Capitulo 6- El lado oscuro
Cuando llegaron a la mesa de Gryfindor, la mitad de los alumnos de Hogwarts estarían ya despiertos y preparados para desayunar. Se sentaron en la esquina de la mesa. Ron y Harry estaban frente a frente, Hermione se sentó al lado de Ron. Ron seguía malhumorado y no quería hablar, Hermione estaba pensativa y con la mirada perdida. El desayuno apareció por fin y eso pareció enfriar los ánimos de Ron. Harry empezaba a desayunar cuando alguien se sentó al lado suyo.
-¿No té importa que me siente, verdad?.- dijo una voz femenina que le resultaba vagamente familiar.
-No, claro que no. Eres libre para sentarte.-dijo Harry mientras giraba la cabeza para ver quien le hablaba.-¡Fleur!. Buenos días.
-Buenos días Harry. ¿Qué tal has pasado el verano?.-preguntó Fleur.
-Como siempre.-dijo Harry aturdido. No comprendía el porque de tanta amabilidad por parte de la orgullosa francesa.-¿y tú?.
-Haciendo tramites para poder venir a Hogwarts y dar los cursos necesarios para ser profesora. El año pasado peleaba para ganar a los campeones de Hogwarts y ahora soy una estudiante más. Que vueltas da la vida.-dijo Fleur sonriendo. Cuando sonreía estaba todavía más guapa.
-No sabía que era necesario dar cursos para ser profesor. ¿Por qué Hogwarts?. ¿No hubiera sido más sencillo ir a Beauxbatons?.-pregunto nuevamente Harry.
-Ya te lo dije cuando se acabó el torneo. Quiero mejorar mi inglés. ¿Cómo es posible que no sepas que se han de dar clases para llegar a ser profesor?.-preguntó intrigada Fleur.
-Harry, no lo sabe porque ha vivido todos estos años con unos muggles que odian la magia.-respondió Hermione con voz irritada.
Harry miro a Hermione y vio que ésta miraba a Fleur con cara de pocos amigos. Harry no sabía que le pasaba a Hermione con Fleur. Fleur era una chica muy amable cuando se la conocía bien y no chocabas con esa barrera de superioridad que tenía. Ron por su parte miraba con la boca abierta a Fleur. Parecía estar ido y no se daba cuenta que había metido el codo en su tazón de leche. Fleur estaba extrañada por la respuesta de Hermione. Harry le explicó lo que había sido su infancia con los Dursley y la razón de su poco conocimiento sobre el mundo mágico. Fleur le miró con tristeza en los ojos y rápidamente cambió de tema.
-Hoy estaré con vosotros en la clase de McGonagall, y también en Encantamientos. He elegido esas dos materias y Herbología para aprender.-dijo Fleur.
-Que bien verás como hacemos el ridículo en clase de transformaciones. Hermione es la única que ha logrado hacer alguna transformación completamente bien.-dijo Harry.
-Bueno en ese caso te podré ayudar un poco.- dijo Fleur sonriendo.
Cuando acabaron de desayunar cogieron las mochilas y se dirigieron a dar su primera clase. Fleur les acompañó y mantenía una conversación sin trascendencia con Harry. Harry vio como los demás chicos de Hogwarts le miraban con envidia. Por fin llegaron al aula de transformaciones. La profesora McGonagall les estaba esperando. Hizo una seña a Fleur para que se acercará. Estuvo hablando un rato con ella y luego le dijo que se sentara. La clase de transformaciones la darían este año con los alumnos de Huffelpuff.
-Buenos días, jovencitos. Espero que hayan hecho las tareas que les mandé para este verano. Este año como han de saber tienen una prueba muy importante en su vida. Al final de este curso tendrán los exámenes TIMO. Así que este año las clases serán más duras y extenuantes. Antes de empezar con la nueva materia que daremos este año, me gustaría ver sus progresos con una de las transformaciones del año anterior.-dijo la profesora McGonagall.-Veamos si alguien aparte de la señorita Granger es capaz de convertir su tortuga en una tetera. Espero que todos ustedes lo logren. Ya deberíamos haber superado esa barrera.
