Capítulo 12- Gryfindor contra Slytherin
Los siguientes días pasaron rápidamente. Harry empezó a acostumbrarse al alejamiento de sus compañeros. La única persona que le dirigía la palabra era Fleur, la cual debido a sus propios estudios no podía estar con él demasiado tiempo. Fue duro para Harry encontrarse de nuevo con Ron, ver el miedo aparecer en sus ojos hizo que se le hiciera un nudo en el estómago. Pero con los días ese miedo fue desapareciendo progresivamente. La biblioteca era su lugar más frecuentado últimamente. Pasaba los días leyendo libros donde lograr perfeccionar su magia. En esta búsqueda de información vio que todavía le quedaba mucho por aprender. ¿Tendría el tiempo suficiente?. ¿O Voldemort lo atraparía antes de que consiguiese el poder necesario para vencerle?. Además de la constante certeza de saber que Voldemort planeaba en la lejanía la forma de librarse de él, estaba su otra lucha personal. Ya había cedido una vez a la parte de Voldemort que había en su interior. En esa ocasión disfrutó con la humillación de Ron, Harry sabía que si hubiera cedido durante más tiempo podía haber acabado matando a alguien.
En los últimos días, Harry había estado leyendo un libro que contenía maldiciones que no estudiarían hasta el siguiente año. Las voces de su cabeza le ayudaban a comprender mejor esos hechizos, pero le daba miedo escucharlas, no podía saber si las voces pertenecían a su poder de entender el lenguaje de la magia, o si era la voz maligna que había en su interior. Esta duda le impedía a Harry progresar con mayor velocidad, y las ojeras que mostraba cada mañana mostraban a un observador perspicaz que las pesadillas de Harry habían aumentado tanto en frecuencia como en violencia.
Dumbledore observaba en la lejanía como Harry se iba echando a perder poco a poco. Veía como la tensión y la lucha interna que había dentro de él, estaban acabando tanto con el cuerpo como con el espíritu del joven Potter. Si sus amigos le apoyaran sería distinto, Dumbledore estaba seguro que con el apoyo de sus dos amigos Harry lograría superar cualquier inconveniente. Pero después del duelo que sostuvo con el joven Weasley eso era cada vez más difícil.. Por suerte para Harry, Fleur estaba cerca de él ayudándole, aunque a Dumbledore no le gustaba tampoco la idea demasiado, pues veía como se acercaban cada vez más en un plano emocional. Pero él no era nadie para juzgar lo que ahí ocurriría, tal vez ese nuevo apoyo diera fuerzas a Harry para cumplir su destino.
Otra persona había visto como Harry iba hundiéndose poco a poco en sí mismo. Hermione estaba preocupada, muy preocupada por su amigo, pero no se podía acercar a él, a causa de la pelea con Ron. Ron había estado muy callado desde que su hermano había muerto, parecía sumido en un pozo del que no podía salir. Ella intentaba ayudarle pero Ron necesitaba a Harry a su lado tanto como Harry a Ron. Pero desde el duelo que eso ocurriera parecía más que improbable. Ella misma sentía un extraño frío cuando recordaba la mirada de Harry durante ese mismo combate. Le recordaba a algo que su mente no podía o no quería recordar. Lo que más le incomodaba era el calor que sentía su cuerpo después, cuando miraba eso ojos verdes que estaban marcados por una tristeza tan profunda. En esos momentos Hermione deseaba poder acercarse a Harry y abrazarle para saber que podía contar con ella. Ese pensamiento le hacia ruborizarse, más incluso cuando sentía la mirada ceñuda de Ron en su nuca. No entendía que le estaba pasando con Harry, ella lo consideraba su amigo pero desde el comienzo de ese curso había algo más que no podía comprender.
