Éste capítulo no es tan emocionante, pero esperen a que suba el nueve :) Les aseguro que les gustará . Dejen reviews :D
EL EXTRAÑO COMPORTAMIENTO DE RENATA
Al día siguiente en el Gran Comedor, los chicos tomaban su desayuno, pero Renata no estaba ahí...
-¿En dónde está Renata?- pregunta Ron mirando hacia todos lados del comedor
-En la dirección, el profesor Dumbledore mandó llamarla muy temprano- contesta Hermione sin interés
Durante las clases matutinas, Renata no asistió y Harry comenzó a preocuparse por ella, creyó la que habían expulsado por el incidente del tercer piso...
-No, el profesor Dumbledore no puede hacer eso- contesta Rena muy preocupada
Después del almuerzo, en la clase de Pociones, Snape comenzaba a caminar por las parejas de los calderos muy enojado sin saber por qué; hasta que...
-Profesor Snape, ¿Puedo pasar?- pide Renata muy apenada
-Adelante, fui avisado- Snape solo consentía las gemelas Sakaguchi, pero no de forma en que molestara a los Slytherin
Renata se sentó en su lugar, junto con Rena...
-¿Dónde estuviste toda la mañana?- cuestiona Rena enojada
-Ayudando al profesor Dumbledore con el manejo de una varita que compró en Kyoto, ya sabes que ese tipo de varitas son difíciles de manejar- contesta Renata sin voltear con Rena y sin una gota de nerviosismo, aunque la excusa fue estúpida, por eso, Rena no la creyó
-¿Y para eso toda la mañana?- pregunta Rena con incredulidad; pero la mirada de Renata la hizo callar en seguida
Al finalizar la clase de Pociones, todos estaban saliendo cuando Renata guardaba sus cosas de forma apresurada dejando un frasco fuera de su mochila, que parecía tener ingredientes que ni siquiera Hermione conocía.
Renata se dirigió rápidamente hacia el escritorio de Snape con el frasco, Harry, Ron, Hermione y Rena observaban a Renata que hablaba con Snape de forma temerosa y apresurada, éste no la miraba solamente asentía y contestaba con palabras monosílabas; al terminar la conversación, Snape solamente tenía los labios tan tensos como los de la profesora McGonagall.
Cuando Renata salió del salón, vio a los cuatro que esperaban con una mirada reprochante e interrogante...
-¿Qué?- pregunta Renata algo molesta por las miradas
-¿Qué te traes entre manos?- pregunta Ron algo molesto, no porque estuviera preocupado por ella, sino porque había tenido a Harry con el alma pendiente de un hilo
-¿Qué quieres decir con eso?- pregunta Renata haciéndose la occisa
-Primero no asistes a clases en toda la mañana, llegas a mitad de la clase de Pociones, le entregas un frasco lleno de cosas raras a Snape y luego sales del salón como si nada- agrega Hermione más indignada que enojada
-¿Creen que lo hago a propósito?, ¡Claro que no!, el profesor Dumbledore me llamó y estuve con él todo el tiempo, eso es todo; sino me creen, ¡No me importa!- Renata se abre paso entre los cuatro y se va apresuradamente hacia la Torre de Gryffindor
-No sé por qué no le creo- comenta Rena muy preocupada
-Yo tampoco- agrega Harry algo serio
Cuando regresaron a la Sala Común, Renata estaba sentada en un rincón leyendo un libro viejo y grueso y no se le veía la cara. Harry quiso hablar con ella, pero...
