Yaahooo!!!! Mi primer fic en español en Fanfiction. Lo hice nada más para divertirme con una amiga y créanme cuando les digo que en verdad lo disfrutó (ne Akane?) Igual espero que lo disfruten, es una creación más de la larga familia del demonio, Arisu Arisugawa como se hace llamar (El comercial: ¡LEAN FICS DE ARISU ARISUGAWA, ES MUY BUENA ESCRIBIENDO!), aparte de todo mi querida madre… ?
Disfruten y mándenme reviews, por favor.
CAPITULO I
[ Japón, 1866 ]
Durante el Bakumatsu no Douran, en todo el Japón se desataron devastadoras guerras. Hubo muchos grupos de guerreros que luchaban por sus ideales ya fuera a favor o en contra del shogunado Tokugawa. Algunos eran los Isshin Shishi, otros los Shinsengumi, y uno muy peculiar de ninjas, llamado Oniwa Banshuu. Estos últimos eran un numeroso grupo de espías conocidos como los mejores guerreros. Su principal misión era proteger el castillo Edo hasta que éste fue completamente devastado.
"¡Revisen todo el lugar, busquen sobrevivientes!" en medio de las llamas el joven líder buscaba todos los medios posibles para sacar a su gente con vida.
"Ya no encontramos más" gritó uno de los miembros en respuesta.
"Salgan todos de aquí, ¡rápido!"
A una distancia segura, todos los sobrevivientes del Oniwa Banshuu, quemados y golpeados, miraban cómo lo que tanto tiempo habían luchado por proteger caía ahora, presa de las llamas.
"¿Dónde está Akane?" preguntó el jefe después de dar una rápida mirada a todos sus compañeros.
Hubo silencio general y miradas perdidas y frustradas.
"No la encontramos" contestó alguien.
Fue cuando el joven líder se sintió desmoronado por las terribles noticias.
[ Japón, 1879 ]
"Días y días de caminar, nada de comida, muy poco dinero y muchas ganas de descansar… esta no es la vida de un ninja. Qué bueno que estoy cerca de la ciudad… espero que Tokyo sea mucho mejor que todas las demás ciudades en que he estado…"
Viajeros que pasaban por Tokyo no eran muy frecuentes en los últimos días. Todos los turistas preferían grandes ciudades como Yokohama, donde había la oportunidad de conocer a personas extranjeras. Esta joven de cabello café claro y piel tan blanca y sin la más ligera marca de un viajero bajo el sol, viajaba sin embargo hacia Tokyo. Buscaba algo y esperaba encontrar respuestas en este lugar.
En un restaurante llamado "Akabeko" se sentó a tomar sake y comer un gran plato de arroz acompañado de un poco de carne. A su alrededor se oían diversas pláticas y risas, pero lo más molesto eran los gritos de un tipo enorme vestido de blanco:
"¡TAE! ¿Podrías perdonarme esta vez? Pronto te pagaré, lo prometo, pero trae un poco más, todavía tengo mucha hambre"
"Esta bien Sanosuke, pero ten en cuenta que me debes mucho" contestó una amable señorita vestida de mesera a la vez que le entregaba un tazón de arroz.
"Gomen" se disculpó el hombre con cara apenada.
Con la boca llena el tipo no hacía ruido, o al menos no mucho y la joven pudo descansar dejando de lado su equipaje y dedicándose enteramente a comer y relajarse.
"Oye tú, trae más" dijo otro hombre sentado con otros cuatro más frente al tipo enorme.
"Sumimasen" dijo la señorita, "me gustaría saber si tienen lo suficiente para pagar por todo eso que acaban de ordenar"
"Eso no te importa nena" dijo rudamente el hombre que al parecer tenía un poco el efecto del sake, "trae más"
"Lo siento señores" dijo la señorita cortésmente, aunque un poco asustada, "pero deben pagar cuando menos un poco, o me veré obligada a pedirles que se vayan"
El hombre disgustado tomó una botella de sake y la rompió en el suelo, luego se levantó y se dirigió furioso a la señorita.
"Escúchame bien, pedí más y me traerás más"
"Esto es el acabose" pensó la joven viajera.
"¡Oye patán, no escuchaste, págale a la señorita y lárgate de aquí!" dijo la joven parándose y tomando un largo paquete con el que cargaba.
