... Tengo que pensar en una muy buena manera de pedirles perdón. Me tardé demasiado en subir este capítulo, pero espero que entiendan que desde que entré a la escuela no he hecho más que dormir, estudiar. No me culpen, por favor (pone cara de susto) es mi primer semestre en la universidad, y uno no puede descuidar sus calificaciones cuando tiene beca.
No se olviden de dejar un review, y espero que les guste. Iba a hacerlo más largo, pero eso haría la historia más confusa y decidí dejar esa parte para la próxima vez. Mil gracias otra vez por haber vuelto¡cuánto se los agradezco!
Las respuestas a sus reviews:
Lakesys ¡Hola! Bueno, sabes que no puedo extenderme mucho, fuiste la primera en dejarme un maravilloso review y por lo mismo hace mucho que llegó, que actualizaste y que te contesté :S espero que no te molestara demasiado mi tardanza, y también espero que te guste este capítulo, en el que, como en todos, puse todo lo que tenía.
Me alegra que te gustara la parte en la que practican las líneas, hehehe, yo tuve que hacerlo a veces, no con odio, claro, pero yo mantuve en secreto a mi actual novio por casi un mes. Créeme que es de lo más complicado. El día que pude dejar de hacerlo fue maravilloso :D
Actualiza pronto que me tienes en suspenso. Ojalá no me tarde tanto en este capítulo porque la historia ya está llegando a su fin. ¡Que lo disfrutes!
Dark Raxiel: ¡Caray! De verdad discúlpame por no tenerte listo el capítulo para el día siguiente, aunque me hubiera encantado. Desgraciadamente, primero por esperar a que más gente leyera, y después por falta de tiempo para armar una historia congruente, me tardé hasta hoy para poderlo subir. Claro que la intriga no podía faltar¿eh? Si no¿cómo querías que la gente siguiera leyendo? Jajaja, bien sabes que me encanta dejar así las cosas, y también que nunca las dejo inconclusas. Así que ahora sabrás unos pocos detalles de a dónde se han ido y qué es lo que Draco va a hacer ;) ¡Mil gracias por tu review!
pachita ¡Hey! A ti no te había visto antes¡que bueno que te gustó la historia! Rara vez me ha pasado encontrarme a una lectora que se agarre las historias tan empezadas, no se canse, y encima deje un review. En serio te agradezco tu comentario, espero que no te hayas olvidado de esta historia y que te siga gustando. ¡Gracias!
mari ¡Hola! La verdad, es un poco terrible que sus amigos se hayan enterado de la verdad, jaja. Si yo hubiera sido ellos me habría gustado más una confesión más tranquila con una taza de café y una galleta. Si alguien hubiera llegado y me dijera "Hey, se llevaron a tu mejor amiga, soy su novio y tu mayor enemigo, y necesito tu ayuda." Créeme que lo primero, le habría dado un golpe a mi amiga cuando la viera. Pero es cuestión de cada quién. Tal vez cuando la vida de alguien está en juego tu forma de pensar sea diferente. ¡Gracias por tu review!
sheylamalfoy Hey, chica, solo una palabra¡GRACIAS! Entiendo eso de que no puedas escribir todo lo que quieres porque el tiempo se agota, espero que te de tiempo al menos de leer este capítulo, y no importa mucho que no me escribas una tesis, jaja, con saber que lo leíste y te gustó es más que suficiente. Cuídate mucho, ojalá que te siga gustando la historia. ¡Besos!
Asil Black: Eledhwen Moonlight Spell hace una mención honorífica a Asil Black por haber leído nueve capítulos no tan cortos en una sola noche, sin aburrirse, y además tomándose el tiempo de dejar un review maravilloso. ¡En serio! Te agradezco todo, y sobre todo que sigas aquí. Pocas personas siguen una historia cuando ésta pasa de los cinco o seis capítulos, así que verdaderamente te mereces la mención honorífica. ¡Gracias!
sora ¡Otra cara/nombre nuev! Sí, de hecho no he visto tu cara, pero entiendes lo que quiero decir. Me da mucho gusto que el fic haya sido de tu agrado. Espero que sigas leyendo, y me perdones también por todo el tiempo que me he tardado en actualizar. ¡Gracias!