Sin llegar a saber que había gente que se preocupaba por él, Harry, seguía su rutina diaria. Lo único que le entretenía era el Quidith, pero incluso el juego perdía su gracia cuando nadie le dirigía la palabra, Ocasionalmente le hablaba Fred, como capitán que era, y George, aunque pocas palabras pues su hermano Ron también estaba en los entrenamientos y los gemelos no querían hacer enfadar a su hermano menor. Al buscador de Gryfindor le sorprendía que no hubieran intentado unirse para echarle del equipo, pero al parecer si lo querían cerca si podía atrapar antes que nadie la snitch. Ese pensamiento enfadaba mucho a Harry, pensando que la hipocresía de sus compañeros de juego era tremenda, pero en el fondo se sentía aliviado ya que volar era una de las pocas cosas que le hacían sonreír. Además, Fleur le obligaría a seguir en el equipo si lo intentase dejar. La estudiante francesa se preocupaba demasiado, aunque Harry se lo agradecía en el fondo. Ya faltaba poco para el primer partido del Campeonato de Quidith en el cual se enfrentarían a Slytherin. Se le hizo raro saber que no se enfrentaría en esta ocasión a Draco Malfoy, el antiguo buscador de Slytherin, pero sentía curiosidad por saber como jugaba Alan Volesc. Desde el día en que los gemelos narraron su juego había querido enfrentarse a él. Un fuerte pitido le sacó de sus pensamientos.
-Harry se ha acabado el entrenamiento. Coge la snitch de una vez y presta más atención en el próximo entrenamiento. No estamos aquí para pasar el rato. El partido contra Slytherin es importante.-Dijo Fred que esperaba en el suelo con su escoba en la mano, y una mirada enfadada. El resto de los jugadores se estaban marchando ya. Había estado pensando demasiado, tanto que ni siquiera se había dado cuenta que ya solo volaba él en el cielo. Hecho una rápida al campo de juego y con un rápido picado atrapó en un momento la Snitch. Se acercó con cara avergonzada a Fred que todavía le esperaba, y le entregó la Snitch a su Capitán, el cual la guardó rápidamente.
-Lo siento, Fred. Me he distraído momentáneamente.-Intentó explicarse Harry.
-Harry, sé que tienes últimamente muchas preocupaciones en la cabeza. Pero si no puedes mantener durante unas horas tu atención centrada en el juego tendré que sustituirte por otro jugador.-Dijo Fred severamente, Harry iba a replicar algo pero Fred le interrumpió.-Eres nuestro mejor jugador, pero sólo si juegas con todo lo que tienes. Todos nos esforzamos mucho para ganar. Trabajamos muy duro y espero que sepas respetarnos lo suficiente como para hacer lo mismo. Ya sé que la... muerte de mi hermano, todavía te atormenta, y que Ron no te lo pone fácil...
-Fred, yo....-Comenzó a decir Harry, pero Fred lo volvió a interrumpir con un gesto de su mano. El rostro del pelirrojo de Gryfindor estaba algo desencajado por el dolor de recordar la aún reciente muerte de Bill.
-No, Harry, escúchame. Me duele la muerte de mi hermano tanto como a Ron o cualquiera de mis hermanos, pero intentamos seguir adelante. Sabemos que Bill no querría que dejásemos atrás nuestros sueños, sino que los persiguiéramos con más fuerza. Veo como cada día te hundes más, al principio, pensaba que Ron y tu arreglaríais vuestros problemas de una forma madura. Pero se me olvidaba lo terco que es mi hermano. No te culpes de la muerte de Bill, Harry, nosotros no lo hacemos. Sabemos que nunca harías nada contra alguien de nuestra familia. Dudo que el propio Ron te crea culpable en el fondo. Pero debes seguir adelante. Sigue con tu vida, vívela. Tu todavía puedes hacerlo.-Dijo Fred que agarró a Harry por los hombros para obligarlo a escucharle.
-Gracias, Fred te lo agradezco, e intentaré prestar más atención, pero estoy cansado que todos me digan lo que debo hacer, lo que debo sentir, el camino que es más adecuado para mí. Por si lo habéis olvidado es mi vida, dejarme vivirla como yo quiera.-Dijo Harry seriamente, a la vez que se desasía de las manos de Fred, y se alejaba con su Saeta de Fuego en el hombro, sin volver la mirada hacia atrás. Fred lo miraba alejarse con ojos entristecidos y meneaba la cabeza en signo de desaprobación.