-¡Hola, Harry!, ¡Harry, Harry!, ¡Ya toda la Torre lo sabe!, ¡¿Es verdad, Harry?!, ¡¿Es verdad?!, ¡Dime, por favor!- Colin Creevey había hecho su magnánima aparición muy emocionado
-¿De qué hablas, Colin?- pregunta Harry extrañado
Y de lo que no se dieron cuenta, es que todas las miradas estaban dirigidas, al principio a Renata, y después a él, pero los miraban, unos azorados, otros burlándose, otros molestos y celosos y algunos pocos interesados y sonrientes
-Bueno, es que Peeves me dijo que... bueno, se encargó de decírselo a todo el colegio, creo... ¡Pero todo Gryffindor lo sabe!, ¡Y quería preguntarte para cerciorarme!- Colin hablaba tan excitado que por un momento creían que se inflaría
Renata había bajado un poco el libro, para echar un vistazo, y ella notó fuertemente las miradas de algunos sobre ella y sobre Harry y sabía por donde iba el asunto que Colin quería decir
-¡Colin, ¿Puedes terminar tu frase?!- pide Harry desesperado
Cuando Colin iba a responder, los gemelos Weasley, que en esos días frecuentaban mucho la Sala Común de Gryffindor para recordar viejos tiempos, lo aventaron y le dieron unas palmadas amistosas a Harry
-¡Harry, amigo!, ¡Por fin te atreviste!, ¡Sabíamos que pasaría tarde o temprano!- dice George orgulloso
-¡Felicidades, casanova!, ¡Ya era hora!, ¡Aunque es obvio que cualquiera no se hubiera resistido!- agrega Fred con el mismo tono
Renata mira su reloj y se dirige al retrato de la Señora Gorda para salir, además, no quería escuchar lo que Fred y George decían a Harry
-Kawaii Amorío- dice Renata en voz baja
El retrato se movió, pero el barullo que formaban Fred y George era tan grande que nadie se dio cuenta
-Harry, amigo; debes sentirte grande por haber be...- Fred no pudo terminar la oración porque un libro grande y viejo lo golpeó en la espalda con tal fuerza que lo tiró; todos se quedaron callados y voltearon a todos lados, pero no vieron a nadie, aunque Harry reconoció de quién era el libro: era el que Renata estaba leyendo.
Fred se tocaba la espalda algo adolorido mientras algunos reían a carcajada suelta
En menos de lo que canta un gallo, Harry buscaba a Renata por los pasillos de Hogwarts, pero no la encontraba por ningún lado. Se encontró a Peeves que durante un largo camino, estuvo bailando y cantando una cancioncita que decía: "Harry Potter y Renata Sakaguchi se besan y se aman a escondidas de todos en Hogwarts. ¡Mua, mua!, te amo, te quiero".
Cuando Peeves se aburrió de que Harry no lo pelara, se fue con su canción a otro lado, aunque en los oídos de Harry aún resonaba la voz de Peeves con su canción.
Harry llegó a la gárgola en dónde estaba la oficina de Dumbledore, mira en todas direcciones y ya se sentía desesperado y enfadado de buscarla, pero añoraba encontrarla
-¿Me estabas buscando, Harry Potter?- cuestiona la voz que Harry añoraba a escuchar
-¡Renata!
-¿Qué quieres?- Renata tenía un tono y una mirada fríos y fulminantes
-Bueno, saber por qué has estado actuando de una forma extraña- contesta Harry muy serio y tratando de no transmitir que la mirada de Renata le afectaba
-¡¿Tú también?!, ¡Ya les dije que estaba con el profesor Dumbledore!, ¡¿Así me demuestras que me quieres, no creyéndome?!- Renata estaba más enojada que nunca, además de que parecía que su enojo no era por la cuestión de Harry, sino que parecía estar molesta por otra razón
-No quise que pensaras eso- Harry trataba de controlarse
-¡Oye!, no estoy haciendo nada malo, solamente ayudo al profesor Dumbledore, solamente eso- Renata comenzaba a calmarse, pero su típico tono frío no desaparecía
-Está bien, te creo, pero ¿Por qué te enojas tanto?
-No me gusta que hablen de asuntos ajenos y que los celebren como si fuera lo mejor del universo- contesta Renata mirando el piso
-¿Te refieres a Fred y George?
-No solo ellos... ese poltergeist que no se puede quedar callado
-Peeves; no te enojes por Peeves, siempre ha sido así, nunca ha habido un secreto en el castillo porque todo lo revela Peeves
Por un tiempo, los dos se quedaron callados, hasta que Renata sonríe de manera irónica...
-... Así que... ¿Te sientes grande por haberme besado?
-¡NO!, ¡CLARO QUE NO!, yo no veo lo que hicimos como un logro o algo que deba saber todo el colegio... lo hice porque lo sentí, solamente por eso- contesta Harry muy nervioso, pero sus palabras tenía un tono seguro
-¿Solamente porque lo sentiste o porque querías hacerlo?- las preguntas de Renata tenían cierto aire de interés
-Renata, ¿Por qué me preguntas eso?- Harry se sentía muy nervioso y las preguntas de Renata lo incomodaban
-Solamente contéstame
-... También quería hacerlo... ya te dije que te quiero, Renata- el "te quiero" de Harry sonó tan honesto que Renata se sonrojó mucho, pero no por eso dejó de mirar a Harry a los ojos
-... ¿Estás seguro de ese "te quiero"?- pregunta Renata con miedo
-¿Sientes que soy honesto?- cuestiona Harry muy firme, ahora la nerviosa era ella
-... Sí- Renata abrazó a Harry con muchas fuerzas y cerró los ojos mientras recargaba su cabeza en el pecho de Harry, éste le devuelve el abrazo por la cintura
En el día de Hallowen, Ron, Hermione y Rena decidieron ir a Hogsmeade, pero Renata quiso quedarse a terminar sus deberes, pues iba muy atrasada en ellos y Harry tenía que cumplir el castigo por haber faltado a las normas del Colegio.
