Capítulo 4- LLEGADA A HOGWARTS
-Te digo Ron que esta tardando demasiado-dijo una muchacha castaña a un jovencito pelirrojo que la acompañaba.
-Y yo te repito que es imposible que le haya podido pasar algo, pasando el verano donde lo ha pasado. Deja ya de preocuparte Hermione. Si sigues así vas a asustar a Ginny.-dijo Ron.
-Ron no te atrevas a involucrarme por no querer decir que el que se esta empezando a preocupar eres tú.-respondió Ginny.
La imagen era curiosa. El andén nueve y tres cuartos siempre ofrecía una imagen curiosa, pero sobre todo frenética. Todos los jóvenes magos que cursaban año en Hogwarts esperaban ahí el tren. Se veía gente corriendo de un lado a otro con sus baúles. Los que ya habían subido al tren bajaban y subían sin parar en su excitación. Otros se despedían de sus familias a las que no verían en un tiempo. Con todo este bullicio era de extrañar que estos tres magos estuviesen quietos con sus carros a los pies.
Ron era un chico pelirrojo, alto para su edad con un metro sesenta y nueve, y flaco. Tenía la cara llena de pecas y una nariz algo larga. Le acompañaba Hermione una chica de largo pelo castaño, hasta la mitad de la espalda. Medía un poco menos que su compañero, pero en ella eran más claros los cambios físicos de la adolescencia. La otra chica, Ginny, era también pelirroja como su hermano, Ron. Tenía una cara infantil y una mirada tímida, además de ser más bajita que sus dos compañeros. A los tres les invadía una misma inquietud. ¿Por qué tardaba tanto Harry Potter?. Su amigo común normalmente no tardaba tanto en llegar al andén nueve y tres cuartos. Ni siquiera cuando lo acompañaron los muggles que le cuidaban en su primer año en Hogwarts.
La gente pasaba y pasaba, pero Ron no veía a Harry. Además la creciente histeria de Hermione le estaba poniendo los pelos de puntas. Se giró para decirle que se tranquilizará de una maldita vez. Fue una suerte que alguien se quedase parado detrás suyo e hiciese que sus palabras no saliesen de su boca. Seguramente eso hubiera llevado a otra tonta discusión. ¿Por qué estaría siempre discutiendo con Hermione?. Estos pensamientos pasaban por su cabeza cuando sintió un codazo en las costillas. Se giró para ver quien le había golpeado y hacérselo pagar.
-¡Es que no miras...-empezaba a decir Ron cuando vio un rostro sonriente delante suyo ,un rostro que llevaba muchos cambios escritos en él.- ¿Harry, eres tú?.- pregunto Ron. Ese no podía ser Harry, aunque estaba seguro que lo era. ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo?. Había crecido mucho, antes no era más alto que yo, y ahora me saca algo de altura. Seguía siendo flaco pero debajo de su ropa se notaban unos músculos que nunca había tenido. No era tan fuerte como los gemelos, Harry estaba más estilizado. No se había cortado el pelo que ya le llegaba a la altura de los hombros. Y sus ojos. Había una seguridad en sus ojos que no tenía cuando acabó el curso pasado. De todas formas para alguien que lo conociera bien, como era su caso, todavía se veía una tristeza profunda en sus ojos.
-¿A quien esperabas?.-pregunto Harry.- Ron como dejes de mirarme como un idiota voy a pensar que te ha dado algo. Hola Hermione, me alegro que te hayan echo prefecta.
-Gracias Harry. Este verano te ha sentado muy bien.-dijo Hermione poniéndose roja.
-Como a todos. Incluso nuestra Ginny se ha convertido en una jovencita encantadora.-dijo Harry con una gran sonrisa en los labios. Esto provocó un balbuceo por parte de Ginny que se puso más roja que Hermione. Por primera vez en tiempo se sentía completo con sus amigos. Pero había algo extraño Ron lo miraba algo ceñudo y Hermione estaba más retraída de lo normal.
-Vamos a un compartimiento antes de que no quede uno vacío y no podamos hablar a gusto. Siento el retraso pero cuando os cuente la razón estaréis un poco menos molestos conmigo.-dijo Harry.
Cargaron los baúles en el tren y empezaron a buscar un compartimiento vacío. A mitad del expreso lo que encontraron fue a los gemelos Weasley que saludaron tan efusivamente a Harry que casi lo parten por la mitad. Ahora se referían a Harry como el mecenas de la travesura, haciendo referencia al dinero que les dio al terminar el curso pasado. Por fin encontraron un vagón al final del tren. Cuando se sentaron en el vagón hubo un silencio incómodo que terminó por romper Harry.
-¿Sabéis quién va a ser el profesor de defensa contra las artes oscuras?-pregunto Harry.
-Ni idea, pero espero que no le den el puesto a Snape.-respondió Ron.
