Capítulo 13:
Sólo se escuchaban la respiración de las muchachas durmiendo. Y los rayos del sol comenzaron a golpear el cristal de la ventana dejando pasarlos y poco a poco avanzaban iluminando el cuarto. Abrió los ojos lentamente cuando los rayos del sol llegaron a su rostro y se tapó con las sábanas unos minutos.
Se las quitó de encima y se sentó en la cama que estaba toda desordenada. Sintió un pequeño escalofrío al poner sus pies en contacto con el suelo, se restregó los ojos y notó que había pisado agua. Luego subió la mirada y vio como el vaso de agua que se había servido anoche antes de irse a dormir estaba dado vuelta aún botando algunas gotas. Lo levantó y se puso de pie.
Vio la silla junto a su cama donde estaba el vestido que había usado la noche pasada. Se veía hermoso, al contacto con los rayos del sol la tela celeste claro parecía brillar haciéndose tornasol entre plateado y celeste. Y observó como sólo había en el piso un zapato de cristal.
Se acordó que se le había salido del pie cuando iba corriendo en dirección a las mazmorras la noche pasada.
Se rascó la nariz y bostezó estirando sus brazos hacia arriba. Volvió a caminar metiéndose en el baño y después de unos segundos se escuchó el ruido de la ducha.
OoOoO
- Shh – dijo Hermione llevándose un dedo a sus labios – Debemos entrar muy silenciosamente y cada uno se va a su cuarto...
- Entendí, tenemos que hacerlo rápido y sin meter ruido alguno – agregó Ron sonriéndole.
Avanzaron desde el agujero de la Dama Gorda hasta llegar al vestíbulo de la sala común de Gryffindor. Hermione y Ron empezaron a caminar en puntillas y bien agachados cerciorándose de que nadie estaba en por allí para que pudiera verlos. Se tomaron de las manos mientras avanzaban hasta que llegaron al lugar donde empezaban la escalera de la habitación de chicos y la otra escalera llegaba a las habitaciones de chicas.
Se irguieron y se sonrieron. Hermione se acomodó bien la falda verde lima y el corsé fucsia. Se quitó las alas de su disfraz de hada mientras veía como hipnotizada a su novio.
Ron se sacó las botas color café de su traje de Peter Pan. Se quitó el cinturón del mismo color y de hebilla plateada y se despeinó aún más el pelo. De verdad que estaba bastante intranquilo viendo que tan corta era la falda de su novia mientras se la acomodaba.
- Sólo espero que Harry no sepa que no fui a dormir, sino, me mata – dijo en voz baja Ron acercándose peligrosamente a Hermione.
- ¿Ah sí? – y se fundieron en un beso - ¿Qué crees que te haría? – le preguntó después de haberse besado.
- ¡Averigüémoslo! – dijo Harry levantándose del sillón que estaba frente a los muchachos que al ver a Harry de pie y observando todo lo que habían hecho se pusieron rojos hasta la punta de los pies.
- Erm... ¿Harry¿Qué haces aquí a esta hora...? – preguntó Ron sonriendo nerviosamente.
- En realidad, estoy acá porque no podía dormir y me di cuenta que no estaban los musicales ronquidos de mi amigo. Me extrañé ante esto y pensé en usar el Mapa del Merodeador, pero no lo saqué porque podría estar en el baño o haciendo algo a las 6 de la mañana – respondió Harry sonriendo cínicamente - ¿Qué exactamente andaban haciendo a estas horas en la mañana?
- Esto...
- Nosotros... Bien, no te mentiremos – dijo finalmente Hermione cerrando los ojos y se acercó a Harry mientras Ron estaba que gritaba para que no le dijera nada.
- Dime – pidió nuevamente el chico de cabellos negros viendo como su amiga se sentaba junto a él en el mismo sillón.
Así fue cómo Hermione comenzó a relatar lo sucedido desde que se encontró con Ron en el baile pasado la media noche, claro que omitió el detalle de que había ayudado a Ginny a ir al baile, hasta que llegaron completamente desaliñados a la sala común de su casa.
