Notas de la autora (17/Enero/2008): Edito el fic porque el sitio eliminará la cuenta del usuario que tenga letras de canciones en sus fics porque va en contra de los términos de uso, se viola los derechos de autor; y no quiero que me borren la cuenta :D! El capítulo es el mismo, las notas antiguas también; ningún cambio esencial. La canción en la que se basa en fic es "Cinderella" de Britney Spears, así que si quieren buscar la letra u oírla, pues lo recomiendo. Lo siento por las molestias y sigan leyendo.
Capítulo 12:
Ginny cerró los ojos mientras sentía, al igual que Harry, que el tiempo se detenía. Que sólo existían ellos besándose y nada de nada importaba en ese mismo instante.
Todos los años detrás de Harry, cuando lo conoció en la estación King Cross, los recuerdos en la Cámara Secreta, las vacaciones que habían pasado juntos, esas conversaciones, el Departamento de Misterios pasaban velozmente en la mente de Ginny tratando de estar feliz por haber cumplido su sueño: Besar a Harry Potter.
Él no tenía la mínima idea de cómo la terminó besando. Pero aunque suene extraño, le gustaba la sensación de estarla besando, tenerla entre sus brazos.
Era algo muy distinto al beso que se había dado con Cho Chang hace dos años atrás, ya que ella estaba llorando y él no le correspondió.
En cambio, este era mucho más lleno de sentimientos. Era como si los dos quisieran estar en ese momento y nadie forzaba a nadie de estar así.
Y tenía un problema existencial en su mente: No era Ginny, pero su corazón le decía que era ella.
A esas alturas Harry estaba de lo más confundido y de repente sintió como los labios de la muchacha se separaban de los de él.
Los dos quedaron observándose silenciosamente, no querían que ese instante terminara y que las manillas del reloj volvieran a correr para que así el tiempo pasase hasta que ya no quedarán minutos de estar los dos juntos.
Harry se acercó a ella y la abrazó como si nunca más la fuera a ver, como si se la fueran a quitar allí mismo delante de sus ojos.
- No tengo idea de por qué me siento así, ni siquiera sé quién eres tú... – le dijo al oído de ella.
- Es cierto, no sabes quien soy, pero tal vez sí – le contestó Ginny rompiendo el abrazo.
- Me gustaría pedirte un favor, bella doncella – pidió Harry haciendo una zalema causando el sonrojo de ella.
- Dígame cuál, apuesto príncipe...
- Me gustaría quitarte el antifaz y ver tu rostro – confesó acercándose a ella y poniendo una mano en su mejilla mientras la acariciaba.
- Está bien – respondió Ginny después de unos momentos.
Harry bajó sus manos y después de un suspiro, agarró el hilo del antifaz que estaba en la nuca de la muchacha hasta que palpo con sus dedos el nudo que amarraba aquello a su rostro. Comenzó a tirar de él con sumo cuidado y mucho nerviosismo, ya que se encontraría frente a frente con la persona que estaba llenando su corazón, causando la confusión entre la pelirroja y ella...
De repente el reloj de la torre del colegio comenzó a tocar con sus campanas que ya era la media noche. Una y otra vez sonaban las campanas causando que las lechuzas posadas en el techo del castillo emprendieran vuelo a un lugar más tranquilo.
Ginny volteó su cabeza bruscamente a ver las lechuzas sobrevolando el cielo y paso su mirada hasta el reloj viendo que ya era la hora estimada para que se fuera nuevamente a las mazmorras.
Volteó a ver por última vez a Harry, tal vez no era la última vez que lo vería. Siempre lo vería en la sala común, en el Gran Salón, junto a algún profesor, hablando con otros compañeros, arriesgando su vida para salvar la de otros, sacrificando su felicidad por las de otros y haciendo otras millones de cosas.
Mas nunca volvería a verlo de esa forma, se habían besado, había puesto todos sus sentimientos en ese beso y él no sabía que era ella; no sabía que era Ginny Weasley, la hermana pequeña de su mejor amigo, la pelirroja juguetona con quien se ríe constantemente, la que nunca es triste y siempre demuestra su valentía en todo momento...
Pero ella no era de acero, no era irrompible su corazón. Detrás de la felicidad sin fin también existe el dolor, el sufrimiento y el miedo.
Sentía el dolor de todos los demás, se preocupaba tanto por los que la rodean que su dolor se clava en su corazón ocasionando las mismas heridas que el sentimiento de las personas correspondientes.
El sufrimiento de los encuentros con Voldemort que había tenido y ver todas las muertes sólo para salvarla a ella de que muriera en manos del Innombrable.
Y finalmente miedo, miedo de que a los seres queridos de ella se fuesen de este mundo, miedo a la muerte, miedo a perder a Harry. Miedo a perder todo lo que aprecia.