La profesora les dio una tortuga a cada uno. El ejercicio era individual y no podía contar con la ayuda de Hermione. Ésta logró convertir la tortuga rápidamente y sin problemas, lo que hizo que la profesora le diese cinco puntos a Gryfindor. La tortuga de Neville intentaba huir de él. Seguro que recordaba lo que era estar en las torpes manos del joven mago. Por su parte Harry no iba mejor encaminado, su tortuga no cambiaba y lo miraba con expresión estúpida. La profesora McGonagall paseaba por la clase corrigiendo a sus alumnos.
-Vamos señor Potter incluso en el curso anterior era capaz de hacer más. Se le ha olvidado todo lo aprendido. Vamos concéntrese.—dijo visiblemente decepcionada la profesora McGonagall.
Ni siquiera Harry comprendía lo que le pasaba. Lo que decía la profesora era cierto. Incluso en el curso pasado había logrado cambiar algo a la tortuga, aunque no fuese completamente. ¿acaso había perdido poder mágico por su encuentro con Voldemort?. Dejó de pensar en eso y cerró los ojos concentrándose. La imagen de una preciosa tetera se formó en su cabeza. De repente su mente se quedó en blanco y unos sonidos emergían de lo más profundo de su subconsciente. Eran las palabras del hechizo repetidas una y otra vez, con la cadencia justa. Un picor le recorrió el brazo con el que sujetaba la varita. En su mente veía lo que tenía que hacer, cual era el movimiento de varita adecuado. Algo le decía a Harry lo que tenía que decir, le hablaba en susurros lo envolvía protectoramente. Harry se dejo zambullir en esa sensación reconfortante. Lo hacía sentir seguro. Por fin supo lo que tenía que hacer. Abrió los ojos mirando a la tortuga que se había metido dentro de su caparazón. La profesora le miraba extrañado y parecía decirle algo que no entendía. En su cabeza sólo estaban las palabras del hechizo resonando sin parar. Harry sujetó fuerte la varita y dijo las palabras, acompañándolas de un movimiento de su varita.
Al principio parecía no suceder nada. Harry se sentía desengañado, no sucedía nada. Pero al momento vio lo mucho que se equivocaba la tortuga empezó a cambiar y se convirtió exactamente en la tetera que había visualizado antes. Cuando la transformación termino un frío intenso le recorrió el cuerpo. Había tenido una sensación cálida cuando ejecutaba el hechizo, pero ahora había sido reemplazada por una sensación de vacío. Al momento la sensación pasó, pero quedo grabada en su cerebro. La profesora le miro primero muy seria pero acabó por sonreír.
-Esa es la forma Harry. Perfecta transformación. Durante un momento pensé que te habías dormido. Pero estabas concentrándote. Miren como lo ha hecho Potter. La concentración y un poco de estudio es la clave. Cinco puntos para Gryfindor. A ver si siguen el ejemplo de Potter.-dijo McGonagall.
Harry vio como el resto de la clase le miraba con cara de pocos amigos y le pareció que unos alumnos de Huffelpuff le llamaban empollón. No lo entendía sino hubiera sido por la voz que había oído en su cabeza no lo hubiera conseguido. ¿Por qué una voz desconocida le ayudaba a conseguir algo?. ¿Acaso estaba perdiendo ya la cabeza o había otra explicación?. El hechizo y la forma de ejecutarlo había quedado grabado a fuego en su cabeza. Estaba seguro que ya nunca lo olvidaría.
-Granger, Potter. Empiecen a leer el primer capítulo del libro de este curso. Cualquier duda se la podrán expresar a la señorita Delacour. Mientras revertiré el hechizo. No ponga esa cara señorita Granger, con el tiempo le acabará saliendo. Para eso esta este curso. En gran parte lo utilizaremos para aprender las reversiones..-dijo McGonagall intentando animar a Hermione.