Tynita ¡Hay, Cielo Santo¡La única historia que lees porque ya no te agradan las demás! Eso sí que es un honor, me alegra como no tienes una idea. De hecho son esa clase de comentarios los que me hacen seguir y dar lo mejor de mi. Sería muy fácil dejar de escribir o hacer una basura, pero además de cumplir conmigo misma, saber que alguien más sigue mi trabajo es de lo más genial. ¡Gracias por todo! Perdón por mantenerte impaciente en todo este tiempo que me tardé, la escuela no me deja ni respirar. ¡Cuídate y sigue leyendo:D ¡Besos!
Isilwen ¡Te enganchó! Esa es una de las mejores noticias y/o comentarios que he recibido de mis fics en mucho tiempo. Es cierto que es difícil que enganchen, y muchas veces pierden estilo, trama o interés, me alegra que no pienses eso de este fic y que lo sigas leyendo. Inicialmente la tenía planeada para unos 12 capítulos, pero como verás, la historia se ha alargado un poco, por lo que lo haré tantito más extenso. Ojalá no te desanime y te siga gustando. Y perdón por la tardanza, no me caí, pero me atiborraron de trabajo y eso no me dejaba escribir. Te prometo que me voy a dar una vuelta por tus fics, solo déjame encontrar un poco de tiempo libre ;) ¡Besos¡Gracias!
CoNnY-B: Jaja, y yo, uy al fin escribí esto. Perdón por la tardanza, y que genial eso de que las historias coincidan! Verás, por eso no me gusta usar demasiado lo que es el elemento de magia, prefiero que los lectores se identifiquen y que valgan más los sentimientos o pensamientos que cuánta magia puedan tener. ¡Gracias! Y ciertamente espero que nunca te tengas que topar con Lucius a la mitad de la noche...
WhiteTigger ¡Aleeeeeee¡Ale, Ale¿Cuándo te voy a ver¡Tengo tantas cosas que decirte! Y tú tienes más aún, ya quiero que me cuentes todo! Cuídate mucho, te mandaré un mail para avisarte de esta cosa y ojalá que lo puedas leer. ¡Ah! Te extraño tanto, no sabes, apenas estoy viendo quién es confiable y quién no, la verdad es que los extraño mucho y quiero tenerlos de vuelta! Cuídate mucho¿ok? Y no te portes mal con tu novio nuevo:D:D:D Besos y abrazos.
mapache ... (grito de felicidad) Aaaahhhh! No puedo creer que hayas leído mi fic! (se hinca y hace una alabanza con los brazos) Eres una leyenda! En serio, no puedo creer que hayas leído mi fic, que te haya gustado y además de dejarme un review me dijeras que era rescatable (ok, eso todavía no sé como tomarlo, estoy segura que es un cumplido, pero también sé que hay muchas cosas buenas en aunque estén muy, muy escondidas). Solo quiero darte las gracias por todo y espero no haberte aburrido en la espera y que te siga gustando la historia. ¡Gracias¡Mil gracias!
Isabella Mil gracias por tus comentarios, me da mucho gusto que mis fics te parezcan buenos. Espero poder subir unos cuantos de one—shot pronto, pero por el momento quería darle continuación a éste que lo tenía olvidado por ahí. ¡Gracias!
LAP: No sabes cuánto me levantó una sola palabra de tu review: ánimo. Es algo que siempre he necesitado para seguir escribiendo, gracias por deseármelo y espero no defraudarte ni cansarte con mi tardanza. ¡Gracias!
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Máscaras
Capítulo XI: Los escombros de un recuerdo
Harry no daba crédito a sus ojos. Pero, a juzgar por la expresión de Ron, él tampoco.
