¡Oh¡Gracias por haber leído y por haber vuelto!

Antes que nada, contestaré sus review's.

Mai-v: Muchas gracias por tu review¡fuiste la primera! Y qué suerte la mía que haya sido el segundo fic de Harry Potter que lees, porque la verdad hay muchos más, mejores que éste. Y la pareja de Draco y Hermione ¡es genial! O será que a mí siempre me han gustado las parejas antagónicas, jaja, ya ves Romeo y Julieta. ¡Gracias otra vez!

Jenny/Jade: ¡Oh, sí! Mucho tiempo con Snape (asco) y con Draco (¡genial!). Gracias por haber leído mi fic, ojalá que lo sigas. Y gracias por lo de la traducción, ya sabes que no hay apuro.

Emma: (se sonroja) Gracias, jeje, me halaga que pienses que mi fic es muy bueno. Espero seguirte viendo por aquí 3

Javiera: ¡Esa Javiera¡Gracias por TODOS tus review's! Nunca había sabido de alguien que se leyera todas mis historias es tan poco tiempo, sobre todo esa basurilla de "La cosa más difícil" pero ¡gracias por hacerlo! Te cuidas.

BB: ¡Oh¡Una verdadera conocedora¿Te has leído todos los fics de aquí¡Bárbara! Gracias por darme esas expectativas, espero que sigas pensando eso y haré todo lo posible porque te siga gustando J

Daichi: Aquí hay una muy buena crítica. Sí, tiene elementos básicos, pero si te pones a pensar, casi todos los tienen. Lo que pasa es que no podía desarrollarla como quería si no hacía eso. Te prometo que los siguientes capítulos tendrán lo suyo. En serio ;) ¡Gracias!

°vale°: ¡Gracias por tu review! Perdona si tardé un poco más de lo esperado en subir éste, pero tomó un poquito de tiempo juntar el número de review's que quería. Que bien que te gustó, espero seguirte viendo aquí.

CoNnY-B: ¡Gracias¿Cómo que no te convencía la pareja? Bueno, ahora será un reto para mí. Lograré que te guste 3 eso o moriré en el intento, jaja.

Anna 15: ¡Hola¡Gracias! Pues aquí está la continuación, disfrútala

LilyHola¡gracias! De hecho tu review fue el último. Más o menos esperaba esa cantidad para subir éste ;)

Ahora sí, a lo que vinieron.

Disc... Ah, ya saben, lo de siempre. Con haberlo puesto en el primer capítulo basta.

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Máscaras

Capítulo II: Porque yo digo

—No tenemos nada de qué hablar, Granger. Ahora por favor, piérdete.

Draco se volvió a su mesa, pretendiendo que ella no estaba todavía ahí. A Hermione no pareció importarle, o sería que no estaba dispuesta a dejar que una vieja rivalidad afectara su récord académico.

—No me des la espalda; ni siquiera he comenzado.

Fastidiado, cerró la mano en un puño y se contuvo de golpear la mesa. O peor aún, golpearla a ella.

—Mira, Sangre Sucia. ¿No es suficiente que tenga que verte la cara todo el día? Déjame al menos disfrutar el poco tiempo que no tengo que soportarte¿quieres?—ella abrió la boca para hablar, pero él la detuvo con un gesto de la mano y continuó— Si es acerca de la estúpida tarea de Snape, hagamos un trato. Yo hago mi trabajo y tú el tuyo.

—Snape dijo que lo quería en equipos, no podemos presentar dos.

— ¡Entonces haz lo que te dé la gana! Sólo déjame en paz, sobrevivirás sin mí. —y le guiñó el ojo maliciosamente.

—Idiota.—murmuró Hermione mientras se daba media vuelta y regresaba a su mesa.

Se sentó sin hacer ningún comentario. Tomó el tenedor, pero, incapaz de comer, solo se puso a jugar con la comida. Sus orejas estaban rojas, y sus ojos también, furiosa consigo misma por no haber pensado en algo más que decirle. Dejarlo quedarse con la última palabra... casi. Pero nada de lo que ella pudiera haber dicho le habría causado el mismo efecto que él había logrado con ella.

Algún día me las pagarás, Malfoy. Te quedarás sin insultos, y entonces yo te ganaré.

—Eh... Hermione—dijo Harry—¿estás bien?

—Por supuesto, Harry—respondió ella mordazmente—. Sólo recuérdame porqué escogí la clase de pociones avanzadas.

—¿Por qué te gustaba de niña?—inquirió él.

—¡Lo tengo, lo tengo!—intervino Ron—Para lograr que la gente haga lo que quieras.