-No te preocupes, Harry, te traeremos algo de cerveza de mantequilla, llevo bajo la túnica un recipiente lo suficientemente grande como para traerte un litro y medio- dice Ron muy seguro, esto no agradó mucho a Hermione, pero sabía que de nada serviría rebelarse contra semejante idea
En seguida, Filch lo puso a trabajar, primero debía de limpiar el baño de los hombres de manera manual sin ayuda de la varita y después que terminara, debía regresar con Filch para seguir con su castigo.
Exhausto de las manos de tanto frotar los escusados, Harry fue puesto a trabajar con Hagrid, aseando las cajas de las hormiposas de antenas doradas, que para colmo eran sumamente diminutas, y aunque todavía no podían volar, eran muy escurridizas, se metían por todas partes, impidiendo que Harry las tomara para ponerlas en un recipiente del que no pudieran escapar. Todo esto tomó mucho tiempo, pues las hormiposas trataban de escapar del recipiente y Harry tenía que estarlas vigilando cada 5 minutos.
Aunque Harry bebió un poco de té en la casa de Hagrid, tenía mucha hambre, y lo mejor de todo, es que la hora de comer había llegado. Muy contento se fue al Gran Comedor, esperando ver a Renata tan siquiera por un rato, pero tal fue su desilusión al no verla en el Gran Comedor...
-Ginny, ¿No has visto a Renata?- pregunta Harry
-Sí, vino a comer, pero se fue muy rápido, creo que tenía prisa- contesta Ginny muy seria
Harry se sentó a comer al lado de Ginny y sus amigas, las cuales contaban cosas estúpidas para llamar la atención de Harry, pero éste no les ponía atención, solamente pensaba en que le faltaba más trabajo fatigante y asqueroso por realizar, pero luego podría asistir al banquete de Hallowen, ya que ahí se anunciarían los nombres de las personas que participarían en el Torneo de los Cuatro Magos.
Un poco más tarde, Harry escuchó mucho barullo en los terrenos de Hogwarts y concluyó que las tres escuelas faltantes habían llegado; así que se asomó por una pequeña ventanita de donde estaba y logró notar muy bien que todos los alumnos estaban nerviosos
Pudo observar que los terrenos de Hogwarts estaban abarrotados de estudiantes y que todos los alumnos que habían ido a Hogsmeade regresaron para recibir a todos los alumnos de las otras escuelas. Hasta que entró Filch en la habitación...
-Vamos, Potter, tienes que recibir a los "Huéspedes"
Harry salió de la habitación y bajó a toda prisa para llegar a los terrenos de Hogwarts. En donde se encontró con Ron, Hermione y Rena, los cuales estaban muy emocionados y comentaban sobre los nuevos alumnos de las escuelas
-La vez pasada estuvo Krum, ¿Lo recuerdas, Harry?- comenta Hermione muy emocionada
-Sí- Harry también estaba muy emocionado, aunque- ... ¿Dónde está Renata?- todos voltearon a su alrededor, pero ni rastros de ella
-No lo sé, estaba con nosotros hace un momento- contesta Rena desconcertada
La encontraron hablando con el profesor Dumbledore muy seria y ésta también...
