Título: Un reencuentro
Autora: Kuma-chan
Capítulo: 2/supuestamente 5
Advertencia: Slash
N/A: Me gustó mucho mi ric "Un reencuentro", así que decidí continuarlo (sobre todo para complacer a aquellos fanáticos del Harry/Sirius). Bueno, suspuestamente va a tener 5 capítulos y espero que no se alargué más que eso, porque me cuesta terriblemente continuar mis fanfictions largas (más de uno me estará insultando por uno que otro fic incompleto) pero a la larga, prometo terminarlo (qué son solo 5 capítulos?) Esate, en particular es para ubicarnos un poco en la historia, no van a encontrar nada romántico todavía, pero aún así espero que les guste. Cauqluier duda, comentario o sugerencia, dejen su review o escriban a kumagorou_girly@hotmail.com. Disfruten del amor de Harry y Sirius XD.
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Remus y Sirius habían conseguido entrar y salir de la Casa de los Gritos sin ninguna dificultad. Nadie los había seguido, nadie los había interceptado y como lo habían hecho de noche, nadie se había percatado de su ausencia. Los resultados de aquella salida fueron tan buenos que al ver la tristeza de Harry cuando se marchaban, Sirius prometió sin pensarlo volver al mes siguiente. Cuando Harry oyó estas palabras se sintió feliz como hacía mucho tiempo no lo hacía y ni siquiera las miradas de desaprobación ni las objeciones del profesor Lupin hacia Sirius consiguieron hacer que se deprimiera. Era verdad, el peligro de regresar era enorme y si su padrino era atrapado, sería enviado una vez más a Azkaban, la prisión de criminales más horrorosa que nadie haya conocido. Sirius también estaba eufórico y tranquilizó a Remus diciéndole que se estaba volviendo viejo, que no había nada que temer.
"Además," susurró a Harry mientras su amigo iba caminando por el oscuro pasadizo con la varita mágica en alto "si me atrapan, puedo volver a escaparme."
Esa broma no le hizo gracia a Harry, pero cuando Sirius apoyó su mano en su hombro cariñosamente, le sonrió. Sirius observó cada detalle del rostro del muchacho apenas iluminado por débil luz de la varita de Remus, que estaba bastante lejos ahora. Su ahijado era exactamente igual a James, los mismos rasgos, gestos y expresiones. Sus ojos eran lo único diferente y por única vez en su vida se sintió feliz de que su amigo hubiera conocido a Lily Evans: Harry tenía los ojos más hermosos que había visto, verdes, cristalinos y enormes como dos esmeraldas pulidas. Era una verdadera pena que el muchacho usase anteojos pero por otro lado, pensó Sirius, le daban un aire adulto. No es que fuera ningún niñito; en realidad estaba en plena transición y dentro de poco sería todo un hombre. Pero cuando sólo un momento atrás lo había sentido entre sus brazos de aquella forma, recordó lo menudo que era y lo frágil que le había parecido bajo su cuerpo. Sirius se preguntó si su belleza no se debería a que Harry tuviera alguna gota de sangre de Veela.
"Ya estamos cerca, Harry," dijo Remus de pronto "quiero que antes de salir te cubras con la capa y corras hasta el castillo."
"¿Y ustedes cómo...?"
"Descuida, Harry," lo interrumpió Sirius adivinando lo que le iba a preguntar, "nosotros estaremos bien, volveremos de la misma manera que fuimos."
Harry quedó satisfecho con la respuesta, pero la tristeza lo había vuelto a invadir cuando se dio cuenta de que debía separarse de su padrino. El resto del camino lo hizo en silencio, mirando ocasionalmente a Sirius quien también se había quedado callado y notó que la expresión sombría que había tenido antes de encontrarse con él había vuelto a aparecer. Cuando llegaron al final del pasadizo Harry pudo ver el Sauce Boxeador. Era lo hora de irse, así que se cubrió el cuerpo dejando la cabeza afuera para despedirse y tomó el mapa del Merodeador.
"Adiós, profesor Lupin, gracias por haber acompañado a Sirius" dijo, mientras le estrechaba la mano, pero Lupin tiró de él y abrazó.