-Por suerte para nosotros no será a Snape..-dijo Harry sin poder reprimir una sonrisa en sus labios.
-¿Y quién es?-pregunto con curiosidad Hermione.- Si lo sabes no nos tengas en ascuas.
Los tres se acercaron para escucharle. La tirantez del principio se rompió. Harry no sabía porque se había producido, pero estaba seguro que el ansía de descubrir misterio acabaría con ello.
-El profesor Lupin. .- dijo Harry.
-Me alegro un montón.-dijeron los tres ala vez, lo que provocó varias risas en todos. La sombra que se había posado en ellos ya había desaparecido.
-Por eso he llegado tarde, nos hemos tenido que desviar para que el profesor comprara materiales que se le habían olvidado. Me he separado de él después de entrar en el andén.-dijo Harry.
-Así que has venido con el profesor. ¿Qué tal esta?-pregunto Ron.
-Bien. Hocicos os manda saludos.-dijo Harry sonriendo al ver la cara de desconcierto de Ginny, al no saber que Hocicos era el nombre que le daban a Sirius para hablar entre ellos.
-Me alegro. Pero a mí lo que me interesa saber es como era la casa de Dumbledore y que te ha hecho para que hayas sufrido un cambio tan radical.-dijo Ron.
Harry miro extrañado a Ron cuando dijo lo del cambio. Él no se veía tan cambiado. Les explico todo sobre la casa de Dumbledore. Las espadas, su biblioteca, las clases que había dado con él y con Hocicos. A Ron le gusto especialmente la parte de las espadas y a Hermione la referencia a Roxy, una elfina libre. Todos rieron con la anécdota de cómo Roxy incinero la pipa a Dumbledore. Ron se caía por los suelos. A Hermione se le veía en una encrucijada. Por una parte quería preguntar a Harry todos los hechizos que había aprendido, pero por otra no lo quería avasallar tan pronto. Por suerte lo dejo para más adelante.
-¿Qué tal vuestro verano?.-pregunto Harry.
-Bien, no ha habido mucho que hacer. Los gemelos han estado encerrados prácticamente todo el verano. Y Percy ha estado insoportable con la decisión de Fudge.-dijo Ron.
-¿Qué ha hecho Fudge?.-pregunto Harry.
-Ha cogido el control del departamento de Cooperación Mágica hasta encontrar el sustituto adecuado. Percy cree que como ayudante personal del señor Crouch debería ser suyo el puesto. Pero el ministro a puesto como baza la falta de experiencia de Percy para un puesto de tanta responsabilidad.
-Es normal, Percy todavía es joven y se lo querrán dar a alguien que esté más preparado.-dijo Hermione.
-Ya lo sé Hermione. Pero trata de decirle eso a Percy. Tú no has tenido que escuchar cada día del verano el mismo discurso indignado..-respondió Ron.
-Y tú Hermione, ¿qué has hecho después de volver de Tailandia?.-pregunto Harry.
-Nada interesante—respondió Hermione poniéndose colorada.
-Acaso no es importante ir a Bulgaria para visitar a tu Vikky.-dijo Ron fríamente mientras un destello de rabia pasaba por sus ojos.
-No lo llames así Ron. Si, fui a Bulgaria, primero porque Víctor fue muy amable invitándome y segundo porque quise. Así le pude aclarar la realidad de nuestra relación.-dijo Hermione en el mismo tono.
-¿Y cual es vuestra relación?, si se puede saber.-masculló Ron.
-De amistad Ron. Por eso fui a Bulgaria para que Víctor no se hiciese falsas esperanzas. Ya estás contento.-dijo Hermione enfadado.
A Harry le pareció que a Ron se le quitó la tensión del rostro después de estas palabras. Harry tenía la extraña sensación de que se le escapaba algo, eso le molestaba. Era como empezar a ver una película por la mitad. No te enterabas de nada. Pero una voz fría le sacó de sus pensamientos.
-No será que Krum ha visto que no quiere tener nada que ver con una sangre sucia como tú Granger.-dijo maliciosamente Draco Malfoy, un chico flaco y rubio, que además era el enemigo de Harry desde el comienzo de Hogwarts. Detrás suyo estaban sus dos gorilas, Crabbe y Goyle.
-Vete Malfoy a molestar a otro lado, Malfoy.-dijo Ron levantándose y cogiendo su varita.
-Vaya no había visto a Weasley. Mi madre siempre dice que no me fije en quien no merece la pena.-dijo sarcásticamente Malfoy.
-Entonces debe resultarte difícil mirarte en el espejo.-dijo Harry.
-¿Todavía sigues vivo Potter?. El héroe Potter. Vaya gracia me hace ni siquiera pudiste salvar al pobre Cedric. Sólo salvaste tu pellejo. Eso si no lo mataste tú para ganar la copa.-dijo Malfoy.
