Capitulo 9- El Entierro de Bill
Cuando Harry despertó vio que había dos personas con él. Busco las gafas en la mesita de la enfermería, pues era ahí donde se encontraba. Cuando se puso las gafas pudo distinguir a Dumbledore y, sorprendentemente, a Fleur Delacour, Harry esperaba que hubiesen estado Ron o Hermione. ¿Por qué no estaban ellos aquí en este momento?. Harry vio el rostro serio de Dumbledore, estaba sumido en unos pensamientos que no estaba seguro de querer saber. Fleur por fin se percato de que Harry había despertado y le saludó con una sonrisa.
-Profesor, ya ha despertado. Hola Harry estas bien. Nos estabas preocupando.- Empezó a decir Fleur.
-Si no le importa señorita Delacour me gustaría hablar a solas con Harry, tiene que explicarme muchas cosas.-Dumbledore esperó a que Fleur se hubiese marchado y miro a Harry con tristeza en sus ojos.-Harry, ¿Cómo estas?, ¿Qué recuerdas de lo sucedido?.-preguntó Dumbledore a Harry.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí profesor?-preguntó a su vez Harry.
-Llevas solamente un día.-Respondió Dumbledore.
-¿Profesor, Bill, Bill ha.... muerto?.-Preguntó Harry. El rostro de Dumbledore pareció envejecer delante de sus ojos ante su pregunta.
-Sí, Harry, Bill ha muerto. Por eso me gustaría que me respondieses a las preguntas que te he hecho y a las que te haré.-Dijo Dumbledore.
-Estoy bien, profesor. Recuerdo todo, recuerdo como aparecí en la Madriguera debido a que me desmaye. Recuerdo a Voldemort enfadado, y preso de la ira. Vi como Bill llegó y como Voldemort lo mató. Pero algo raro paso unas voces me hablaban, profesor. Igual cree que me he vuelto loco pero de verdad que las oía. Luego cuando Voldemort lanzó su maldición mortal algo salió de mi brazo y rodeó el rayo. El rayo pareció que se detenía, pero no lo hizo y Bill murió.-Dijo Harry con más lagrimas en sus ojos cada vez que avanzaba en su historia.
-Interesante, será posible. No puede ser y menos siendo tan joven.-Habló Dumbledore en voz baja para sí mismo, pero Harry le oyó.
-¿Qué ocurre profesor?, ¿qué no es posible?.-Preguntó Harry.
-Ahora no es el momento de entrar en explicaciones. Pero más adelante prometo decírtelo. ¿Recuerdas algo más Harry?.-Pregunto nuevamente Dumbledore.
-Recuerdo que desperté en su despacho y después nada.-Dijo Harry.
-¿No recuerdas tu encuentro con Ron Weasley?.-Pregunto sorprendido Dumbledore.
-¿Me encontré con Ron?, no, no lo recuerdo.-dijo Harry después de tratar de recordar.
-Sí, así fue.-Parecía que Dumbledore iba a añadir algo más pero guardo silencio.
-¿Cuándo será el entierro de Bill, profesor?.-Pregunto Harry intentando contener las lágrimas, que amenazaban salir de sus ojos de nuevo.
-Será mañana, pero temo comunicarte que no podrás asistir.-Dijo Dumbledore con voz ronca.
-¿Por qué no?. Bill era mi amigo, acaso no me va a poder dar un día para poder asistir al entierro. Quiero ayudar a Ron que lo debe estar pasando muy mal, y decir cuanto lo siento a sus padres. Profesor debe dejarme asistir.-Dijo Harry con voz cada vez más acelerada.
-No es por eso, Harry. Lo que ocurre es que no debes ir, mejor dicho no puedes ir.-Dijo Dumbledore.
-¿Y por qué no?. Si hay algo que deba saber tiene que decírmelo.-Repuso Harry cada vez más irritado.
