"¡Kenshin!" Masukami en la entrada lo reconoció al instante y los hizo pasar a todos. Inmediatamente después llamó al resto.
"Himura! Kaoru! están aquí" Misao llegó corriendo al escuchar mencionar sus nombres y siempre tan llena de vitalidad los recibió.
Tan grata les fue la sorpresa de verse todos nuevamente que no se percataron de la prescencia de Akane, quien por el momento estaba sumida en un éxtasis profundo al ver su sueño realidad.
"Hola, ¿quién eres tú?" le preguntó Misao que no la reconoció.
"Atashi…" Akane tardó un poco en reaccionar. Ver una vez más a Misao, a su querida amiga de la infancia que no había cambiado en nada, era demasiado para ir tan aprisa. "Atashi…"
CRASH
Todos saltaron al ser sorprendidos por el sonido de un vasito de porcelana que se rompió. En la entrada, Aoshi Shinomori, el causante del ruido, no podía creer sus ojos. Al igual que Akane, tardó varios minutos en reaccionar.
"¿Akane… Akane-chan?" por fin pudo decir.
"Aoshi-senpai" dijo Akane prácticamente con lágrimas en los ojos.
El resto del Oniwa Banshuu se dio cuenta de tan importante visita que acababa de llegar. Okina conocía bien a Akane y ella no tardó en reconocerlo.
Tras todas las lágrimas, abrazos y festejos, una gran cena les aguardó a todos. Okina se puso a dar una colorida biografía sobre la vida de Akane desde que era una niña que entrenaba al lado de Aoshi hasta la infortunada destrucción del castillo Edo.
Aoshi, si era posible, estaba más callado de lo común. La sorpresa fue demasiada que aún la estaba digiriendo. Calladamente desde su lugar observaba todos los movimientos de Akane mientras ella platicaba con Masukami y Oumime, regañaba a Okina por sus ocurrencias y festejaba con Misao; la pequeña a quien Aoshi enseñó a pelear había regresado.
Por la noche Aoshi pudo ver a Akane dejar su cuarto y subir al techo y decidió seguirla. Estaba sentada con la débil luz de la luna iluminando sus delicadas facciones.
"Akane-chan" dijo Aoshi cautelosamente temiendo que fuera algo así como un sueño.
"Ohayu" contestó Akane, "hazme un poco de compañía. Es bueno meditar a solas, pero es mejor estar acompañada de una persona a quien no veo en mucho tiempo"
Hablaron por largo rato, Aoshi le contó todo lo que había pasado desde la última vez que se habían visto: lo que pasó cuando el castillo fue invadido, cuando conoció a Kenshin, cuando sus cuatro amigos murieron a manos de Kanryuu y cuando pelearon con Shishio.
Akane escuchó atenta sin hacer comentarios y sin decir nada sobre ella. Para Aoshi su pasado se quedó en un misterio. Ya era muy tarde cuando Akane sin querer dio un ligero bostezo y Aoshi se dio cuenta de que habían estado hablando por casi cuatro horas.
"Oyasumi nasai" dijo Akane cuando bajaron del techo.
"Oyasumi" contestó Aoshi.
Una semana pasó y el Oniwa Banshuu se iba acostumbrando cada vez más a tener a Akane de vuelta. Akane tomó su lugar en el Aioya y sus actividades transcurrieron lo más normalmente posible, a excepción de la visita del Kenshingumi. Después de un tiempo llegó una visita inesperada.
Mientras Akane se encargaba de atender el restaurante (trabajo que por fuerza de pertenecer a esa casa ahora obligatoriamente tenía que tomar) una pequeña joven güera entró. Llevaba ropa de viaje y un sombrero grande que le protegía del sol.
Entró sin mucho estruendo, más bien parecía haber flotado por ahí hasta pararse en una mesa vacía. Tomó asiento y sin más problemas quedó ahí callada esperando que le tomaran su orden. Fue Akane la que en ese momento se presentó y se sorprendió al verla ahí.