-Cállate Malfoy. Harías bien en recordar que Harry vio la cara a los mortifagos.-dijo Ginny haciendo palidecer a Malfoy.
-Vaya, vaya. La novia de Potter sale al rescate. ¡Oh!, se me había olvidado pero si Potter no sabe ni que existes. No me extraña, quien querría estar emparentado con los Weasley.- dijo Malfoy.
Eso último ya había sido demasiado. Ya no hubo más palabras. Ron a pesar de tener sacada la varita no lanzo ningún hechizo, estaba tan enfadado que no se le ocurría uno suficientemente doloroso. Hermione lo sabía pues conocía el carácter explosivo de Ron. Ella no había sacado la varita. Veía la escena como a cámara lenta. Harry llevaba su mano derecha hacia la varita, pero mientras lo hacía paso algo raro. Una luz blanca empezó a brillar y girar en torno a la mano de Harry. Nadie más prestaba atención a ese detalle ni siquiera Harry. Se lo estaría imaginando. Pero algo paro sus pensamientos.
-Jovencitos, creo que deberían irse de aquí. A no ser que quieran estar castigados antes de llegar al colegio..-dijo la conocida voz del profesor Lupin, haciendo que las varitas volviesen a los bolsillos.
-Tú no puedes estar aquí, licántropo.-dijo Malfoy.
-Para usted soy el profesor Lupin y si sigue con esa actitud no tendré más remedio que recomendar su expulsión hasta que aprenda a respetar a los profesores..-dijo autoritariamente Lupin.
-Me voy, pero esto no quedará así. Mi padre sabrá de esto, "profesor".-dijo Malfoy.
El profesor Lupin entró en vagón, ya llevaba puesta su túnica de profesor. Estaba sonriente y saludó a todos. Pidió permiso para acompañarles en el resto del viaje. Ninguno se negó. Hermione vio como la mirada del profesor se posaba en la mano derecha de Harry. En ella ya no había nada, pero ahora Hermione sabía que no se lo había imaginado. El profesor Lupin también lo había visto. Decidió archivar la información e investigar en solitario. No quería preocupar a Harry se le veía tan contento y tranquilo, tan guapo. Pero que estas pensando se recriminó a ella misma.
-Tierra llamando a Hermione.-dijo Ron hablando un poco más alto y sacándola así de sus pensamientos.-Harry te ha hecho una pregunta.
-Eh, perdona Harry estaba pensando en otra cosa.-contestó Hermione a la vez que miraba al meditabundo profesor Lupin.
-Te preguntaba si no tenías que estar en el vagón de los prefectos siendo tú prefecta.-explicó Harry tranquilamente.
-Existe la posibilidad de viajar con ellos, pero no la obligación. En principio es un medio para conocer al resto de los prefectos. En verdad prefiero estar con mis amigos.-comento Hermione.
El resto del viaje lo pasaron hablando de quidith y comentado las jugadas que Harry había leído en el libro de Ron. Cuando los gemelos Weasley entraron en el vagón hubo un montón de bromas y risotadas. Los gemelos al principio se sintieron cohibidos delante del profesor Lupin. Pero este les animó participando también en las bromas lo cual se hizo casi peligroso. El ímpetu de los Weasley juntado a la experiencia de Lunático. Cuando faltaban cinco minutos a Harry le dolía la mandíbula de tanto reír. El profesor Lupin se despidió. Cuando se marchó los gemelos estaban sorprendidos.
-Vaya con el profesor se las sabe todas.-dijo George.
Harry aguanto la tentación de decirle que fue uno de los creadores del mapa del merodeador. El profesor tenía que tener un mínimo de respetabilidad hacia sus alumnos. Por fin se veía Hogwarts. Otro año iba a comenzar. Añoraba Hogwarts como si le faltase algo, ahora volviéndolo a contemplar se sentía de nuevo seguro. Era irónico que en el propio Hogwarts fuese donde más peligro había corrido.
Al llegar a la estación vieron a Hagrid que intentaba atraer la atención de los alumnos de primero. Cuando vio a Harry a lo lejos le sonrió, Harry le devolvió la sonrisa a la vez que un saludo. Ahora no había tiempo de hablar, le preocupo la expresión de Hagrid. El rostro del gigantesco profesor estaba cansado y tenía unas profundas ojeras. Se metió en el carruaje pensando que ya lo vería después del banquete y se metió en el carruaje que le debería llevar a Hogwarts. Los alumnos de primero tendrían que atravesar el lago para entrar en Hogwarts. Entre los alumnos de primero le pareció ver dos figuras que parecían demasiado mayores para ser de primero. Uno era un chico al que no podía distinguir los rasgos y el otro estaba embutido en una capa y tampoco lo pudo distinguir.
