Capitulo 1- Otro cumpleaños
La noche era fría y oscura. Las calles estaban desiertas y la gente se refugiaba en el calor de su hogar. La tranquilidad invadía el ambiente, cuando en el número 4 de Pritet Drive un grito de angustia rasgó el aire. Un muchacho se levantaba sudoroso y temblando ligeramente. Con un rápido gesto cogió unas gafas de la mesita de noche y se las puso mientras se pasaba la mano por la frente apartando su pelo negro, dejando visible una cicatriz en forma de rayo. Esta cicatriz era la razón de que el nombre de Harry Potter fuese conocido en todo el mundo mágico y también la razón de que fuese huérfano. Hace catorce años el mago tenebroso más poderoso de los últimos tiempos decidió matar al padre de Harry y al propio Harry. Su madre no debería haber muerto pero se resistió a dejar morir a su hijo y Voldemort la mató, dándole a Harry un escudo de amor que hizo que la maldición mortal rebotará al mago, al cual dejo sin poderes. De ese encuentro Harry saco la cicatriz y 10 años de infierno en casa de sus tíos, que odiaban la magia y ene especial a él.
A los 11 años de edad se entero de que era un mago e ingresó en la escuela Hogwarts de magia y hechicería, en el cual acababa de cursar su cuarto año. Un año en el que Voldemort logró recuperar su cuerpo y en el que sucedió el hecho que provocaba todas estas pesadillas que no le dejaban dormir. La muerte de Cedric durante la prueba final del Torneo de los Tres Magos. Fue asesinado por Colagusano, el traidor responsable de que sus padres fueran localizados y la captura de su padrino en Azkaban. Sólo si el testarudo muchacho no hubiera agarrado la copa.
-Así sólo me hubiera enfrentado yo a ese cabrón asesino- murmuro malhumorado-Y así podría no ver noche sí y noche también el asesinato, y tal vez podría no recordar la tortura, la visión de los fantasmas y esos ojos rojos que parece que quieren traspasarme.
Cuando el período de autocompasión llegaba al punto álgido de cada noche se oyó un aleteo y una bola de plumas se choco contra la ventana cerrada, armando un escándalo, indignada por haber sido tan mal recibida. La lechuza en cuestión era Pig, esta era la lechuza de su gran amigo Ron Weasley, e iba acompañada de otras cuatro lechuzas.
-Es cierto ya se me había olvidado. Hoy es mi cumpleaños. Vivir con los Dursley debe de estar empezando a afectarme gravemente a la cabeza.- Se decía mientras abría la ventana e intentaba coger a la traviesa lechuza, que se vengaba a su manera por el golpe con la ventana.
Cuando la atrapó, le quito una carta que estaba colgada en su pata. Tras esto la lechuza fue al bebedero a tomar agua y descansar. Sólo la acompañaba una lechuza blanca, que era Hedwig, ya que las otras se habían marchado tras dejar su carta en la mesita de noche. Harry abrió con ansia la carta y pudo ver la letra gorda y desordenada de su amigo.
Hola Harry:
¡Feliz cumpleaños! Espero que esos muggles que tienes por tíos te estén tratando bien, sino creo que mi madre les convertirá en sapos. ¡JA! Mis hermanos han venido por el verano. También pasa algo raro con los gemelos. Me regalaron una túnica de gala nueva y encima es bonita. Además se empeñaron en participar en el regalo. Yo que tú tendría cuidado por si quieren probar algún sortilegio Weasley con el regalo. Siento que no vayas a poder venir este verano a mi casa pero Dumbledore le dijo a mi madre que estabas más seguro ahí. Yo ya no me atrevo a decir nada más a mi madre porque cada vez que menciono a tus tíos le salen chispas de los ojos. Podemos quedar en el callejón Diagon y hacer las compras de navidad. Te parece bien el 15 de agosto, si es así mándame a Hedwig con la respuesta o una fecha alternativa. Supongo que Hermione te escribirá lo que le ha pasado en su carta, pero me hizo prometer no ponerte nada. Ya sabes como es. Si escribes a Sirius dale recuerdos de mi parte.
Ron
Con una sonrisa en los labios se dispuso a abrir el regalo. Le hacía gracia que a Ron le preocupara la actitud de sus hermanos, sobretodo porque fue él el que les pidió que le regalaran una túnica decente cuando les regalo los mil galeones del premio del Torneo de los Magos. Cuando abrió el paquete se quedo con la boca abierta. El regalo era un libro en cuya portada aparecía un mago en una escoba y unas letras doradas que decían: GUÍA DEL BUEN BUSCADOR: JUGADAS PROFESIONALES. El quidith era su deporte favorito y el de la mayoría de magos. Él era el buscador de su equipo y con ese libro la copa este año seguro que sería para nosotros. Con un esfuerzo de voluntad tremendo logro dejar el libro en su cama y pasar al bulto cuya carta tenía la letra pequeña y estilizada de su otra gran amiga; Hermione Granger.