"Cuídate mucho, Harry. Quizás nos veamos dentro de poco" dijo remarcando esas últimas palabras, y mirando de reojo a Sirius con el seño fruncido, se separó de Harry y lo tomó por los brazos afectuosamente: "Tal vez dentro de poco pueda darte una noticia."
Harry sonrió a Remus y se dirigió hacia su padrino. ¡Cómo quería que todo aquello de ocultarse pasara rápido! Pero sabía que era imposible; su padrino era el mismísimo Sirius Black, el enemigo #1 de la comunidad mágica, considerado extremamente peligroso por haber escapado de Azkaban, Prisión de Máxima Seguridad.
"Vamos, Harry, arriba esos ánimos" dijo un no muy convencido Sirius "¿No te he prometido que nos veríamos pronto?"
El muchacho esbozó una sonrisa forzada y abrazó a su padrino. Éste le devolvió el abrazo con más fuerza aún y respiró profundamente sobre su nuca para inhalar el intoxicante aroma al shampoo de Harry. "No pasará mucho tiempo antes de que nos volamos a ver. Cuídate..."
Unos minutos después, Harry estaba corriendo por el bosque prohibido oculto bajo su capa. No se atrevió siquiera a mirar hacia atrás por miedo a que la tristeza de la despedida fuera tanta que el sintiera ganas de llorar. No podía permitir que su padrino lo viera débil e infantil.
Harry volvió a la Sala Común sin ninguna dificultad y se encontró con que Ron no estaba en su cama tampoco, ¿habría salido a buscarlo? Quitándose la capa de invisibilidad (no sin antes percatarse de que el resto de sus compañeros de habitación estuvieran profundamente dormidos) ), Harry tomó de su túnica el Mapa del Merodeador y susurró: "Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas." El mapa lo saludó como de costumbre y en él se divujaron mágicamente las líneas de los pasillos de Hogwarts, así como las inscripciones correspondientes. No tardó mucho en encontrar a su amigo, quien para su alivio, sólo había ido al baño.
Inmediatamente, tocó el mapa con su varita diciendo las palabras necesarias y éste se borró. Con cuidado de no romperlo, Harry lo enrolló y lo volvió a guardar. Luego, corrió a su cama y se tapó con la frazada hasta la nariz. Con suerte, Ron no habría notado que él se había escabullido mientras dormía así que cuando Harry sintió que la puerta de la habitación se abría y entraba la luz del hogar de la Sala Común, cerró los ojos y fingió estar dormido.
"Lo sé, Harry, no te hagas el dormido." La voz de Ron tenía un aire de ofendido, por lo que Harry se sintió un poco mal y abrió primero un ojo y después el otro. En seguida se encontró con la mirada acusadora del pelirrojo que lo observaba de cerca. "¿A dónde fuiste? ¿No sabes que es peligroso que andes solo por ahí?"
Estas palabras enfurecieron un poco a Harry, quien para sus adentros pensaba que estaba harto de que todos lo trataran de la misma forma. Que Sirius lo hiciera lo entendía, no hacía mucho le había demostrado cuánto afecto le tenía y Harry se identificó con él. También quería que fuera más precavido para que no lo atraparan.
"Ron, no empieces con eso..."
Pero el otro no lo dejó terminar.
"Escucha, Harry, no sé que haya sido tan importante como para tener que irte a la mitad de la noche, pero al menos podrías haberle dicho algo a tu mejor amigo... Te hubiera acompañanado a donde fuera, tú lo sabes."
Harry se calmó un poco al oír esas palabras. Se sentía enternecido por la preocupación sincera de Ron, quien después de todo sólo había querido ayudarlo a escapar si lo huebiera necesitado.
"Lo siento, Ron", dijo Harry, "te contaré lo que sucedió."
Harry explicó a su amigo que se había encontrado con Lupin y con Sirius en el Sauce Boxeador (lo cual trajo muchos recuerdos desagradables al pobre pelirrojo) y le contó también que ambos habían ido allí en secreto, sin permiso ni de la Orden ni de Dumbledore.