-No entiendes nada, Harry, o no quieres entender. No queremos dirigir tu vida, sólo que sepas que nos preocupamos por ella.-Murmuró para sí Fred viendo como Harry se perdía en la distancia, sólo, como había elegido estar por propia voluntad.
Harry siguió caminando deprisa para alejarse del campo de Quidith. Se sentía mal por haber contestado de esa manera a Fred, pero realmente le cansaba que todo el mundo creyese saber que era lo mejor para él. A veces parecía que su propia opinión no contaba para nada, que nunca podría elegir por sí mismo como vivir su propia vida. Ya era demasiada presión saber que Dumbledore le dijera que su destino era acabar con Voldemort. No necesitaba que nadie decidiese por él.
Harry entró por las grandes puertas de Hogwarts como una exhalación. Quería llegar rápidamente a la sala común para descansar. No le importaba no ir a cenar, ya lo había hecho varias veces, aunque sabía que no hacerlo le acarrearía un sermón por parte de Fleur sobre la conveniencia de mantener una dieta normal. La verdad es que no estaba de humor para escuchar cuchicheos a su costa, había comprobado que desde que dormía menos por culpa de las interminables pesadillas, su carácter era más agrio, y perdía su autocontrol con más facilidad. Siguió caminando ahora más tranquilo por los hasta ahora vacíos pasillos, ya que al internarse en el último vio como una figura que vestía una túnica verde se acercaba a él. En el otro lado de ese mismo pasillo venía Draco Malfoy que pareció no verlo al principio, pero al cual se le iluminó el rostro cuando divisó en la lejanía al joven Gryfindor.
Harry siguió caminando por el pasillo, no quería que el Slytherin supiese cuanto le molestaba ese encuentro y su mera presencia. Draco avanzaba lentamente, demorando lo más posible el momento en el que se cruzaron, parecía que disfrutaba viendo el rostro ceñudo de Harry, que avanzaba sin dirigirle siquiera la mirada.. Cuando por fin quedaron a unos palmos el uno del otro Draco dirigió sus primeras palabras.
-Hola, Potter. ¿Cuántas vidas has destruido hoy?.-Preguntó Draco con aire inocente a la vez que su sonrisa se ensanchaba al ver el rostro contrariado de Harry, que siguió avanzando dejando atrás a Draco e intentando no prestarle atención.-¿Te alejas de mi?. Teniendo en cuenta, lo corta que es la vida de la gente que te rodea no me molesta demasiado, pero quería mantener contigo una divertida conversación. Hace mucho que no hablamos.
-Déjame en paz, Malfoy.-Dijo Harry secamente mientras intentaba no prestar atención a un Draco que ahora lo seguía de cerca, intentando pinchar a Harry hasta que éste explotase.
-Eres un antisocial Potter, no me extraña que ni siquiera los que te consideraban su amigo no te dirijan la palabra con ese carácter tan brusco.-Continuo Draco que estaba disfrutando como nunca de ese momento.
-Te he dicho que me dejes en paz, Malfoy, no estoy de humor para tener que escuchar tus tonterías.-Dijo Harry aumentando ligeramente el tono de su voz, demostrando que Draco estaba teniendo éxito en su intento de hacerle enfadar.
-No seas así. Quería que me contases como se siente uno al saber que no puede acercarse a nadie por miedo de que esa persona pueda morir. Como se siente sabiendo que el Señor Tenebroso pronto acabará con tu vida.-Dijo Draco lentamente disfrutando del efecto que hacia cada una de sus palabras en el rostro de Harry.
-¡Cállate!.-Gritó Harry empezando a perder los nervios. Aumentó el ritmo para alejarse del Slytherin, pero éste parecía no querer dejarle marchar con tanta facilidad. Harry estaba a punto de perder sus nervios, y si lo hacía finalmente Draco pagaría por todos y cada uno de los disgustos que le había hecho pasar en estos últimos cinco años.
