¡Hey! Lamento la tardanza, pero la escuela apenas me daba tiempo para dormir y respirar hasta comer estaba en duda algunos días. Pero no las iba a dejar con la duda¿no? Aquí está, capítulo nueve, que ojalá sea lo que esperaban, porque me he esforzado mucho, de verdad
Dark Raxiel: ¡Hola guapa! Sí, tienes razón en muchísimas cosas, y la verdad es que me siento bastante bien con lo que escribo. Hey, si nadie hace fics con parejas raras¡alguien tiene que hacerlos! Jajaja, mil gracias por tu review, espero que te guste este capítulo aunque no sea tan trillado como el anterior.
Jenny/ Jade: Lamento de verdad haberme tardado tanto :S Espero que me disculpes, aquí como siempre tratando de hacer lo mejor y deseando que les guste lo que viene. Y créeme que yo eché de menos escribir, la escuela no me dejaba dar ni un respiro. ¡Gracias!
Anne M. Riddle: ¡Ah¡Lo siento¡Me he tardado un montón! Y tú que fuiste muy clara en que me reportara pronto Oo cielos... Me has comprometido demasiado con eso de que el capítulo anterior era el más bello que habías leído, eso quiere decir que tal vez el resto ya no te parezca suficiente. Nah, de hecho sí pensé en eso, que este capítulo tendría que ser mil veces mejor que el pasado, espero que sea de tu agrado, y si no... Oo pues al menos habré hecho todo lo que podía. (por favor, por favor, que te guste) ¡Muchísimas gracias por TODO! Por leerme, por tus reviews, por tus fics, y por tu apoyo. ¡Gracias!
ViC-MaLFoY: Hehehehe, llorar por que te gusta mucho algo que lees o ves, no es nada patético, yo ni te digo cuántas veces lo he hecho ;) Muchas gracias por tu review, espero que te guste este capítulo, he intentado que quedara más o menos en el mismo tono, ojalá que sí haya quedado bien
WhiteTi99er: ¡Holaaaaa! Y a ti ¿qué quieres que te diga? Jajaja, mil gracias por todo, perdón por haberme tardado tanto en actualizar, pero tú mejor que nadie sabe cómo he andado. Gracias por todo, espero que te guste y si no pues luego me pegas! Jajajaja, cuídate, ok? TQM
Alici MlfoyHey! Gracias por tu review! Yo también tenía ganas de verlos juntitos, por eso no pude resistir ya la tentación y lo mejor de todo es que a partir de ahora esos momentos serán más frecuentes :D
Ana Cecilia¡No te mueras! Claro que me importa¿te imaginas¿Qué tal si me quieren meter a la cárcel por matar a alguien que leyó mi fic? Oo no, gracias. Mejor le he seguido para que lo leas ojalá que te guste. Y no, no lo dejaré sin final, yo también odio cuando eso pasa, hehehehe ¡Muchas gracias por tu review!Petit Charat : ¡Que genial! Tu review ha sido uno de los que más me ha gustado, sobre todo esa parte de "Sin prisas, pero sin pausas" ¡Hoe! Totalmente genial, yo no lo había visto así qué bueno que te gustó, espero que te siga gustando. Sí, a mi tampoco me gusta que Draco se ponga cursi, pero Hermione... bueno, es una chica, ella tiene un poco más de derecho. Y aún así no me agrada del todo Oo ¡Gracias¡Besos!
CoNnY-B: ¡Cielos¡Aplausos para mí¡Gracias, gracias! No te hubieras molestado me da mucho gusto que el fic sea de tu agrado, espero que eso no cambie. Oh! Y me has dejado con la duda de lo que me ibas a reprochar. Digo, que bien que el final lo compensó, pero me gustaría saber en qué estoy metiendo la pata. ¡Gracias!
kaze-chan : ¡Wow¿Te has leído todo en una sola sentada¡Qué flojera! Jajaja, no te creas, lo aprecio de verdad. Muchísimas gracias, sobre todo por tu comentario de que es un fic diferente a los demás que has leído, significa mucho para mí ¡Gracias!
