Capítulo 7:
Ya habían pasado treinta minutos y aún no se les ocurría nada para salvar a Hermione, ni el lugar para ir a buscarla.
Ron estaba sentado en un lavabo moviendo su pie constantemente muy preocupado, Harry sólo veía a Ginny que era la que estaba pensando más en esos momentos.
-Haber, Malfoy secuestró a Hermione durmiéndola... – aclaró la pelirroja pensativa mientras se paseaba de un extremo del baño a otro.
-Eso todos lo sabemos ¬¬ - replicó Ron fastidiado.
-¡Esto es igual a cuento! – dijo y los dos muchachos la vieron como si estuviera loca – "La Bella Durmiente" es una princesa que al tocar la aguja de un telar cae dormida por cien años, la bruja malvada...
-Que en este caso sería Malfoy – aclaró Harry sonriendo.
-Exacto, la bruja malvada la captura en su castillo que está custodiado por un dragón y millones de hiedras venenosas.
-¿Y tú quieres que te crea? – le preguntó Ron como si estuviera loca su hermana.
-Sí, es lo único que se me ocurre...Veamos, un lugar donde pueda haber una criatura enorme y millones de plantas asquerosas...
-¡El Bosque Prohibido! – contestó Harry acercándose a sus amigos – Puede ser que la araña gigante de Hagrid pueda ser la criatura y todas las plantas extrañas que ahí habitan.
-Tienes razón¿pero tenemos que ir allá?
-Ron, es Hermione; el amor de tu vida...No, es el amor de tu vida – reprochó Ginny cuando vio que abrió la boca para decir algo – Tienes que salvarla, si quieres que algún día se den un beso, que algún día sean novios y que algún día se confiesen debes hacerlo, además nosotros te acompañaremos.
"Ella tiene razón, hay que atreverse a confesar el si fuera tan fácil decirle: '¡Hey, Gin! Quería decirte que me gustas mucho' ¡No! Eso jamás, pero ella lo dijo, lo dijo de una forma tan sincera que parecía que ella siente amor por alguien, como si esas palabras se las dijera a ella misma para convencerse y sacar valor, pero ¿quién será?...Puede que Colin o los cientos de chicos que andan tras ella" pensaba Harry desanimado.
-Bien, entonces vayamos al bosque – dijo finalmente Ginny dirigiéndose a la puerta mientras Ron se levantó del lavabo y siguió a su hermana.
-¡Esperen! Hay que llevar las escobas para que podamos ir más rápido y algo de comida – ordenó Harry seguro de sus palabras.
-Es cierto – contestó sonriendo Ginny – Ron, anda a las cocinas mientras Harry y yo vamos a buscar las escobas a los armarios del equipo de Quiddittch y nos vemos en la cosecha de calabazas de Hagrid, al lado de su cabaña – y dicho esto cada uno fue a hacer lo suyo.
Cuando se encontraron en la cosecha de calabazas de Hagrid sintieron como el frío golpeaba sus rostros desordenando los cabellos de cada muchacho, en especial de la joven bruja. Se miraron nerviosos y se adentraron en el bosque.
Al principio estaba todo muy iluminado, los rayos de sol atravesaban las copas de los gruesos robles y pinos del bosque, pero mientras daban un paso más todo empezaba a hacerse oscuro.
El sol ya no se veía y estaban en completa oscuridad, apenas podían verse su propio cuerpo.
-Lumus –dijo casi en un susurro Harry.
Sus amigos lo observaron agradecidos y siguieron caminando.
Empezaba ya a sentirse frío, parecía que fuera de noche, pero eso no era posible, ya que el reloj de Ron decían que eran las seis de la tarde; por lo tanto en una hora más empezaría a ocultarse el sol y antes de eso tenían que ya despertar a Hermione.
-Alto – ordenó Ginny a espaldas de los muchachos que iban dos pasos más delante de ella.
-¿Qué pasa? – preguntó Ron nervioso.
-Escuchen.
No se sentía el viento mover las copas de los árboles, en vez de eso podían oír sonidos cortos como viscosos. Parecían que habían millones de esas cosas y que se iban a cercando a ellos poco a poco.
Nuestros tres amigos estaban muertos de miedo y se miraron interrogantes, esperando lo que fuera.
-Esto me recuerda... – empezó a decir Ron a punto de llorar - ¡Segundo año!
-O sea, la araña gigante de Hagrid...No me acuerdo el nombre de esa cosa – agregó Harry enojado, pero sentía como las pequeñas arañas se acercaban hasta ellos.
-Si no queremos perder tiempo derrotando arañas es mejor que corramos... – dijo en voz baja Ginny mientras un escalofrío subía desde sus piernas hasta sus cabezas.
-¿Qué? – preguntaron los dos chicos y cabe destacar que las arañas estaban a cinco centímetros de sus pies y diez centímetros de sus cabezas.
-¡POR UN DEMONIO, CORRAN DE LAS MALDITAS ARAÑAS! – gritó a todo pulmón Ginny.
Empezaron a correr a toda carrera mientras esquivaban a saltos arbustos, rocas y árboles que se les interponían en el camino.
