Capitulo 7-Las pruebas de guardián
A la mañana siguiente Harry se sentía muy cansado. No había logrado dormir bien. La revelación que le hizo Dumbledore no se lo permitió. Además las pesadillas habían vuelto de nuevo. Harry cogió las gafas y se pasó la mano por la frente que estaba llena de sudor. En la cama de al lado Ron seguía durmiendo placidamente. La herida de la mejilla ya había terminado de curarse y no le había dejado ninguna marca. Harry sabía que sus amigos no recordarían nada de lo sucedido en clase de pociones. Lo prefería así, no quería ver sus caras cuando supiesen la noticia, y si por Harry fuese no lo sabrían nunca.
Harry bajó a la sala común y se puso a hacer las tareas que le habían mandad, y que no había empezado por estar en la enfermería. No pudo hacer mucho ya que a los diez minutos la sala común despertó a la vida de nuevo. Hermione bajo antes que Ron y se sentó con Harry. Al principio no dijo nada, parecía nerviosa y no sabía porque.
-¿Harry, tu recuerdas lo que pasó ayer en pociones?-pregunto nerviosa Hermione. Harry la miro a los ojos preguntándose a sí mismo porque le hacia esa pregunta. Hermione no pudo mantenerle la mirada.
-No mucho. Dumbledore me dijo que hubo una explosión en la mazmorra. Pero como estaba en trance no recuerdo nada. ¿Por qué lo preguntas Hermione?-pregunto a su vez Harry. Odiaba mentir a su amiga, pero no quería que supiese que una parte de Voldemort estaba dentro de él. No sabía si su amiga lo aceptaría. Si aceptaría que su amigo tuviese en su interior una parte que odiaba a los hijos con sangre muggle. Aunque esa parte no saldría nunca más al exterior.
-No lo sé. Recuerdo la explosión y sé que pasó. Pero esta noche he tenido un sueño muy raro. En el que la clase se le iba de madre a Snape. Pero tal vez sea solo un sueño.-dijo Hermione.
-Es lo más probable. Pero como ya te he dicho yo no recuerdo nada.-dijo Harry mirando fijamente a los ojos a Hermione.
-Es que no logro quitármelo de la cabeza. Cada vez la sensación de que pasó algo raro aumenta. Y creo recordar una parte en la que tu presencia era importante. Pero esa parte del sueño parece que me esquivase.-dijo Hermione preocupada.
-Deja de pensar en ello. Si sigues así te vas a volver loca. De todas formas sólo es un sueño. ¿Por qué deberían mentirnos los profesores?.-pregunto Harry, jugando la baza más importante para que Hermione se olvidase del asunto, la honestidad de los profesores.
-Seguro que tienes razón. Gracias por escucharme Harry.-dijo Hermione satisfecha.
-Para eso están los amigos.-dijo Harry sonrojándose, no podía evitarlo le estaba mintiendo descaradamente a su mejor amiga.
Harry vio como se acercaba Ginny a ellos con prisa. Parecía que algo le preocupaba.
-Hermione, me podrías ayudar a encontrar un libro en la biblioteca, por favor. Seguro que tu sabes donde se encuentra.-dijo Ginny apresuradamente.-Hola Harry.
-Hola Ginny-saludó a su vez Harry.
-Bueno, si tienes tanta prisa no te puedo decir que no. Bueno vayamos hacia allá.-dijo Hermione levantándose.-Bueno Harry nos vemos luego en el comedor.
-Hasta luego.-se despidió Harry. En el fondo se alegraba de que Hermione se fuera. No quería tener que mentirle de nuevo y sabía que si se repetía el tema del sueño la volvería a mentir. Ron no tardó mucho tiempo en bajar y se sentó al lado de Harry dando un bostezo.
-Buenos días, Harry. ¡Qué pasada lo de ayer en pociones!. Se lo tiene merecido Snape. Es una pena que no falte algunos días por alguna herida.-dijo Ron sonriendo.