—¡Ron!—le riñó Harry.

Pero a Hermione le había caído la respuesta del cielo. Sonrió débilmente, tratando de ocultarlo, sin obtener resultados. Harry se inclinó sobre la mesa para acercarse a ella.

—¡Estás loca¡No puedes hacer eso! Tú misma lo dijiste, y los profesores se darán cuenta. Imagínate lo que pasaría si te atrapan.

—Por otro lado—dijo Ron, inclinándose también sobre la mesa—, sería una buena forma de hacerle ver quién manda.

Hermione dejó mostrar entonces una sonrisa completa.

—Él se lo buscó—se excusó—. No tengo hambre. Los veré a la hora de la cena.

Se levantó y tomó sus libros, siguiendo su camino a la biblioteca, que ya se sabía incluso dormida.

—¡Hermione!—dijo Harry tratando de detenerla; ella solo se despidió con la mano e hizo una seña de "Victoria".

Ya en la biblioteca, dejó su mochila en una mesa vacía y lo suficientemente grande para poder llevar todos los libros que quisiera. Se dirigió a la sección de los libros de pociones, temiendo no encontrar una lo suficientemente fuerte para conseguir que Malfoy actuara como ella quería.

Tomó tres rápidamente y luego cambió de estante, buscando uno más. Con la punta del dedo señalaba cada título sin detenerse en ninguno, hasta que terminó de cuclillas buscando en la última repisa.

"Mil pociones sencillas para controlarlo" Leyó en uno. El título no era prometedor, pero lo sacó de todas maneras. Leyó el autor. Lo había visto en alguna parte, seguramente en casa de los Weasley. O en una lista de ventas del mundo mágico. De cualquier manera, parecía una farsa de la mercadotecnia.

Se levantó del suelo y lo hojeó rápidamente. Leyó el índice y luego las pociones, todo con una rapidez y destreza que solo se obtiene después de años de práctica. Luego lo volvió a guardar. Nada que sirviera.

Bueno, se dijo, tenía que hacer mi tarea de todas maneras, así que no fue una total pérdida de tiempo. Fue a la mesa con el resto de los libros que había sacado y se sentó, satisfecha por haber sido la primera en empezar su tarea. Sonrió maliciosamente mientras se imaginaba a los demás "buitres" (como ella llamaba a los alumnos irresponsables) que estarían terminando su tarea el último día a media noche. Siempre le había gustado esa imagen.

Leyó un par de los que tenía más cerca y luego miró la hora en el reloj de la pared. Faltaban cinco minutos para su siguiente clase, sería mejor que se fuera y se llevara el resto de los libros. Y pensar que ahora la mitad de la sala común es mía, pensó alegremente, podré llevarme todos los libros que quepan.

Se levantó y fue donde Madam Pince para registrar todos los libros que iba a llevar.

—Disculpe—dijo amablemente—. ¿Puedo pedirle un favor?

—Claro, linda—respondió la bibliotecaria, que se había encariñado con Hermione a través de los años—¿qué necesitas?

—Es que... son muchos libros. ¿Podría guardármelos? Solo hasta que termine mis clases, y luego vendré por ellos.

—Sí, claro.—dijo, y los acomodó detrás del alto escritorio en el que estaba sentada.

—Gracias.—terminó Hermione, con una sonrisa, y se fue en dirección del aula de Aritmancia.

ooo

—¿Qué tal las clases, Hermione?—preguntó Harry, aún un poco preocupado por la reacción de su amiga con respecto a las pociones.

—Muy bien, gracias. ¿Y las tuyas?

—Oh, son buenísimas—dijo Ron, que compartía las clases de Harry—. En Defensa Contra las Artes Oscuras nos están enseñando hechizos curativos y de protección. Muy útiles si vuelve Vold... ya saben.

—Sí, es raro que no se haya vuelto a aparecer. Con eso de que ya tiene un cuerpo y todas esas cosas...

—Sí, de Bellatrix tampoco se ha sabido nada.

Hermione le dio un codazo a Ron. Harry tenía la mirada perdida en su plato y no había dicho nada desde que Ron había mencionado a Voldemort. Obviamente aún le dolía la pérdida de Sirius.

—Lo siento, Harry.—dijo Ron con tono arrepentido.

—No es tu culpa, Ron. No te preocupes.

—En fin—intervino Hermione, tratando de suavizar las cosas—. Dices que les están enseñando hechizos protectores. ¿Cómo son¿Se parecen al patronus?

