Capítulo 10:

Después de haber escuchado el grito de Ginny, el trío no volvió a verla nuevamente y Britney tenía que ir a Aritmeticia así que no podía averiguar que le pasaba.

Ron estaba jugando ajedrez mágico Harry y para variar, Ron iba ganándole. Harry hacía tal esfuerzo para ganarle que se podía decir que estaba quemando sus neuronas, pero ninguno de sus intentos funcionó, el pelirrojo le ganó por décima vez consecutiva.

Hermione estaba sentado en un mullido sillón leyendo un libro de piernas cruzadas. El pie izquierdo lo movía de arriba abajo sin parar por el nerviosismo que sentía. Su mirada la alternaba de su libro a Ron y Harry a las escaleras del dormitorio de chicas y volvía a su libro, por lo tanto no leía nada.

- Se acabó – dijo ella levantándose y dejó su libro al lado de su mochila – No voy a esperar que ella baje... – musitó subiendo las escaleras mientras los dos muchachos la seguían con la mirada.

La castaña llegó frente a una puerta donde había un letrero con letras doradas "Sexto, Año". Ni siquiera se molestó en llamar a la puerta, entró abriéndola lentamente y un pequeño chirrido se escuchó. Entró con pasos lentos hasta llegar a una pelirroja sentada en el borde la una ventana con la mirada perdida en el horizonte.

- Gin¿estás bien? – preguntó dulcemente Hermione.

- Hazme esa misma pregunta después de leer eso... – contestó ella señalando con su mirada un pergamino tirado en el suelo.

Hermione la miró interrogante y se agachó a recoger el maltratado pergamino, lo desenrolló y leyó:

"Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería"

Señorita Weasley:

Como le dije anteriormente le debo informar sobre el castigo que tiene asignado por ser irrespetuosa con un profesor.

El castigo consiste en ayudarme a archivar, clasificar, purificar y crear pociones para tener todos los ingredientes en un estado aceptable para rendir las clases.

Bueno, espero que ya tenga ganas de hacer el castigo y ya ha sido autorizado por la Jefa de la casa Gryffindor.

Atte,

Profesor y Jefe de casa Slytherin: Severus Snape

Profesora y Jefa de cada Gryffindor: Minerva McGonagall

PD: Se me olvidaba decirle que el castigo será para el sábado 5 de octubre en la noche, desde las 20:00 hasta las 00:15 horas.

Hermione se quedó en shock. Snape le había dado el castigo el día del baile y peor aún, a la hora del baile.

Ginny pasó su mirada a ella y derramó una lágrima.

- Este baile era la oportunidad perfecta para declarármele a Harry, todo estaba planeado¡pero el idiota de Snape lo arruinó! – gritó furiosa – Le haré la vida gris a ese tipo mal nacido, ha arruinado la oportunidad de mi vida...

- Te entiendo, Gin – dijo Hermione muy triste por ella.

Cuando era la hora de la cena las dos bajaron con una cara de funeral horrible. Ginny ya había pasado la etapa del enojo, pero ahora reflexionaba de que el baile era la oportunidad perfecta para llegar a ser algo más que una amiga para Harry. ¿Cuándo iba a ser el tiempo correcto¿Debía esperar más años? No podía esperar toda la vida a que el tiempo llegase y pueda ser feliz o por lo menos ser sincera consigo misma y Harry diciéndole sus sentimientos.

Hermione observaba de reojo a la pelirroja que iba sumida en sus pensamientos. No podía creer que se le haya arruinado su plan para el baile y así, sus dos amigos terminaban de novios y todo gracias a su querido profesor de Pociones...

- Vaya, creíamos que nunca iban a bajar. Ya nos salían raíces – dijo como siempre, bromista Ron mientras Hermione y Ginny se sentaban frente a los muchachos.

- ¬¬ Eres un exagerado – replicó Hermione.

- ¿Estás bien, Gin? – le preguntó Harry después de observarla detenidamente.

- No – respondió ella levantando la mirada de su carne con arroz y mirando fijamente los ojos verdes de él.

- Es por el castigo¿verdad? – preguntó Ron y ella sólo asintió de cabeza - ¿Qué te hizo Snape?