"Setsuna, ¿qué haces aquí?" preguntó Akane al verla.
"¡Akane! No sabía que te encontrabas en este lugar" contestó la joven.
Por la tarde cuando Kenshin, Kaoru, Misao y Yahiko regresaron de su paseo Akane les presentó a la joven que acababa de llegar.
"Watashi wa Okazaki Setsuna" dijo la joven.
"Es una amiga que por el momento me está ayudando" explicó Akane, "la conocí hace unos cuantos años cuando estuve trabajando de espía para ciertos comerciantes clandestinos. Cuando le conté sobre mi pasado prometió ayudarme a encontrar a Ryuketsu"
"Y lo he encontrado" interrumpió Setsuna.
"¿Dónde?" preguntó Aoshi igual de interesado que Akane, pues él también conocía la situación de Ryuketsu y su participación en la invasión al castillo Edo.
"La verdad, es complicado" contestó Setsuna "por el momento se encuentra viajando hacia el norte y no sabría dar una exacta localización, pero sé qué ruta está tomando y también sé que no tardará en pasar por Kyoto"
Akane quedó pensando por largo tiempo. Por fin tendría la oportunidad de vengarse, de castigar a aquél que tantos años al lado de sus amigos le había robado. Era ahora o nunca.
"Arigatou" le dijo a Setsuna.
Una semana pasó. Setsuna iba y venía, pero jamás se quedaba. Cada vez que iba al Aioya llevaba nuevas noticias sobre Ryuketsu y desaparecía inmediatamente después. Fue así como supieron que Ryuketsu viajaba con una gran escolta de asesinos a sueldo y que en menos de una semana se estaría quedando por un tiempo en Kyoto. Akane tenía que planear el asesinato con sumo cuidado.
Un día de esos Kenshin estaba fuera. Había salido a pasear con sus amigos pero hacía demasiado calor afuera y muchos decidieron regresar al Aioya. Kenshin se quedó con Sanosuke y Yahiko que por cierto ahora estaban perdidos y pasaba por todas las calles esperando encontrarlos.
Lo que encontró, sin embargo, fue a la amiga de Akane: Setsuna. Llevaba dulces en una bolsa y paseaba despreocupada.
"Okazaki-dono" llamó Kenshin.
Setsuna volteó y fue a saludarlo.
"¿Por qué se encuentra solo Himura-san?" preguntó la joven.
"Me temo que he perdido a mis amigos" dijo Kenshin sonriendo, "espero que pronto aparezcan"
"Puedo ayudarle a buscar"
Setsuna y Kenshin caminaron por Kyoto no necesariamente buscando. Platicaban mientras comían los dulces de Setsuna. Kenshin descubrió que Setsuna no era en verdad tan joven como lo parecía. Era un par de años mayor que Sanosuke y era bastante solitaria. Kenshin, aparte de Akane, era la primera persona con la que mantenía una conversasión personal desde hacía mucho tiempo.
"Usted parece una buena persona Himura-san" dijo Setsuna como explicando el porqué hablaba con él, "en mi trabajo no encuentro a mucha gente como usted"
"Arigatou. Usted también es agradable"
Yahiko y Sanosuke llegaron corriendo en ese instante. Al parecer habían estado discutiendo por quién había sido el culpable de que se perdieran y después regañaron a Kenshin por estarse divirtiendo en lugar de buscarlos.
Ahí se despidieron Setsuna y Kenshin quedando en verse nuevamente otro día para quizá continuar la platica.
"Así que… ¿lo matarás?"
"Tengo que hacerlo"
"Ya no"
"¿Qué entiendes tú de esto, Setsuna? Me robó mi vida, tengo que vengarme"
Akane y Setsuna discutían esa misma noche en el techo del Aioya. Setsuna pasaba por ahí cuando encontró a Akane y se quedaron a platicar. Setsuna buscaba una manera de persuadirla de no cobrar una sangrienta venganza.
"Sé lo difícil que es estar sola, pero una venganza no te traerá nada" dijo Setsuna.
