Título: Un reencuentro

Capítulo: 4/ me parece que va a tener que ser un poco más larga que 5 capítulos ^.^u

Advertencia: Slash, hombrexhombre.

N/A: Después de ver la buena repsuesta que había tenido el capítulo anterior me decidí a subir este que estaba preparado desde hace algún tiempito. Este me gusta, así que sean buenos, sí? Y no olviden que a pesar de lo que pase por mi retorcida mente de Autora, este fic es y va a ser Sirius/Harry ;) Me gustan mucho los gemelos, pero esta va a ser su última aparición en el fic, así que disfrútenla... es una linda fantasía. Ah, y acá van a confirmar algunas parejitas que estuvieron tirando. Bien por los que acertaron!!! Gracias por las herrrrmosas reviews, ¿sabían que son como una droga? *¬*

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Harry llegó a la Sala Común de Gryffindor con un poco de retraso, pero consiguió excusarse con los gemelos aduciendo que Draco Malfoy lo había interceptado en el comedor mientras caminaba. Fred y George fruncieron el seño y lo miraron bien, preguntándole si le había hecho algo malo.

"Si sucede algo, cualquier cosa, nos avisas, ¿entendido?" dijo George algo preocupado.

"Pero descuida, Harry, que ya no tiene demasiados motivos para sonreír ahora que su padre está en la cárcel..." añadió Fred mientras pegaba un folleto en la cartelera de anuncios. Harry asumió que sería una publicidad de su tienda de chascos.

"Bueno, no importa" volvió a decir George a la vez que llevaba a Harry hacia una de las mesas y lo sentaba. La Sala Común estaba completamente vacía, excepto por ellos tres; el resto estaba en el comedor, pero no tardarían en subir y Harry calculó que le quedarían quince minutos para hablar tranquilamente con los gemelos.

"¿Y cómo es que están aquí, en Hogwarts?"

George apartó la vista hacia un lado de la sala y Fred, que estaba de espalda, tosió nerviosamente como si se hubiera atragantado.

"La verdad, Harry es que nadie excepto tú sabe que estamos aquí."

Harry repitió los mismos gestos nerviosos que había visto hace unos momentos y luego añadió: "Bueno, se lo he dicho a Ron y por casualidad ha escuchado Seamus Finnigan... Ah, y tal vez los haya podido ver el profesor Lupin, el otro día..."

Fred se volvió y dirigió una mirada fugaz a George. Luego continuó con lo que estaba haciendo como si nada.

"Mhhh, tendremos que hablar con Ron y con Seamus... en cuanto a Lupin, descuida. No creo que haya problemas con él." Por un instante Harry recordó que Lupin no se había sorprendido en lo absoluto cuando él le contó que había estado con los gemelos. Quizás no se había dado cuenta de que ambos ya habían dejado la escuela... sí, eso era lo más probable.

"¿Pero como es que...?"

Fred se acercó por detrás de la silla de Harry le apoyó las manos en los hombros. "Sólo digamos que un amigo nos has escabullido."Harry llegó a la Sala Común de Gryffindor con un poco de retraso, pero consiguió excusarse con los gemelos aduciendo que Draco Malfoy lo había interceptado en el comedor mientras caminaba. Fred y George fruncieron el seño y lo miraron bien, preguntándole si le había hecho algo malo.

"Si sucede algo, cualquier cosa, nos avisas, ¿entendido?" dijo George algo preocupado.

"Pero descuida, Harry, que ya no tiene demasiados motivos para sonreír ahora que su padre está en la cárcel..." añadió Fred mientras pegaba un folleto en la cartelera de anuncios. Harry asumió que sería una publicidad de su tienda de chascos.

"Bueno, no importa" volvió a decir George a la vez que llevaba a Harry hacia una de las mesas y lo sentaba. La Sala Común estaba completamente vacía, excepto por ellos tres; el resto estaba en el comedor, pero no tardarían en subir y Harry calculó que le quedarían quince minutos para hablar tranquilamente con los gemelos.

"¿Y cómo es que están aquí, en Hogwarts?"

George apartó la vista hacia un lado de la sala y Fred, que estaba de espalda, tosió nerviosamente como si se hubiera atragantado.

"La verdad, Harry es que nadie excepto tú sabe que estamos aquí."

