Disclaimer: ¿de quién son los personajes de los que escribimos en esta sección? DE J.K.ROWLING!! ¿y cuales son los míos, los propios y que no permito que nadie más los copie? Todos los que no figuren en ningún libro de J.K y que sí estén en esta historia.
Muchas gracias a:
Lizzie Black 86: Me alegra que te esté gustando y espero que este capítulo te haga seguir leyéndolo. El Codigo Da Vinci no lo he leído, pero espero hacerlo pronto..por ahora leo otro. (la historia la comencé de nuevo para arreglar algunas cosas k no me encajaban por lo tanto tu review no aparece). Espero tus próximos comentarios!! Bye!
Kaguya-tsukino: K bueno k te haya gustado el FF, lo encuentras interesante y después de este se pondrá mucho más,ahora sabrás un poco como continúa y..en cada capítulo se sabrá un poco más sobre la media esfera (creo k la voy a llamar simplemente esfera), pero todo a su debido tiempo. Al principio quise hacer un AU, pero me dí cuenta k podía ser un poco más entrete con un poco de magia no? Pero Hermione no kiere hacer mucho de esto. Con respecto a los personajes en este capi ya apareció uno y el otro..ya aparecerá, no creo k muy luego. Espero k sigas leyendo y dejes tus comentarios..este me hizo muy feliz!! XAU!
DISCULPEN LA DEMORA!! tuve problemas para subirlo...no me subía!!
Pistas
La despertó el teléfono.
Hermione distinguió la hora a la luz débil que se filtraba entre los pinos al otro lado de la ventana. Demasiado temprano para la llamada de San Francisco que esperaba con desesperación y que la informaría de que había conseguido el trabajo, de que su carrera estaba salvada.
Se apartó el cabello del rostro y descolgó el aparato.
- ¿Si?- murmuró con voz soñolienta.
Silencio.
- ¿Diga?¿Quién es?
Clic.
Se quedó mirando el teléfono y luego se incorporó en la cama, ya más despierta y capaz de recordar. Marcó el número del hospital, donde la pasaron con la UCI, y preguntó por el estado del profesor. 'Por favor, que esté bien. Que esté sentado en la cama, coqueteando con las enfermeras'.
El estado del profesor no había experimentado cambio alguno.
- Si recobra el conocimiento, dígale por favor que Hermione Granger irá a verle esta mañana- pidió Hermione a la enfermera.
- ¿Otra vez?
- ¿Cómo que otra vez?
- Pero si ha estado aquí hace unos minutos, señorita Granger.
- No.
- Su nombre figura en el registro de entrada. Tengo su firma aquí delante.
Hermione se restregó los ojos. Seguramente no habían cambiado la hoja de la noche anterior. Dio las gracias a la enfermera y colgó.
Bajo el chorro caliente de la ducha, mientras se enjabonaba el cuerpo con gel de aguacate y el cabello con shampoo de fresa, pensó en el detective. 'John Canon es mi padre', había anunciado bajo la lluvia. Luego se llevó la mano al bolsillo del abrigo para volver a sacar la placa. Esta vez, Hermione vio lo que se le había escapado en su casa: Teniente Cris Canon.
Mientras le devolvía la identificación, pensó que Cris, aún ataviado con la gabardina y el sombrero empapados, parecía más un policía investigando el escenario de un crimen que un hombre de vuelta en el hogar donde se había criado.
- Lo siento mucho- aseguró- Esto debe ser muy duro para usted. No tenía ningún derecho a apartarlo de su padre. Podría haber llamado a un taxi.
Cris Canon no respondió, sino que se limitó a guardarse la placa en el bolsillo de la pechera.
- No sabía que el profesor tenía un hijo- murmuró Hermione.
Frució el ceño, recordando la temporada que había pasado en Israel, excavando con el padre de aquel hombre, los meses que ella y el profesor se habían dedicado al proyecto Salomón, las incontables horas que pasaron hablando de sí mismos...ni una palabra acerca de un hijo.
Regresaron a la cabaña en silencio.
- Detective Canon- dijo Hermione antes de alejarse del auto- su padre mencionó algo acerca de una llave. ¿Sabe usted a qué se refería?
- No.
Hermione pensó en la antigua esfera que llevaba en el bolso. Sacó la media esfera gastada y tallada, parecían dialectos muy antiguos, tal vez runas.
- ¿Quiere llevársela? Por lo visto, es muy importante para él. Puede que despierte durante la noche, y si la bola está allí...
- Lléveselo usted. Al fin y al cabo, ha preguntado por usted.
Hermione lo miró con fijeza.
- Mi padre y yo llevamos años distanciados- explicó el detective al advertir su expresión- cuando lo llevaron al hospital, no fueron las enfermeras quienes me llamaron, sino su asistenta. Mi padre no lo sabía. No sabía que yo estaba allí. Cuando recobró el conocimiento, preguntó por una sola persona, usted.