—Muy bien, Malfoy¿qué les hiciste? No es posible que de pronto tus enemigos se vuelvan tus amigos.
Draco guardaba silencio, observando ausentemente las marcas de uñas en el piso, con el olor acre de la sangre en la garganta. No podía pensar en nada más que en Hermione, en lo que le estarían haciendo, en lo mal que se sentiría, y todo por su culpa porque no había sido capaz de protegerla en todo momento. Bien hecho, Draco, se repetía a sí mismo, te quedaste dormido y con eso bastó para que se la llevaran lejos de ti.
—¿No me vas a responder?—insistió Ron, más arrogante que agresivo. Luego se volvió a Harry— ¿Y tú, Harry¿También te quedarás callado?
Harry bajó la vista sus pies. Era obvio que se sentía arrepentido, pero en este caso, se preocupaba más por Hermione que por Ron. Si tan solo él creyera lo que Draco decía, también habría hecho lo mismo.
—¿De verdad se quedarán callados?
—¡Ya es suficiente!—exclamó Draco, limpiándose la cara con la manga de la túnica— Mientras ustedes se declaran la ley del hielo, Hermione está en peligro. No pienso perder un segundo más—miró a Harry—. Querías que te lo explicara, ya lo hice, ahora déjame en paz. Tengo que ir por ella.
Ron apenas creía que la hubiera llamado Hermione. ¿No se odiaban incluso más que él y Harry¿Por qué tanta prisa¿Por qué tanta aflicción? Parecía estar a punto de sentarse a llorar, y sin embargo ahí seguía, de pie, seguramente ideando un plan para rescatarla del peligro del que tanto hablaba.
Draco, por su parte, ignoró que ellos seguían allí. Fue hasta su habitación, cerró la puerta tras él y echó el cerrojo. Si iba a rescatar a Hermione, debía ir vestido para la ocasión. Se despojó de su ropa muggle y abrió el armario. Unos pantalones negros de tela fina, una camisa del mismo color, una túnica negra y por último una capa oscura que asemejaba gabardina, con capucha grande y cuya punta afilada caía inerte sobre la nuca. Tomó su varita, guardándola en su bolsillo, luego fue rápidamente a su cama y se arrodilló junto a ella, agachándose aún más y sacando un cobre de ébano casi tan negro como su atuendo.
Lo abrió con cuidado pero no sin prisa. Dentro había un anillo plateado con la marca tenebrosa. También lo guardó, en el bolsillo de la camisa. Descalzo, se dirigió nuevamente al armario y se puso unas botas de cuero negras. Casi parecía dirigirse a la batalla. No lo sabía, pero esa sería una probabilidad. Y si iba a morir, sin perder su estilo Malfoy, iba a morir bien vestido y luchando.
Cuando salió de la habitación, Harry aún estaba terminando de explicarle a Ron lo que había sucedido con su amiga. Lo miraron asombrados de que hubiera cambiado tanto. Aunque eso seguía sin explicar porqué estaba vestido como muggle más temprano, y ahora parecía todo un asesino a sueldo del mundo mágico.
—Bien, ya vuelves a ser el mismo, Mortífago—dijo Ron con voz venenosa—. Creo que ya entiendo¿Hermione será un sacrificio algo así?
Draco seguía ignorándolo. No estaba dispuesto a retrasarse por cosas como esa, y menos si la vida de aquella a quien le debía la suya propia, estaba en juego.
—Ron, por favor, no creo que...
—¡Me importa un bledo lo que creas, Harry!—exclamó el pelirrojo— ¡No es posible que te tragues todo lo que dice esta basura¿Acaso soy el único sensato aquí¿Ya todos perdieron la cabeza?
—Ron...
—¡Deja de hablarme como si tuviera cinco años¡Estoy harto¡Quiero de vuelta a MI Hermione, no a la que éste idiota manipuló!
En ese momento, Draco giró sobre sus talones, tomó a Ron por el cuello de la caminsa, y, cerrando el puño, lo sacudió una vez.