Lira Garbo: ¡Hoe¡Gracias por leer mi fic! Sobre todo porque no era muy corto que digamos, en verdad significó mucho para mí. Más que era un favor que te había pedido y no tenías que haberlo hecho si no querías. Estoy al pendiente por tu siguiente capítulo¡mil gracias por todo!
Lanier : ¡Wo¡Tú eres nueva! Mil gracias por tu review me alegra que el fic te haya gustado, espero que lo sigas leyendo¡cuídate¡Ni se te ocurra cortarte las venas Oo¡Besos:D
¡Cuídense!
Espero que les guste, y no olviden dejar un review al final. ¡Gracias!
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Máscaras
Capítulo IX: Demonio
Dejaron pasar un momento antes de volver a la realidad. Ninguno de ellos tuvo que pedirle al otro que el hecho se mantuviera en secreto. Aunque nadie les creería, les podía acarrear varios problemas. Con el corazón todavía latiendo rápidamente, y sin sentir el suelo, lo único que les garantizaba que lo que pasaba era real, era el sonido de sus respiraciones entrecortadas que seguían sin aceptar que habían caído en las redes de un enemigo, sin sentirse por ello derrotados.
Hermione fue la primera en hablar después de lo que habían parecido siglos.
—Malfoy—lo llamó sin darse cuenta de que aún evitaba su nombre—¿qué estamos haciendo?
Sintió el ligero bufido que emitió Draco ante tal pregunta. Sin embargo, no se quitó, y a pesar de su respuesta, su frialdad se había evaporado por completo.
—No lo eches a perder, niña. ¿Crees que no me había dado cuenta? Hace años que me pregunto por qué tuve que caer ante una Sangre Sucia.
Hermione lo alejó de sí empujándolo de los hombros, y dejando las manos así, lo miró con odio.
—Así que sigo siendo una Sangre Sucia¿verdad¿Nunca voy a significar nada más para ti¿Por qué demonios vienes a mí diciéndome esto para luego llamarme Sangre Sucia?
Había irritación en su voz. Un halo de desprecio y desconcierto que no la abandonaba nunca. Se había atrevido a llamarla Sangre Sucia aún después de todo lo que le había dicho la noche anterior. A pesar de haberse refugiado en sus brazos, haberla besado, y rogarle que no se fuera. ¡El desgraciado la había llamado así de nuevo!
Draco quiso acercarse a ella nuevamente, pero la chica lo mantenía firme en su lugar. Definitivamente no iba a lograr nada si no le respondía. Pero era demasiado difícil concentrarse en una respuesta cuando la tenía a menos de un metro, cuando su cabello rizado y suave se sentía tan bien contra su propio rostro. Quería tatuar su nombre sobre las manos que le detenían, asegurarse así de que nadie más recibiría caricias por su parte. Su mente y su cuerpo ansiaban volver a estar como antes. Pero ella no se lo permitía.
Fijó la vista en otra parte, el brazo del sillón, una brasa fría en la chimenea, lo que fuera para no tener que ver la ira en sus ojos.
—¿No me vas a responder?
—No es fácil.—y no agregó nada más.
Hermione estaba más sorprendida y molesta que antes. Lo soltó lentamente, y él no se movió, seguía evitando su mirada.
—¿Eso es todo¿N-no es fácil responderme¿Y esperas que te crea¡Eres Draco Malfoy, maldita sea¡Tú no te quedas sin respuestas!
—Ya ves que sí.
Hermione se cruzó de brazos y esbozó una sonrisa fría, iracunda, que había aprendido a hacer solo para él desde que estaban en segundo año.
—Pues bien, si es eso es todo lo que tienes que decir, me voy. Veo que fue un error pensar que eras diferente, Malfoy. Pero no te preocupes; no volverá a pasar.
Se dio la vuelta para dirigirse a su habitación nuevamente. Draco estiró rápidamente la mano, e inclinándose hacia delante, la tomó por la muñeca.
—¡Suéltame!—exigió intentando librarse, pero en vez de eso, él ejercía más presión— ¡Me duele!