-¡Ah! – gritó Ginny.
Los dos se giraron y encontraron que Ginny había caído con una roca en el suelo. Harry corrió a donde estaba ella tirada en la tierra.
-¡Ron, sigue! – le ordenó Harry - ¡Yo ayudaré a tu hermana, pero tú anda donde Hermione!
-¡Bien! – contestó Ron y siguió corriendo hasta que se perdió en la oscuridad del bosque.
-¿Estás bien? – preguntó Harry a Ginny mientras él se inclinó hacia ella.
-Creo que sí, sólo que mi tobillo... – respondió ella tocándose el tobillo derecho – Me duele un poco...
-¡Rayos! No sé como curarte, pero intenta no caminar y sigamos a Ron – dijo preocupado Harry y se levantó.
-Necesito caminar para seguir a Ron, Harry ¬¬ - reprochó Ginny aún en el suelo.
-Bien, entonces yo te cargo...
Harry tomó a Ginny como estilo del novio que lleva a la novia a su luna de miel y así siguieron lentamente el camino. Harry estaba de lo más colorado y se sorprendió que no se haya caído del nerviosismo hasta el momento y Ginny le sonreía bobamente.
-Gracias por preocuparte – dijo después de unos minutos Ginny – hubieras seguido a mi hermano y me dejabas allí.
-Eso jamás Ginny, tú eres muy importante en esto, además que no iba a dejar a mi amiga allí – respondió él con un nudo en la garganta al decirle amiga.
"Amiga...amiga...Eso es lo único que significo para él, una simple amiga. ¡Genial! Y Hermione diciéndome que él andaba tras mío...Nota Mental: Nunca hacerle caso a Hermione en los asuntos amorosos, porque ni siquiera ella puede sobrellevar los suyos" pensó con los ojos cerrados la pelirroja en los brazos del muchacho.
OoOoO
Y mientras esos dos trataban de ir a donde estaba el pelirrojo, él estaba frente a frente con Aragog en las profundidades del bosque y al parecer Aragog si que estaba enojado con él, porque la última vez que se vieron Harry y él habían escapado en el Cadillac antiguo del padre de Ron.
-Ahora si podré darte de alimento a mis hijos – dijo Aragog alargando una de sus grandes y peludas patas a donde estaba Ron paralizado en shock.
-¡No! – negó Ron mientras corrí unos metros para que no lo atrapara – Tengo que salvar a mi amiga que está en peligro, la han secuestrado y la tienen aquí, en el Bosque Prohibido.
-Ahora que lo dices, vi como unos muchachos llevaban a alguien en brazos hasta el centro del bosque, donde entra la luz y es el lugar más seguro del bosque...
-¿Entonces me dejas ir a ayudarla? – preguntó esperanzado el pelirrojo sonriendo nerviosamente.
-No, mis hijas tienen mucha hambre y necesitan alimentarse, así que lo siento amigo de Hagrid, te mataré – respondió tajantemente la inmensa araña mirando fijamente con sus ojos viscosos y negros a Ron.
-¡Es que no entiendes! A la amiga que han secuestrado es la persona a quién yo amo – replicó al borde de las lágrimas.
-¿La persona a quién tú amas?
-¡Sí! Ella no lo sabe, pero yo la quiero mucho más que a una amiga y si no voy a rescatarla, jamás podré decirle lo que siento, porque he dejado pasar mucho tiempo sin decirle nada.
-¿Por qué?
-Porque soy muy orgulloso y me cuesta aceptar mis sentimientos...
-Esta historia es tan...tan...¡conmovedora! – dijo mientras unas lágrimas caían de los ojos de Aragog.
-¿Las arañas lloran? ¬¬ - preguntó impresionado Ron.
-¡Por supuesto! Las arañas tenemos sentimientos – respondió ofendido Aragog – No te haré daño, te dejaré pasar...
-También viene Harry con Ginny, ellos también se gustan, pero no se dicen nada y es terrible, porque no saben explicar sus sentimientos el uno al otro...
-¡No sigas! Que necesitaré unos pañuelos y no tengo – replicó Aragog volviendo a su escondite en las raíces de un gran roble - ¡Anda a buscar a tu damisela en peligro!
"Rayos...Nunca pensé que las arañas fueran a ser tan sensibles y tan lloronas...¡Casi llegó al medio del bosque! – pensó Ron mientras se detuvo en un lugar donde ya no había oscuridad, sino que no habían árboles y el sol iluminaba completamente una pequeña zona del bosque y en medio de la hierba con flores de múltiples colores se encontraba Hermione recostada con los ojos cerrados.
Él se acercó lentamente hasta verla, allí estaba su amada, allí estaba ella, pero el problema es que no sabía como despertarla y necesitaba a Ginny para ver si ella sabía cómo...
Notas de la autora: Hola!! Bien, al fin llegué a la parte romántica del cuento de "Hermione, la Durmiente".
No sé por qué me hizo gracia pensar en una araña gigante (le tengo miedo a las arañas, quizás sea por eso), siendo tan gay para llorar de esa forma.
Millones de gracias por los reviews, besos, bye!