Feliz cumpleaños Harry:
Tengo una buena noticia me han hecho prefecta. Espero que Ron no me haya chafado la sorpresa por que si no... Bueno a lo que íbamos que tal estas pasando el verano, lo pregunto porque te recuerdo que también me puedes escribir a mí además de a Ron. Yo estoy pasando el verano en Tailandia, pero la magia negra abunda demasiado y hemos preferido no prolongar demasiado las vacaciones. Por lo menos te pude comprar el regalo que seguro que te servirá de mucho. Ron me ha contado que no podrás ir a su casa este verano. Lo siento pero seguro que Dumbledore sabe lo hace.
Besos
Hermione
-Lo sé Hermione, lo sé. Sé que lo hacen por mi seguridad y ahora que he visto lo que es capaz de hacer Voldemort lo comprendo más que nunca. Pero no por eso debe molestarme menos.- Decía en voz baja y con la mirada perdida mientras rasgaba la envoltura del regalo. Era un libro -que raro –pensó con una sonrisa en los labios. La primera en demasiado tiempo. Pero el contenido del libro le dejo estupefacto. GRANDES MALEFICIOS Y SUS DEFENSAS: COMO ACABAR CON LAS SOMBRAS. Este era un libro de magia muy avanzada. Y una nota a pie de página se lo confirmó.
Este libro lo suelen utilizar en las escuelas donde preparan a los aurores y con el afán con el que te encuentran los problemas seguro que te hace falta.
Hermione
Colocó el libro encima del de Ron y paso al siguiente. Ésta era de Sirius.
Harry:
Ante todo feliz cumpleaños. Espero que ese tío tuyo te este tratando bien, si no me lo dices y le haré una visita para que le entre el miedo en el cuerpo. Estoy con Lunático pero no te puedo decir dónde por si dan con la lechuza. Te pido que no vayas a casa de los Weasley y te quedes ahí como te dijo Dumbledore. La actividad tenebrosa estaba en auge hace un mes y de repente nada. Se prepara algo y siempre estas en medio así que ten cuidado. Lunático no para de insistirme en que te envíe saludos y que te comente que el también a participado en los regalos.
Sirius
El primer bulto era una brújula que ponía escrito el lugar exacto donde se encontraba y daba por enterado que era un lugar seguro. Aunque daba las opciones de buscar lugar seguro alternativo. Tenía una nota.
Esto te lo regalo como Sirius Black. Es una brújula que indica donde esta el lugar seguro más cercano y actúa como traslador, aunque debes marcar el lugar al que deseas volver. También has debido estar ahí alguna vez y tener una idea muy clara de donde quieres ir.
El segundo regalo era un pequeño sobre. Lo que contenía en su interior le dejo sin respiración. Sirius debe haber perdido la cabeza. En sus manos se hallaba un trozo de pergamino en blanco pero él sabía lo que era. Era el mapa del merodeador que le había quitado Dumbledore al final del año pasado por considerarlo peligroso. Y ahora Sirius, que siempre le repetía que tuviese cuidado le daba esto. Cogió la nota que acompañaba al mapa que decía:
Este regalo te lo hacemos Canuto y Lunático. El hijo de Cornamenta no puede estar ciego en Hogwarts. Esperamos que haya una nueva generación de transgresores de las normas. Utilízalo con cuidado no quiero tener que arrepentirme. Mi parte racional no me lo perdonaría.
A Harry siempre se le olvidaba que de joven Sirius era un gamberro peor incluso que los propios gemelos Weasley.
El siguiente regalo era de Hagrid e iba acompañada de una bravísima nota
Feliz cumpleaños Harry, espero que estés bien. No puedo escribir mucho. Nos vemos en Hogwarts.
Hagrid
El regalo era una caja con todos los dulces preferidos de Harry. Pero la nota de Hagrid le había dejado intrigado y peor aún preocupado. Definitivamente esa noche no se iba a poder dormir bien. La última carta era la de Hogwarts con los libros e ingredientes que le iban a hacer falta este curso. Resignado en tener que pasar la noche en vela guardó los regalos y se puso a leer el libro que le había regalado Hermione. Ron lo consideraría un loco por estudiar en vez de leer el libro.
-Pero para jugar al quidith primero hay que estar vivo-dijo mientras se le ensombrecía el rostro y se concentraba en entender las complicadas maldiciones y contramaldiciones.