—Sí—respondió Harry, visiblemente animado por la pregunta. Aquella había sido su materia favorita por mucho tiempo—. Verás, el patronus es como un escudo que sirve por poco tiempo, pero solo protege al mago que lo crea. Los que nos están enseñando ahora son aún mejores. Como una manera de cuidar a los que te rodean. Y duran más tiempo.

—¿También toman la forma que escoja el mago?

—Algo así—dijo Ron con media pata de pollo en la boca. La tragó y siguió hablando—. Éstos no toman forma de animal, sino de una persona. Son realmente impresionantes, deberías verlos.

—Bueno, podrían mostrármelos un día¿no?

—Esto... sí—dijo Harry—. La cosa es que...

—¿Qué?

—Que todavía no podemos hacerlos bien.

—Ah, bueno. Es el primer día. En poco tiempo lo lograrán.

Recordó que desde que el Profesor Lupin había vuelto a la escuela, las clases de Defensa eran de las mejores en la escuela. Hermione se sentía segura de tener a más de una persona de la Orden en el castillo. El último año había pasado sin el menor percance, y rezó porque su único problema este año fuera tener que lidiar con Draco.

Forma de personas, le daba vuelta en la cabeza, ¿y si toma la forma de la persona que uno quiera...?

No pudo evitar pensar que Ron obtendría una veela. Y le dio risa. Harry, tal vez sus padres, ya que Cho había sido un fracaso hacía mucho tiempo.

—Oye, Ron.

—Dime.—dijo al tiempo que se llevaba a la boca un vaso con jugo de calabaza.

—¿Qué forma toma el protector del Profesor Lupin?

Ron se ahogó con el jugo, tratando de no salpicar a nadie y de recuperar la respiración. Harry se levantó y fue hasta el otro lado de la mesa, sentándose junto a Ginny; se habían vuelto buenos amigos desde el año anterior.

—¿Qué¿No debí preguntar eso?

—Hermione—empezó Ron, mirándola a los ojos, preocupado—, la forma que toman los hechizos protectores se parece mucho a lo que hace el espejo de Oesed¿lo recuerdas?

—Sí, Harry y tú me contaron de él hace mucho. Muestra lo que uno más desea¿no?

—Eso.

—Entonces¿qué forma toma el hechizo del Profesor?

Ron tragó saliva y miró hacia abajo; luego a Harry, quien no parecía mostrar ningún resentimiento mientras hablaba con Ginny.

—T-toma la forma de Sirius, cuando tenían más o menos nuestra edad. Ninguno de nosotros lo reconoció; solo Harry, él me dijo. Y el Profesor nos aseguró que se trataba de su hermano, que se había perdido hacía muchos años.

Hermione prefirió guardar silencio, dando a entender con ello que se arrepentía de lo que había dicho. Había perdido el apetito, y recordó que debía ir a recoger los libros que había dejado en la biblioteca.

—¿Está bien si me voy ya? Tengo muchas cosas que hacer.

—Claro—respondió Ron—. Yo ya casi termino.

—Gracias.—y le sonrió, levantándose. Tomó su mochila y se encaminó a la biblioteca.

Los pasillos estaban vacíos, todos estaban en el comedor. Le gustaba que estuvieran así; más movilidad, más libertad. Entró a la biblioteca esperando encontrarla igual de vacía, pero había unas tres o cuatro personas que la bajaron de su nube. Menos mal que no pensaba quedarse ahí.

—Buenas tardes, Madam Pince—dijo cuando alcanzó el escritorio de la bibliotecaria—. Vengo por mis libros.

—Oh, se los di a ese muchacho, cariño, como tú se lo pediste.

—¿Eh¿Pedírselo a quién?

—Vino un muchacho, dijo que estaba en tu misma clase y que le habías pedido que te llevara los libros. Su nombre... me lo dijo pero no lo recuerdo, su apellido empezaba con M, creo.

—Malfoy...—dijo ella entre dientes— Gracias, Madam Pince—añadió con una falsa sonrisa, que sin embargo se veía bastante real—. Creo que lo olvidé. Iré ahora por ellos. Hasta luego.

Apenas estuvo fuera de la biblioteca, echó a correr por el pasillo, bajando y subiendo escaleras, hasta que llegó a la puerta de su dormitorio. Dijo la contraseña rápidamente y entró con impaciencia.

—¡Malfoy!—vociferó, aventando la mochila a uno de los sillones.

Draco se encontraba sentado frente a un escritorio con un cuaderno abierto, y la pila de libros escogidos por Hermione. Estaba cínicamente leyendo uno, anotando en su cuaderno cortas oraciones y números de página para revisar después.