-Ya, claro.-dijo Harry en voz baja. A Ron no quería mentirle, pero tampoco decirle la verdad así que cambió de tema rápidamente.- ¿Estás preparado para las pruebas de guardián?
-Claro. Lo malo que con mi escoba voy a parecer un colador. Es un asco no tener algo que merezca la pena por una vez en la vida.-dijo Ron resignado.
Harry iba a contestar pero se detuvo cuando vio a dos lechuzas que llevaban un paquete. Parecía que se dirigían a la mesa donde estaban Ron y Harry. Las lechuzas dejaron el paquete delante de Ron. La forma del paquete no dejaba mucho margen de equivocación. Era una escoba. El paquete llevaba una carta. Ron la abrió y la leyó con prisa, se la dejó a Harry un momento y se la quitó al instante presa de la emoción, Harry no pudo ver nada de la carta que decía así:
Ron:
Me han comentado los gemelos que te vas a presentar a las pruebas para guardián. Con tu escoba nunca lo lograrás, así que he decidido adelantarte un poco el regalo de navidad. No es la mejor escoba, pero es mucho mejor que la que tienes. Espero que te cojan y hagas grandes partidos con ella.
Tu hermano
Percy
PD: Bill también ha colaborado. Llegará en dos días a casa a casa para darles una sorpresa a papa y mama, que no saben nada. No ha parado hasta que le he dejado ayudarme. También te envía su apoyo.
Ron estaba con la boca abierta por la sorpresa. Después de un tiempo empezó a desgarrar el envoltorio. Dentro del paquete había una preciosa Nimbus 2000. La cara de Ron ahora si que era un poema. Tenía en su poder una Nimbus 2000.
-Vaya con Percy. Esto no me lo hubiera esperado de él. Con esta escoba si que puedo competir por el puesto de guardián.-dijo exultante de alegría.- No voy a poder contenerme las ganas de coger la escoba. Harry a la tarde me acompañas al campo de quidith para probarla.
-Claro Ron. Esa escoba me trae maravillosos recuerdos.-dijo Harry. Ron subió al cuarto y guardo su escoba. Después bajaron al comedor para desayunar.
Cuando iban a entrar al comedor vieron a Ginny y a Hermione que venían de la biblioteca. Éstas los vieron y con gestos dijeron que los esperaran. Con las prisas Ginny no vio que alguien se acercaba y chocó con esa persona que no era otra que Draco Malfoy. A Ginny se le cayeron todos los libros al suelo y se agachó a recogerlos. Cuando iba a coger el ultimo una pálida mano lo agarró. Draco Malfoy miraba uno de los destartalados libros de Ginny con una sonrisa despectiva.
-Weasley, este libro es una birria. Como es posible que logres estudiar en esto. Seguro que le faltan hasta hojas.-dijo Malfoy moviendo el libro delante de la cara de Ginny.
-Malfoy, damelo ya y cierra tu asquerosa boca.-dijo Ginny enfadada.
-O sino qué. ¿Qué harás para recuperarlo?, ¿lanzarme un hechizo?.-preguntó sarcásticamente Malfoy.
Harry y Ron se acercaron rápidamente a través de la gente que ya estaba observando la escena. Ron estaba muy enfadado y le dijo de malas maneras a Malfoy, que le devolviera el libro.
-Vaya, ha venido el otro pobretón. Me parece que no os daré el libro. En el fondo os estoy haciendo un favor. Os quito un libro que da vergüenza mirarlo.-dijo Malfoy riéndose. Ron iba a echar mano a la varita cuando se oyó otra voz detrás de Malfoy. Sólo dijo una palabra.
-¡EXPELLIARMUS!-dijo una voz. El hechizo golpeó a Malfoy y fue a parar a la mano de un joven que tenía una varita en la mano. Sorprendentemente el chico vestía una túnica de Slytherin. Malfoy se giró indignado y miró sorprendido a su atacante.