- Ah, ya. Yo ya me imaginaba algo mucho peor...Y después Ron me anda diciendo pervertido por algunos comentarios que hago ¬¬ - dijo Harry entre risas junto a Hermione – Yo jamás haría eso con la persona que me gusta y si recién somos novios...
- ¡Seguro! Sóplame este ojito, Potter – le contestó Ron señalando su ojo izquierdo – Si yo algún día te pilló infragante en una de estas saliditas junto con Ginny, ya sabrás que pronto te encontrarás en San Mugo conectado a un respirador mecánico pidiéndome disculpas de rodillas...
- Tú deberías estar así – replicó Harry sonriendo maliciosamente – Nadie toca a Hermione antes de tener los 18 años... – y ahí los tres estallaron en risas.
Poco después los tres se encontraban hablando animadamente, pero Hermione notó que Harry andaba algo triste. No sabía la razón, mas se temía que fuera por lo que le relató Ginny.
Luego vieron los tres como Ginny bajaba las escaleras. Llevaba una falda escocesa de cuadros rojos y blancos, un polerón blanco y bufanda roja. Pero había algo muy diferente que jamás habían visto en el rostro de la pelirroja: Su mirada triste. Sólo Hermione ha visto esa mirada, mas esta vez parecía que era una tristeza profunda, un dolor que está hiriendo su corazón y que cada vez se hundía más en la pena.
- Buenos días, Gin – saludaron los tres desconcertados.
- Hola – saludó ella y se dirigió inmediatamente por el agujero de la Dama Gorda.
- ¿Qué le ocurre? – preguntó Ron alzando una ceja.
- No sé – respondieron los dos.
En realidad, Hermione sabía que estaba así por lo del beso de anoche y que él nunca sabría que era Ginny a la que besó. Y Harry tenía una pequeña intuición de que la extraña rubia era Gin, pero eso era casi imposible: Ella tiene el cabello pelirrojo, no rubio.
OoOoO
Ya era de tarde. Ese sábado no habían tenido clases para que todos los estudiantes se repusieran del trasnoche del baile y mañana domingo se jugaría el partido de Quiddittch entre Gryffindor y Ravenclaw.
Ron y Hermione se habían ido a dormir cada uno a su dormitorio respectivo, ya que la noche para ellos fue bastante movida y necesitaban descansar; además que el pelirrojo debía estar en buenas condiciones para el partido de mañana.
Harry estaba como ausente. Sólo se había movido de la sala común para ir a desayunar y almorzar, pero todo el día se lo había pasados entando en el sillón de color burdeo frente al crepitar de las llamas de la chimenea con una cerveza de mantequilla en la mano.
Cuando se fue la rubia corriendo, se le salió su zapatilla de cristal y él la tomó. Esto si que le recordaba mucho al cuento de la "Cenicienta". Sólo que le daba mucha vergüenza empezar a ver si el zapato de cristal le quedaba bien a cada chica de todo Hogwarts.
Lo único que sabía era que ella iba en tercer curso cuando se realizó el Torneo de los Tres Magos, por lo tanto iba en quinto. Las únicas rubias que conocía que iban en quinto eran Luna, pero ella andaba disfrazada de gitana y una chica de Hufflepuff, pero ella andaba disfrazada de oriental.
Tenía que encontrarla. Le quedó gustando la muchacha, aunque no sabía quién era. Pero a la vez le gustaba Ginny y muy dentro de su corazón algo le decía que eran la misma persona. ¡Imposible! Ella estaba castigada y de seguro no tenía preparado un disfraz para ir al baile.
- ¿Harry? – él sacudió su cabeza ligeramente y se encontró con Hermione frente suyo- ¿Qué ocurre?
- Nada – respondió sonriendo.
- A mi no puedes engañarme, eres tan mal actor que jamás te ganarías la vida trabajando en eso. Lo único que puedo notar es que no te preocupa algo relacionado con el lado oscuro de la magia...