"A ti no te importa esto" contestó el hombre.
"Ya verás cuánto me importa" dijo la joven caminando hacia el hombre decidida… hasta que un ligero jalón en su espalda la detuvo.
"Será mejor que le dejes esto a los profesionales" dijo el hombre que iba de blanco, "no te metas en lo que no te importa niñita"
"¡Como te atreves a llamarme niñita!" gritó ella furiosa.
"Así nada más. Ahora retrocede si no quieres resultar lastimada"
"Creo que el que debe retroceder eres tú antes de que cierre tu enorme bocota para siempre"
"No me hagas reír"
"No era broma, he aplastado moscas más grandes que tú y puedo demostrarlo"
"¿A sí? Me gustaría ver eso… no espera, puede que te rompas una uña en el proceso y no queremos que la nena sufra, ¿o sí?"
"Normalmente no me molesto con egos sobre inflados como tú pero creo que haré una excepción" la joven removió la cubierta de su paquete para revelar una katana envainada.
Los hombres que ahora habían quedado olvidados decidieron no discutir más. Una mirada cercana a esa katana les había informado que claramente tenían una desventaja y otra al tipo alto les reveló la identidad de zanza el guerrero. Decidieron dejar el lugar.
"¡NO IRAN A NINGUN LADO SI NO PAGAN!" gritó la joven como si tuviera ojos en la espalda.
Los hombres aterrados dejaron una bolsa y salieron corriendo del lugar.
"Bah, asustaste mi diversión" dijo Sanosuke, "nos vemos niñita" y salió del lugar.
"¡Espera, todavía no termino contigo!" la joven lo siguió.
"Mira, no te quiero lastimar, ya deja de seguirme"
"¡Lo que pasa es que tienes miedo!"
"Uf, esta mujer es más molesta que esa comadreja de Misao"
"¿Qué dijiste?"
"Que te largaras"
"¿Hablas de Makimachi Misao?"
Saosuke la ignoró y siguió caminando con las manos en los bolsillos de su pantalón.
"¡Espera! ¿Qué sabes sobre Misao? ¡Detente, dime algo! Espera… ¡aku!" no sabía su nombre pero la inscripción de su espalda le servía. "¡Sólo respóndeme si hablas de Makimachi Misao o no!"
"¿Te irás si te digo?"
"Sí"
"¿Lo prometes?"
"Sí"
"Esta bien, sí hablo de Makimachi Misao"
Sanosuke pronto se arrepintió de su decisión. Ahora la joven lo perseguía a dondequiera bombardeándolo con preguntas de Misao y del resto de los Oniwa Banshuu. ¿Cómo los conocía? Sanosuke no quería saber, la tipa era lo bastante fastidiosa para quitarle la curiosidad.
Al fin Sanosuke llegó al dojo de Kaoru, cansado de tener una sombra tan parlante. Sabía que si le decía sobre Misao tal vez ella se iría, pero su mera prescencia le irritaba. Además, tal vez no bromeaba, podía ser fuerte y no sabía con exactitud para qué quería a Misao y al resto de los Oniwa Banshuu. Tal vez sería mejor dejar a Kenshin lidiar con esto. Entró al dojo y buscó por todas partes a Kenshin.
"¡Respóndeme!" seguía diciendo la joven. En el camino se encontraron a Yahiko.
"¿Sabes dónde está Kenshin?" le preguntó Sanosuke.
"No" contestó el niño.
"Espera, necesito saber dónde se encuentran… gomen nasai" dijo deteniéndose un momento frente a Yahiko haciendo una pequeña reverencia, "no es mi intención causar molestia" y luego continuó gritándole a Sanosuke. Lo mismo hizo con Genzai-sensei, con Megumi y con Kaoru hasta encontrar a Kenshin.
"Hajimemashite!" comenzó la joven pero se detuvo súbitamente.
Miró a Kenshin fijamente sorprendida. Lo que sus ojos registraban era imposible, ¿cómo podría ser?
"Tú…" volvió a decir la extraña con cierta duda.
Keshin la miraba desde su lugar listo para lo que tuviera que decir.
"Tú… ¡¿tú lavas la ropa?!" fue lo que salió de la boca de la joven haciendo a todos los presentes caer.
"¡Oro!" exclamó el pequeño pelirrojo desde el piso.