-Eso ya no es normal- comenta Ron algo molesto
-¿Oíste?- pregunta Hermione callándolos muy seria, todos los alumnos también parecieron haberlos escuchado y voltearon al cielo o al lago, que era por donde habían llegado la última vez, pero ni rastros de ellos
-¡Miren!- gritó Parvati Patil apuntó hacia una punta del castillo y entonces vieron los mismos caballos alados jalando un carruaje de Beauxbatons en dirección al centro de donde estaban todos los alumnos
Una ola de asombro los llenó a todos, pero no como la primera vez, pues ya habían visto ese carruaje antes, al menos los de la generación de Harry, sí. Cuando hubieron aterrizado en el césped, Madame Maxime salió del carruaje y miró a Dumbledore que se acercaba a ella; seguida de ella, salieron varias chicas que eran más pequeñas que ella, y todas miraban el castillo con desagrado y repugnancia
-Oh, ¿Tenemos que estag aquí?- se queja una chica cejona y llena de acné
-¡Dumbledog, queguido!, es un placeg vegte, tan bien- todos estaban asombrados por el tamaño de Madame Maxime a excepción de quienes ya la habían visto antes
Antes de que los dos pudieran seguir su conversación, se escuchó el zumbido de algo que venía también del cielo, entonces voltearon y se encontraron con la agradable sorpresa de que el Barco de Durmstrang se acercaba volando hacia ellos a toda velocidad. Hasta que tocó el césped y todos esperaban impacientes a que salieran todos los del barco, pero para su asombro, solamente salió un hombre más joven que cualquier maestro de Hogwarts y saludó a todos con una agitación de su mano (Brian Seekman, es un hombre sumamente joven, apenas cumple los 50 años y es directo de Durmstrang; es alto guapo y fornido, de pelo castaño y ojos verdes como los de Harry).
-Bienvenido, Brian Seekman, espero que no hayan tenido problemas en el viaje- comenta Dumbledore con una sonrisa
-No, descuida, Dumbledore, estamos bien- luego se dirigió al barco- ¡Vamos!- varios varones y chicas salieron del barco y miraron el castillo sin ninguna repugnancia, al contrario, parecían agradecer que el barco estuviera detenido y que sus pies por fin tocaran suelo- ¡Madame Maxime!, ¡Un placer verla!- comenta Brian al ver a Madame Maxime
-Igualmente- contesta Madame Maxime muy seria
-Solamente faltan nuestros invitados orientales- contesta Dumbledore más serio
-¿El Colegio Yokohama de Magia y Hechiceguía Japonesa?, no gueo que tengan opogtunidad congta nosogtos- comenta Madame Maxime muy arrogante y orgullosa
Harry notó que Rena y Renata se molestaban por el comentario de Madame Maxime, y solamente trataban de matarla con la mirada...
-Sino fuera de Hogwarts en éste momento, te aseguro que le respondería- comenta Renata muy molesta
-Tranquila- dice Ron algo temeroso
Esperaron un momento, pero no llegaban, y los dos directores comenzaron a desesperarse más de lo que pensaron...
-Dumbledore, pienso que sería mejor retirarnos, creo que se intimidaron...- comenta Brian muy serio y molesto, pero no terminó la oración porque se sintió un ligero temblor que todos sintieron muy espantados
-¿Qué fue eso?- pregunta Rena con mucho miedo
La tierra volvió a temblar más fuerte y ésta vez no paró
-¡Está temblando!- grita Hermione histérica abrazándose de Ron muy fuertemente
-¡Auxilio!- gritaron Parvati y Lavender
Todos los alumnos, tanto de Hogwarts, Durmstrang y Beauxbatons, estaban tan asustados que veían el piso con terror y trataban de correr por todos lados.
Hasta que de lejos se vio que de entre la tierra, salía la cumbre de una pagoda enorme, los alumnos dejaron de correr y vieron cómo la pagoda gigantesca crecía a medida que salía de entre la tierra. Cuando todo finalizó, Harry y los demás la miraron con la boca abierta, incluso Rena y Renata.
-Creo que, nuestros amigos de Yokohama han llegado- comenta Dumbledore con una sonrisa satisfecha, mientras que los rostros de Madame Maxime y Brian se mostraban molestos y desesperados
De la Pagoda gigantesca, salió un hombre de rasgos orientales y muy sonriente, llevaba ropas japonesas, y sobre ellas, una túnica color rojo vivo, parecía tener la misma edad que Dumbledore y sus gafas eran idénticas a las de él
-¡Ah!, ¡Dumbledol, amigo!, ¡Qué gusto velte!- saluda el hombre muy emocionado
-Buenas noches, Hironobu Toda, espero que estén bien- Dumbledore estrechó la mano de Hironobu
-Madame Maxime, Blian, un gusto- Hironobu notó el desprecio de los otros directores, pero no dijo nada
-Igualmente- contestaron los otros dos de mala gana
En el Gran Comedor, todos estaban dispuestos a escuchar, quiénes serían los campeones de cada colegio. Los alumnos de Durmstrang estaban sentados con los Slytherin, los de Beauxbatons con los de Ravenclaw y los de Yokohama con los de Gryffindor. Todos los alumnos miraban la decoración del Gran Comedor, que como siempre, era estupenda, los esqueletos bailarines repetían una y otra vez su coreografía, mientras que las velas bailaban al son de la música, las calabazas colgadas del techo movían la boca de manera macabra y el cielo estrellado brillaba a todo su esplendor.