-¿No quieres decírmelo? Ya contestarás cuando el Señor Tenebroso finalmente te doblegue. Es posible que elija acabar con la Sangre Sucia para hacerte sufrir un poco más. ¿Qué te parecería eso, Potter?.-Preguntó Draco con malevolencia, a la vez que veía como Harry se detenía bruscamente tras su último comentario.
-¡TE HE DICHO QUE TE CALLES, MALFOY !.-Gritó Harry dándose la vuelta y encarándose a Draco, el cual observó con miedo el cambio producido en los ojos de Harry. Harry estaba furioso, la tensión de estas últimas semanas estaba a punto de salir toda de golpe, y el que lo iba a pagar era Draco. Sin tener tiempo a pensar algún hechizo que hacer al maldito Slytherin, Harry vio como Draco era impulsado hacia atrás con mucha fuerza, y que sólo se detuvo tras golpear contra la pared. Harry miró como un asustado Draco se intentaba levantar, y apretando los dientes se volvió a dar la vuelta para evitar la tentación de enseñarle una lección a Draco. Una que recordaría para siempre.
Harry entró a la sala común de Gryfindor todavía temblando de furia por el encuentro con Draco. Le había costado un gran esfuerzo no seguir golpeando a Draco por sus necias palabras, pero por suerte lo consiguió ya que no sabía si hubiera sido capaz de parar. Había unas pocas personas en la sala común, una de ellas era Hermione, pero Harry ni siquiera la miró, yendo hacia el cuarto para poder relajarse, e intentar serenarse. Así Harry no pudo ver como el rostro de su antigua compañera se veía dominado por la tristeza al ver como Harry no parecía notar ni siquiera su presencia.
Al día siguiente el sermón de Fleur fue el más largo de todos los que le había dado hasta ahora, y solo logró aplacarla prometiéndola que tomaría ración doble en el desayuno. Eso parecía contentarla por suerte para Harry que estaba a punto de quedarse dormido en mitad del sermón, cosa que estaba seguro que no le hubiera hecho ninguna gracia a Fleur. Necesitaba tenerla cerca, era la única persona que le apoyaba, sin que él perdiera los nervios al recibir su ayuda, a pesar de que a veces podía llegar a ser algo pesada.
Pasaron unos cuantos días y por fin llego el día que muchos estaban esperando, el primer partido de Quidith de la temporada iba a dar comienzo. En este partido se enfrentarían las casas de Gryfindor y Slytherin, entre las cuales existía una rivalidad que distaba de mucho tiempo atrás. El entusiasmo entre los estudiantes era claro en el ambiente que circulaba por todo Hogwarts. Ese partido era un pequeño desahogo para las clases y los alumnos lo apreciaban mucho. Además del simple hecho que el Quidith era el deporte favorito por todos en el mundo mágico.
Harry esa mañana se había levantado algo nervioso, siempre le ocurría lo mismo antes de comenzar su primer partido de la temporada. Desayunó fuertemente sabiendo que necesitaría todas sus fuerzas para poder vencer ya que el Quidith era un deporte duro. Además del hecho añadido de que no quería decepcionar a Fred después de su ultima conversación. Antes del partido habló brevemente con Fleur la cual le deseo suerte en el partido y le dio un beso en la mejilla, que hizo que Harry se ruborizara ligeramente y que el resto de chicos de la sala común de Gryfindor le miraran enojados. Finalmente, se dirigió a los vestuarios, donde Fred y George esperaban ya al resto del equipo. Fred parecía muy nervioso y en ese momento se pareció mucho a Oliver Wood, el anterior Capitán que habían tenido. Aunque obviamente Harry no comentó ese parecido que le convertiría en el objetivo de todas las bromas de los gemelos. Poco a poco el resto de jugadores fue llegando y sentándose en sus respectivos asientos. Cuando estuvieron todos, Fred se levantó exhalando un pequeño suspiro.