El Slytherin la atrajo hacia sí y le susurró al oído.
—Y a mi me duelen tus palabras.
Había tristeza en su voz, como un murmullo emitido por el viento cuando hace frío y quisieras desaparecer.
Hermione sintió un escalofrío bajar por su espalda en el momento en que los labios de Draco rozaron su oreja. Fue entonces cuando dejó de forcejear y se detuvo, cerrando los ojos.
—Tengo que verme con Harry, suéltame.—dijo ella con voz triste.
—¿Tan pronto¿No puede esperar el desgraciado?
—No lo llames así—respondió con voz venenosa. Tanto tiempo con Draco la habían vuelto un poco más como él—. Él me defendió de muchas cosas antes. Sobre todo de ti.
—Sí, tienes razón. Me pregunto de qué te protegerá ahora que no quiero hacerte daño.
Él dejó que se alejara un poco, pero sin soltarla de la muñeca, volvió a atraerla hacia sí y la besó a traición. Luego la soltó lentamente, al tiempo que abría los ojos y la miró fijamente con nostalgia. Aquella no era la mirada de Draco Malfoy¿qué le habían sucedido a los trozos de hielo que tenía por ojos¿Y el desprecio que mostraba por todos, por ella?
El labio inferior de Hermione tembló ligeramente. Sabía que estaba mal, que debía dejar de sentirse así, pero nada que hiciera o dijera lo evitaría. No le serviría agredirlo como hacía segundos antes, lo necesitaba demasiado como para lastimarlo de verdad.
Y lo había hecho, lo había herido, apenas un minuto después de haber recibido el beso que, sin saberlo, había anhelado desde hacía días, meses, años. Lo necesitaba ahora como lo necesitaba entonces, y nada le pesaba más que pensar que aquello podría desvanecerse en cualquier momento. Porque eran de bandos distintos. Cuídate de los malos, le decía su abuela, Cuídate de todos esos magos y brujos que están del otro lado, mi pequeña Hermione; cuando menos lo esperes te apuñalarán por la espalda.
Solo le tomó cumplir once años para enterarse de que los Malfoy eran de aquellos magos y brujas de los que le hablaba su abuela. No quería caer...
Pero ya lo había hecho.
—Tengo... tengo que irme.
Se disculpó, caminando lentamente hacia su habitación. Cuando Draco soltó completamente su muñeca, casi creyó que se desmoronaría en el suelo. Dolía tanto alejarse de él, aunque fuera un segundo... Dolía tanto saber que tendría que esconderse por siempre, porque nunca nadie comprendería, ni nadie aceptaría lo que ella sentía.
Entró a su habitación y se encerró en ella, mientras él miraba la invisible estela de su camino. Tragó saliva, guardándose también todas las cosas que quería gritar y que sabía que no podría nunca, y se fue a su habitación decidido a responder a su padre la carta que le había enviado semanas antes y que había ignorado desde entonces. Se preguntó qué le diría ahora que le había enviado esos cuervos, y que habían visto cómo protegió a alguien más antes que a sí mismo.
Claro que no pensaba contar la verdad... o bueno, no de esa manera.
ooo
No volvieron a verse hasta la noche de ese día. Draco había pasado todo el tiempo en la biblioteca haciendo una investigación que había dejado de última hora, y ahora tendría que terminar rápidamente. Hermione, por su parte, fue a ver a Harry, tal como se había prometido a sí misma, porque de lo contrario, muchas sospechas se habrían levantado. Él la estaba esperando cerca de la fuente del jardín; dieron un paseo mientras comenzaban a charlar.
—¿Qué hay, Harry?—preguntó sin muchos ánimos— Lamento lo de esta mañana.
—No hay problema—respondió él—, estaba un poco... ya sabes, alterado.
—Sí, me imagino. Ya hablé con él—guardó un segundo de silencio para asegurarse que tenía toda su atención—, y de paso le grité que si vuelve a decir algo así, será víctima de mi primer delito.
Harry rió ligeramente. No parecía haber mucho problema hasta el momento.
