Nota de la Autora: Este fic, como ustedes sabrán y por lo cual muchos me odiarán con toda el alma, pasó casi un año sin actualizarse. Muchas son las razones, pero no vale la pena escribirlas, solamente voy a contarles una porque me dio mucha bronca y porque me siento culpable snif. Yo tenía escrito el final, me había llevado un buen tiempo de trabajo y por querer terminarlo bien para poder subirlo (y no subir a medida que terminaba un capítulo como suelo hacerlo y lo cual me parece terrible), lo guardé en mi computadora. Cosas pasaron y la máquina comenzó a fallar. La llevé a hacerla arreglar y los muy idiotas no le hicieron el back up al disco que tenía todos mis archivos (incluyendo el infame final de Un Reencuentro) por lo que perdí todo lo que tenía, como gigas de scanlations yaoi de todo tipo y muchos otros fics que había escrito. Es por esto que tardé tanto tiempo en actualizar, y fueron sus mails de amenazas, alientos, etc. los que me llevaron a no mandarlo a la mierda y terminarlo de una vez. Gracias, y... ¡por dios me asustan!

Sobre el fic: Éste es el anteúltimo capítulo, el final lo subiré dentro de un tiempo (que no van a ser diez meses, como mucho serán dos o tres semanas), cuando lo reescriba. No voy a cometer el mismo error.

Sobre las reviews: Gracias, ustedes pensaban que eran inútiles, pero a mí me pueden. Cada vez que las leía pensaba "qué hambre que tengo. Quiero comer helado." y después "no, que horrible que soy. Si yo fuera ellos, mataría a la autora."

Sobre mi muerte: Nop, no me morí que yo sepa. ;)

Y finalmente, ahi les va...

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Harry entró en el despacho de Lupin. El lugar estaba repleto de libros y de cajas, como si Lupin no hubiera terminado de desempacar a pesar de que ya llevaba varios días en Hogwarts. Se sentía algo molesto, incómodo, por decirlo de alguna forma y tenía unos inexplicables deseos de marcharse, lo que lo hacía mirar constantemente hacia la puerta, esquivando la mirada inquisitiva de su profesor. Quizá esto le sucedía porque desde hacía unos días que Lupin evitaba hablar de Sirius cosa que lo enojaba muchísimo. Quién sabe cuánto tiempo más podría esperar sin verlo.

El profesor interrumpió sus pensamientos colocando delante de él una humeante taza de té e invitándolo a sentarse. Sin decir una palabra, Harry se llevó a los labios la taza pero estaba tan caliente que casi se le cae de las manos.

"Lo siento," se disculpó Lupin cuando vio lo que había pasado "no soy bueno en la cocina, no sirvo ni siquiera para prepara un té."

Harry le dedicó una sonrisa sincera. Por un momento olvidó que estaba enojado porque en realidad no quería estarlo. Sentado frente a Lupin se dio cuenta de que no valía la pena enfurecerse con él; después de todo, lo que hacía lo hacía por el bien de Sirius.

Luego de un instante de silencio, Lupin bajó su taza y miró con seriedad al chico y finalmente habló con voz grave. "Harry… ¿cómo te has sentido últimamente?"

Harry relacionó inmediatamente su pregunta con su cicatriz, así que instintivamente se llevó la mano a la frente y comenzó a contarle al profesor que en todo ese tiempo le había dolido una sola vez, pero tan poco que apenas se acordaba que día había sido.

"Ya veo…" dijo Lupin. Por alguna razón, su voz sonó vacía y distante, como si esa no fuera la respuesta que el esperaba. Luego, apoyó la taza en la mesa y se levantó para caminar en círculos por el despacho como si estuviera pensando profundamente en algo que quería decir. Era un lugar bastante frío, sobre todo en esa época del año y el hogar a leña estaba apagado, así que Harry se frotó las manos un poco para calentarlas y observó como Lupin se detenía y le sonreía. Al muchacho le pareció distinguir un brillo distinto en la mirada del profesor y sintió la urgencia de salir del lugar de inmediato, pero no pudo.