—¡Escucha, Comadreja¡Deberías dejar de cegarte y hacerle caso a Potter de una vez!—aún no creía lo que estaba diciendo, pero así era. Y pensar que en otras circunstancias se habría deleitado de verlos peleando— ¡Yo no manipulé a nadie, y menos a ella¿Entiendes? Si pudieras abrir los ojos te darías cuenta de que la amo y no me interesa lo que pienses al respecto. Ahora me necesita y voy a ir por ella, estés de acuerdo o no. Así que, si puedes hacerle un favor a la que llamas tu amiga, quédate callado y déjame seguir—tomó aire—. Ah, y para que por favor pongas los pies en la Tierra: Ella es MI Hermione, no tuya.
Ron estaba completamente rojo del coraje y la vergüenza. Que Draco Malfoy le diera órdenes dignas de seguir, y que además defendiera a Harry era algo que nunca se hubiera esperado; aunque claro que eso no se comparaba con el hecho de que hubiera admitido que la amaba. ¿Desde cuándo habría estado pasando todo esto? Tenía la respiración agitada y guardó silencio luego del regaño que había recibido del rubio. Cuando Draco vio que era prudente soltarlo, lo hizo. Los tres guardaron silencio y se quedaron inmóviles un segundo. Luego el habitante de aquella torre siguió su camino, con los otros dos pisándole los talones.
—Les dije que volvieran—murmuró cuando iban por el pasillo—. Háganme caso.
Pero ellos seguían allí.
Bajaban las escaleras al siguiente nivel cuando Draco se detuvo en seco. Los otros dos hicieron lo mismo y casi tropiezan con él. Seguir a un enemigo en calidad de aliados no era algo a lo que estuvieran acostumbrados.
—¿Qué te pasa?
—Estoy pensando.—respondió al chico de la cicatriz.
Aparentemente, Ron no se había calmado del todo, porque exclamó:
—¿Y tienes que detenerte a pensar a la mitad de la escalera!
Impasible, con la mirada fría y dura, se volvió hacia él. Casi competían en estatura. Y quizá si no fuera por el cabello despeinado de Ron, se verían iguales, lo que dejaba a Harry, por primera vez en su historia de héroe, como personaje de segundo plano en todo sentido. ¿O no había seguido a Draco desde el principio, cediéndole de una manera inconsciente la custodia de su mejor amiga?
—Te agradecería que hicieras menos ruido. Les dije que se fueran—enfatizó sus palabras alargándolas—, pero si no me van a hacer caso, al menos no me estorben.
Ron tragó saliva, llevándose con ella todas las palabras que quería gritarle en ese momento.
Draco volvió la vista al frente, como inspeccionando la zona, pensando a dónde se la podría haber llevado. Buscaba entre los rostros de los cuadros animados algo que le diera una pista, o que le hiciera recordar algo que pudiera usar. Un lugar en el que esperaría que le hallaran. Algo por largo tiempo olvidado y que ahora volvía a salir a la luz como había sido antes. Algo...
Escudriñó en las miradas de los curiosos personajes que le observaban desde la seguridad de sus marcos; lo señalaban y susurraban. En una ocasión alcanzó a escuchar un murmullo llevado por el viento, que seguramente vendría de la voz de un erudito pintado en el cuadro que representaba la biblioteca.
—Mirad, aquellos tres estudiantes...—decía— ¿No son acaso enemigos desde que se vieron por primera vez?
—Dos Leones y una Serpiente—rumoreó otra voz—¿a qué se deberá tal combinación?
—Se matarán.—decía otra.
—Es imposible.—escuchó una vez más.
Pero tantas voces distraían al chico de los ojos de hielo y corazón de piedra. ¿Qué había pasado con el respeto¿Acaso nunca les enseñaron a no aconsejarse frente a otros? Un nudo se le atoró en la garganta. Él había hecho eso muchas veces.
—¿Y bien?—lo despertó la voz de Harry— ¿Se te ha ocurrido algo?