Harry repitió los mismos gestos nerviosos que había visto hace unos momentos y luego añadió: "Bueno, se lo he dicho a Ron y por casualidad ha escuchado Seamus Finnigan... Ah, y tal vez los haya podido ver el profesor Lupin, el otro día..."

Fred se volvió y dirigió una mirada fugaz a George. Luego continuó con lo que estaba haciendo como si nada.

"Mhhh, tendremos que hablar con Ron y con Seamus... en cuanto a Lupin, descuida. No creo que haya problemas con él." Por un instante Harry recordó que Lupin no se había sorprendido en lo absoluto cuando él le contó que había estado con los gemelos. Quizás no se había dado cuenta de que ambos ya habían dejado la escuela... sí, eso era lo más probable.

"¿Pero como es que...?"

Fred se acercó por detrás de la silla de Harry le apoyó las manos en los hombros. "Sólo digamos que un amigo nos has escabullido."

Por alguna razón que Harry no comprendió se sintió incómodo con el apretón que Fred le estaba dando en los hombros. Unos momentos después, el pelirrojo se inclinó hasta colocar su rostro junto al suyo y dijo en un susurro. "¿Ya te dijimos que te echamos de menos?" Las mejillas del mago de cabello oscuro se sonrojaron y sus ojos se dirigieron hacia George, quien le sonreía extrañamente desde el otro lado de la mesa mientras el silencio se apoderaba del lugar. Harry rió un poco alterado porque no sabía como reaccionar a aquellas palabras y sintió que Fred apoyaba el peso de su cuerpo contra el respaldo de la silla y le colocaba los brazos alrededor del cuello. "Mañana por la noche nos vamos, y ya no nos veremos hasta las vacaciones..." dijo en la misma voz mientras hundía su nariz en el pelo de Harry. La sangre se le comenzó a agolpar en las mejillas y el vello de la nuca se le erizó instantáneamente mientras en su cabeza se repetía una y otra vez la misma pregunta: ¿Cuándo habían llegado a estar así?

"F-Fred..." balbuceó el chico mientras abría los ojos bien grandes y se quedaba rígido. No se le ocurrió que decir ya que las palabras se le empastaban en la boca. Finalmente alcanzó a hablar. "¿Y-ya se v-van?"

"Sí, Harry" añadió George, que ahora se levantaba de su lugar y con un sólo paso se acercaba a su hermano. "Ya terminamos de colgar las encuestas y las recogeremos mañana por la tarde." George se puso en cuclillas junto a la silla y miró al chico de pelo negro desde abajo, sonriendo. "¿Nos vas a extrañar?" Con esas palabras, le tomó la mano sorpresivamente sin darle tiempo a reaccionar.

"¡P-por s-supuesto!" dijo Harry visiblemente alterado. Ahora temblaba débilmente, aturdido por la situación tan extraña en la que se encontraba. La sala común se llenaría de gente en cinco minutos y allí estaba él, con los dos Weasley en una situación bastante... comprometedora.

Detrás suyo, notó que Fred se separaba un poco de él y tomándole de la mejilla con suavidad le hizo volver el rostro hacia el suyo. "Entonces, prométenos algo..." Harry no podía evadir esa mirada tan intensa en sus ojos, había algo allí que lo mareaba, algo que no había visto jamás en su amigo. Fred estaba muy cerca de él, lo suficiente como para que pudiera sentir su respiración y en ese momento, bajó su mirada hacia la boca del muchacho pelirrojo, que estaba ligeramente abierta como en espera a una respuesta. Harry se sintió invadido por un calor que le subía por la espalda y sintió que se quedaba sin aliento. El otro lo acercó lenta y firmemente hacia sí sin recibir respuesta.