Cuando la profesora dijo esas palabras algo le paso a Harry. Su sangre parecía arder. No era una sensación desagradable, más bien todo lo contrario. La profesora había cambiado la tetera de Hermione y se dirigía hacia la suya. Harry apuntó a la tetera y murmuro unas palabras. La tetera de Harry empezó a cambiar y se convirtió de nuevo en una tortuga. Harry hubiera preferido no hacer aquello, pero en el fondo una parte de él mismo estaba orgullosa. Tan orgullosa como parecía estar en ese momento McGonagall, lo miraba con ojos exultantes de triunfo. Triunfo a al hora de motivar a sus alumnos.
-Señor Potter, ahora si que me ha sorprendido. Ha logrado una reversión perfecta. Se suponía que lo íbamos a aprender durante este curso y usted ya lo ha conseguido. Parece que ha estudiado mucho este verano y que por fin empieza a tomarse las cosas más en serio. Estoy orgullosa de usted señor Potter. Y yo que pensaba que no había tocado un libro de transformaciones en todo el verano, al verlo tan desorientado al principio de la clase. Esto me hará ver que las apariencias engañan. Siga así señor Potter. Además diez puntos para Gryfindor.-dijo McGonagall.
Harry no quería mirar a su alrededor. Si antes le habían mirado como un empollón, ahora como mínimo lo calificarían de pelota y vanidoso. Lo peor es que ni él mismo entendía como había sucedido. Durante el verano con Dumbledore no había tocado un libro de transformaciones, ni el profesor le había enseñado nada de la materia. No conocía el hechizo que había lanzado, nunca lo había leído. Pero de una cosa estaba seguro no lo iba poder olvidar. Por una extraña razón ahora si lo conocía, incluso algunas variantes del mismo hechizo, aunque éstas estaban algo confusas. Había que mirar el lado positivo ya había recuperado los puntos que le quitó ayer Snape.
Cuando acabó la clase Harry esperó a Ron y a Hermione en el umbral de la puerta. El resto de la clase que pasaba delante suyo lo miraban malhumorados. A Harry no le gustó esa actitud. Comprendió lo que debía sentir Hermione que para muchos era una sabelotodo. Pero la gente ya se había acostumbrado a Hermione, pero que ahora Harry fuese otro sabelotodo les enfadaba. Harry solo había hecho una transformación bien, tampoco era para ponerse así. Pero sabía que se estaba engañando a sí mismo, eso no era normal. Aunque de todas formas no le gustó la actuación de sus compañeros.
Por fin salieron Ron y Hermione. Ron lo miraba extrañado y Hermione no paraba de hacerle preguntas de cómo lo había logrado.
-No nos dijiste que habías estudiado transformaciones con Dumbledore.-comento ofendido Ron.
-Y no lo hice. No comprendo como ha sucedido.-respondió Harry.
-El año pasado estábamos parejos en transformaciones y ahora superas a Hermione. Un poco raro, ¿no?.-dijo Ron.
-Ron, no tengo ninguna razón para mentirte lo que pasó es que...-empezó a decir Harry.
-Esperad. Voy con vosotros a clase.-dijo Fleur corriendo hasta ellos.-Menos mal que ibas a hacer el ridículo. Has dejado a la profesora sorprendida..-dijo Fleur.- Gran profesora McGonagall.
Este comentario logró acercar más a Fleur y a Hermione que pasaron a hablar de los métodos de enseñanza de McGonagall. Ron por su parte estaba callado y no hacía caso a la conversación. Se mantenía apartado de Harry y ni le miraba. Harry no sabía que le estaba pasando a Ron. Desde que comenzó el curso estaba raro con Harry, casi hostil, y para colmo no le había creído. Decidió hablar con Ron pero cuando no estuviese Fleur, que seguía hablando con Hermione.