"Harry…" susurró débilmente Lupin y giró sobre sus talones para caminar lentamente hacia donde estaba el chico, "no lo soporto más… hay algo que debo decirte..." Pero antes de que pudiera continuar hablando, Harry vio como Lupin se llevaba una mano al estómago y entrecerrando los ojos se apoyaba en el escritorio para luego desvanecerse. El chico corrió a tiempo para evitar que se golpeara la cabeza contra un mueble y cuidadosamente logró acomodarlo en el suelo.

"¡Pofesor Lupin!" gritó Harry tratando de reanimarlo, pero no podía. En ese mismo momento escuchó como la puerta del despacho se abría detrás suyo y notó que alguien caminaba hacia él. Una figura negra se agachó junto a Lupin y lo levantó en brazos.

"Vete de aquí, Potter, ahora me encargo yo", dijo Snape bruscamente mientras depositaba el cuerpo de Lupin sobre el escritorio. A Harry le llamó la atención la facilidad con que Snape lo había levantado; y o bien tenía una fuerza que desconocía o Lupin era muy liviano.

"¡Profesor!", insistió Harry "¿Qué le sucede?"

"Eso no te importa." Fue la seca respuesta de Snape. "Lo mejor será que te vayas",

A Harry le pareció extraño que Snape no le atribuyera nada de culpa por lo que acababa de suceder, pero eso no era lo importante. Sintiéndose impotente por la situación, Harry se fue del despacho de muy mala gana a la Sala Común de Gryffindor.

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Snape le tomó el pulso a Lupin y emitió un pequeño gruñido. Con paso ligero, salió él mismo del despacho y se dirigió al suyo para buscar la poción que reanimaba a su compañero cada vez que la nueva poción para hombres lobo le producía desmayos.

Lo que Snape no sabía era que la razón por la cuál Lupin se había desvanecido no era exactamente esa. Apenas se quedó solo en la habitación, Lupin comenzó a abrir los ojos y algo extraño sucedió.

"¡Sirius!" susurró una voz desde las sombras. "¡Sirius! ¿Ya te despertaste?"

La persona que estaba escondida tras una puerta salió a la luz y no era otro que el verdadero Lupin. Quien estaba tendido en el escritorio había vuelto a su forma normal: un hombre alto y pálido, de cabello negro, largo y lacio. Sirius Black.

Luego de unos quejidos y protestas, Sirius se incorporó y se sentó.

"Todo me da vueltas…"

"Lo ves, yo te advertí que era demasiado apresurado. No debiste haber hablado con Harry. Además..." dijo Lupin frunciendo el ceño "me mentiste. Y usaste mi forma. Estoy muy enfadado contigo."

Sirius se llevó una mano a la nuca y apretó los párpados con fuerza. "No quiero oírte, Remus, no es el momento para discutir" Se lo notaba dolorido, pero eso no era nada comparado con su estado de ánimo. "Lo importante es que pude verlo, aunque sea sólo por unos momentos. ¡Dios como odio que suceda esto! ¿Por qué tiene que ser así?"

Lupin suspiró tristemente.

"Lo sé, lo lamento. En parte fue por culpa mía que te apresuraras," dijo Lupin y se acercó a su amigo "debería haber buscado alguna forma, pero no lo hice."

En ese momento, ambos escucharon pasos detrás de la puerta. Con un gesto, Lupin le dijo a Sirius que se escondiera en el mismo lugar en el que él había estado y que permaneciera allí un rato. Apenas tuvo tiempo para hacerlo cuando Snape volvió a entrar en el despacho.

" Veo que ya estás despierto", dijo con voz ronca, mirando de soslayo como si sospechara algo. "Esta vez no ha sido tan grave, ¿no es así?"

"Sí, Severus, creo que tu poción mejora lentamente."