-Lo que ocurre es que no estas invitado al entierro, no se te permite asistir.-Dijo finalmente Dumbledore tras estar casi un minuto en silencio.
-¿Qué?,¿Quién no me permite asistir?.-Pregunto Harry contrariado.
-Los señores Weasley a petición de Ron han decidido que no vayas al funeral de Bill. Los señores Weasley no estaban de acuerdo con Ron, pero finalmente tuvieron que ceder. Lo siento Harry.-Dijo Dumbledore con una débil sonrisa que trataba de animar a un estupefacto Harry.
-¿Por qué Ron no iba a querer que asistiese al funeral de Bill?.-Pregunto Harry que no salía de su asombro.
-Harry debes saber que Ron te culpa de la muerte de su hermano. Cree que si tu me hubieses avisado de que Bill llegaba ese día, no le habría ocurrido nada.-Contestó Dumbledore.
-Pero...-Empezó a decir Harry.
-Dice que su hermano Percy mandó una carta y que en ella ponía que Bill llegaría a casa para sorprender a sus padres.-Explicó Dumbledore.
-Esa carta apenas la leí, Ron estaba tan excitado que no me dio ni tiempo a mirarla.-Dijo Harry tratando de explicarlo.
-No lo dudo Harry pero el encuentro de ayer con el señor Weasley no ayudo mucho que se diga.-Siguió explicando Dumbledore.
-¿Qué paso?.-Preguntó Harry sintiendo como el mundo que conocía se desmoronaba debajo de sus pies.
-Sin gafas y totalmente ido por la experiencia de la visión te encontraste con el señor Weasley, que quería recordarte lo de su hermano. Tu empezabas a delirar sobre la muerte de su hermano y él te agredió. Tú encima casi le atacas, sino hubiera intervenido el profesor Snape es posible que lo hubieses hecho.-Dijo Dumbledore.
-Ron me culpa de la muerte de Bill.-Dijo Harry en un susurro mas para sí mismo que para Dumbledore.-¿Y los señores Weasley?.
-No, chico nosotros no lo hacíamos, y ahora hemos comprobado que no tienes la culpa.-Dijo el señor Weasley, de uno de los establecimientos de al lado salieron los señores Weasley con cara cansada, la señora Weasley estaba llorando desconsolada. A Harry se le hizo un nudo en el estomago e intentó decir algo.-No digas nada Harry sabemos que la culpa no la tienes tú sino ese asesino, ese...Voldemort.
-¡Arthur!.-Exclamó la señora Weasley sorprendida de haber oído el nombre del Innombrable en los labios de su marido.
-Me niego a no decir el nombre de un vulgar asesino. No tendré miedo de decir el nombre de aquel que nos ha quitado a nuestro hijo.¡Voldemort!.-Gritó el señor Weasley pero a su pesar se estremeció, las viejas costumbres eran difíciles de quitar.
-Ten paciencia con Ron, Harry. Es muy cabezota a estas horas ya debe estar empezando a pensar que se ha equivocado, pero pasará tiempo hasta que lo admita. Siento que no puedas ir al entierro de mi hijo...-La señora Weasley empezó a llorar más fuerte de lo que lo había hecho hasta ahora. Le fallaron las fuerzas y se tuvo que apoyar en su marido. De esta forma abandonaron en la enfermería dejando a Harry con Dumbledore.
-Pobres les costará tiempo recuperarse de la muerte de su hijo. Bueno Harry si no tienes nada más que decir le diré a la señora Prompfey que te puedes ir. A por cierto el entierro es mañana a las 10 en el cementerio de Hogsmeade. Una persona que se colocará en la colina, donde habitaba un perro el año pasado, con una capa invisible no sería detectado por los asistentes al funeral. Es una suerte que los alumnos no conozcan los túneles que dan a la ciudad, sino sería fácil para ellos acudir al pueblo en busca de problemas.-Dijo Dumbledore guiñando un ojo y dándose la vuelta para irse de la enfermería.