- Odio que me conozcas tan bien ¬¬...Sí, estaba pensando en alguien – confesó él bajando su mirada a sus zapatos.
- ¡Harry Potter pensando en su novia! – dijo casi aplaudiendo la castaña - No te preocupes, no hay nadie acá – agregó Hermione al ver que su amigo daba vuelta su cabeza observando si alguien la había escuchado - ¿Problemas amorosos?
- Emm... Sí, me gusta alguien y estoy confundido entre otra persona que creo que es ella misma. Pero es imposible que sea esa persona que me gusta, porque lo habría sabido desde el principio, pero si era la misma persona creo que soy un tonto por no haberme dado cuenta y estar metido en un gran lío por saber si es esa persona...Aunque si no es la misma persona, no sé quién es la otra que me tiene confundido...
- ¡Alto! Estás explicándome de una forma que no entiendo nada –replicó Hermione parpadeando constantemente tratando de asimilar todo lo que pudo entender que le dijo – Bien, te gusta Ginny, pero andas confundido con alguien que conociste en el baile.
- Exacto...
- Pero algo te dice que Gin es esa persona, pero no sabes cómo averiguar si es ella, ya que es casi imposible ¿Eso es?
- ¡Sí! Eres mi salvadora.
- Haber¿sabes el nombre de la muchacha del baile?
- No... – respondió sonriendo nerviosamente.
- ¬¬ Idiota...
OoOoO
Estaba en un lugar que pocos conocían en el castillo. En el tercer piso había un estrecho pasillo donde que al final había una pequeña puerta que era una entrada al aula de Encantamientos. El estrecho y corto pasillo tenía ventanas que dejaban ver el paisaje de las colinas de los terrenos del castillo, pero no estaban puestos los vidrios así que podía pasar el viento con total libertad.
Ginny estaba sentada en la ventana, con los pies hacía afuera tocando una de las murallas de piedra del castillo y con el viento desordenando sus cabellos.
Pensaba en todo lo de anoche y daba vueltas una y otra vez el beso que se habían dado sin que él supiera que estaba besando a la hermana pequeña de su mejor amigo.
- Gin.. – escuchó una voz familiar a sus espaldas.
- Me gustaría estar sola, por favor – le pidió ella bajando la vista mientras Harry se sentaba a su lado.
- Te encontré por el Mapa del Merodeador...
- Ah – sólo dijo ella suspirando.
- Dime qué te pasa...
- No te interesa.
- Me importa.
- ¿En serio? No me digas – dijo ella torciendo sus ojos.
- ¿Te pasó algo en el castigo con Snape? – le preguntó tomando con su mano derecha su mentón y la obligó a verle los ojos.
- Nada... – respondió ella viendo sus ojos verdes.
- Dime la verdad, por favor – insistió nuevamente Harry.
- ¿Quién dice que estuve en el castigo de Snape, Potter? – preguntó ella levantándose y poniendo sus pies en el suelo – Tal vez nunca estuve en el castigo, tal vez tenía un disfraz y fui al baile... – y dicho esto se fue dejando a Harry respondiendo poco a poco sus dudas.
Mientras Ginny se reprochaba mentalmente por haberle casi gritado en su cara que era ella a quién había besado, Harry por fin supo quién era su Cenicienta...
Notas de la autora: Hola!! Lamento haberme tardado un poco más de lo normal, pero ahora voy al Instituto de Inglés en las mañanas y me he juntado con mis amigas así que no he tenido mucho tiempo como para ponerme a escribir.
También lamento este capítulo tan corto, mal redactado, malo, aburrido, poco interesante, bla, bla, bla...Porque lo escribí sin mucha inspiración así que estoy lista para que me reten a más no poder.
Bien, muchas gracias poe haber leído este capítulo y por los reviews q he recibido.
Me gustaría decirles que tal vez el próximo capítulo sea el último o penúltimo, así que ya prepárense psicológicamente para saber que pronto se acabará.
Besitos, adiós!