A Lupin le pareció ver que una sonrisa asomaba a los labios de Snape pero se desvanecía al instante.

"Bueno, entonces me voy. Si vuelves a sentirte mal, búscame."

Y con estas palabras se fue cerrando la puerta tras de sí.

"Remus, no puedo creer que no te des cuenta de cómo te mira… ¿cuándo vas a aceptarlo?"

A Lupin no le hizo gracia el chiste, pero le alegró saber que Sirius estaba de mejor ánimo. De pronto, una idea se le cruzó rápidamente por la cabeza e invitó a Sirius a sentarse en la mesa para temrinar el té que le había hecho a Harry y que por ese entonces debía estar un poco menos caliente.

"Ya sé lo que podemos hacer para que puedas verte con Harry sin correr riesgo alguno. Pero debes prometerme que harás lo que diga al pie de la letra, ¿me entiendes?"

Sirius lo miró con una expresión de sorpresa y tras una breve pausa asintió.

"Aunque eso signifique que tengas que irte cuando yo lo diga."

A Sirius le brillaron los ojos y el corazón comenzó a latirle con fuerza. Pronto volvería a tener a Harry en sus brazos y le diría cuánto lo quería y cuanto deseaba tenerlo con él todo el tiempo.

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Al día siguiente, Harry se relajó al enterarse de que los efectos secundarios de la poción de hombres lobo habían provocado el desmayo de Lupin. Por suerte volvían a tener clases de Defensa contra las Artes Oscuras normalmente. Pero aún había algo que le rondaba por la cabeza, algo que había oído la noche anterior... ¿qué le habría querido decir Lupin antes de desmayarse? Como durante toda la clase no se pudo concentrar ni un instante, decidió esperar que todos se fueran y averiguar que había sido aquello.

"Harry, cuando termines, búscame en la biblioteca que estaré haciendo el trabajo que nos mandó Snape con Seamus." le dijo Ron mientras se iba. Harry le dedicó una mirada divertida que hizo que a su amigo se le pusieran las orejas del mismo color que su pelo y lo saludó con la mano.

Cuando el aula quedó vacía, Lupin se quedó ordenando los libros que tenía sobre su escritorio y no se dio cuenta de que estaba siendo observado cuidadosamente por Harry. Éste estudió los movimientos de su profesor por unos momentos y notó que parecía una persona diferente de la de ayer, así que vaciló un poco y luego se dirigió hacia el pizarrón, donde estaba Lupin.

"Profesor Lupin, ¿podría hablar con usted unos minutos?"

Lupin se sobresaltó y cuando vio quien le hablaba sonrió amablemente. Su mirada era calma y afable, y hasta su voz era algo diferente.

"Claro, supongo que quieres preguntarme qué sucedió ayer..."

"En realidad," dijo Harry "yo quería preguntarle por lo que me dijo antes de desmayarse."

Lupin arqueó una ceja. La verdad era que no recordaba bien la conversación que habían mantenido Harry y Sirius, sobre todo porque no había estado allí desde el principio, sino que prácticamente llegó cuando la poción multijugos se estaba terminando.

"¿Exactamente qué dije?" preguntó indiferente.

A Harry le molestó un poco que se hiciera el interesante, y le contestó. "Quería decirme algo, no sé que cosa, pero parecía importante..."

A Lupin no se le ocurría que decirle: no podía contarle que había hablado con Sirius, ni tampoco que estaba arreglando las cosas para que ambos pudieran encontrarse. La mejor excusa que se le ocurrió sin mentirle fue decirle que como lo había visto medio decaído le estaba preparando una sorpresa por órden expresa de Sirius. Y para evitar que se le escapara alguna palabra de más, Lupin se despidió rápidamente de Harry dejándolo solo en el aula vacía.

"Lo único que tiene que hacer Sirius para que yo me sienta bien es estar aquí conmigo y no se da cuenta," pensó Harry, y apretando los dientes salió del aula él también.