Pronunció aquel discurso sin amargura ni rencor. Aún así, Hermione se sentía culpable, como si de algún modo fuera culpa suya que el profesor hubiera preguntado por ella en lugar de por su hijo. Su esposa, la madre del detective, había muerto largo tiempo atrás, según recordaba Hermione, y de forma violenta, pero no sabía en qué forma.
Antes de marcharse Cris Canon se ofreció a cambiarle el neumático pinchado, pero Hermione se veía capaz de hacerlo sola. En cuanto dejara de llover, dijo, porque no tenía garaje y se veía obligada a estacionarse bajo un viejo roble, cambiaría la rueda.
Esa mañana, mientras se secaba a la luz del sol, pensó. 'Los dos hombres viven en la misma ciudad, pero no se hablan..'¿Qué habrá causado semejante alejamiento?'.
Tras ponerse los vaqueros y la blusa de seda rosa regalo de un compañero de Hogwarts que le había propuesto matrimonio, Hermione se dirigió a la cocina, donde dio de comer a Crooshanks, quien de inmediato se puso a comer ronroneando. Luego se preparó una taza de café instantáneo y cogió una pequeña tablilla que había encontrado la noche anterior en la casa del profesor, no recordaba cuando la había cogido, debía ser porque la esfera le atraía más que un trozo de arzilla, pero lo había tomado junto con la esfera, la cual es de mucha importancia para el profesor Canon, puesto que solo pensaba en él mientras estaba en estado crítico en una cama de hospital.
A alguien que no conociera a John Canon tal vez le habría resultado extraño que hubiera ocultado el libro en un estuche de puros, y que la única pista que llevara a su paradero fuera el dedo de una figura pintada en un cuadro. Pero para aquellos que lo conocían, se trataba de indicios que señalaban que la tablilla formaba parte de un proyecto muy importante y secreto. Cuando el profesor trabajaba en una nueva teoría, siempre temía que sus competidores tanto académicos como profesionales intentaran robársela; era bien sabido que escondía sus notas y otros documentos de investigación en distintos rincones de la casa. Cuando trabajaban juntos en el proyecto Salomón, Hermione había encontrado algunas de las notas más cruciales del profesor ocultas en la tostadora..ahora la pregunta era '¿por qué es tan importante aquella esfera y la tablilla? ¿qué eran? ¿qué indicaban?!!'
Hermione dio un respingo al oír el timbre del teléfono. ¡De San Francisco! La llamaban para decirle que tenía el empleo.
- ¿Si?
Pero no oyó más que silencio.
- ¿Diga? ¿A qué número llama?
Clic.
Algún gracioso, probablemente alguno de sus antiguos compañeros. Le habría gustado descolgar el maldito aparato, pero esperaba la llamada que le salvaría la vida.
Hermione volvió a concentrarse en la tablilla, que tenía polvo y olor a antigüedad..estaba tallada minusiosamente, la arcilla blanca hacía resaltar las letras de un gris intenso..parecían dialectos de un alfabeto que ahora no reinaba en ninguna parte, eran tallados rectos, uno junto al otro. Si bien Hermione es arqueóloga y había estudiado varios idiomas, runas en Hogwarts, después se especializó más en ellas, ella sabía que lo que en la tablilla se describía eran runas muy antiguas, nunca estudiadas por alguien de reciente generación.
- Esto no puede ser la llave que me pidió- murmuró Hermione entre dientes mientras se preguntaba si debía regresar a la casa del profesor y examinar el estuche con mayor detenimiento.
En aquel momento la distrajo una llamada procedente de la terraza de madera que se extendía más allá de las cristaleras. Era Harry, su mejor amigo en Hogwarts..no lo veía hace tiempo y no le había dado aún su dirección. Le asombró tanto. Le hizo señas desde su habitación para que entrara por la puerta principal.
- Otra vez juntos - dijo Harry casi en un susurro desde el umbral de la puerta. Se miraron con ilusión y se abrazaron calidamente.
- Pasa, siéntate- Hermione se dirigió hacia la cocina a preparar algo para beber.- ¿cómo diste conmigo? Hace tiempo que no nos vemos..- dijo con aire de melancolía.
- Eres muy conocida Hermione, por tus libros de arqueología, tus descubrimientos...cómo no iba a encontrarte?- mencionó Harry descubriendo cómo Hermione poco a poco se hinchaba de orgullo y aparecía un leve rubor en sus mejillas. - Además trabajaste con uno de los mejores egiptólogos conocidos, John Canon, que se encuentra en el hospital, en la sala 423.- dijo todo sin miramiento alguno, sólo observando de reojo a Hermione para ver su expresión al saberse de esa información.
- ¿Y tú cómo sabes eso?- Hermione se dio vuelta para mirarlo con el ceño levemente fruncido, un poco molesta por la intimidación.
- Trabajo allí- fue la simple respuesta de Harry.
Entablaron conversación durante muchas horas. Hermione se enteró del estado de salud de Dumbledore pues Harry lo atiende particularmente. Ahora último ha estado un poco agripado.
Con la confianza que los identifica, Hermione se atrevió a preguntar algo a aquel joven que se encontraba frente a ella.
- Harry, ¿qué sabes acerca de algo llamado Codex Runicus?- inquirió Hermione con la nariz sepultada entre unos almohadones.