-Ha llegado la hora. La hora de demostrar que todos las horas de entrenamientos han merecido la pena. De demostrar que somos mejores que esos Slytherin y dejar claro a todas las casas que este año la copa de Quidith será para Gryfindor. Si jugamos como sabemos no podemos perder, si jugamos al cien por cien, no debemos perder, pero si lo hacemos y aún así perdemos, nadie podrá decirnos que no luchamos con todas nuestras fuerzas para ganar. Así que ahora esta en nuestras manos y en las de nadie más. Todos unidos venceremos.-Dijo Fred paseando de lado al lado del vestuario. Tras decir sus ultimas palabras suspendió su mano en el aire, y el resto de los jugadores las colocaron sobre la suya.
-Venceremos.-Gritó todo el equipo al unísono.
Después de esto el equipo salió corriendo al campo, y se oyó un grito atronador proveniente de las gradas que estaban dibujadas con los colores de Gryfindor y Slytherin. Había varios profesores viendo el partido, entre ellos los jefes de ambas casas, que se mostraban una fría cortesía entre ellos. Al instante, apareció en el campo, el equipo de Slytherin, lo que provocó una fuerte oleada de aplausos por parte de la grada en la cual estaban ubicados las Serpientes. Los dos equipos se acercaron al medio del campo y quedaron uno frente al otro. Los dos capitanes de sendos equipos se adelantaron aún más y se dieron la mano ante la inquisitiva mirada de Madame Hooch. Tras esto volvieron a sus anteriores posiciones, y los jugadores de cada equipo se empezaron a colocar en sus respectivos puestos dentro del campo esperando la señal que daría comienzo al partido. Harry miraba a Alan Volesc que parecía estar muy concentrado, pero nada nervioso, ahora podría ver si en realidad era tan bueno como los gemelos habían afirmado. Harry pudo ver que a pesar de que Alan tuviese una gran escoba, la Saeta de Fuego era mucho mejor. Por fin la señora Hooch hizo sonar el silbato y todos los jugadores se elevaron en el aire.
-¡Y COMIENZA EL PARTIDO! POR FIN TENEMOS ANTE NOSOTROS EL PRIMER PARTIDO DE LA TEMPORADA QUE ENFRENTA A LOS VALIENTES GRYFINDORS CONTRA LA CASA SLYTHERIN .-Empezó a narrar Lee Jordan el comentarista de los partidos de Quidith.
Harry ascendió más alto que el resto de los jugadores como tenía acostumbrado a hacer, al comienzo de los partidos. Fue seguido muy de cerca por Volesc, el cual compensaba la peor calidad de su escoba con un manejo de la misma sorprendente. Harry no lograba despegarse de él de ninguna manera, el marcaje que le estaba aplicando era exhaustivo, y Harry tenía que mantener una concentración total para llevar la delantera. El juego era rápido y los dos equipos estaban jugando muy bien, los Slytherin sorprendentemente no estaban recurriendo a su habitual juego sucio.
-KATIE BELL PARA ANGELINA JONSHON QUE SE DESMARCA Y GOOOOOL DE GRYFINDOR QUE SE ADELANTA EN EL MARCADOR.-Siguió comentando Lee Jordan.
El partido fue creciendo en intensidad, y los goles se sucedieron en una rápida sucesión. En diez minutos el marcador marcaba un 80-60 a favor de Slytherin, que parecía un equipo nuevo. Harry sólo había logrado ver la Snitch en una ocasión, pero no la logró conseguir y poco falto para que Volesc le ganase la mano en esa ocasión. Tenía que admitir que volaba extraordinariamente bien. Harry dudaba que el duelo fuese tan igualado si su rival tuviese una escoba tan buena como la de él. El partido se fue alargando mucho ya que el duelo entre buscadores era muy igualado. Muchas veces las gradas enmudecieron ante un picado de sendos jugadores que acababa con la Snitch volviendo a desaparecer.
-Harry, por favor, coge la Snitch de una vez. Nuestros jugadores se empiezan a cansar y los suyos tienen una constitución más fuerte.-dijo Fred una vez cuando paso al lado de Harry.
-Ya lo intentó, pero no es tan fácil como parece.-Dijo Harry a la vez que se alejaba para seguir buscando.