La clase de encantamientos fue parecida a la de transformaciones. Hicieron un repaso del año anterior como recordatorio. Durante esta clase no oyó ninguna voz ni ocurrió nada extraño. En la clase destacó, pero ya el año pasado se le daba bien la materia, excepto unos ligeros problemas con el encantamiento convocador, y con la ayuda extra de las clases de Dumbledore no tuvo ningún problema. Flitwick estaba encantado con todos al finalizar la clase. Sus compañeros parecían haber olvidado el incidente de Transformaciones. Ya lo trataban igual, menos mal que los problemas se borran rápido de la mente adolescente. Incluso Ron había vuelto a la normalidad. Si se le podía llamar normal el estado de excitación que tenía por dar clase con Dumbledore.
En los pasillos se encontraron con Ginny. Al parecer los alumnos de cuarto y quinto darían juntos esta clase. Entraron en una gran sala circular en la que no había sillas. En la sala había ya varios muchachos.
-¡Mierda!. Mira que tocarnos Duelo con Slytherin. No tenemos nada de suerte.
Se colocaron a una distancia prudencial de los Slytherin. No querían oír las tonterías que decían. Dumbledore tardó cinco minutos en llegar y la sala hervía de impaciencia. No llegó solo le acompañó el profesor Lupin. Se pararon en el medio de la sala. El profesor Dumbledore levantó los brazos pidiendo silencio. Al momento la sala estaba en un absoluto silencio.
-Bienvenidos alumnos a esta nueva clase que será Duelo. Intentaremos enseñarles todo lo necesario para salir bien parado de un encuentro mágico. Como habrán notado esta clase la compartirán con los alumnos de cuarto. Al disponer hoy de poco tiempo, hoy haremos una prueba para conocer sus condiciones naturales como duelistas. He pedido al profesor Lupin que me acompañe para acelerar el proceso. Así también el profesor Lupin podrá comprobar su nivel respecto a maldiciones y contramaldiciones.-dijo Dumbledore, a la vez que el profesor Lupin saludaba.
-Como bien ha dicho Dumbledore estoy aquí para ayudarle y comprobar como han avanzado desde que me fui de aquí. La prueba consistirá en rechazar las maldiciones que os lanzaremos Dumbledore y yo. Tendréis que estar estáticos, y solamente deberéis decir la contramaldición, antes que la propia maldición os golpee. –explicó Lupin.
-Así comprobaremos tanto el conocimiento mágico, como los reflejos y fuerza de reacción. No os preocupéis no lanzaremos ninguna maldición que pueda haceros daño. Pero debéis aprender que en un duelo no siempre gana el mejor mago, sino el más rápido. Dicho esto yo me encargaré de los alumnos de Gryfindor y Lupin de los de Slytherin. Os iremos sacando de dos en dos. Los dos profesores diremos las mismas maldiciones al mismo tiempo, para que no haya objeciones. Pero el orden de las maldiciones o las maldiciones mismas cambiarán para que los últimos no tengan ventaja sobre los primeros.-dijo Dumbledore.
-Cuando oigan sus nombre por favor, pónganse en la línea que hay delante nuestro y prepárense.-dijo Lupin.
Los profesores empezaron a pasar lista. Los alumnos nombrados avanzaban hasta la línea y se preparaban. La prueba era difícil, el tiempo de reacción era mínimo. Se debía actuar más por instinto que por conocimiento. Pocos alumnos eran capaces de rechazar las maldiciones. Hasta ahora Hermione con cuatro maldiciones rechazadas iba en cabeza. El orden de salida era aleatorio, la lista y la edad daban igual. Ron salió antes que él y logró rechazar tres maldiciones que estaba muy bien. Más que la mayoría. El maldito Malfoy había igualado a Hermione y estaba muy ufano. La gente se acababa y a Harry todavía no le llegaba el turno. Dumbledore no le sacaría al final se decía a sí mismo. Y si lo hacía. Harry no quería destacar en otra clase, ya era suficiente haberlo hecho en las otras dos. Con el entrenamiento de Dumbledore esta prueba no le iba a resultar tan difícil como al resto.
-Potter, Harry.-dijo Dumbledore, Harry comprobó que realmente era el último Gryfindor.