—Y...—titubeó—, dime¿me contarás lo que sucedió anoche?
—¿Anoche?
—El baile, dudo que lo hayas olvidado.
—Ah, eso. Verás, debí haber bebido demasiado ponche.
Harry la miró inquisidoramente. Mentira, y él no iba a caer. Hermione nunca se habría pasado con el ponche, y además era prefecta. Y su rostro, bueno, no se iba a olvidar tan fácilmente de esa cara de felicidad que tenía mientras Draco la hacía girar rápidamente, y sus mejillas sonrosadas cuando llegó la última pieza.
—No me mientas, Hermione, por favor. ¿Crees que soy tan tonto?—bufó— Me ofendes. Quiero la verdad, si eres tan amable.
Hermione cerró los ojos y tragó saliva, pensando rápidamente. Su cerebro maquinaba a tal velocidad que una docena de mentiras se le habían ocurrido en el segundo que estuvo pensando, para acabar optando por una versión modificada de la verdad.
—Sabes que hemos estado teniendo mucho trabajo¿verdad?
—Sí. ¿Qué con eso?
—Bueno, lo creas o no, pasar tanto tiempo con Malfoy y estar obligada a tener que llevar la fiesta en paz, nos orilló a ser un tanto amables con el otro. Es decir, si tenemos que vernos la cara todo el día... Aunque admito que al principio era como el infierno, pero con el tiempo te acostumbras.
—Aún no sé qué es lo que quieres decirme.
—Malfoy me vio una vez con mi CD Player en la sala común de nuestra torre, y asumió que me gusta la música, solo me sacó a bailar porque vio que ustedes no daban señales de querer hacerlo, y yo accedí porque la verdad estaba un poco aburrida.
—Nos hubieras podido decir que querías bailar.
—¡Pero si no lo hubieran tomado en cuenta!—respondió atónita —Me habrían dicho que me fuera a dormir si no estaba feliz, o algo así, y los amigos de Ginny no me caen tan bien como para bailar con ellos. Lo siento¿de acuerdo? Fue cosa de una sola noche.
—Sí, espero que eso de defenderlo también haya sido cosa de una sola noche.
Herminio bufó.
—Ay, por favor, Harry. Ron fue el que empezó, yo no quería que se armara una escenita. Además estábamos muy cansados. Y si no hubiera intervenido, Malfoy hubiera...
—¡Sido derrotado por Ron!—interrumpió Harry.
—¡Más bien le hubiera dado una paliza!
Él la miró nuevamente con ese aire de incredulidad.
—Los dos sabemos que eso no hubiera sido posible, Herms. Tú conoces a los hermanos de Ron, ellos le han enseñado muy bien.
—Sí, ya lo sé, pero Lucius Malfoy también sabe de maldiciones prohibidas. ¿Querrías que Ron estuviera mal herido en este momento?
—No.—pero en el fondo, él sabía que Hermione no lo hacía por Ron. ¿Por Malfoy? Sonaba imposible, pero...
Su conversación giró entonces a temas tan triviales como el clima y la cena de aquella noche. Si no lo había logrado convencer, al menos había logrado distraerlo. A cada rato, la Gryffinfor pensaba en lo que pasaría si se enteraran. ¿La apoyarían? No, probablemente la odiarían y dejarían de hablarle para siempre. Después de todo, había besado al peor enemigo de Harry, porque ni siquiera Voldemort lograba ponerlo en ese estado de desesperación por atacar, por herir, matar.
Y lo había entendido hasta esa mañana, cuando la máscara del frío Draco Malfoy se había roto para dar paso a la persona que vivía dentro, escondida durante años, aterrada por la posibilidad de ser descubierta.
Pasó el resto del día con sus amigos, visitando la torre de Gryffindor, almorzando bajo un frondoso árbol cuyas hojas caían como lluvia dorada al suelo amarillento, caminando junto al lago y hablando de lo que había de nuevo.