—Como puedes ver—le respondió sin verla— este lugar es lo suficientemente callado. Y soy el único que está aquí, no tenías que gritar.

—¡Mis libros¿Porqué tomaste mis libros!

—¿Tus libros? No vi tu nombre por ninguna parte.

—¡Yo los vi primero!

—No te lo estoy negando.

—¡Argh!

Hermione se dejó caer en una silla junto a la chimenea y se talló el rostro con las manos, cansada.

—Debe haber una manera de arreglar esto—dijo ella—. Y por un mínimo de respeto, deja de hacer eso en mi cara—le espetó. Estaba leyendo los libros con una calma..., que cualquiera hubiera jurado que no se los había quitado a nadie.

Draco cerró el libro, molesto, pero tratando de controlarse.

—Yo sugiero—comenzó. Menos mal que piensa se dijo Hermione— que te calles y me dejes trabajar.

—¡Argh¿Cómo puede alguien soportarte!

Se levantó, tomó el primer libro que vio y se sentó de nuevo en la silla. Comenzó a leerlo sin prestarle casi atención. De vez en cuando realmente entendía lo que leía. Otras, solo eran letras puestas juntas, que no tenían el menor sentido.

... porque los rebeldes se negaban a participar en los ejércitos, la mayor cantidad de hombres era necesaria para combatir en aquellos tiempos... empezado con los magos de leyenda y otros no tan conocidos que ayudaban a quienes se lo solicitaban... precio bajo porque los ingredientes eran plantas que se conseguían fácilmente... poco tiempo en elaborarlas, sin efectos secundarios...

Miró de reojo a Draco. Se veía tan concentrado en su trabajo. Maldito estúpido, cuando ella debería estar leyendo esos libros, no él. ¿Quién lo pensaría? Que solo estaría esperando a que ella hiciera la mitad del trabajo. Aprovechado. Estúpido de nuevo. Ni siquiera podía hilar sus pensamientos coherentemente.

...control temporal de una persona sin causar daño...

Bingo. Por primera vez desde que había abierto el libro, prestó atención a lo que tenía frente a sí. Releyó con cuidado esa última página. Sí, todos los ingredientes que necesitaba los tenía en su equipo de pociones. Ninguno que tuviera que ser robado... ninguno que tuviera que ser elaborado con mucho tiempo antes de dárselo a la persona.

Me las vas a pagar, Malfoy, pensó tratando de reprimir una sonrisa.

Sacó de su mochila un cuaderno y pretendió hacer la tarea, anotando cada ingrediente, y la forma de elaborarla. Cuando terminó, leyó los efectos, secundarios e inmediatos, de algo servirían para el trabajo que tenía que entregar.

... dependiendo de la concentración de la mezcla, efectos notables durante las primeras doce horas. El 'afectado' se recupera más rápidamente durante el sueño, al despertar mantiene recuerdos vagos. Un mago experimentado puede conseguir que no recuerde nada...

Bueno, Hermione no era una bruja precisamente experimentada en el tema, pero podría conseguir que hiciera lo que quisiera sin conservar demasiados recuerdos, que luego podrían servirle a Draco para tomar venganza.

Se levantó con el libro en la mano y fue a su habitación, echando el cerrojo.Lluego tomó su equipo de pociones y entró al baño para darse más seguridad. Solo tomaría unos minutos. Después, y con un poco de suerte, obtendría un esclavo.

ooo

Hermione salió de su habitación una hora después. No había almorzado, casi no había cenado, y su cerebro no trabajaba gratis. Necesitaba comida. Draco había salido a hacer su ronda, y había dejado los libros perfectamente ordenados sobre el escritorio de Hermione, cosa que le extrañó demasiado. Ella dejó sobre el montón el libro que había utilizado y luego salió en dirección de la cocina. Dobby estaría más que encantado de darle algo de comer.

Una media hora después, volvía con una rebanada de pastel y un vaso con jugo de calabaza fresco en la mano.

—¿Dónde te habías metido, Granger?—preguntó Draco, sin poner atención en su respuesta, sino solo para molestarla.

—Es asunto mío¿no¿Ya empezaste tu mitad del trabajo? Es bastante.

—Ese también es asunto mío. Y, además, creí que no habría una 'mitad del trabajo'. Arréglatelas tú sola.

—Verás—respondió ella, dejando el vaso sobre el escritorio—, lo haría, pero Snape no se pondrá muy feliz con eso y no pienso arriesgarme.

—¿Qué no tienes una ronda que hacer?—le dijo con desprecio. Quería librarse de ella en el momento.

