¿SOLTERONA?

CAPÍTULO 2

-Pensé que nunca saldría- Draco se acercó a ella desde el coche, mientras Harry, que acababa de salir, miraba la escena entre asombro y cabreo.

-¿Qué hace aquí?

-Bueno..., digamos que aun no la he escuchado decir lo siento, así que me he tomado la libertad para que me invite a cenar.

-Ah!

-O si lo prefiere, puedo invitarla yo a cenar en agradecimiento por haberme devuelto la capa.

-Se lo agradezco mucho, es muy amable, pero ya tengo la noche resuelta.

-¿Y ese compromiso no es amovible?

-Me temo que no. En otra ocasión.- a Ginny no le hizo falta ver la cara de Harry, pero estaba segura de que estaría sonriendo abiertamente.

Ginny sacó de su bolso un móvil y llamó:

-Necesito un taxis para el aeropuerto desde..- Draco no la había dejado terminar, le había cogido el móvil y había colgado.

-Déjeme llevarla, le prometo que no soy ningún psicópata ni desequilibrado psíquico.

-Esta bien.

Ginny guardó el móvil y se metió en el coche. A través de la ventanilla podía ver a Harry con cara de cabreo y en el mismo lugar. Ya se lo estaba imaginando al día siguiente, tendría un cabreo de mil demonios. Da igual, ya pensaría que hacer mañana.

Draco entro en el coche y al poco tiempo ya estaban circulando por la gran ciudad camino del aeropuerto.

-Llegaremos en unos 15 minutos.

-No tenías por qué.

-Me apetecía, no todos los días tengo el placer de ser criticado por alguien tan hermosa como tu.

-Vale! Lo siento mucho, no debí decir eso.

-No importa. ¿Te importaría contestarme a una pregunta sinceramente?

-Supongo que no.

-¿Qué hace alguien como tu trabajando para un gilipollas como Potter?

-Si te digo la verdad, no lo sé.

-¿Y....- Draco no pudo formular su pregunta porque se vio interrumpido por el móvil de Ginny.

-¿Si?- contestó esta.

-Ginny, soy Sheila.

-¿Qué pasa?

-Richard no va ha llegar, se ha quedado en el aeropuerto de Nueva York, al parecer había problemas con su vuelo.

-¿No será grave?

-Por supuesto que no, Ginny. Bueno, te dejo que he quedado con Michelle el traductor hindú que esta muy bien, espero que esta noche practiquemos un poquito el idioma.

-¡Sheila!

-¡Por favor, Ginn!

-¿Qué?

-Nada, besos guarra.

-Adiós, mañana nos vemos.

-Si me quedan fuerzas.- y colgó.

Guardó el teléfono al mismo tiempo que el coche aparcaba en el parking del aeropuerto.

-¿Pasa algo?- preguntó Draco.

-Mi amigo Richard, que al final no viene.

-En un momento así no debería decirlo, pero me alegro que no haya venido, así podemos ir a cenar.- puso en marcha de nuevo el coche y salió del aeropuerto, cogiendo la interestatal directo hacia el centro.

-¿Qué pasa aquí?-

-¿Qué quieres decir con eso?

-Me resulta bastante extraño que me trates así de bien, ¿sabes quien soy, verdad?

-Como no voy a saberlo Ginny, ¿o prefieres que te llame Ginevra?

-Entonces hay algo que no me cuadra.

-¿El qué?

-Tu comportamiento.

Draco comenzó a reírse a carcajadas, parecía que no podía parar.

-¿Qué te hace tanta gracia?

-Tú.

-¿Yo?

-Si, tu.

-¿Y eso por qué?

-Mejor te lo cuento cenando.


Ginny y entraron en un lujoso restaurante del centro de Londres. Nada mas entrar un hombre les saludo cortésmente y les hizo sentar en una mesa. A Ginny le dio la impresión de que esa mesa era exclusivamente de Draco.

-¿Vienes mucho por aquí? Parece que esta mesa te pertenece.

-Suelo frecuentarlo. Y si, esta mesa es mi preferida. Siempre me siento en esta.

-Así que traes a muchas mujeres por aquí, ¿no?

-No exactamente- dijo medio riéndose.

-¿Entonces?

-No te recordaba tan sociable, si no mas....., como decirlo....

-¿Tonta?

-No era eso exactamente.

-¿Vas a contestar a mi pregunta?

-¿Cuál?

-¿Draco Malfoy la esta eludiendo?.

-No eludo ninguna pregunta.

-¿Entonces?

-Parece ser tu pregunta favorita: entonces.

-También se decir: ¿Y bien?

-Suelo frecuentarlo porque traigo a cenar a mi madre muchas noches. ¿Decepcionada?