"Prométenos que no te vas a resistir" dijo la voz de George cerca suyo y cuando esto le hizo bajar la guardia por completo, Harry sintió que Fred le cubría los labios con los suyos mientras lo tomaba por detrás de la nuca. El muchacho que estaba sentado no se movió, solamente abrió los ojos por la sorpresiva intromisión pero una vez más estaba paralizado y no reaccionaba. Tampoco reaccionó cuando notó que George se había inclinado sobre él y le había comenzado a besar suavemente el cuello y a acariciarle la espalda. De pronto le pareció que un baldazo de agua fría le caía encima y todo se le vino a la mente. El cosquilleo en la base de la columna le hizo recordar los momentos que había vivido con Sirius, sus besos y sus caricias; y su respiración se volvió más y más pesada. Aquello estaba mal, pero sin embargo se sentía embriagado por las sensaciones físicas que no podía contener. Los labios y las manos de los gemelos eran demasiado para él: un par de bocas luchando por recorrerlo y aunque en su interior quería dejarse llevar, Harry no podía. Pero justo entonces, luego de unos segundos de que George hubiera comenzado a saborearlo sintió como se separaba de él como si pudiera leerle la mente.

"Por cierto," dijo ahora concentrándose en el lóbulo de la oreja del muchacho, "Sirius te manda saludos."

Harry había pensado en su padrino anteriormente, pero cuando oyó a George pronunciar su nombre, algo cambió en todo lo que había estado experimentando. El recuerdo volvió a manifestarse en su mente como algo dulce y agradable que quería sentir otra vez. ¿Cuánto faltaría para que terminase el mes que le había puesto Sirius de plazo? Ahora no le importaba, el tiempo jugaba con él al igual que los gemelos. Sin darse cuenta, Harry abrió su boca y cerró los ojos, recibiendo a Fred primero lentamente y luego con un poco más de fuerza.

"Mmhhh."

George sonrió cuando oyó que su amigo había sentido a sus manos deslizándose por debajo de su túnica y subían y bajaban por su pecho, sensibilizando cada fibra de su cuerpo. Esto lo hizo enloquecer y al ver como Fred estaba llevándose una buena parte de la acción quiso disfrutar de lo mismo que su hermano. Unos segundos después, separaba a los dos muchachos imponiéndose y dirigía el rostro de Harry hacia el suyo. El muchacho más pequeño se dejaba manejar con facilidad, como si fuera un niño llevado de la mano. Fred protestó pero encontró interesante ver como su hermano y Harry repetían lo mismo que él había hecho y decidió también averiguar cómo se sentía la piel de Harry entre sus labios y sus manos.

Los tres siguieron así por unos pocos minutos más hasta que los pasos que subían por la escalera los obligaron a detenerse. De todos modos, en ese poco tiempo Harry descubrió que George era un poco más brusco cuando se trataba de besarlo pero que sus caricias eran fantásticas y experimentadas. Fred, por su parte, lo había besado de una forma más suave, en la que él se había sentido más dominante y se encontró con que eso también le había gustado. Cuando los tres tuvieron que interrumpirse, muy a su pesar Harry se despidió rápidamente de los gemelos entre agitado y extasiado: sus mejillas estaban sonrosadas y su mirada tenía un aspecto febril. Lo primero que se le vino a la mente fue cuánto quería volver a ver a Sirius.

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Hermione y Ginny ingresaron por el agujero de la dama gorda justo en el instante cuando los mellizos desaparecían de la Sala Común. Ambas conversaban muy animadamente y cuando vieron a Harry se quedaron en silencio, como sorprendidas.

"¿Qué te sucede, Harry?" preguntó preocupada Hermione.

"¿Estás bien?" dijo Ginny observándolo cuidadosamente. El muchacho se dio cuenta enseguida qué estaba sucediendo: se miró a sí mismo y notó que su túnica estaba toda desarreglada hacia un costado y que los anteojos torcidos se le estaban deslizando por la nariz.

"Sí" respondió rápidamente poniéndose de pie y arreglándose un poco la túnica. "E-es sólo que estuve entrenando un poco y acabo de llegar. Me cansé tanto que me dejé caer en el sillón así como estaba y.."

Hermione y Ginny parecieron satisfechas con su respuesta atropellada y deseándole buenas noches se fueron a la habitación de las chicas. Mientras se alejaban, Harry creyó ver que Hermione le tomaba dela mano a Ginny, pero luego se dijo a sí mismo que estaba comenzando a ver cosas. Aunque podría haber jurado que...

Justo en ese momento entró Ron y se dejó caer en el asiento junto a Harry. Parecía casi tan cansado como él había jurado que estaba y entrecerrando los ojos dejó escapar un suspiro profundo.

"Juro que si no existiera el fin de semana, me suicidaría ahora mismo." Dijo el pelirrojo mientras por el retrato de la Dama Gorda comenzaban a entrar algunos alumnos. "No puedo creer que aún tenga que terminar el trabajo de astronomía..."