Los directores estaban discutiendo en la mesa de profesores y el banquete avanzaba con gran éxito; ésta vez, ningún alumno de otro Colegio se molestaba en criticar Hogwarts, puesto que tenía mucha hambre y aparte estaban muy nerviosos.
Para Harry, todo marchaba a la perfección, además de que él y Renata platicaban animadamente sobre el Torneo de los Cuatro Magos...
-La verdad, de haber sabido que mi antiguo colegio iba a participar en esto, no me hubiera cambiado de escuela- comenta Renata muy apenada
-¿Estás arrepentida?- pregunta Harry algo triste
-No, pero me gustaría ser la representante; ya sabes, uno le toma amor al colegio- contesta Renata muy sonriente
-Sino salgo entre los campeones de Hogwarts, espero que sea alguien de Ravenclaw o de Hufflepuf, porque dejar que Malfoy sea el que entre... no quiero ni pensarlo- interrumpe Ron algo pesimista
-No te preocupes, Ron, de ti a Malfoy, creo que el Cáliz te elegirá a tí- contesta Renata con una sonrisa tierna
-No soportaría que fuera Malfoy- comenta Hermione muy indignada
-Ni de broma sale, Hermione- agrega Rena con una leve risita
Renata y Rena voltearon detrás suyo al sentir que alguien les tocaba el hombro de manera afectuosa...
-¡Profesor Toda!- dijeron las dos al mismo tiempo y muy contentas
-Hola, niñas, espelo que se estén diviltiendo mucho- dice Hironobu muy sonriente
-Sí, gracias, profesor- contestan las dos con una inclinación respetuosa
-Las extlañamos mucho... ojalá y sean elegidas por el Cáliz de Fuego pala competil pala su nuevo Colegio- agrega Hironobu con una sonrisa triste
-Sería un honor competir para su escuela, profesor Toda- agrega Renata con ternura
-Muchas glacias, pelo ahola deben selvil a su Colegio, siemple selán mis alumnas más quelidas y que más ploblemas me han causado- dicho esto, de manera afectuosa, Hironobu se fue en dirección a la mesa de profesores; Renata volvió la mirada con los demás, mientras que Rena volteaba a las demás mesas
-No le crean, nunca dimos problemas- dice Renata al ver las caras de burla que ponían todos
-Sí, claro- contestan los tres muy incrédulos
Rena pareció haber visto algo que le llamó la atención y en seguida jala la túnica de Renata
-¿Qué pasa?- pregunta Renata viendo a Rena, ésta no responde y solamente apunta hacia el pasillo y vio que un chico se acercaba hacia ellas. Aunque es chico no estaba nada mal, Renata no pudo dejar escapar un pequeño gemido (El chico era alto y guapo, tenía los ojos negros profundo y el cabello negro como el de Harry, solamente que el de él, era lacio y un poco largo, hasta el hombro, que se lo sujetaba en una coleta que lo hacía verse más atractivo).
-¡Oh, no!, ¡Trágame tierra!- dice Renata tapándose con el cuerpo de Harry, que la miraba como un bicho raro
-¿Qué te pasa?- pregunta Harry
-Solamente, tápame- pide Renata muy apenada y avergonzada, además de nerviosa
-Por favor, Harry, hazle ese favor- agrega Rena muy nerviosa mientras ella se mete debajo de la mesa
Todos los Gryffindor las miraban muy extrañados y avergonzados de su comportamiento, pero no por eso dejaban de reír y comentar que las dos estaban locas y que la venida de su antiguo colegio les hacía daño; además de que Parvati y Lavender cuchicheaban sobre que ese chico que se dirigía a ellas, era el novio de Renata y que si la veía muy contenta con Harry, la tronaría, cosa que no era cierta.
Harry se sentía estúpido, si Renata quería esconderse de ese chico, taparse con el brazo de Harry no era la mejor forma de hacerlo, porque, en realidad, no la tapaba para nada. Aunque a Harry se sobre saltó por algo, la cicatriz comenzaba a arderle un poco.
-¡Konnichiwa, Lenata!- saluda el chico muy contento
Todas las chicas de alrededor se quedaron boquiabiertas al verlo y se sonrojaron poniendo cara de tontas soñadas, además de que el chico era guapo, su voz era tan varonil que cautivaba a cualquier chica, aunque parecía que Renata era la excepción, ya que al escuchar que la saludaba, suspiró algo resignada a verlo.
ReNaKrIzNeE