—¿Parece que se me ha ocurrido algo, Potter?
—No.
—Entonces, lo que es obvio, no se pregunta.
Bajaron las escaleras rápidamente, apenas haciendo ruido con las suelas de sus zapatos. Esa era otra habilidad que había aprendido como Malfoy e hijo de Mortífago. Moverse silenciosamente como una serpiente era su especialidad.
Las miradas de los cuadros los seguían por todas partes. Pronto se corrió el rumor de que un sábado, temprano por la mañana, tres rivales a morir iban caminando juntos recorriendo todo el castillo en busca de algo que no atinaban a saber qué era.
Mientras Draco intentaba ignorarlos, pasó por su mente la necesidad de mirarlos a los ojos, desafiante, para que los dejaran en paz. Giró bruscamente la cabeza hacia su derecha, arriba, abarcando el galerón de retratos con una sola ojeada, y su corazón de detuvo.
Justo en el momento en el que había decidido enfrentarse a aquellos chismosos dibujos, el rostro severo de Salazar Slytherin lo miraba con aburrimiento desde un retrato de marco gastado color caoba. Con los brazos cruzados y la capa negra con ribetes plateados y verdes, le indicaba la satisfacción de haber podido llamar su atención por fin. Parecía decirle, ¿Te ha tomado tanto tiempo encontrarme? Siempre tuviste la respuesta frente a tus ojos, en ella, en ellos, y nunca te diste cuenta. Ahora me obligas a pararme aquí, para señalarte el camino. Te he dado una única pista. Debes continuar solo.
Alrededor del cuello de Slytherin se encontraba el bordado de una serpiente plateada de ojos verdes. Asemejaban incrustaciones de esmeralda, aunque el retrato era tan viejo y estaba tan amarillento que era difícil asegurarlo. La serpiente de plata con ojos verdes... Esmeraldas... La gargantilla que Hermione llevaba tenía serpientes de plata con esmeralda. ¿Sería esa la única pista que él le había dado? Ah, había hecho más que eso. Le había prácticamente dicho la respuesta.
—¿Qué sucede, Malfoy?—inquirió Harry. Ron se había decidido a declararle la ley del hielo a menos que fuera realmente necesario y cuestión de vida o muerte hablarle.
—Potter, cuando abrieron la Cámara de los Secretos¿se volvió a cerrar para siempre?
—¿A qué te refieres?
—Creo que ya sé a dónde pudieron haber ido.
ooo
Siguieron bajando las escaleras hasta llegar al baño de niñas que estaba en desuso. Harry y Ron solían frecuentar el lugar cada vez que tramaban algo, pero se sorprendieron de ver que Draco no parecía inmutarse. ¿Sería que él también había ido? Ambos sentían curiosidad, y el pelirrojo estuvo a punto de preguntar; lo habría hecho de no ser que Harry se le había adelantado a hablar.
—Escucha, Malfoy, hay algo que debes saber.
Draco daba vueltas por el baño, buscando la entrada a lo que debería ser la Cámara de los Secretos.
—¿Qué?—preguntó sin interés y con un poco de desdén. Cargar con aquellos pesos muertos ya era bastante malo.
—Que.. la Cámara...
Pero el rubio perdía la paciencia.
—¿Qué¡Dilo ya!
—Ya no existe—intervino Ron tan rápido como pudo—. La Cámara de los Secretos es historia.
Ira saliendo como fuego de sus ojos, Draco empujó a Harry a un lado y avanzó hasta Ron, tomándolo nuevamente por el cuello de su ropa.
—¡Y supongo que estuviste esperando hasta este momento para decírmelo!
Increíblemente, Ron estaba impasible, sabiendo que tenía la razón, que no debía volver a perder la compostura frente a él.
—Déjalo—ordenó Harry cuando recuperó el equilibrio—. Era lo que estaba tratando de decirte.
Sin soltar al pelirrojo, giró su cabeza hacia el chico de la cicatriz.