Ginny no contesto. No sabia por qué pero se sentía fuera de lugar.

-Deberías haberme dejado que me cambiase de ropa al menos. No hubiéramos tardado nada en ir a mi apartamento.

-Creí que aun era pronto para ir a tu apartamento, aun no hemos cenado. Se nos caería el estomago de hambre.

-Yo tampoco te recordaba tan sociable y simpático.- dijo medio riéndose.

-Es porque nunca me has llegado a conocer.

Ginny le iba a replicar pero un gran ruido capto su atención. Por la puerta del restaurante apareció Harry Potter con dos jovencísimas rubias, una a cada lado. Harry tenía una gran sonrisa en los labios, y "esas dos estúpidas barbies"-como pensó Ginny- al parecer se reían de algo que Harry había dicho. Ginny se quedó pálida y Draco lo notó.

-¿Prefieres que nos vayamos?- le preguntó tocándole la mano para captar su atención.

-No hace falta.

-No quiero causarte problemas.

-Gracias

-¡¡¡Pero mirad quien tenemos aquí!!!!- Ginny rápidamente apartó la mano de al lado de Draco- Por cierto, ¿Richard que tal esta?

-¿Algún problema Potter?

-Contigo ninguno porque aquí sobras.

-Harry, por favor ya esta.

-No te preocupes que no voy a montar ningún numerito.- y acercándose al oído de ella le susurro: Ya se como tratarte la próxima vez que quiera echarte en polvo, te pagaré 500 galeones la hora.

-Vete a la mierda

Ginny se levantó con las mejillas encendidas y salió del restaurante. La noche se había echado sobre Londres y el abrigo lo había dejado en el coche de Draco. El día no había comenzado bien, e iba a terminar mal. Draco la alcanzó corriendo cuando ya había cruzado casi una manzana, pero no se paró, siguió andando. Draco se quitó la chaqueta y se la puso a ella sobre los hombros.

-No dejes que ese estúpido estropee la noche. Si me llevas a una cocina te haré la cena.

-¿Sabes cocinar?

-Claro, y para demostrártelo te haré una tortilla que te entusiasmará. ¿Tienes huevos, pimientos y tomate?

-Ni pimientos, ni tomates.

-Entonces te prepararé una tortilla que te entusiasmará a medias.


Ginny rápidamente había recogido las cosas mal colocadas de su apartamento y mientras Draco rebuscaba en la nevera, Ginny metió toda la ropa del suelo de la habitación en el armario.

Cuando fue a poner la mesa en la cocina, Draco ya estaba batiendo los huevos y sobre la mesa había dejado dos copas de vino.

-¿Tienes jamón o atún?

-No

-¿Cómo comes si no tienes de nada?

-Suelo comer fuera, la cocina no es mi punto fuerte.

Ginny puso la mesa mientras Draco se exhibía dando la vuelta a la tortilla por los aires.

-¿Cómo lo haces? No me sale ni con las tortitas del desayuno.

-Es fácil, ven que te enseño.

Ginny se acercó a la vitrocerámica y cogió la sartén con las dos manos, a la vez Draco la rodeó con los brazos y colocó sus manos sobre las de ella. Draco casi tenía la cabeza reposando sobre su hombro. Ginny volteó la cara quedando a escasos centímetros de la de el.

-Gracias. Esta noche te has portado muy bien conmigo.

-Te lo mereces.

No supieronquien besó a quién, pero sus bocas se unieron abriéndose con el contacto y dejando a sus lenguas jugar. Dejaron la sartén a un lado, olvidándose de ella. Sin dejar de besarla Draco le dio la vuelta y la abrazó sintiéndose sus corazones. Sus bocas se separaron y se miraron durante segundos que parecieron ser años.

-No quiero hacer nada que tu no quieras o de lo que te puedas arrepentir.

-Sigue por favor.

Se volvieron a besar aun mas apasionadamente, mientras las manos de Draco comenzaban a acariciarla con mucha ternura.


N/A: Hola!!! Ya tenéis un nuevo capi. Sorry si no quedo bien o no os gusta. Gracias a todas esas maravillosas personas que utilizaron un minuto de su tiempo en escribir que les parecía mi fic. Gracias, espero que nos veamos pronto.

· Hubo alguien que me preguntó por qué Draco jugaba y Harry no. Como se comenta en el segundo capítulo, Harry tuvo un accidente en uno de sus partidos como superestrella, y se lesionó el brazo de por vida; y luego esta Draco, que se ha convertido en otra superestrella del deporte mágico, y este gracias a lo que sea ( o a mí) sigue jugando y le van muy bien las cosas.

Si tienen alguna pregunta mas, o me olvide de contestar alguna, díganmelo.

Les agradezco mucho que sigan mi fic. Hasta el próximo capi.