- Tendré que hacer deberes a la hora del baile...No podré ir al baile – respondió ella tristemente y volvió a concentrarse en su cena.

Los dos jóvenes se miraron avergonzados por la pregunta que le habían hecho a la menor de los Weasley y volvieron a concentrarse en la cena.

Harry no pudo volver a probar bocado alguno, el hambre se le había extinguido por completo. Él pensaba declarársele en el baile y ella no estará. ¿Por qué siempre todo a lo que se refería a los asuntos del corazón le resultaban tan difíciles?

Y después comenzó a culparse a si mismo por no haberse fijado antes en ella. Gin estuvo siempre enamorado de él, siempre a su lado y él andaba babeando por Cho Chang. Cuando se dio cuenta de que comenzaba a sentir algo por la pelirroja, ella ya no tomaba en cuenta...

"¡Maldito Snape!" pensó Hermione revolviendo el pollo con puré sin comérselo "Algo debo hacer para que esos dos estén juntos...Algo para que Gin pueda ir al baile y ¡listo! Pero está castigada...Deberían tener una hermana gemela para que la reemplazara..." y ahí se le encendió la ampolleta de las ideas. Sonrió maliciosamente.

- Gin, una pregunta ¿quién es la mejor en Pociones de tu curso? – peguntó Hermione tratando de aparentar indiferencia.

- Brit – respondió Ginny sin despegar su vista del pollo - ¿Por qué preguntas? – y fijó su vista en Hermione

- Ya verás, ya verás... – fue lo único que respondió sonriendo.

La castaña se comió a tragones el pollo y el arroz mientras los tres la miraban impresionados, ya que ella siempre retaba a Ron por comer como bestia. Después se levantó y se dirigió a un grupo de Gryffindors de sexto, le dijo algo al oído de Britney y ésta se levantó.

- Bueno, nos vemos mañana – se despidió Hermione y se acercó a Ron para darle un suave beso en los labios.

- ¿Dónde vas? – le preguntó Ron confundido, pero ella ya se había ido con Britney.

- Ella anda tramando algo... – opinó Harry luego de unos minutos.

- Es cierto¿notaron esa sonrisa maliciosa? – preguntó Ginny.

- Pero esa sonrisa si que me gusta... – murmuró Ron para sí mismo – Pero ¿qué creen que sea?

- No tengo la menor idea – contestaron al unísono los dos.

oooooooooo

Los días pasaban rápidamente y con esto, el baile ya estaba sólo a tres días de realizarse. Ya casi nadie prestaba atención a las clases, si no que pensaban en cómo sería el baile o aún no tenían elegido su disfraz.

Hermione se desaparecía casi todo el día cuando no estaban en clases y sólo la veían en el almuerzo, cuando estaba a solas con Ron o en la sala común haciendo como huracán los deberes para desaparecer nuevamente por el agujero de la Dama Gorda.

Harry y Ron estaban como siempre, teniendo una vida de vagos completa, aunque Harry no quería ir al baile si no iba Gin, pero debía hacerlo contra su voluntad...

Gin andaba como alma en pena y si no era así, parecía una tormenta que si tú la contradecías en algo ella explotaba.

La sala común estaba llena de alumnos con disfraces y sonrisas por doquier, mientras ella andaba con el uniforme del colegio y la cara de amargada total.

Salió a paso lento y se fue con dirección a las mazmorras mientras escuchaba el bullicio del colegio. Abrió la puerta y allí de pie se encontraba Snape con una sonrisa burlona.

Le dio las instrucciones y ella comenzó a sacar frascos, lavarlos, secarlos, pulirlos, reparar sus quebraduras. Clasificar pociones, lavar calderos mientras Snape la observaba con una satisfacción enorme.

- Bueno, señorita Weasley. Yo debo irme al baile, ya que los profesores deben estar esperándome – informó Snape abriendo la gran puerta de madera – Llegaré quince minutos después de la media noche a ver si ha cumplido su castigo para que pueda irse y no intenté escaparse, ya que si descubro que no está acá y sus deberes no han sido hechos, tendrá un castigo mucho peor y una gran I en Pociones... – y dicho esto se fue dejándola como...esclava allí.