-Volesc, dame eso. Nadie te ha dado vela en este entierro.-siseo Malfoy con una mirada llena de odio. Harry sólo le había visto mirar así a una persona y esa era el propio Harry.
-Cállate, Malfoy. Si me sigues hablando así perderás algo más importante que lo que perdiste ayer.-dijo con voz fría y pausada Volesc. Malfoy palideció y se fue de malos modos y murmurando por lo bajo.
-Toma tu libro.-le dijo Volesc a Ginny, a la vez que se acercaba a ella con el brazo extendido. Ginny cogió el libro sin decir palabra demasiado impresionada para responder. Alan Volesc se dio la vuelta y se marchaba hacia el comedor.
-Gracias.-dijo finalmente Ginny. Alan se paró y le miro detenidamente.
-No ha sido nada.-dijo sonriendo y prosiguió su camino.
Tras el incidente los cuatro se fueron a desayunar tranquilamente. Nadie hablaba, Ginny no paraba de mirar a la mesa de Slytherin, donde un muchacho de ojos grises comía alejado del resto.
-Que raro que un Slytherin ayude a un Gryfindor.-dijo Ron.-Esto no me huele bien.
-A mí me interesa más saber que le quitó ayer Volesc a Malfoy.-dijo Harry con la boca llena.
-A eso podemos responder nosotros.-dijeron los gemelos Weasley, que se pararon detrás de Ron y Harry.- La verdad es que fue muy divertido.
-¿Qué paso?.-preguntó Ginny interesada.
-¿Sabéis que ayer fueron las pruebas de Slytherin para encontrar un cazador?-dijo Fred que espero a que todos asintieran.-Pues bueno George y yo nos escondimos y vimos las pruebas. También queríamos saber quien sería el sustituto de Flint como Capitán.
-Volesc se presentó a las pruebas de cazador y debo admitir que ese chico vuela prodigiosamente. A Malfoy lo tenían entrenando con la snitch, para ver si mejoraba de una maldita vez. El equipo parecía enfadado con él. Malfoy vio la snitch y fue volando tras ella. No la cogió porque Volesc se le cruzó como una bala y le arrebató la snitch.-dijo George riendo.
-George no es cosa de risa. Malfoy le sacaba una gran ventaja a Volesc cuando salió a por la snitch. Aún así se la arrebató con facilidad.-dijo Fred.
-Que más da, todos sabemos que Malfoy no está ahí por su calidad sino porque su padre le compró el puesto.-dijo Ron que no entendía nada.
-Ahí esta el problema Ron. El equipo vio la habilidad de Volesc y le han dado el puesto de buscador. Han echado a Malfoy del equipo. Estaban cansados de perder siempre por su culpa. Ahora con Volesc como buscador lo vas a tener difícil este año Harry.-dijo Fred.
-No importa Fred. Seguro que también logró vencerle.-dijo Harry confiado.
-Así me gusta campeón. Ese es el espíritu.-dijo George alegre a la vez que se marchaba con Fred.
No dijeron nada más en el desayuno. El único que no parecía preocupado por las noticias de Fred y de George era Harry. ¿Por qué debería de estarlo? . Con la Saeta de Fuego era prácticamente invencible. La primera clase que tenían esa mañana era la Cuidado de las Criaturas Mágicas. Salieron deprisa para no llegar tarde. Además Harry quería hablar con Hagrid, su actitud lo tenía preocupado. Cuando llegaron a clase Hagrid todavía no estaba. Los alumnos fueron llegando pero ese día por lo menos no tuvieron que aguantar a Malfoy que tenía los humos bastante bajados.