"Pensé que ya lo habías hecho." Dijo Harry que ya estaba volviendo a ser el mismo.

Ron bajó la mirada al suelo y las orejas se le pusieron coloradas. A Harry le pareció divertido ver como se parecían todos los hermanos Weasley.

"Pues no, me falta un poco todavía, así que no me queda otra que sentarme en la biblioteca y escribir medio metro de pergamino para mañana."

Harry lo miró de reojo y dijo: "No te preocupes, Ron, si quieres puedes copiar el mío, yo ya lo terminé."

Ron agitó las manos por delante de su rostro y agregó rápidamente: "¡No! Gracias Harry, pero temo que si Hermione se entera pueda llegar a hacerme alguna maldición. Me ha amenazado esta tarde, ¿sabes?"

Harry no quedó demasiado convencido, pero no insistió sobre el tema. Las actitudes sospechosas de Ron iban siendo cada vez más y lo que finalmente le hizo decidirse a averiguar que sucedía fue cuando se ofreció para ayudarlo a terminar el trabajo y Ron se negó poniendo otra excusa.

"Descuida, tú ve a dormir que pareces más que cansado."

Así que en cuanto el pelirrojo dejó la Sala Común (sin llevar ni un rollo de pergamino ni una pluma), Harry se colocó encima la capa de invisibilidad y salió tras él.

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No pasó mucho tiempo antes de que descubriera hacia dónde se había escapado Ron tan descuidadamente: a dónde se dirigía era cualquier lugar menos la biblioteca de la escuela.

La pajarera de las lechuzas no quedaba muy lejos de la torre de Gryffindor, así que ni él ni el pelirrojo habían tenido problemas para llegar. El lugar estaba iluminado por la débil luz de la luna en cuarto menguante y se podía oír el monótono ulular de los pájaros que aún permanecían allí. Dentro de todo, la pajarera estaba bastante vacía porque la mayoría de las lechuzas salían a cazar de noche. A unos metros detrás de Ron, Harry reparó en una figura que estaba sentada de espaldas a ellos, mirando hacia los terrenos del colegio e inmediatamente reconoció el cabello castaño claro de Seamus Finnigan. Harry se quedó muy sorprendido de saber que su amigo se encontraba a escondidas con él, pero lo finalmente lo dejó boquiabierto fue el ver a Ron observando al muchacho sentado de espaldas. Habían llegado allí silenciosamente, así que al igual que Harry, Ron se sentía con libertad extrema para estar a su antojo. El muchacho bajo la capa invisible notó la expresión risueña y los ojos iluminados por un brillo diferente.

"¿En quién estás pensando?"

La voz de Ron sobresaltó al que estaba sentado y éste volteó inmediatamente. "En tí, ¿quién más?"

Ron caminó hacia Seamus y apoyó sus manos en sus hombros, en el mismo gesto que Fred había utilizado con Harry. Ambos volvieron a quedarse en silencio, iluminados tenuemente y mirándose a los ojos con intensidad. Seamus sonrió con la misma ternura que Ron y ambos se acercaron para darse un breve roce de labios.

Mientras se alejaba dejando espacio a la privacidad, Harry volvió a pensar que los Weasley se parecían demasiado.

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El pasillo a la torre de Gryffindor seguía vacío y silencioso, así que cuando se cercioró de que no había de que preocuparse, Harry se quitó la capa invisible y siguió caminando como si nada. Lo que acababa de ver le había afectado de una forma indescriptible y tardó unos momentos en darse cuenta por qué. No se sentía enojado con Ron por haberle guardado el secreto; después de todo, él había hecho lo mismo. Tampoco eran celos porque adoraba a su mejor amigo y estaba seguro de que su amistad jamás cambiaría y sólo quería que el pelirrojo fuese feliz. Sin embargo, se sorprendió a sí mismo reconociendo que tenía envidia, envidia de aquellos que podían estar juntos aunque fuese a escondidas, cuando lo quisieran. Envidia de que Ron tuviera alguien a quien besar esa noche y él no, de que la persona a la que tanto deseaba estuviera con él a su lado y Harry tan lejos de Sirius... Poco a poco, la envidia fue creciendo y se convirtió en enojo, y mientras más pensaba en que quería a su padrino, un sentimiento de furia hacia él por no ir a verlo lo carcomía.