Cuando llegaron al castillo bajaron a toda prisa para resguardarse del frío. Se sentaron en la mesa de Gryfindor que se iba llenando poco a poco. Hasta que sólo quedaron unas sillas vacías para los posibles alumnos. Cada vez estaban más hambrientos cuando por fin aparecieron los alumnos de primero acompañados por la profesora McGonagall. La profesora llevaba un pergamino en el que estaban los nombres de todos los presentes. Hizo un gesto hacia la puerta de entrada, haciendo que las figuras que había visto antes Harry se quedasen esperando en la puerta.
El sombrero seleccionador de Hogwarts estaba colocado enfrente de la mesa de los profesores sobre un taburete. Seguía tan viejo y polvoriento como de costumbre. El sombrero empezó a cantar su canción pero Harry no le prestó atención, estaba mirando a Hagrid que acababa de sentarse en la mesa de los profesores. Cuando acabó la voz autoritaria de la profesora McGonagall le sacó de sus cavilaciones.
-Alumnos de primero cuando oigan su nombre hagan el favor de adelantarse y ponerse el sombrero sobre la cabeza. Él decidirá con que casa estarán hasta el final de asistencia a Hogwarts. Su actitud y labor hará ganar o bajar puntos a sus casas dependiendo de sus actos. Ahora si me permiten.- dijo McGonagall mientras desenrollaba el pergamino.
-Arcel, Carol-una niña morena avanzó y el sombrero gritó.-¡Huffelpuff!.
La niña se dirigió a la mesa de Huffelpuff sonriente mientras le aplaudían.
-Buller, Irvin.-¡Slytherin.
-Dorec, Malcom.-¡Gryfindor!
Así fueron pasando los alumnos uno a uno hasta que no quedó ninguno más. En total tres alumnos habían ido a Ravenclaw, dos alumnos a Gryfindor, cuatro a Huffelpuff y tres a Slytherin. Cuando acabó la selección Dumbledore se levantó de su silla.
-Este año debo comunicar que tenemos dos casos especiales. Por favor ya pueden pasar.-dijo Dumbledore tras lo cual avanzaron dos personas que se colocaron al lado de la profesora McGonagall.
Uno de ellos era un joven alto y delgado de pelo moreno y ojos grises. Estaba muy serio y parecía que no le gustaba tener las miradas fijas en él. Aunque a decir verdad a la persona que miraban no era él. Todos miraban a su compañera, Harry la conocía y no era otra que Fleur Delacour. Harry juraría que había terminado ya sus clases, ¿Qué haría con los alumnos a seleccionar?.
-Bien aquí tenemos a Alan Volesc y a la señorita Fleur Delacour, a la que creo que recordaran como participante del Torneo de los Tres Magos. Alan estudiaba en Durmstrang pero por culpa de una mudanza ha debido cambiar su centro de estudio. Empezará este año cuarto y espero que le den una buena acogida. Si no le importa señor Volesc.- dijo Dumbledore.
El aludido se sentó en el taburete y se lo colocó en la cabeza. El sombrero tardaba mucho en decidirse. Harry no recordaba que hubiese tardado nunca tanto, ni siquiera con él. Tras unos minutos el sombreo por fin grito-¡Slytherin!-. Alan se dirigía a la mesa serio y parecía no estar muy contento. Harry lo comprendía, él mismo había estado a punto de ir a Slytherin, pero al final le mandó a Gryfindor.
-El caso de la señorita Delacour es distinto.-empezó a decir Dumbledore.- Ella ya ha acabado sus estudios como maga, pero quiere ejercer como profesora. Por esta razón acompañará a los alumnos de quinto, sexto y séptimo en tres asignaturas para aprender los métodos utilizados por los profesores y el año que viene ejercerá de profesora auxiliar de una de ellas. Durante este tiempo deberá pertenecer a una casa aunque no sea alumna en un sitio tiene que dormir. Ahora si no le importa.
El sombrero esta vez fue más rápido y mando a Fleur a Gryfindor. Fue bastante animada y se sentó tres sillas a la derecha de Harry al que saludó con un rápido gesto. Los chicos de Gryfindor no podían evitar mirar en la dirección en la que estaba sentada Fleur, lo que provocó las miradas enojadas de varias chicas.
-Bien, ahora he de decir que esta prohibido entrar en el bosque para su seguridad. Este año habrá de nuevo copa de quidith. Su nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras será el profesor Remus Lupin al que algunos de ustedes ya conocerán. Además habrá una clase nueva, obligatoria de cuarto en adelante, opcional para segundo y tercero no podrá ser ejercida por los de primero. La clase será Duelo y la impartiré yo mismo.-dijo Dumbledore.-Se acercan tiempos oscuros y deben estar preparados. Tras este discurso. ¡A comer!.
Varias bandejas de comida aparecieron en las mesas y los estudiantes empezaron por fin a rellenar sus vacíos estómagos.