-Volesc, Alan.-dijo Lupin. El alumno proveniente de Durmstrang y que estaba en cuarto avanzó también hacia la raya.
-Encima me toma con uno de cuarto al lado. Hoy no es mi día.-pensaba Harry.
-Vamos Harry tu puedes.-gritaba Ron.
Harry se colocó enfrente de Dumbledore y agarró fuertemente la varita. El chico de Slytherin también se preparó. Estaba muy serio pero no parecía preocupado. La primera maldición casi le coge por sorpresa al estar distraído, pero logró rechazarla. Harry se concentró solamente en la prueba. Dumbledore siguió lanzando maldiciones y Harry las rechazaba. Unas con tiempo, otras por los pelos, pero eran rechazadas. Cuando rechazó la décima maldición el profesor Dumbledore se detuvo. La prueba había acabado y para su sorpresa el chico de cuarto todavía estaba a su lado.
-Estoy gratamente sorprendido. Sobre todo con usted señor Volesc. No esperaba a ningún alumno de cuarto tan bien preparado. Lo dejaremos aquí, si subimos la fuerza de las maldiciones podríamos hacerles daño. Además por haber llegado tan lejos otorgó a las casas Gryfindor y Slytherin veinte puntos.-dijo Dumbledore a la vez que la sala estallaba en aplausos.-Ahora por favor vayan a comer. Hasta la próxima clase.
Todos los alumnos se dirigían hacia el comedor. A Harry le felicitaron varios de sus compañeros por los puntos obtenidos. Harry vio como Volesc era también felicitado por los Slytherin. Ron y Hermione estaban sorprendidos por lo mucho que había progresado Harry en un mes. Ellos le habían ayudado el año pasado para la tercera prueba de Torneo de los Tres Magos. Cuando llegaron al comedor se sentaron y se dispusieron a comer. Fleur se sentó de nuevo al lado de Harry y éste no pudo hablar con sus amigos de lo que había descubierto el día anterior. Esta situación le empezaba a molestar, no le importaba estar un rato con Fleur, pero parecía que se pegaba a ellos como una lapa. Cuando terminaron de comer reposaron un poco la comida en la sala común de Gryfindor. Ahí hablaron de cosas triviales, y cuando se les juntaron los gemelos de las pruebas de quidith.
Durante el descanso descubrieron que los Slytherin iban a hacer sus pruebas de admisión esa misma tarde. Se rumoreaba que no querían perder tiempo, y prepararse para ganar la copa este año.
-Para eso deberían enseñarle a Malfoy como se juega. Contra nuestro adorado buscador no tiene nada que hacer.-dijo George burlonamente. Todos rieron la gracia de George.
-Oye George. ¿Crees que tengo alguna posibilidad de ser elegido guardián?.-pregunto Ron.
-Depende lo buenos que sean los otros. Aunque seas nuestro hermano tendremos que ser objetivos y elegir al que nos parezca mejor. Pero creo que podría lograrlo.-dijo George, con lo que logró animar a Ron.
Cuando se acabó el descanso se dirigieron a las mazmorras donde daban las clases de pociones. Esta clase la darían otra vez con Slytherin como siempre habían hecho. El profesor Snape se aseguraría de quitar los puntos que habían ganado hoy los Gryfindor. Y si podía se los quitaría a Harry. Cuando llegaron el profesor Snape todavía no había llegado, y había un caldero hirviendo delante de la mesa del profesor. Todos se sentaron y sacaron los materiales. Harry estaba en la misma mesa de Ron. De repente el profesor Snape entró como una exhalación.
-Comienzan ahora mismo su quinto año dando el maravilloso arte de las pociones. Este curso veremos pociones más complicadas, algunas de ellas bastante oscuras. Tal vez logre introducir algo en esas atolondradas cabezas.-empezó a decir Snape arrastrando las palabras.-En la clase de hoy veremos una poción que utilizaba antes el ministerio para comprobar las posibilidades de un mago en pasarse al lado tenebroso. Han de saber que esta poción de todas formas no es del todo fiable, ya que puede ser altamente traicionera para un novato. Pero cuando la utiliza un experto puede ser francamente útil.