- Lo siento... – dijo Ginny al borde de las lágrimas con una leve sonrisa que apareció en su rostro.
Quitó suavemente la mano de Harry que estaba a punto de sacarle el antifaz y se dio media vuelta para emprender su camino a las mazmorras del colegio.
Dio un paso al frente y otro más, otro y otro, hasta que comenzó a correr mientras levantaba un poco la falda del vestido para hacerlo más rápido.
- ¡Espera! – le gritó Harry saliendo detrás de ella.
- ¡Lo siento muchísimo, pero tu Cenicienta debe irse! – le gritó Ginny volteando su rostro que estaba bañado en lágrimas.
Y de pronto...
¡PUM!
Su zapato de cristal del pie izquierdo se le salió del pie dejándola corriendo a saltos irregulares. Ginny de verdad quería regresar a buscar su zapato, pero sino no alcanzaría a llegar antes que Snape y él la descubriría y después vendría millones de puntos menos a Gryffindor de por vida, otros castigos más, una enorme I en Pociones, suspensión de clases, una charla con McGonagall, luego con Dumbledore y...
Ok, ok ¡Muchas cosas pasarían si hubiera regresado a buscar su zapato que estaba tirado por ahí en los jardines!
¡TAN! Ya iba casi la última campanada de daba las doce y entró en el castillo subiendo como rayo las escaleras con un pie sin zapato muy adolorido.
Ya estaba casi llegando a las mazmorras y vio casi terminando un tramo de escaleras como Snape se acercaba a subirlas mientras ella recién estaba llegando al maldito castigo.
Comenzó a correr más rápido, como si su vida dependiera de ello y sí, dependía su vida si Snape no la encontraba limpiando calderos.
Entró en el salón de Pociones encontrando que casi todo estaba hecho y sus dos amigas estaban arreglando los últimos frascos en el armario del pelo grasiento de su amado profesor.
- ¡Snape viene acá, debo cambiarme! – gritó Ginny desesperada mientras Hermione la ayudaba quitándole el vestido y poniéndole la blusa.
- ¿Para qué tardaste tanto, Cenicienta? – le preguntó a punto de un colapso nervioso Britney guardando el vestido en su bolso.
- Para tu información estaba ocupada resolviendo asuntos pendientes...
- Ajá, esos asuntos si que eran importantes¿no? ¬¬ - preguntó con una sonrisa pícara Hermione.
- ¡Mierda! Snape ya casi llega... – informó Britney después de echar un vistazo a la puerta.
El profesor Severus Snape entró en su sala de clases con su típica cara de amargado encontrándose con su alumna, Ginny Weasley llena de polvo limpiando un caldero y al parecer, eso era lo único que le faltaba para que pudiera retirarse del castigo que le había impuesto.
- Parece que ha terminado su castigo, señorita Weasley... – dijo en un tono agrio Snape acercándose a la pelirroja que se encontraba sentada sobre un pupitre limpiando un viejo caldero.
- Sí – respondió ella levantándose de su lugar y colocando el caldero junto al resto que estaban completamente limpios.
- Espero que hayas disfrutado limpiando todo – comentó él abriendo su armario mientras verificaba que había hecho todo.
- No fue mucho de mi agrado, pero debía hacerlo – respondió secamente Ginny viendo como a espaldas del profesor Hermione y Britney se escabullían por la puerta.
- Pero déjeme decirle que el baile no fue muy entretenido, no pasó nada fuera de la realidad...
"Claro, no pasó nada fuera de lo normal" pensó desganadamente Ginny cerrando sus ojos para recordar el beso con Harry con una gran sonrisa llena de nostalgia y tristeza...
Notas de la autora: Hola! Espero que hayan pasado un muy Feliz Año y que estén contentos por este 2005 en el que estamos.
También que les haya gustado este capítulo que lo escribí con poca inspiración en un principio, pero después de ver encerrada en mi pieza el "Rey Arturo" (la recomiendo es muy buena) me entró la inspiración necesaria para escribir esto que me deja satisfecha.
La canción es "Cinderella" de Britney Spears y me dio mucha lata traducir la letra así que si no la entendieron, consúltenme. La letra tal vez esté mal escrita, pero yo tuve que escribirla escuchando una y otra vez la canción bajada en mi pc, ya que en internet no estaba correctamente escrita, lo siento por eso.
Finalmente dejo en claro que lo que dice la letra no tiene mucho que ver con la historia, ya que Harry nunca utilizó a Gin como novia, pero hay partes en la que refleja la trama.
Ok, me despido de todos ustedes. Muchas gracias por haber leído este capítulo y espero que no los haya decepcionado.
En todo caso si quieren reclamos o halagos o sugerencia de cualquier índole, me mandan un review!
Besos, adiós!