Por fin vieron aparecer a Hagrid por las inmediaciones. Llevaba atado en una cadena de fuerte acero a uno de los animales más extraños que había visto en su vida.. Parecía pertenecer a la familia de los grandes felinos, pero sólo en apariencia, porque era bastante diferente. Los ojos de la bestia irradiaban un verde brillante. El color de la piel era negro azulado. Pero lo más extraño eran dos detalles, uno el que tuviese seis patas, y segundo los dos grandes tentáculos que salían de sus hombros. Al final de los tentáculos había unos ribetes que terminaban en forma de colmillitos.
-Por favor chicos, no os acerquéis demasiado. Bienvenidos a un nuevo año de Cuidado de Criaturas Mágicas. Este año el profesor Dumbledore me ha pedido que os enseñe la forma de controlar y defenderos de criaturas tenebrosas. Aquí esta la primera, este animal se llama bestia trémula, y es un gran acechador, es carnívoro y ha sido utilizada por magos tenebrosos como guardianes. A parte de la gran fuerza que tiene y la rapidez propia de todo felino, la bestia trémula tiene dos armas importantes. Una son los colmillos que tienen al final de los tentáculos. Estos colmillos pueden causar graves heridas. La otra arma que posee es la habilidad mágica de crear una imagen ilusoria de sí misma. El hechizo que hay que hacer para destruir la ilusión es este. ¡VINWA VAIA!.-dijo Hagrid.
Durante el resto de la clase les explicó como lanzar el hechizo. Luego cada uno se enfrentó a la imagen ilusoria de la bestia. Fue una clase realmente agotadora. Cuando se acabó la clase Harry y sus amigos esperaron a que se fueran todos, ya que querían hablar con Hagrid a solas.
-Hola chicos, ¿Qué tal el verano?-pregunto Hagrid.
-Bien, ¿Hagrid estas bien?, me dejaste intrigado con tu carta.-dijo Harry yendo directamente a la cuestión que le preocupaba.
-No quería preocuparte. Pero estaba haciendo una importante misión. Para Dumbledore.-dijo Hagrid con aire misterioso.
-Seguro que te has ido a reunir con los gigantes.-dijo Hermione sonriendo.
-Pero como lo has...-dijo Hagrid deteniéndose, y sonrojándose al haber caído en la trampa de Hermione.
-¡Lo sabía!.- exclamó Hermione
-¿Qué ha pasado en la reunión, Hagrid?.-preguntó Ron.
-Bueno, como parece que ya no es un secreto, os lo diré. Fui con Madame Maxime a entablar conversaciones con los gigantes para que no se uniesen a Quien-vosotros-sabéis. La reunión no ha ido ni bien ni mal. La mayoría de los gigantes se mantendrán neutrales. Unos pocos se han unido al señor tenebroso, y otros pocos se unen a nuestro bando. Entre ellos mi madre. Por fin la conocí.-dijo Hagrid con un brillo acuoso en los ojos.
-Me alegró mucho Hagrid.-dijo Harry.
-Venga marcharos de aquí, o llegaréis tarde a la siguiente clase.
Los tres muchachos fueron corriendo al invernadero de Herbología. Llegaron tarde y la profesora Sprout les quitó 5 puntos a cada uno. Se mostró especialmente decepcionada por la falta de responsabilidad de Hermione, que siendo prefecta no se podía permitir estas faltas. Hermione no habló durante el resto de la clase y parecía haber recibido un duro golpe. Cuando se acabó la clase fueron al comedor. Sólo les quedaba una clase y era a la tarde. Hoy iban a dar Defensa contra las Artes Oscuras con el profesor Lupin. Cuando terminase la clase por fin podrían ir a probar la escoba de Ron.
La clase de Lupin estuvo centrada en las contramaldiciones que les sería necesario conocer en caso de encontrarse con un mago tenebroso. La clase fue muy dura para todos. El profesor Lupin parecía más serio y duro que de costumbre, aunque sus clases eran preferibles a las de pociones. Cuando por fin terminó la clase todos la abandonaron rápidamente, Hermione les dijo que se iba a ir a la biblioteca y Ron y Harry fueron a la sala común a coger la nueva escoba de Ron. Harry también llevo su escoba, hacía tiempo que no volaba y le apetecía olvidar por un momento los problemas. La escoba de Ron iba perfectamente, no era una Saeta de Fuego pero también estaba bastante bien. A Ron no se le daba mal volar, Harry creía sinceramente que tenía bastantes posibilidades de conseguir el puesto.