El profesor Snape se paró delante del caldero y removió lentamente el contenido del mismo. Después puso una silla delante del caldero y rodeó la silla de unos polvos.
-La función de la poción es liberar los más bajos instintos de una persona. La parte oscura de cada persona que esta dentro de nosotros y contra la que luchamos tanto consciente como inconscientemente. El que beba la poción entrará en un profundo trance y de su cuerpo saldrá una imagen suya insustancial y sin poder de su lado oscuro. Esta forma oscura de uno mismo no podrá salir de la barrera mágica que he creado alrededor de la silla. Normalmente la sombra, que es el nombre que se le da a esta imagen, esta deseosa de contar los secretos más íntimos del que haya tomado la poción. Es su venganza por tenerlo reprimido. Bien , ¿algún voluntario para daros una imagen de la función de la poción?.-dijo Snape, y una sonrisa paso por sus labios, a la vez que miraba a Harry.-Usted por ejemplo señor Potter.
Los alumnos de Slytherin se empezaron a reír. Sabían que si se negaba Snape le quitaría una gran cantidad de puntos a Gryfindor, y si accedía Snape humillaría a Potter delante de toda la clase Esos mismos pensamientos pasaron por la cabeza de Harry que gruñendo un poco se levantó y se sentó en la silla que había preparado Snape.
-Bien señor Potter cuando le haga una señal deberá tomarse la poción. Ahora les enseñare cual es le hechizo para crear la barrera mágica. La sombra no puede hacerles daño porque sin varita no puede utilizar la magia, y sin sustancia no puede tener una varita. Entonces se preguntarán cual es la razón de la barrera. La sombra a pesar de no tener magia con la que dañarles, les podría hacer daño con contacto, que es helado.-Snape dijo una sola palabra y los polvos brillaron. -Ahora Potter beba la poción.
Harry obedeció a Snape diciéndose a sí mismo que eso no le gustaba nada. La poción sabía a rayos, pero eso dejo de importarle cuando la clase se empezó a ponerse borrosa, y Harry cayó en trance.
-El señor Potter ha caído en trance. ¡Uy!, que despiste. Se me había olvidado comentarles que esta poción puede ser utilizada como una poción de la verdad por expertos. Si uno sabe hacer la preguntas adecuadas el sujeto responderá la verdad a todas las preguntas. La diferencia con otras pociones es que esta poción no está restringida por el ministerio.-dijo Snape al que le brillaban los ojos. Los Gryfindor empezaron aquejarse pero Snape no hizo caso alguno.-Parece que ya esta empezando.
Era cierto. Alrededor de Harry empezaba a levantarse una pequeña brisa que se detuvo un metro delante de él. La brisa empezó a coger forma. Tras un minuto de espera se materializó una imagen igual que Harry, pero distinta. La imagen era idéntica en todos los detalles menos en uno, su piel era mucho más clara. La sombra estaba con la cabeza agachada y miraba sus manos, apretaba los puños y volvía a mirarse las manos. El pelo tapaba parte de la cara de la sombra.
-Bien empezaremos con una pregunta sencilla. Una pregunta que tuvo mucho revuelo el año pasado. ¿Ocupa alguien el corazón de Harry Potter?, ¿nos dirías su nombre?.-pregunto Snape con una sonrisa todavía más grande.
Los Gryfindor ahora sí que estaban de verdad indignados. Todos expresaron sus quejas en alto menos dos de ellos. Ron y Hermione estaban en silencio. Aunque estaban de acuerdo en que eso era mezquino, los dos querían conocer la respuesta de la sombra a esa pregunta. Pero la sombra no contestó y siguió de la misma manera. Durante un momento pareció sonreír.
-¿Vas a responder a mi pregunta?.-dijo Snape frunciendo el ceño.
-No.-dijo una voz fría y cavernosa, la voz de la sombra.