—Sí, creo que mejor me voy.—se terminó la rebanada de pastel y fue a tirar la servilleta sucia en un cesto de basura, que lo desintegró al contacto; había dejado descuidadamente el vaso con jugo en el escritorio mientras se dirigía a su habitación. Entró sin más.

—Perfecto, comenzaba a tener sed.—dijo para sí mismo el chico de cabello platinado, y con el obstinado objetivo de hacer rabiar a Hermione, tomó el vaso y bebió hasta vaciarlo. Volvió a dejarlo en el escritorio.

Cuando Hermione salió y buscó su jugo, miró llena de ira a su compañero y le gritó:

—¿Dónde está!

—Me lo tomé.

—¡Idiota!—gritó con una sonrisa.

—Si tú lo dices...

Pero la mirada de Draco comenzaba a suavizarse, quedando como si estuviera durmiendo.

—Te vas a quedar dormido, levántate de ese sillón.

—¿Por qué?

—Porque yo digo.— aún más efectivo que un 'por favor'.

Draco se levantó y se paseó por el cuarto, despejándose y aparentemente despertando. Su mirada seguía siendo la de un sonámbulo.

—Malfoy, quiero que hagas algo mientras yo no estoy.

—¿Sí?

—Busca en esos libros todo lo que pueda servir para la tarea de Snape. Luego lo resumes y lo escribes con tu letra más perfecta. Quiero un metro y medio escrito en ese pergamino para cuando yo regrese.

—Muy bien.

—¿Entendiste todo?

—Sí.

Hermione sonrió satisfecha y salió a hacer su ronda.

Una hora después de haber recorrido cada pasillo para asegurarse de que todo estuviera bien, entró de nuevo en su sala común. Draco estaba sentado frente al escritorio, cerrando el último libro y dejando a un lado la pluma.

—¿Terminaste?

—Sí.

—Muy bien, gracias. Ahora, puedes irte a dormir. Para mañana no sabrás nada de esto. Espero.

Él asintió con la cabeza y se fue a dormir. Era divertido. Más divertido sería la mañana siguiente que no recordara nada.

ooo

Draco despertó con dolor de cabeza, como si tuviera resaca. Sin embargo, sabía que no había hecho nada que ameritara sentirse así. Intentó recordar lo que había pasado la noche anterior. Había ido a hacer sus rondas, luego regresó, leyó pocas páginas de un libro y se fue a dormir. No. Había un espacio en blanco entre que leía el libro y se iba a dormir. Ah, qué más daba. Con el tiempo se le pasaría.

Cuando salió de su recámara, Hermione ya estaba en la sala común, guardando unos pergaminos y acomodando los libros para llevárselos a la biblioteca antes de ir a clases.

—¿Qué¿No pudiste encontrar nada que te sirviera para tu famosa tarea?

—Buenos días a ti también, Malfoy. Y no, no es eso. De hecho esa tarea ya está lista.

—¿Cómo?

—Me complace decirte que nuestra tarea ya está lista. Me desvelé por terminarla anoche. Te agradecería que no le dijeras a los demás, quienes seguramente ya ni siquiera la recuerdan.

—Que perdedora. ¿Hiciste el trabajo por los dos? Admito que me conviene, pero...

—No, Malfoy, no hice el trabajo por los dos. Tú ayudaste bastante, de hecho escribiste más de lo que yo hice.

—¿Cuándo?

—Anoche. Pero supongo que estabas tan cansado por el primer día de clases—se burló— que te fuiste a dormir y no lo recuerdas.

—Granger¿de qué estás hablando? Yo no hice nada.

—Oh, qué tierno, no tomas crédito. Aquí está el pergamino, en caso que quieras leerlo, es tu letra. Yo ya me voy, me están esperando abajo.

Lo pasó de largo hasta la puerta y salió reprimiendo una sonrisa de triunfo.

Dentro, Draco abrió con cuidado el pergamino que había señalado Hermione. Está mintiendo, se dijo. Pero no cabía en sí del asombro al ver su propia escritura en el pergamino. Lo contó. Un metro y medio exacto. Lo enrolló furioso y lo dejó donde estaba.

—¡Granger!—vociferó, pagaría por aquella.

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¡Gracias por haber vuelto y haber aguantado! Bueno, pues ya ven, Draco sabe que Hermione le hizo algo pero no puede decir qué. Y además. Sin testigos, sin recuerdos de ese rato. ¿qué puede hacer? Nada (se ríe malvadamente). ¡No olviden dejar un review al final¡Gracias otra vez¿qué sería de mi sin ustedes?

Eledhwen Moonlight Spell