Inconscientemente frunció el seño y apretó los puños. Los besos de los gemelos aún estaban frescos en su piel y sabía que si lo quería se las podría arreglar para continuar con lo que habían empezado hace poco; después de todo se sentía muy sólo en ese momento y no le vendría nada mal distraerse. Pero de pronto se sintió mal porque recordó a Sirius y sus ansias de compañía disminuyeron. Decidió que lo mejor sería volver a la habitación e intentar dormir.

"¿Cuándo vas a venir?" Harry se expresó en voz baja y lo sobresaltó una figura alta que se atravesó en el camino. El muchacho se detuvo justo a tiempo para no estrellarse contra ella.

"¿De quién estás hablando, Harry?"

El profesor Lupin lo miraba inquisitivamente y apenas vio su rostro, el muchacho balbuceó un "¡Hola!" inquieto. "No, no es nada profesor, sólo estaba preguntándome por qué tardaba tanto mi amigo Ron en subir..." Lupin arqueó una ceja sospechando de su alumno y dijo: "Me parece que tu amigo no va a estar en la sala por un buen rato, lo acabo de ver y parecía algo... ocupado."

Al ver que Harry estaba a punto de despedirse y marcharse, Lupin agregó rápidamente: "¿No hay nada que quieras hablar conmigo?" A pesar de la oscuridad del pasillo, a Harry le pareció que el profesor estaba diferente y su expresión amable había sido reemplazada por otra que no sabía como describir. Lupin le sonreía y lo observaba de forma inquietante, así que desvió la mirada y le contestó.

"No, no es nada, profesor, descuide."

"Vamos, Harry, acompáñame con un té en mi despacho."

El muchacho sintió que más que una invitación era una orden y no pudo negarse, así que caminó detrás de Lupin. Eran más de las once de la noche y en los pasillos de Hogwarts sólo quedaban algunos fantasmas y unos pocos alumnos yendo de aquí para allá sin reparar en lo que los demás hacían.

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Mhhhmmm, ni me quiero imaginar que pensarán de mí después de haber leído FredGeorge/Harry... Bueno, ojalá les haya gustado, pensé que le agregaba un poco de... emoción, jeje. Yo creo que Harry los quiere mucho, pero jamaás del mismo modo que a Sirius (y bue, uno es humano) ¿Cómo habrán entrado los gemelos a Hogwarts??? Ya van a ver

Ah, ahora que estoy acá les aprovecho para decir que esta semana empiezo la facultad y es muy probable que no suba nadamás que este capítulo. Esperen a la que viene, siiiii???? Una vez más, gracias por sus mensajes, espero responder algunos acá:

[BlackLady] Nop, nadie se muere :) Es verdad que hay pocos Sirius/Harry por ahí, por eso ¡Anímense! ¡escriban! Que a mi tb me encanta leer...

[Edward Wong Hau] Oh, asiduo reviewr, ya me acostumbré a leerte por acá!!!! gracias por seguir dejando mensajes, y sip! había un ron/seamus, ¡adoro la pareja! sobre todo los fics que ponen a Seamus como una perra en celo :)

[herms malfoy] Hmm... creo que desde que te empieza a gustar el slash te cambia la vida... para bien!!! es lo mejor que hay!!! seguí leyendo que te va agustar tanto que no vas a poder parar ;)

[Bárby] Gracias por el apoyo ^.^ y sí, parece que va a tener que ser un poquito más largo de lo que creía.

[barbi_black] Uy uy uy, sí, como aclaré, este fic es Sirius/Harry, quedate tranquila. Y sip! has captado bien la indirecta de Sirius, por ahí viene la mano para Remsy. Lo único: het, ¡no!

[gabyKinomoto] Yo tb adoro el YAOI!!!!!!!!!! Capaaaaaa, tenías razón eh...

[kat basted] Gracias por dejar una review, yo cuando leo desde un cyber, ni pierdo tiempo ^.^u

[Aamzona Verde] Me gustó eso de que Sirius le está echando los perros al lobito, jajajaja. Gracias por tu apoyo!!!

Bueno, creo que eso es todo por ahora, espero que les haya gustado. ---