Harry se quedo sorprendido al oír lo que Dumbledore había dicho. Le estaba dando vía libre para poder estar en el entierro y que Ron no se enterará. Además sabía que Sirius y Lupin le habían devuelto el mapa de merodeador. Tras recuperarse de la sorpresa, Harry no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, que no duró demasiado en su rostro. Todo se le estaba echando encima, la muerte parecía seguir a Harry como un lobo a su presa. Ron no lo perdonaría fácilmente, si lo hacía alguna vez. ¿Y que haría Hermione?. Seguramente intentar interceder entre los dos, pero al lado de quien se quedaría. A los diez minutos entró en la enfermería la señora Prompfey, la cual le dijo que ya se podía marchar.
Harry se dirigió a la sala común de Gryfindor, no quería encontrarse con nadie. Cuando pasó por el retrato de la Señora Gorda se arrepintió de haber salido de la enfermería. Todo Gryfindor estaba de luto, en el centro de la sala común estaban los gemelos Weasley, estaban en silencio y tenían los ojos enrojecidos, la sonrisa que siempre habitaba en sus rostros habían muerto. Ginny Weasley estaba pálida a unas mesas de distancia de los Gemelos, su mirada parecía extraviada, y no escuchaba a la gente que le intentaba animar, o le expresaban lo mucho que lo sentían. Ron no estaba en ningún lado y Hermione tampoco se encontraba a la vista. Harry avanzaba paso a paso hacia las escaleras que subían hacia los cuartos. Cuando estaba a punto de llegar a la base de las escaleras, Ron y Hermione bajaban rápidamente. Cuando Ron vio a Harry se detuvo la mirada de odio que cruzó su mirada dejo helado a Harry. Cualquier esperanza de que lo que había oído de la decisión de Ron fuese falsa, murió al ver la mirada de Ron. Harry vio que Hermione bajaba la cabeza al suelo para no cruzar la mirada con Harry. Ahora Harry veía a quien había elegido ayudar y no la culpaba. Harry no sabía que hacer, ni que decir, no podía comprender como la amistad de Ron había pasado en tan poco tiempo a convertirse en un odio tan devorador.
-Apártate de mi camino, Potter. Y te recomiendo no cruzarte en él más veces de las oportunas. No sé cuanto podría resistir no golpear tu miserable rostro.-Dijo Ron con voz ronca quebrada por el dolor. Después de decir esto avanzó hacia delante y golpeó a Harry en el hombro al pasar a su lado.
-Lo siento Harry.-Dijo simplemente Hermione en apenas un susurro para que Ron no la oyese. Dicho esto corrió un poco para alcanzar a Ron. Harry se quedó petrificado en el mismo sitio durante un tiempo. Luego bajó la cabeza y avanzó lentamente hacia las escaleras. Nadie vio que en su ascenso su rostro fue traspasado por una cristalina lágrima que hablaba más que mil palabras.
El día siguiente fue soleado y el pueblo de Hogsmeade estaba extrañamente silencioso. La noticia de la muerte de Bill Weasley había conmocionado a los fieles seguidores de Dumbledore, aquellos que creían en el regreso de Voldemort. Aquellos que no eran tan ciegos como el Ministro de Magia.. Cornelius Fudge había recibido una carta por parte de Dumbledore de que Bill Weasley había sido asesinado por Voldemort en persona, Dumbledore quería que Fudge anunciase el regreso del enemigo antes de que fuese tarde. Fudge mandó a su vez una carta a Dumbledore en la que decía que Voldemort estaba muerto y que no le molestase más con ese asunto. Los Weasley veían como el asesinato de su hijo no era denunciado por aquel que debería proteger los intereses y seguridad de los magos. Esta reacción del ministro hizo que en el día del entierro el ambiente que respirase fuese más tenso de lo normal.