Cuando terminaron la prueba de la escoba ya eran las ocho de la noche y fueron al comedor a cenar. Ahí encontraron a Hermione que charlaba animadamente con Fleur. La cena les alivio gratamente el cansancio acumulado a lo largo de la tarde. Fleur se marchó antes que ellos y Harry aprovechó el momento.
-Chicos, más tarde tenemos que hablar sobre un asunto que me preocupa.-dijo Harry en voz baja.
-¿De que se trata?.-pregunto ron con la mirada distraída.
-En la sala común os lo cuento. No quiero que nos escuche nadie.-respondió Harry levantándose de la silla. Ron y Hermione le siguieron hasta la sala común. Una vez allí se sentaron en una mesa alejada del resto.
-Bien, ahora que ya estamos aquí. ¿De que se trata Harry?.-pregunto de nuevo Harry.
Harry les contó lo que había oído hablar a Lupin y a Dumbledore cuando fue a su despacho y también los papeles que tenía Dumbledore cuando fue a contarle la idea de Hermione. Pero no les contó lo sucedido en la clase de pociones y si estaba en su poder jamás se lo contaría. Ron lo miró sorprendido y Hermione estaba pensativa, todos estaban en un incómodo silencio.
-¿Qué pensáis?-pregunto Harry cansado de el silencio.
-Ni idea Harry.-dijo Ron encogiéndose de hombros.
-Yo creo que puede haber un factor común en todo este asunto.-dijo Hermione con su tono de yo sé algo que vosotros no.
-¿Y eso es?.-pregunto pacientemente Harry antes de que Ron empezará una discusión con Hermione que les haría perder tiempo.
-Bien tenemos estos datos. Quien–Nosotros-Sabemos teme los poderes de Harry si llega a desarrollarlos. Luego los papeles de Dumbledore que se referían claramente a Slytherin y a Gryfindor. Tenemos también este hecho, perdona Harry por sacarlo a relucir, de que Quien-Nosotros-Sabemos quiso acabar con tu padre y tu madre pero contigo no. Y el último dato es que en segundo curso lograste sacar la espada de Gryfindor del Sombrero Seleccionador. Todo esto unido nos lleva a una posibilidad-dijo Hermione con una sonrisa en los labios y quedándose en silencio.
-Hermione termina de una vez, yo no veo nada en lo que dices.-dijo Ron irritado. A Harry se le veía silencioso.
-Pero no puede ser.-dijo Harry en voz baja.
-¿Por qué no?. Concuerda perfectamente y explicaría muchas cosas.-dijo Hermione.
-¿De que habláis?.-pregunto Ron cada vez más enojado.
-Ron, todavía no lo has comprendido. Harry es el heredero de Gryfindor.-dijo Hermione.
-Eso no es del todo seguro. Debo preguntarle a Dumbledore, pero mejor otro día. Ahora me voy a la cama estoy muy cansado.-dijo Harry.
Los dos muchachos vieron como su amigo se iba al cuarto triste y pensativo. Hermione no había pensado que se lo iba a tomar como si de una carga se tratase, pero así había sido. A Harry se le veía sometido a una presión terrible y ahora ella la había incrementado. Ahora sabía porque todos esperaban que él derrotara al señor tenebroso. Si lo hubiera sabido no se lo hubiera dicho. Pero eso no cambiaba nada Harry seguiría siendo lo que es. Era mejor que lo supiese. ¿Y si te has confundido?, le dijo la molesta voz de su conciencia. Deshecho la idea rápidamente la idea. Todo coincidía tenía que ser él.