—¡Entonces dime por qué no te había escuchado!
—¡Porque estabas demasiado ocupado con tus secretos como para prestar atención!
Lentamente, lo soltó y luego fue hasta los lavamanos, donde se desplomó, con las manos inertes sobre sus rodillas. Si no hubiera habido lavamanos, seguramente habría caído al suelo. Su rostro se puso más pálido de lo normal, y las bolsas bajo sus ojos comenzaban a notarse.
—Entonces...—comenzó Draco—¿qué es lo que queda¿Qué fue lo que le pasó?
Harry y Ron se miraron, preguntándose en silencio por dónde comenzar. Ron se quedó cruzado de brazos y se apoyó contra la pared. Harry hizo tronar sus dedos y luego tomó aire para comenzar.
—Quedó destruida después que salvamos a Ginny de Ryddle—obviamente, él no entendía una sola palabra—. Mira, hace cinco años, cuando comenzó todo lo de la Cámara de los Secretos, el recuerdo de Voldemort encerrado en un diario con su nombre verdadero, Tom Ryddle, estaba en manos de Ginny, la hermana de Ron...
—Sé quién es.—interrumpió Draco.
—Tom halló la manera de controlarla, haciendo que terminara en la Cámara, de donde tuvimos que sacarla después. Cuando Ryddle fue derrotado, junto con el basilisco, la Cámara de los Secretos se vino abajo, quedando completamente en ruinas. Nosotros pudimos salvarnos solo porque Fawkes nos sacó de allí. Dudo que siquiera la entrada esté transitable en este momento.
—¿Qué tanto?
—Son solo escombros ahora—terminó Ron—. No puedes abrir ni un pasaje, a menos que pudieras traspasar la roca.
Draco tragó saliva.
—Creí que sería irrelevante, un par de vigas caídas... pero nada significativo... No es posible.
—Lo siento—murmuró Harry—. De verdad...
—¡No!—estalló Draco, levantándose de golpe— ¡No es posible que desaparezca así!
—¿Cómo estás tan seguro de que están en Hogwarts de todos modos?—inquirió Ron.
—Él sabe que no puedo seguirlo a otra parte. No podemos salir de los terrenos del colegio.
—Con más razón estarían lejos de aquí.
—No, no entiendes—siguió, sus ojos grises brillaban como vidrio—. Lo que él quiere es que yo vaya a él. Por eso no puede matarla, es la única esperanza que tengo. La tiene como rehén.
—Pidamos ayuda, entonces—sugirió Harry—. Podríamos ir a Dum...
—¡No!—exclamó Draco; parecía estar perdiendo la cabeza— No pediremos ayuda, si hacemos eso, entonces sí la matará. Y si nos tardamos, también. Él espera que esté allí hoy. Si no, pensará que no me importa, y dado que la considera la Asquerosa Sangre Sucia que cambió a su hijo, la torturará hasta matarla.
Cayeron en un silencio que más que incómodo, se volvió fúnebre al cabo de un momento. Pareciera que las ideas se les habían acabado. Ciertamente, Lucius los tenía atrapados.
—A menos que...—Harry se tallaba el rostro adormilado buscando en su mente algún recuerdo que le pudiera servir.
La cabeza de Harry se vio atacada por un montón de recuerdos. La primera vez que había visto a Hermione, casi tan prepotente como el mismo Malfoy, diciendo que lo sabía todo sobre magia, demostrando sus habilidades al momento. Todas las veces que estuvo allí para ayudarlo, cuando rescataron a Sirius, cuando le ayudó a llegar hasta su profecía. Ahora solo podía pensar en todo lo terrible que le estaría pasando, si es que Malfoy tenía razón, allá abajo en la Cámara, sin luz, con apenas una pequeña entrada de aire en ese nauseabundo lugar...
—¿A menos que...?—inquirió el rubio.