El marcador apuntaba ya un 150-100 a favor de Slytherin, cuando los dos buscadores volvieron a descender vertiginosamente tras la Snitch. Pero en esta ocasión uno de los golpeadores del equipo de Slytherin decidió ayudar a su buscador golpeando con el bate la parte trasera de la escoba de Harry, lo que le hizo desequilibrarse. Ahora Volesc se había quedado solo ante la snitch, y seguramente la atraparía, pero éste en vez de seguir su descenso, subió de nuevo hacia arriba al ver que fue la acción de su compañero lo que había detenido a su rival. Harry no entendía porque había hecho esto, sin Harry para estorbarle Alan no debería haber tenido ningún problema para coger la Snitch. Eso mismo parecían pensar el resto de los jugadores de Slytherin que miraban con cara de desagrado a su buscador.
Ya había pasado hora y media desde que el partido había empezado. El juego era muy lento debido al desgaste físico al que se habían visto sometidos todos los jugadores durante el partido. El marcador reflejaba un 210-180 a favor del equipo de Slytherin, el resultado hacia ya rato que no se movía. Los espectadores empezaban a impacientarse tanto por la espera como el hambre, ya empezaba a anochecer y los buscadores de ambos equipos seguían su encarnizado duelo sin darse un momento de respiro el uno al otro. Harry estaba sudando mucho y jadeaba a la vez que mantenía una presión constante contra el buscador rival que tenía tan mal estado como él. Los dos buscadores volvieron a ver la Snitch y los dos sabían que este sería el último intento ya que el cansancio empezaba a ser excesivo. El viento golpeaba a Harry que estaba pareado a Alan, y se acercaban cada vez más a la pelota que daría la victoria a uno de sus dos equipos. La Snitch estaba a escasos centímetros del suelo, lo que hacia de la jugada algo muy arriesgado. Las manos de los buscadores estaban extendidas y se apartaban mutuamente para tener la mejor posición para agarrar la Snitch. Ya les faltaba poco, cuando Harry decidió arriesgarlo todo en un intento desesperado. Soltó sus dos manos del mango de la escoba y con la piernas apretadas fuertemente inclino el tronco lo más posible hacia delante. Esto le dio unos centímetros de ventaja que le fueron suficientes para agarrar la Snitch, pero al estar tan cerca el uno del otro se estorbaron cuando intentaron remontar el vuelo, lo que hizo que ambos jugadores golpeasen violentamente contra el suelo. Fue un golpe brutal, Harry veía todo doble, intentaba levantarse con la Snitch todavía fuertemente agarrada en la mano, pero no lo lograba. Los gritos que había empezado a dar los hinchas de Gryfindor quedaron apagados al ver el estado en que había quedado Harry.
-HARRY POTTER HA LOGRADO ATRAPAR LA SNITCH EN UNA JUGADA MAGISTRAL POR PARTE DE LOS DOS BUSCADORES. GRYFINDOR GANA POR 210 A 330. LOS DOS JUGADORES PARECEN ESTAR EN MAL ESTADO TRAS SU APARATOSA CAÍDA AL INTERPONERSE MUTUAMENTE EN LA ASCENSIÓN. LA ENFERMERA DEL COLEGIO SE ESTA ACERCANDO PARA VER EN QUE ESTADO SE ENCUENTRAN.-Narró Lee Jordan con voz preocupada.
Harry estaba tirado en el suelo mientras notaba como cada parte del cuerpo parecía arderle. Le dolía mucho, y por lo vago de su vista llegó a la conclusión de que había perdido las gafas, cosa que no pudo comprobar ya que sus brazos parecían no querer moverse. La sien le palpitaba fuertemente, anunciando una herida que se confirmó al empezar a ver todo rojo. A pesar de todo el dolor no soltaba la Snitch, el trofeo que demostraba su triunfo. El equipo de Gryfindor lo rodeaba y le colocaron las gafas que estaban un poco dobladas. Harry pudo ver el rostro de preocupación de sus compañeros, incluso Ron lo miraba preocupado.
-Lo conseguí Fred. Lo conseguí, no podía decepcionaros...-Empezó a decir Harry a la vez que se puso a toser fuertemente y un hilillo de sangre recorría la comisura de su labio.