Había pasado media hora y sintió como la puerta se abría. Se dio media vuelta a ver quién era y se encontró con dos personas.

Una estaba disfrazada de hada. Un corsé fucsia y una minifalda verde lima de cortes irregulares, con unos zapatos de bailarina de ballet y su pelo estaba suelto con algunos rizos cayendo por su rostro. También tenía unas alas que parecían de cristal con pequeños destellos de colores.

La otra estaba disfrazada de sirena. El pelo negro lo traía suelto con una flor blanca prendida en él. Traía puesto un bikini como con forma de conchas y una hermosa tela de seda como cola.

- Vale Ginny Weasley, te hemos venido a ayudar – dijo la disfrazada de hada.

- ¿Hermione? – preguntó la pelirroja incrédula dejando tirado el paño con que limpiaba el caldero.

- La misma, cariño – respondió ella sonriendo.

- Bien, estás demasiado sucia, creo que deberíamos empezar por lavarle la cara – opinó la vestida de sirena.

- ¿Britney? – inquirió Ginny.

- Por supuesto...

- ¡Se ven increíbles! – gritó emocionada ella.

- Y tú te verás cuando te demos tu traje y estés lista para ir al baile...

- Pero no podemos dejar esperando al príncipe Potter – finalizó Britney.

- ¿Cómo lo harán? No tengo traje y debo estar acá haciendo todo esto – replicó señalando los calderos sucios y los frascos de pociones que le faltaban limpiar.

- No te preocupes por eso – dijo sonriendo Hermione y sacó de una bolsa que traía un traje celeste.

- Y nosotras haremos el trabajo mientras tú vas por tu príncipe...Tenemos la poción multijugos por si Snape viene a ver a Ginny –agregó sacando una botellita con un líquido verde pantano.

- ¿Cómo la hicieron si eso tarde un mes? – preguntó confundida.

- Estuvimos las dos trabajando como locas, pero eso no importa, hay que arreglarte ahora – respondió Hermione y comenzaron con el trabajo de lavar, maquillar, peinar y vestir... – Y si te pondremos el cabello rubio, ya que si ven una cabellera pelirroja van a empezar a sospechar que no andas acá... – comentó mientras aplicaban un hechizo al cabello pelirrojo.

Después de una media hora abrió los ojos. Se encontró con una persona totalmente diferente en el espejo.

Una hermosa jovencita de cabello rubio recogido en un tomate con algunos mechones cayéndole por el rostro y el cuello. Con un vestido color celeste claro de un escote no muy pronunciado, mangas anchas como los de los vestidos de las princesas, y la parte de abajo como una campana con algunos vuelitos de color blanco y plateado. De zapatos de tacón de cristal y un hermoso collar d perlas le devolvió la mirada.

- Y esto por si las cosas salen mal y no puedes revelar tu identidad – dijo finalmente Hermione poniéndole un antifaz plateado.

- Gracias... – fue lo único que pudo decir la pelirroja...la rubia.

- Te ves hermosa, princesa – y las dos hicieron una reverencia.

- Muchas gracias – dijo Gin y les devolvió la zalema.

- Ahora anda con tu príncipe...

- ¿Sabes de qué anda disfrazado Harry?

- De príncipe – contestó Britney sonriendo.

- Y acordándome, Colin anda de guerrero – comentó la princesa a la disfrazada de sirena guiñándole un ojo – Pero¿qué harás con mi hermano?

- Al demonio con Ron, me interesa más que estés de novia con Harry que pasar todo el rato al lado de él, además a las doce iré al baile...

- Así es, a las doce ya debes venir camino acá – le dijo Britney.

- Muchas gracias, hadas madrinas – les dio un fuerte abrazo y salió de las mazmorras corriendo mientras levantaba su vestido para hacerlo más rápido...


Notas de la autora: Hola! Bueno, espero que hayan pasado una muy Feliz Navidad y que también les haya gustado este capítulo...y aquí damos comienzo a "Ginnycienta".

Besos y espero sus reviews, adiós!