—Haya otra entrada a la Cámara—terminó Harry mientras se descubría la cara y miraba al frente con un poco de esperanza en los ojos—. Y yo recuerdo una.
ooo
—Al momento de huir del basilisco llegué a un acueducto—decía Harry mientras casi corrían por las escaleras hacia el jardín—, y el acueducto terminaba en una salida al jardín...
Detrás de unas matas, en uno de los lugares de Hogwarts donde nadie va nunca, lleno de zarzas y hiedras venenosas, estaba una de las paredes de piedra del colegio. Harry casi se lanzó al suelo y con cuidado pasó la mano por donde alcanzaba a tocar.
—¿Qué estás haciendo?—preguntó Draco.
—Busco la alcantarilla.
—Creí que sabías dónde estaba.—añadió molesto.
—Bueno, Malfoy—respondió fijando sus ojos verdes en él, y no se veía otra cosa más que odio en ellos—, si puedes hacer bien las cuentas, hace cinco años que lo vi. Da gracias que recordé que existía.
—Supongo que sabes lo que haces.—dijo el rubio.
—Por lo menos hago más que tú.—se había cansado de verse minimizado. Draco Malfoy no sería un obstáculo para él. Sin embargo, no contó con su reacción, y tan pronto como hubo pronunciado la última palabra, se abalanzó sobre él, dándole un golpe en el rostro.
—¡Malfoy!—exclamó Ron mientras él mismo se lanzaba sobre él para intentar separarlo de Harry. Cuando por fin lo consiguió, lo mantuvo a raya, impidiendo que lo golpeara tomándolo por las muñecas— Más te vale que te controles, idiota.
—¿Tú qué me vas a decir sobre controlarme!
—¡Más de lo que me dirás tú!
Siguió a esto un momento de incómodo silencio en el que los tres tomaron aliento y recuperaron la noción del tiempo y la situación. El trato entre ellos estaba tan tenso que hasta el vuelo de una mosca podía desatar otra discusión fuerte. A esto podrían haber estado acostumbrados, pero la vida de Hermione estaba en juego.
Draco tomó una gran bocanada de aire, ya un poco más tranquilo, y se liberó las muñecas, sentándose sobre una roca húmeda.
—Sigue buscando la maldita alcantarilla, Potter.
—Si me ayudaran, sería más rápido.
—Tengo que pensar, no tengo tiempo para arrastrarme por el suelo fangoso.
—¿Así que no quieres ensuciarte?—preguntó desdeñoso el chico de la cicatriz.
—No—se mofó Ron—, lo que no quiere es ensuciarse las uñas o que se le caiga el barniz.— los dos amigos rieron ligeramente, demasiado cansados para soltar una carcajada. Draco ni siquiera respondió.
La risa de Harry murió al instante. Se quedó como congelado con las manos estiradas hacia la pared de ladrillo y respiró agitadamente.
—¿Qué te pasa?—preguntó ron, extrañado de que súbitamente solo su risa se escuchara.
Sin responder, Harry comenzó a arrancar ramas de hiedra y a arrojarlas por encima de su hombro desesperadamente. Al poco tiempo sintieron un viejo aroma a óxido y vieron una reja con herrumbre de la brotaba un aire pesado, tibio y estancado.
Draco salió de sus pensamientos en cuanto vio la alcantarilla. Levantándose de la roca apartó a Ron de su camino y se lanzó hacia la reja, aferrándose a ella con fuerza y sacudiéndola, esperando que su antigüedad cediera y se abriera.
—¡Ábrete, maldita sea!—maldijo entre dientes.
Harry lo tomó del hombro y lo empujó hacia atrás con brusquedad.
—¿Qué te pasa¡Déjame abrirla!—exigió Draco.
Harry, en cambio, trató de mantener la calma. Sacó su varita y dijo:
—Si vas a rescatar a Hermione, tienes que pensar como ella—apuntó con la varita a los barrotes y susurró con claridad—. Delere.—se cubrieron el rostro con los antebrazos al ver cómo los barrotes se destruían, arrojando astillas metálicas como si hubieran sido palos de escoba.