-Quería que lo lograras pero no de esta manera, así no, Harry.-Dijo Fred al cual se le hizo un nudo en el estómago al ver el mal estado en que estaba Harry. Volesc estaba mal también, algún hueso roto, pero Harry se llevo la peor parte del golpe. Parecía tener algún tipo de hemorragia interna, provocada por el impacto.
La enfermera apartó a todos los integrantes del equipo que miraban a Harry entristecidos. Llevaba un frasco en la mano que le dio a beber de inmediato a Harry, el cual se sintió mucho mejor. Tras esto hechizo a Harry y se lo llevó a la enfermería, el profesor Snape la seguía de cerca llevando a Alan de la misma manera a la enfermería. Ya en la enfermería y con menos gente molestando, la señora Prompfey pudo trabajar con más calma en sus dos pacientes.
-Espero que este golpe, les ayude a recordar que el Quidith es sólo un juego, y que no merece la pena dar la vida por él.-Gruñó la Señora Prompfey dejándolos solos.
-Alan, ¿por qué antes no cogiste la Snitch cuando me quede rezagado?.-Preguntó Harry al ver que se habían quedado solos. Esa pregunta no le dejaba estar tranquilo y no pudo evitar hacerla. Alan se incorporó y sonrió ligeramente a Harry.
-¿De que sirve ganar si sabes que no lo has hecho por tus propios meritos, sino por las trampas de otra persona? Quería ganar, pero no de esa manera.-Contestó Alan Volesc quitándole importancia al asunto.-Vuelas muy bien Harry, pero el año que viene te derrotaré.
-Tú también vuelas muy bien pero ya veremos lo que ocurre en el futuro. Sólo espero que la siguiente vez que nos enfrentemos no acabemos en la enfermería.-Dijo Harry con una sonrisa en el rostro. El último comentario hizo que Alan no pudiera evitar reírse, haciendo que a Harry se le contagiara la risa. Al oír las risas la Señora Prompfey entró hecha una furia a la enfermería.
-Si pueden reír de esa manera entonces no están tan mal. Ya pueden recoger sus cosas y marchar a sus respectivas casas. Harry toma esta muleta te ayudará durante el camino y tómate esto cuando te levantes mañana.-Dijo la Señora Prompfey dándole una muleta y un frasco que contenía un líquido que Harry adivino que iba a arrepentirse de tomar.
Con la muleta fuertemente agarrada salió de la enfermería y se despidió de Alan. Había que reconocer que era agradable a pesar de ser un Slytherin. Tal vez su opinión era demasiado generalizada y no todos los integrantes de esa casa fueran tan horribles. Cuando dio unos pocos pasos hacia su sala común vio a Fleur que le esperaba y que tenía caras de pocos amigos.
-Por favor, Fleur no digas nada, no estoy en condiciones de soportar una reprimenda.-Dijo Harry con voz cansada.
-Venía a ver como estabas no a decirte nada sobre las locuras que cometes montado en una escoba. Y si al señor no le molesta podría ayudarte a llegar a la sala común. Dame ese frasco yo lo llevaré.-Dijo Fleur visiblemente ofendida por las palabras de Harry. Últimamente aparecía que cada vez que hablaba hacía daño a la gente que se preocupaba por él. Fleur agarró el frasco y se coloco a la derecha de Harry. Se colocó su brazo alrededor de los hombros para cargar parte de su peso, y ayudarle en la marcha.
-Siento haberte hablado así. Agradezco de verás tu ayuda, sólo es que... estoy muy cansado. Parece que nada quiere salirme bien últimamente.-Dijo Harry en voz baja.
-Ya lo sé Harry, ahora si dejas de intentar no apoyar demasiado peso en mí lograremos ir más rápido.-Dijo Fleur no pudiendo esbozar una leve sonrisa a pesar de intentar parecer enfadada.