-¿Cómo has dicho?.-preguntó visiblemente contrariado Snape. La sombra levantó la cabeza y miró fijamente a Snape. Sus ojos estaban apagados y su cara tenía una mueca de pura maldad. A Hermione le dio un escalofrío al mirar a la sombra.
-He dicho que no voy a contestar a tu pregunta Severus. ¿Por qué debería?.-pregunto la sombra clavando los ojos en Snape que temblaba de furia.
-Si no lo haces volverás al cuerpo al que perteneces y volverás a las sombras.-dijo Snape recobrando la calma.
-¿Y cómo lo harás, Severus, para que no te lo impida?.-pregunto nuevamente la sombra.
-Sin magia no puedes salir y no necesito entrar para darle el antídoto que despertará a Potter. Y al ser insustancial no podrás detenerlo.-dijo Snape ahora más seguro.
-¿Insustancial y sin magia?. ¿de verdad crees eso Severus?.-dijo la sombra sonriendo.
-Claro que sí, y deja de llamarme por mi nombre y contesta a la pregunta..-gritó Snape
-Ya te he dicho que no quiero. Y ahora si no te importa voy a salir de aquí.-dijo la sombra avanzando hacia la barrera.
-No puedes salir, eres tan testarudo como el verdadero Potter. Pero bueno compruébalo tú mismo.-dijo Snape burlonamente, pero la sonrisa se le congeló en los labios.
La sombra se había parado delante de la barrera y levantó la mano. Giró la muñeca de izquierda a derecha y la barrera se rompió. La sombra echo la cabeza hacia atrás, ladeándola a su vez hacia la izquierda. Miraba a un Snape que temblaba pero esta vez era miedo lo que reflejaban sus ojos. Los alumnos empezaron a gritar y unos pocos agarraron sus varitas apuntando a la sombra.
-Insustancial y sin magia. Es que no te cansas de hacer todo mal Severus.-dijo la sombra ignorando a los que le apuntaban con sus varitas y riendo de forma demencial.-Es hora de darte una pequeña lección, pero será más sencilla con una varita.
La sombra extendió el brazo hacia atrás con la mano abierta. Seguía mirando a un Snape que parecía petrificado. La varita de Harry voló hasta la mano de la sombra. Eso fue demasiado, los alumnos de Slytherin le echaron unas maldiciones, que chocaron contra un muro invisible. La sombra de Harry invocó unos vientos huracanados que estrellaron a todos los miembros de la clase contra la pared, dejándolos inconscientes. Luego se giró hacia Snape que se parecía haber recuperado y sacaba la varita. Pero la sombra utilizó el hechizo de desarme y le quitó la varita. Snape estaba indefenso y la sombra lo sabía. Apuntó a Snape y de repente una fuerza invisible golpeó a Snape en el estómago dejándolo sin resuello y haciéndole doblar el cuerpo hacia delante. La varita subió bruscamente hacia arriba y la fuerza invocada golpeó a Snape en la barbilla.
-Basta de juegos esta vez seré rápido. Gracias por liberarme.-dijo la sombra a la vez que apuntaba con la varita a un aturdido Snape.
De repente, unas hebras blancas se materializaron entre los brazos de la sombra, sujetándola. La figura de otro Harry vestido de blanco apareció detrás de la sombra, agorándola fuertemente.
-No permitiré que hagas daño a nadie. Profesor rápido deme el antídoto, yo lo entretendré.
Snape no dudó y cogió el antídoto. Estaba muy confuso la aparición del segundo Harry lo había confundido todavía más. Los dos Harry luchaban entre sí, y Snape pudo hacerle beber al cuerpo de Harry el antídoto. La sombra y el otro Harry desaparecieron y se introdujeron en el cuerpo de Harry. Harry abrió los ojos y se levantó, dio un horrible grito y se desmayó.