Varias personas se encontraban en el cementerio de Hogsmeade. Una gran cantidad de familiares y amigos de la familia Weasley estaban en el cementerio rodeando un ataúd. En este ataúd residía el cuerpo sin vida de Bill Weasley, este mismo ataúd tenía la parte de arriba de cristal, con lo que todos los presentes podían ver el cuerpo de Bill. El rostro de Bill reflejaba mucha paz, los ojos cerrados y la tez pálida, parecía haber encontrado el sosiego mas allá de la vida. El profesor Dumbledore había sido elegido por los señores Weasley para que presidiera la ceremonia, para que sus siempre sabias palabras animasen a los corazones cerrados por el dolor. Cuando todo el mundo se calló y se colocó en sus respectivas posiciones, Dumbledore se levantó.
-Estamos aquí reunidos para dar nuestro último adiós a un joven que ha muerto asesinado por los deseos de poder de un loco. Sé que no debería empezar así, que debería comentar los logros de Bill, gran hijo, amigo y un gran trabajador lleno de vida. Bill era eso y mucho más, los que le conocíais lo sabéis ciertamente. Ahora quiero hablar del hombre que lo ha llevado a la muerte, privándonos de ver nunca más la sonrisa en sus labios. Estoy hablando de Voldemort, me da igual que el Ministro niegue su regreso, él ha sido quien ha cometido este atroz acto. Él ha sido quien ha roto a una familia más, sumiéndola en la desesperación. Teméis su nombre, lo sé, después de todo este tiempo le seguís teniendo miedo, ahora quiero que lo veáis como lo que realmente es, un vulgar asesino. Ahora debemos ser más fuertes que nunca y unirnos contra su poder. No debemos culparnos a nosotros mismos ni a otros de estos hechos, debemos acusar a aquel que los comete, debemos acusar a Voldemort.-Dijo Dumbledore pausadamente y miró con especial atención a Ron y a Hermione en su última frase.
-Sé que la muerte de Bill es un duro golpe para su familia y amigos. Arthur, Molly sabed que las puertas de Hogwarts siempre estarán abiertas para vosotros y para todo aquel que necesite su ayuda. Sabed también que no pararé hasta que Voldemort pagué por sus crímenes. El futuro es oscuro, pero hay una luz que empieza a brillar con fuerza, una luz que nos salvará de la oscuridad del Señor Tenebroso. Esa luz esta también en la fuerza de nuestros corazones y no podemos permitir que se apagué. No permitamos que la luz caiga devorada por la oscuridad. Permitámosle que se abra, esa luz esta en todos nosotros y es nuestra esperanza, pero reside sobre todo en una persona que luchara contra el señor Tenebroso ya que así esta marcada en su destino. Ahora guardemos un minuto de silencio como último homenaje a la vida de Bill Weasley.
Todo el mundo estaba inmerso en el discurso de Dumbledore, todo el mundo lo miraba fijamente.¿Todos?. No. En la distancia había un par de ojos que no prestaban atención a Dumbledore, un par de oídos que no escuchaban sus palabras. Nadie le podía ver apoyado en un árbol mirando como el hermano de su mejor amigo era enterrado. Nadie veía el dolor de Harry Potter, nadie podía ver la amargura de su rostro, la culpabilidad de su corazón. Él que había soportado la perdida de sus padres desde pequeño, él que había vivido en el infierno que era su familia muggle. Él que era el objetivo del asesino de sus padres, él que atraía la muerte y el dolor a todo aquel que se le acercaba. Él que se sentía culpable por la muerte de Bill, y que había perdido la amistad de un amigo por culpa de su error. Nadie veía a Harry Potter llorar por todos los presentes, por todos aquellos que tenían que soportar las consecuencias de su vida. Por su vida mucha gente había muerto, y no sabía por que. ¿Acaso era tan importante?. No lo sabía pero cuando Dumbledore regresará contestaría a sus preguntas, o nadie más tendría que volver a dar la vida por el niño que vivió.