—Brillante.—dijo Ron.
Draco ni siquiera se limitó a responder, solo se arrojó dentro, pies por delante, tomándose de los bordes para luego desaparecer por la nueva entrada. Los otros dos lo siguieron en la misma forma, guardando silencio en cuanto habían entrado, no fuera que los descubrieran.
Estaban en una terminación de una alcantarilla enorme que olía a lo que un pozo cerrado por años. Haciendo caso omiso del pútrido olor, avanzaron en silencio siguiendo a Harry, que era quien recordaba el camino a la bóveda principal, donde se encontraba la enorme cabeza de piedra de Salazar Slytherin. Escuchando pasos a lo lejos, se detuvieron súbitamente, escondiéndose detrás de una roca, cubriéndose como pudieron debajo de la capa de invisibilidad.
Un hombre alto y robusto con túnica y capucha negras pasó a quemarropa. Ni siquiera supo que estaban allí, para su suerte. Lo siguieron con la mirada. Se dirigía rápidamente pero con solemnidad a la bóveda principal, que recordaban hecha ruinas. Ahora tenía montones de piedra a los lados, como si hubieran limpiado los escombros para dejar despejada la parte más grande. La cabeza de Slytherin estaba destruida desde la frente hasta la mitad de la nariz, pero un ojo amenazador seguía intacto.
Draco aguzó la vista. Al fondo de la bóveda, en un montón de piedras que tomaban la forma de un rudimentario sillón, estaba sentado Lucius Malfoy, vestido como para encontrarse con su señor, túnica larga y negra, capucha puesta, pero sin máscara. Recargaba su barbilla en la palma de la mano, que a la vez apoyaba en el brazo del sillón. Se veía un tanto aburrido, esperando "pacientemente" la aparición de su hijo. Bajó la vista hasta sus pies, y la sangre se le heló a Draco en las venas.
Dio un codazo a Harry, que estaba detrás de él, instándolo a que mirara lo mismo que él.
A los pies de Lucius estaba un bulto inanimado, sin ataduras, sin grilletes, sin hechizos. Solo ahí, como si lo hubieran arrojado después de decidir que era inservible. Tenía la respiración apagada que apenas se distinguía si se le prestaba atención a la manera en que los cabellos rizados que caían sobre su rostro se movían. En posición fetal, queriendo protegerse de algo que de cualquier modo la iba a herir, sus manos enroscadas y los brazos doblados sobre su pecho.
Draco comenzó a sudar frío, pero luchó contra la desesperación para evitar que se le nublara la vista. Su Hermione tenía las rodillas raspadas, igual que los codos, y su antebrazo tenía un enorme golpe que estaba seguro haría que pagaran. Su cabello estaba en desorden pero igual se veía tan hermosa como siempre. Quiso dar un paso hacia delante para ir a ella, pero Harry lo detuvo.
—Todavía no—susurró—. Si vas ahora, la matarán.
—Que me maten a mi primero.—le espetó.
Salió de su refugio bajo la capa de invisibilidad y se irguió en toda su estatura. Se puso la capucha y una máscara que guardaba en la túnica. Sacó el anillo y se lo puso también. Tragó saliva y respiró hondo.
—Voy por ti—susurró—. No dejaré que te hagan nada, Hermione.
Y comenzó a caminar hacia su padre, muerte segura, esperando que el plan que acababa de idear le funcionara.
,¸¸,ø¤º°º¤ø °°º¤ø,¸°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸ °º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸ °º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸
¡Wow¡El final! Gracias por haber leído. No olviden dejar un review, aunque entenderé que estén molestas por mi tardanza (cielos, ojalá que no).
Nota sobre Ryddle; utilicé la Y por la traducción de los libros al español, por aquello de respetar los nombres desgraciados al momento de pasarlos a un nuevo idioma. Estoy completamente consciente de que es Riddle.
Cuídense mucho.
Eledhwen Moonlight Spell