-Como quieras.-Dijo Harry apoyando la mayoría de su peso en una Fleur que no esperaba una respuesta tan inmediata, lo que le hizo trastabillar y a Harry con ella. Golpeó contra la pared y el cuerpo desequilibrado de Harry cayó encima suyo. Cuando Harry volvió a abrir los ojos vio que el rostro de Fleur estaba muy cerca del suyo, podía sentir su aliento en la mejilla y sus ojos de un azul tan profundo clavados en los suyos. Harry se sintió muy nervioso nunca había estado tan cerca de una chica tan hermosa, sin saber que hacía se echo hacia atrás intentando recuperar el aliento.-Lo siento, no quería cargar mi peso tan rápido.
-No importa. Vamos apóyate de nuevo pero esta vez ten más cuidado.-Dijo Fleur sonriendo sin llegar a entender porque no la había besado. Hubiera jurado que había estado a punto de hacerlo, pero al final se había echado hacia atrás. Tal vez lo hubiera imaginado.
Lentamente llegaron a la sala común de Gryfindor donde todos celebraban alegremente la victoria. Los gemelos estaban usando, y promocionando de paso, gran parte de los artificios que habían creado. Verlos así le hizo sonreír a Harry, Fred parecía el de siempre, la presión del Quidith no había acabado por suerte con su carácter bromista. Harry decidió que era mejor irse a dormir para descansar, y tuvo que negarse a las invitaciones de varios de sus compañeros que parecían haber olvidado muy pronto todo el tiempo en que le habían dado la espalda. Cuando iba a empezar a subir las escaleras hacia su cuarto una lechuza apareció por una de las ventanas con un periódico atado a su pata. La lechuza aleteó y dejo el periódico en el regazo de Hermione que miró con sorpresa esa entrega, ya que ya había recibido su ejemplar esa mañana. Cuando lo abrió emitió un ahogado grito, y se lo pasó a Ron, la cual el rostro se le ensombreció. Poco a poco el resto de los alumnos de Gryfindor se fueron acercando para ver que podía contener el periódico. Harry también fue acercándose poco a poco, intentando adentrarse entre la multitud que rodeaba a Hermione. Cuando por fin llegó a su lado, Hermione le miró a los ojos y le ofreció el periódico para que pudiese leer, lo que parecía haber perturbado tanto la felicidad de la sala.
AZKABAN HA SIDO TOMADA
El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado ha regresado tal como insistía en comunicar el director de Hogwarts. Albus Dumbledore. Esta tarde hemos sido testigos de su regreso cuando con ayuda de varios de sus seguidores atacó a la prisión mágica de Azkaban, donde estaban recluidos varios de sus más peligrosos seguidores. Los primeros informes recibidos indican que en este ataque fueron ayudados por los antiguos guardianes de la prisión, los Dementores. Tras ser informados del ataque el Ministerio lanzó un ataque que fue inútil, al no calcular bien las fuerzas con que contaba el Señor Tenebroso. Por ahora se estima que murieron 5 magos durante la toma de la prisión. Por desgracia no hubo bajas en el lado del Señor Tenebroso, que huyó tras haber liberado a todos sus seguidores recluidos. Este golpe ha sido terrible y es el anuncio de tiempos muy negros. El director de Hogwarts, que estuvo en la prisión ayudando al ministerio habló con nosotros diciendo palabras de animo al mundo mágico. "Mientras estemos unidos la oscuridad no podrá vencer. No hay que sentir miedo, ya que es ese mismo miedo el que alimenta el poder de Voldemort". Esperemos que estas palabras sean ciertas y se pueda detener al Señor Tenebroso antes de que haya que lamentar más muertes.
Harry se quedo totalmente pálido, y empezó a temblar de furia. Tiró el periódico al suelo y se fue por donde había venido apartando de malos modos a todo el que se cruzaba en su camino. Había empezado. Voldemort había golpeado el primero, sin miedo ni secretismo. Había anunciando su presencia al mundo entero en un golpe que aumentaba las fuerzas que le servían. ¿Cómo detenerlo ahora?. ¿Por qué se demostraba tan insultantemente superior al resto?. ¿Por qué no podía dejar de temblar? Harry se acostó en su cama colocando la almohada encima de su nuca, y derramando lágrimas por todos aquellos que habían caído y por aquellos que caerían, pues sentía en el corazón que esto no era más que el principio.