Mientras Harry se acostaba en la cama envuelto en negros pensamientos. Si tengo poderes porque no los he desarrollado todavía. Voldemort cuando estudiaba en Hogwarts ya podía hablar parsel y dominaba al basilisco. ¿Por qué entonces Harry si era el heredero de Gryfindor no había desarrollado ningún talento especial?. Aparte de los que le había traspasado el señor tenebroso y una habilidad tremenda para acabar en la enfermería. ¿Y si todos se confundían con él?. ¿Y si las esperanzas que ponían en él luego eran vanas e inútiles?. Poco a poco con estos pensamientos el sueño fue cayendo encima de Harry.
Harry se levantó sobresaltado, las pesadillas habían vuelto y ahora eran más fuertes que nunca. Cuando bajo a la sala común Ron ya estaba despierto, cosa rara en él. Estaba de los nervios por las pruebas de la tarde. Lo peor era que también estaba poniendo nervioso a Harry. Las clases pasaron rápidamente y a la hora concordada para la prueba Harry y Ron acudieron al campo de Quidith. El resto del equipo estaba ya esperando y había otras dos personas. Harry pudo comprobar con horror que uno de ellos era Colin Crevey. La otra persona que esperaba era una niña de pelo corto y rubio y unos preciosos ojos azules. Estuvieron esperando un rato más y no legaba nadie más.
-Bueno, visto que nadie más aparece empezaremos con las pruebas. Deberéis detener las Quaffles que os lancen nuestras magnificas cazadoras.-dijo Fred con una sonrisa en los labios.
-Bien, empezaremos con Colin Crevey. Si no te importa.-dijo George.
La prueba de Colin fue un autentico desastre. Parecía que sólo quería estar en el equipo para jugar con su ídolo Harry. Luego le siguió Ron que lo hizo bastante bien sólo le lograron meter dos goles. Por último le tocó el turno a Danielle, que así se llamaba la chica, lo hizo de una forma espectacular. No lograron meterle ni un gol. Por fin la prueba terminó y el equipo se puso a deliberar sobre la decisión. Pero Harry sabía cual iba a ser su decisión y por la cara que tenía Ron él también lo sabía. El equipo tomo una decisión.
-Bien hemos toma una decisión. Agradecemos a todos los asistentes a las pruebas, su cooperación para que Gryfindor pueda ganar este año la copa. Hemos de dar la bienvenida al equipo de Gryfindor a Danielle.-dijo Katie Bell.
A ron se le veía decaído pero no protesto, ni argumentó nada. La decisión era obvia y justa. Danielle lo había hecho mejor que él y había que resignarse.
-Y tenemos también otra noticia que dar. Visto las grandes cualidades demostradas en la escoba por Ron Weasley. Hemos decidido aceptarle como reserva en caso de lesión y reservarle el puesto de cazador para el año que viene.-dijo Angelina Johnson. El rostro de Ron se crispó de alegría. No se lo podía creer había sido aceptado en el equipo. Como reserva pero daba igual porque el año que viene podría jugar en el equipo.
-Bien dicho eso debemos elegir un nuevo capitán para el equipo, así que a votar.-dijo Fred.
La votación fue rápida y salió elegido como capitán Fred Weasley. Este les dio las gracias y les dio unos horarios de entrenamientos. Después de eso los mandó a la sala común a descansar. Esa tarde no iban a entrenar, pero enseguida empezarían en serio. Ron estaba muy contento, y cuando llegaron a la sala común se lo contó a Hermione sin darle tiempo a preguntar el resultado. Harry sonreía pensando que si le hubieran dado el puesto este año seguramente le hubiera dado un infarto. Esa tarde fueron a la biblioteca para hacer los deberes que les habían mandado, a pesar de las quejas de Ron. Cuando terminaron ya eran las 10 de la noche. Cuando llegaron a la sala común fueron directamente a sus respectivas habitaciones.
