era por tu padre –al fin recibía una respuesta del tema. Más de una vez había tratado de preguntarlo, pero por una razón u otra no lo hacía–. Además, competíamos en todo (no solo en el liderazgo de "Los Serpientes", que fue posterior al inicio de nuestra enemistad). Yo era mejor en Quidditch y tenía más aceptación por parte de las chicas; él era el mejor en Pociones y sabía mucho de Artes Oscuras. Pero el incidente de "Los Serpientes" hizo que la relación entre ambos fuera peor.
Así, hablando, continuaron hasta pasada la media noche. Dejaron de hablar, cuando vieron a Hermione, Ron (con el ojo seriamente lastimado) y alguien bajito vestido completamente de negro, a quien no se le veía la cara por causa de la capucha que llevaba.
El profesor lo hechizó (Hermione y Ron lo habían traído a rastras entre ambos) y lo llevaron a su despacho. En el camino, Hermione narró lo ocurrido (Ron no estaba capacitado para ello, por causa de su pequeña dificultad para hablar: el labio estaba tan inflamado, que no sólo le dolía, sino que escucharlo "hablar" era lo mismo que escuchar el balbuceo de un bebé).
–Cuando traté de ir al Gran Salón me perdí, así que di varias vueltas tratando de encontrarlo. Escuché unos ruidos: eran Ron y ése –lo señaló con la mirada–. Estaban peleando en una mezcla de duelo y pelea Muggle; y lamento decirlo, Ron, pero si no lo hubiera aturdido, ahora tendrías algo más que el ojo y el labio roto...
Una vez en el despacho del profesor, dejaron al cuerpo "tirado" en el piso y Bent le cerró, más o menos, a Ron la lastimadura del labio. Luego tomó del armario un frasco muy chiquito y le dio unas gotitas al cuerpo. Pero al sacarle la capucha para esto, vio que algo que no le agradó y lo sorprendió. ¡Era Peter quien había estado envenenando a Snape! De todos modos, se repuso rápido:
–Es veritaserum –les explicó a Ron, Hermione y Harry–. Ennervate.
Peter despertó, y los miró estupefacto.
–¿Tú estás envenenando al profesor Snape?
"Si", fue la escueta y firme respuesta que obtuvo Bent a su pregunta. Éste, volvió a aturdir al muchacho, se dirigió a la chimenea y desapareció por ella (luego de haber tomado un puñado de polvos flu).
Los tres chicos quedaron solos, pero no hablaron de nada, todo era tan extraño que estaban sacando sus propias conclusiones.
Unos minutos después, salía Bent de la chimenea, y a continuación el director. El último, miró a los tres muchachos, y durante un período apenas más extenso a Ron:
–¿Cómo estás, Ronald?
–Bien, director. El profesor Bent me curó el labio y ya casi no me duele...
Éste dijo que sería mejor que luego viera a Madame Promfrey. Luego, comenzó a contarle a Dumbledore lo que había sucedido, pero sin hacer alusión a la razón por la que estaban allí: se limitó a contar los hechos de aquella noche.
–Ya veo –dijo Dumbledore con una mirada risueña en los ojos–. ¿Me equivoco al pensar que fue idea tuya, Rudolf?
–No, director. No le conté nada porque supuse que no lo iba a aprobar.
–Estabas en lo cierto, y aún ahora...
No terminó de hablar porque el cuerpo del chico había comenzado a cambiar, convirtiéndose en el de un adulto.
Bent se quedó quieto por un momento, fue una de las pocas veces en que no había podido esconder (o al menos disimular) el hecho de que había quedado anonadado.
–Ben. Ben Mourdock...
–No puedo creerlo... –dijo el profesor Dumbledore en un susurro.
------------------------------
Nota 2: Actualización del Disclaimer. Ben Mourdock también me pertenece a mí.