Hermione se disculpó con Ron unas quince veces hasta que él aceptó olvidarlo todo, prometiendo que si Malfoy se volvía a meter con él, le partiría la cara en serio; todo aparentaba haber vuelto a la realidad. Aunque por dentro, la chica ansiaba por regresar a la torre de los Premios Anuales, y volver a mirar esos ojos grises que ahora decían tantas cosas.
ooo
Abrió la puerta sin hacer ruido, deseando al mismo tiempo que no estuviera ahí, y que la estuviera esperando con los brazos abiertos. El cuadro se cerró tras ella y caminó lentamente a alrededor de la sala común. No había nadie. Se sentó, pues, en el sillón que más le gustaba, se cruzó de piernas y se llevó la mano a la barbilla, y luego se puso a pensar.
Solo pensar y pensar, imaginarse en el futuro, visitarse de niña. Alguien le había dicho una vez que para predecir el futuro no había más que imaginarse la situación y verse a uno mismo en ella. Si lograba obtener una imagen sólida en su cabeza, entonces sucedería; de lo contrario, no.
Pero no pudo hacer nada, ni ver nada. Seguía pensando en lo que había pasado y en lo mucho que quería que se repitiera. No habían pasado ni diez minutos (que a ella le parecieron una hora) cuando la puerta de la torre se abrió lentamente
Draco evitó la mirada de Hermione mientras entraba. Ella, por el contrario, no le perdía un paso. ¿Qué le pasa? Se ve más serio que de costumbre.
—Hey.—le dijo con voz indiferente. Había en su tono, sin embargo, un deseo incontrolable de gritar.
—Hey.
Él fue hasta un sillón frente al que se encontraba ella y se dejó caer en él.
—¿Estás bien?
—Dolor de cabeza.
—No parece.
Draco fijó sus ojos grises en los color chocolate de Hermione. Parecía estar escogiendo cuidadosamente sus palabras.
—Acerca de lo que pasó hoy... y ayer...
—Sí, todo va muy rápido.—aceptó ella. Pero no, eso no era lo que él quería saber.
—Lo que quiero preguntarte es... ¿Crees que está bien¿Esto?
Ella esbozó una cálida sonrisa.
—Me preguntas si está bien volver a respirar. En realidad lo que podría considerarse incorrecto es que somos de bandos diferentes¿no? Pero no me importa lo que los demás digan. De verdad.
Draco le hizo una seña para que se sentara junto a él. Ella se levantó e hizo como se lo pedía. Luego, él se recostó contra el respaldo, y Hermione se acomodó contra su pecho. El cabello ondulado de la chica se sentía tan suave entre sus dedos...
—Sí, está bien. Yo también creo que no debería importarnos lo que los demás piensen.
Y besó su frente.
—Pero pasa algo más¿no es cierto?—preguntó ella— Algo que no me has dicho. Siento como si esa pregunta fuera solo para entrar en el tema.
Draco dudó antes de responder, y Hermione sintió el resonar de su pecho contra su oído mientras hablaba en voz baja.
—Le escribí a mi padre.
De un momento a otro, la Gryffindor se tensó, cosa que él notó inmediatamente.
—No le habrás dicho de... nosotros¿verdad?
Él rió suavemente, lo que le devolvió un poco de calma.
—Ni siquiera soy capaz de decírselo al espejo todavía. Vas en contra de todo lo que me han enseñado. No le dije. Solo le repetí que no quería seguir sus pasos, que no me importaba si perdía la herencia que me tuviera preparada, y que ya no quería saber nada de honrar a los Malfoy. Que había encontrado una mejor razón para permanecer vivo, y que ni él ni los mortífagos tenían nada que ver con eso.
—Va a averiguarlo; tarde o temprano se enterará. Mandará a esos cuervos, como ya había hecho antes.—estaba aterrada. ¿Y si Lucius venía por ella a la mitad de la noche¿Y si perdían la vida por eso?
—Si a eso vas, tarde o temprano se enterarán todos. No importa por cuánto tiempo guardemos el secreto, Hermione, al final saldrá a la luz, y tendremos que enfrentarnos con todo lo que evitamos con tanto cuidado.
—De pronto la tarea de Pociones pierde importancia.