"¿Entiendes por qué no quise decirte nada?"
Ron asintió con la cabeza y luego los dos se pusieron de acuerdo a no guardarse más secretos. Claro que Harry tuvo que romper su promesa en cuanto la hizo porque no creyó conveniente contarle lo que había pasado con Sirius antes de que el profesor Lupin los interrumpiera.
Una semana después de esa noche, mientras almorzaban en el comedor, el profesor Dumbledore se levantó de su silla dejando a todos los alumnos en un completo silencio sin la necesidad de decir ni una palabra. Todos los tenedores se detuvieron y las copas se apoyaron en la mesa. Las miradas de los alumnos ya no se deirigían hacia Dumbledore aunque todos estaban atentos a lo que tuviera que decir; sino que estaban enfocadas en una silueta familiar a unos pasos del mago.
"¡Porfesor Lupin!" dijeron Ron, Hermione y Harry al mismo tiempo, mientras se lanzaban miradas cómplices.
"Alumnos, por favor, quiero que vuelvan a darle la bienvenida al profesor Remus John Lupin, quien a partir de estemomento se encargará de la clase de Defensa Contras las Artes Oscuras. En vista de que no es un puesto que podría llamrse "afortunado" quiero que todos colaboren con él y que con un fuerte aplauso le deseen buena suerte." Luego de estas palabras, Dumbledore levantó su copa y se sentó en su lugar. Lupin lo siguió y también volvió a ocupar la silla que le habían asignado, junto al profesor Snape.
"¿Lupin de vuelta?" Dijo Hermione abriendo los ojos como platos. "¿El Ministerio estará de acuerdo con esto? ¿Y qué sucederá con los padres de los alumnos? No creo que estén muy contentos..."
"Oh, vamos Hermione, no seas aguafiestas," dijo Ron sonriendo, "el nombre del profesor Lupin fue limpiado el año pasado y el puesto ha quedado vacante una vez más cuando la vieja Umbridge tuvo su, ya saben 'accidente'" Ron gesticuló unas comillas con los dedos y sonrió malignamente. "Y no sólo eso, es ya sabido por todos que la poción matalobos está casi finalmente perfeccionada, así que los padres no deberían temer a un hombrelobo domesticado."
"Además," añadió Harry "he odído que la vieja profesora Junkstone tuvo que abandonar la suplencia de DCAO porque la iban a jubilar."
"Sí, yo también he oído lo mismo" confirmó Seamus Finnigan entrando en la conversación sin que nadie lo llamara. "Ya estaba muy vieja la pobre, la verdad es que sus últimas clases ya eran incomprensibles."
"Tú eres quien no entiende nada" le contestó Ron y le dio un codazo jugando en el costado mientras le sonreía, "eres un burro."
Seamus no contestó pero sus mejillas se colorearon. Se sirvió un poco más de puré de zapallo y continuó comiendo en silencio.
Harry estaba muy contento y de muy buen humor. Terminó su almuerzo luego de repetir varias veces y se fue con Ron y con Hermione a su próxima asignatura: Pociones. Pero ni siquiera el profesor Snape iba a quitarle la alegría en ese día.
Sin embargo y a pesar de sus expectativas, la clase de Snape no fue tan mala. Harry era tan feliz que le parecía que los demás también lo eran. En toda la clase, el profesor lo ignoró y a pesar de que descontó algunos puntos a Gryffindor, no fueron por culpa ni suya ni ninguno de sus dos amigos: Neville volcó su poción miniaturizante y tuvo que buscar su varita mágica hasta después de hora por el suelo del salón.
La clase que seguía era adivinación, así que Hermione se separó de Ron y de Harry para su clase de Aritmancia.
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Few!!!! Más o menos voy a estar actualizando una vez por semeana ( o más si me emociono ), así que dejenme saber que les pareció!!! No son divinos????? XDDDD Ah! Y me gustaría que la mayoría de los personajes tuviera su parejita. No convencional, claro está ;) Algunas ya las pueden ir adivinando, y esperen a los gemelos Weasley haciendo de las suyas!!!!!