Se dirigió rápidamente al que se había convertido en su refugio durante los últimos tiempos: la cortina que lo ocultaba en su cama. También debía hacer el trabajo para Snape, además de preparar la carta natal de Ron por cuarta vez para la profesora Trelanew; pero en ese momento sintió unos deseos irreprimibles de sentarse para escribirle una nota a Sirius, diciéndole todo lo que se había guardado. Sin embargo, en el camino, fue interceptado por una persona con la que hacía algún tiempo no tenía contacto: Draco Malfoy.

El chico rubio estaba apoyado junto al cuadro de la Dama Gorda y tenía ambos brazos cruzados sobre el pecho. Estaba solo; esta vez no había llevado a sus dos gorilas con él. Harry intentó ignorarlo, pero no pudo: sólo escuchó que le susurraba unas pocas palabras que lo hicieron detenerse en seco y sintió que su corazón se paralizaba. Malfoy no hizo otra cosa para retenerlo, simplemente se fue caminando con una pequeña mueca de burla jugando en su cara.

Cuando Harry se recuperó, se dio cuenta de que había atravesado la Sala Común y había llegado a su habitación. En su cabeza se repetían las palabras de Malfoy una y otra vez:

"De esta no podrás escapar, Potter. Sé algo que hará que pagues en parte lo que le sucedió a mi padre." Mientras más las recordaba, más peso tenía lo que dijo Malfoy a continuación; "Sé que escondes a Sirius Black en algún lugar de Hogwarts y moveré cielo y tierra para que aparezca y lo encierren en Azkaban de nuevo"

Los sentimientos se le arremolinaban vertiginosamente y las preguntas surgían en su cabeza una atrás de la otra. ¿Sirius estaba allí? ¿Cómo no se había enterado? ¿Sería verdad? Malfoy no tenía motivos para inventar algo así. Bueno, sí los tenía, pero no había necesidad de algo como eso. Y si era cierto, Sirius debía aparaecer en cualquier momento porque era obvio que estaba allí para verlo. Pero por otro lado, era algo muy peligroso que estuviera en Hogwarts...

Harry se dejó caer pesadamente en la cama y con los ojos bien abiertos escudriñó la pared que tenía a su derecha como si fuera lo más interesante del mundo. Y en eso estaba cuando sintió que la cama se movía debajo de él y que dos brazos lo sujetaban con fuerza.

"¡Sorpresa!" susurró una voz familiar a los pies de la cama. Los dos gemelos se habían aparecido en la habitación y Fred ya había corrido la cortina de la cama para quedar a solas con George y Harry. El chico de pelo negro se apresuró a sentarse sin lograr liberarse de los brazos del pelirrojo.

"¿Q-qué hacen aquí?" preguntó entre asustado y sorprendido. Aún no se había recuperado de las palabras de Malfoy.

"Venimos a avisarte que dentro de unos días nos vamos y que no nos vamos a poder ver en ese tiempo porque estamos trabajando en algo grande."

Harry abrió los ojos y dejó que Fred siguiera hablando. "Como no tenemos mucho tiempo, queríamos despedirnos por adelantado y decirte que si necesitas algo, solo tienes que avisarnos."

Harry pensó en contarle a los gemelos lo que le acababa de ocurrir pero le pareció un momento poco adecuado. Cuando menos lo esperaba sintió que George se acercaba a su rostro y que volvía a suceder lo mismo que el día anterior. Por un rato, el chico de pelo negro pudo olvidarse de todos sus problemas y preocupaciones mientras se entregaba sin protestas a sus amigos en la intimidad de las cortinas de su cama. Y esta vez nadie los interrumpió.

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Por fin Harry pudo entretenerse con algo... Ah, y antes de dejarlos, quería comentar algo que me llamó la antención y vale la pena mencionar. La última vez q había visitado ffiction, hace mucho mucho tiempo, no había casi ningún Harry/Sirius. Ahora, por suerte, he visto bastantes fics de esta pareja que cuando pueda me voy a dedicar a leer.