—¿Lo dices en serio?
Hermione levantó su rostro, manteniendo apoyada la barbilla en el pecho de Draco, solo para poder verlo a los ojos.
—Siempre he pensado que la vida es más importante que la escuela. Aunque no lo creas.
Él casi quiso reír. Sí, siempre lo había sabido, pero nunca lo quiso aceptar. Hermione Granger era mucho más que la Sangre Sucia que se encargaba de aprender de memoria todos los libros de la biblioteca.
—¿Qué sugieres, entonces?—preguntó la castaña. Había vuelto a acomodar su rostro hundido en la camisa negra de Draco.
—Que por lo pronto prometamos estar juntos no importa lo que pase. Dejando de lado si lo nuestro funciona o no. ¿Me entiendes? Es posible que en un mes, una semana, una hora, lleguemos a odiarnos tanto como antes. La cosa es que si los demás se enteran de esto... No importará que hayamos terminado, porque seguirá escrito en nuestra historia.
—Sí, es un riesgo demasiado grande.
—Y entenderé si no quieres tomarlo...—pero no tuvo tiempo de terminar su frase, porque Hermione lo miraba fijamente de nuevo. Y tuvo que callar, aún contra su voluntad. Sus ojos almendrados eran tan hermosos...
—Ya es muy tarde. Lo he tomado.
—¿Estás segura?
Ella se acercó más a él y lo besó en la comisura de los labios. Draco ni siquiera había tenido tiempo de reaccionar. Volvía a pasarle lo mismo de la mañana, temió que su corazón latiera tan fuerte que ella pudiera escucharlo. Pero¿qué más daba? La tenía justo allí¿no? Más cerca de lo que pudiera haber imaginado. Con la mano derecha tomó su rostro y lo acercó al de él nuevamente. Solo respirando su aire sentía que era suficiente. La besó de nuevo; no quería que se fuera nunca.
Hermione se separó de él solo lo suficiente para murmurar:
—Te amo, Draco.
Aún salido de su boca, el nombre le seguía pareciendo tan repugnante... Cuando quiso volver a besarlo, él volvió su rostro hacia otra parte.
—¿Qué te pasa?—preguntó herida.
—Por favor no me llames así.
—Pero es tu nombre.
—Tendrás que inventar otro.
—¿Por qué?
—No quiero que nadie más me vuelva llamar demonio.
¿Por qué no había pensado en eso antes? Draco : Demonio en latín. El ángel caído. Lucius había pensado en cada detalle, era obvio.
—Lo siento.
—No es tu culpa. No lo sabías.
—Siempre pensé que te llamabas así por Dragón.
—Mi padre nunca hace las cosas a la ligera. Quería que fuera su demonio, como un sirviente más. De verdad creo que nunca me consideró su hijo.
Draco sintió las cálidas manos de Hermione acariciando su rostro. Era como ser acariciado por un ángel.
—Tu padre era un idiota.
El chico abrió repentinamente los ojos. ¿Qué había dicho?
—¿Qué...?
—Tu padre era un idiota. Aún lo es. No se ha dado cuenta del magnífico mago que tiene. Si te hubiera dado rienda suelta... serías más poderoso de lo que te imaginas. Pero tenía que meterte en la cabeza todas esas ideas estúpidas de la Sangre Pura y la Sangre Sucia. Te lastimó, y lo odio por eso. Aún más que por ser un seguidor de Voldemort. Eso ya no me interesa.
Draco dejó que Hermione hiciera lo que quisiera con él, y ella jugó con su cabello platinado con completa libertad; ya nada le importaba más que eso. Y ella tenía razón, su padre era un idiota. Qué ironía que fuera una Sangre Sucia quien acabara por hacérselo saber.
—Gracias.—murmuró.
—¿Por qué? No he hecho nada.
—No. Has hecho todo.
Y volvió a besarla.
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¡Uff! Al fin! Espero que les haya gustado sobre todo porque es un poquito diferente al anterior. No olviden dejar un review o me vuelvo loca...¡más:P
Eledhwen