El teléfono volvió a sonar
- ¿Si?
Silencio
Hermione colgó
- Es la tercera vez que pasa esta mañana. Suena el teléfono, descuelgo y nada.
- ¿Ni siquiera jadeos obsenos?
Hermione fue al dormitorio en busca de un libro de referencia para runas. Harry la siguió y vió el correo electrónico en la pantalla del ordenador
- Suena desesperado- sentenció tras leerlo.
- ¿Tú crees?- replicó Hermione, distraída, mientras -hojeaba un libro en busca de alguna explicación de runas antiguas.- Estoy decidida a obtener ese trabajo en San Francisco.
- Dicen que es muy bueno, pero esto, es como rascarse una costra; acaba por no curarse. Déjalo. Quien te contrate sabe que eres buena en esto.
- De todos modos no lo he enviado. Me interrumpieron antes de que tuviera la ocasión.
- ¿Qué te interrumpieron?
- Vino a verme un detective de la policía.
- ¿Qué hacía un detective en tu casa?- preguntó Harry con la boca abierta- ¿Te has metido en algún lío?
Hermione se refirió a los acontecimientos de la noche anterior.
- Es horrible, pero ya sabía, trabajo allí..y el detective en cuestión..¿Qué te pareció?
Hermione recordó al enigmático Cris Canon y se dio cuenta de que había heredado la apostura de su padre.
- Sí, supongo que podría decirse que es guapo- admitió- Intenso.
Harry comió un bocado de bollo caliente y azucarado, y masticó antes de seguir hablando.
- Bueno, ¿vas a volver a ver al detective?
Hermione no respondió, sino que siguió hojeando con dedos furiosos un libro de referencia tan voluminoso como la guía telefónica.
Así era Hermione, pensó Harry con un suspiro. En cuanto estaba sobre alguna pista, se convertía en un sabueso. Si aplicara la misma tenacidad a otras cosas...
- Maldita sea- masculló Hermione al tiempo que dejaba caer el libro y volvía a la cocina.
El timbre profundo de la voz de Hermione indicó a Harry que su amiga estaba alterada. Casi todo el mundo hablaba con voz más estridente bajo presión, pero ella empezaba a hablar en tono aún más profundo y seductor.
El hervidor emitió un pitido.
- ¿Qué es esto?- inquirió Harry, golpeteando la tablilla y observando la media esfera, que Hermione había dejado sobre la mesa de la cocina.
- El profesor me pidió que fuera a buscarlo a su casa- respondió Hermione mientras examinaba los desvaídos tallados en la tabla.- ¿Has oído hablar alguna vez de la Codex Runicus?
Harry vertió agua caliente sobre café en un enorme tazón de cerámica marrón que había hecho ella tres años antes y firmado en la parte inferior.
- No..pero este objeto es muy extraño, es como si tuviese si tuviese vida propia- Harry observaba con tal detenimiento el objeto redondo, que es como si estuviese en otro mundo, se lo cambiaba de mano a ratos para no perderse ningún detalle - creo que no estarías tan despreocupada si vieras esto- hizo un gesto con la mano para que se acercara a él- hace un rato, esto no estaba grabado o escrito en ese idioma... antiguo?.- Harry la observó
Hermione lo miró sorprendida.
- Es verdad
- Creo que deberías ponerle más atención a esto y..encontrar una traducción para el idioma lo más rápido que puedas..gracias por el café- dijo mientras la abrazaba y se dirigía a la puerta- Te ví en el hospital junto al detective, llámame en cuanto sepas algo de San Francisco..AH! si necesitas ayuda con eso- indicó la media luna- no dudes en llamarme, tengo muchos contactos. Aún visito el mundo mágico- le dijo Harry con tono de reproche. Segundos después que se fuera llamaron nuevamente a la puerta.
Era Harry.
- Eee..no creo que la media esfera sea sólo la mitad sólo porque sí. Adiós.
No le resultó difícil cambiar el neumático, pues había aprendido a hacerlo de muy jovencita. Después de borrar el desesperado correo electrónico que había escrito la noche anterior, apagó el ordenador, cogió las llaves del auto y se volvió hacia su gato, que se estaba aseando en el sofá.
- Si llama Reed Brien, de San Francisco, dile que acepto.
Mientras guardaba la tablilla y la esfera en el bolso de lona y salía al exterior con nubes grises, recordó el comentario de Harry acerca de que la media esfera no tenía esa forma bajo ninguna explicación..pero la tablilla, ¿para qué sirve?
Muchas dudas se arremolinaban en la mente de Hermione.
Harry!! Apareció más pronto de lo k creí..lo necesitaba, no puedo hacer un fanfic sin él. ¿Qué les ha parecido? Yo lo releí una y otra vez y no dejaba de gustarme!! Bueno..eso lo dejo a criterio de uds. No supieron mucho acerca de la vida de Harry después de Hogwarts pero..todo a su tiempo ( creo k va a ser mi lema..jeje) RR!! Y sigan leyendo!!
Bye!! Parotida.