Cuando Harry abrió los ojos veía todo borroso y estaba acostado en una cama. Buscó sus gafas y las encontró en una mesita que había al lado. Cuando por fin vio claro, dedujo que estaba en la enfermería. Primer día de curso y ya estaba allí, pues si que se estaba dando prisa ese curso. Una conversación le llamó la atención, dos personas discutían detrás de una cortina. Pudo reconocer la voz de Dumbledore que parecía bastante enfadado.
-Severus como se te ha ocurrido utilizar esa poción con Harry. Sabes lo que le pasa al chico. Por una estúpida rivalidad lo podías haber matado . Y no sólo a él, sino también a ti mismo y al resto de la clase.-dijo Dumbledore con una voz fría.
-Pero profesor he demostrado que el chico es peligroso.-protesto Snape.
-Severus no te entra en la cabeza que lo podías haber matado. Tanto odiabas a James que no te importa haber podido matar a su hija por una rivalidad.-le corto Dumbledore.
-Lo siento profesor. No sabía que podía pasar esto.-dijo Snape bajando la voz.
-Por tu culpa he tenido que hacer olvidar el incidente a todos, y hacerles creer que solo ha habido una explosión en las mazmorras. Esperemos que Harry no recuerde nada. No quiero preocuparle.-dijo Dumbledore.
-Explicarme el que.-dijo Harry que había abierto las cortinas. Estaba harto de que le ocultaran cosas sobre sí mismo.
-Severus, puedes marcharte.-Snape salió de la enfermería pálido como un fantasma.-¿cómo te encuentras Harry?
-Bien, pero no ha respondido a mi pregunta.-dijo Harry muy serio.
-¿Qué recuerdas Harry?.-pregunto Dumbledore.
-Recuerdo haber tomado la poción y luego haber tenido el sueño más raro de toda mi vida. Me veía a mi mismo haciendo magia sin varita, atacando a mis amigos, apunto de matar a Snape. Luego intente despertar y me vi como me agarraba a mi mismo, y luego nada.-explico Harry.
-No fue un sueño. Eso fue lo que sucedió realmente. La poción de Snape sacó la parte oscura de ti. Sabes que cuando Voldemort intento matarte te traspasó algunos de sus poderes.-dijo Dumbledore, que prosiguió cuando Harry asintió.-Bien pues no fue lo único que te traspaso. También te traspaso una parte de su personalidad de su propia esencia. Eso fue lo que la poción de Snape sacó de tu interior.
-Quiere decir que una parte de ese monstruo esta dentro de mí.-dijo Harry.
-Así es. Esa es la razón por la que creó que Voldemort no murió la noche que te atacó. Es sólo una teoría pero creo que al no tener su espíritu completo, ya que una parte esta en ti, eso le sirvió de ancla y le impidió avanzar a la muerte. Continuó viviendo como menos que un fantasma.-dijo Dumbledore.
-Entonces Voldemort no podrá morir nunca.-exclamó Harry.
-Ahí te equívocas por desgracia para Voldemort cometió un error al conseguir su cuerpo nuevo. Ahora su cuerpo es otro y ha roto la unión que tenía con su antiguo ser. Se ha roto la conexión que os unía, ahora puede morir y la parte de él que hay en ti esta vez no le servirá de ancla.-explico Dumbledore.-Ahora puede morir pero no es sencillo. Se ha vuelto más fuerte que antes y todavía puede hacer mucho mal. Me gustaría que no le contases esto a nadie Harry. Es hora que vayas a tu casa a dormir, ya tienes el alta. Quedan cosas por explicar, pero por hoy ha sido suficiente.
Harry salió de la enfermería y se dirigió a la sala común de Gryfindor. Tenía la cabeza como un bombo. Entró en la sala sin llamar la atención, no quería hablar con nadie. En el cuarto Ron estaba ya en la cama. Tenía un corte en la mejilla que se iba empequeñeciendo por momentos. Cortesía de la medicina mágica. Harry se metió en la cama y cerró a los ojos y pensó en el movido primer día que había tenido. Esperaba que el segundo fuese más tranquilo. Pero eso ya se vería.