"No me alecciones. No es la primera vez que asesine a alguien, no me va a afectar en nada" contestó Akane enfadada.
"Al final te sentirás vacía"
"No me lo puedes impedir, lo he estado buscando por tanto tiempo y al fin lo tengo cerca…"
"Por eso mismo. Lo has estado buscando por tanto tiempo que una vez que lo mates ¿qué? Tu búsqueda habrá terminado y te sentirás tan vacía al no tener a quien perseguir"
"No será así, viviré tranquila después, aquí en el Aioya con Okina, Misao… Aoshi"
Akane perdió el hilo de la conversación. Se olvidó de Setsuna y recordó que sus planes estaban incompletos y que debería perfeccionarlos lo más pronto posible. Setsuna se dio cuenta de que sería imposible persuadirla así que decidió retirarse.
"Oyasumi nasai" le dijo a Akane y saltó hábilmente del techo para perderse en la oscuridad.
Al bajar Akane se topó sin querer con Kenshin.
"Creo que ella tiene razón" le dijo Kenshin.
"No puede estar segura, no sabe de lo que habla" contestó Akane aún enfadada.
"Recapacite Akane-dono, no cometa una masacre innescesaria"
Akane no contestó, se retiró a su cuarto sin hacer caso. Eso no era lo correcto, necesitaba su venganza y la obtendría, costara lo que costara. Nisiquiera Aoshi podría detenerla ahora.
"Me temo que no podrá convencerla de lo contrario"
Kenshin volteó al escuchar la conocida voz. Okina acababa de salir de su habitación. Un expresión seria se había colocado esa noche en su cara. Kenshin comprendiendo que tenían que hablar, caminó un rato con Okina.
"Akane era muy joven cuando Aoshi la encontró y la trajo al Oniwa Banshuu. Ella no conoció más familia que nosotros, algo así como Misao. A decir verdad, ambas son muy parecidas… ambas tienen un gran espíritu de lucha y nunca se darán por vencidas sin importar lo que les cueste el obtener su propósito"
"Lo que significa que Akane-dono inevitablemente peleará contra Ryuketsu…"
"Así es. A menos de que podamos evitarlo… Kenshin, Ryuketsu es un hombre poderoso, tiene muchos espías y guerreros y es despiadado. Akane ha estado sola por mucho tiempo y no entiende la gravedad del asunto. Ryuketsu es demasiado para ella, Akane no conoce ni la mitad del poderío de Ryuketsu y debemos evitar a toda costa que se enfrente a él, o si no, no podrá evitar acarrear a todo el Oniwa Banshuu a esta pelea. Y aún si eso no es lo que ella desea, puede poner en riesgo la vida de sus seres queridos"
"Entiendo" contestó Kenshin mirando fijamente la vela que sostenía con su mano derecha. En ocasiones pasadas, como él mismo dijo, ya se había encontrado con Ryuketsu y conocía bien todo de lo que semejante hombre era capaz. No podría quedarse así nada más con los brazos cruzados.
N/A: ¡¡¡¡¡¡AAAAAHHHH!!!!!!! Lamento tanto haberlos hecho esperar todo este tiempo. Y para compensarlo traje un capítulo relativamente largo y además tengo los próximos 2 capítulos listos así que esos estarán aquí más pronto de lo que puedan decir "Amakakeru Ryuu no Hirameki celestial" O.oU
En fin, espero sinceramente que estén disfrutando de la historia. He cambiado algunas partes de la original para poder incluir más al Kenshingumi y al Oniwa Banshuu porque en mi frenesí de terminarle esta historia a mi hermana Akane me di cuenta de que faltaba un poco de participación por parte de ambos bandos… ¡Pero no hay de qué preocuparse, lo tengo todo bajo control!
P.D. : …Akane, tú, sí, tú, sé que estarás leyendo esto pronto así que no te atrevas a mover tu gordo trasero de aquí hasta que me hayas dejado un comentario o si no me vengaré!!!!
|
||||||
