Disclaimer: Ninguna cosa que puedas reconocer aquí es mía, No ganó nada con esto. Por decirlo de alguna manera, es "Por Amor al Arte".


¿Casualidad v/s Destino?

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ººº

o.O por BeThLeHeM O.o

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Capítulo 2: "Nuevos Lazos e Incidentes"

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El destino es el que baraja las cartas,

pero nosotros somos los que jugamos.

William Shakespeare

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Miraba a todos lados. Asustada, más que asustada, desesperada. Nueve, Diez, Nueve, Diez, Nueve, Diez. Ni rastro de 9 y 3/4. Y en su reloj, las 10:37 am. Suerte que había llegado temprano, pero si seguía así, no le serviría de nada. Empezó a mordisquearse las uñas, con aire abatido. Arrastró su baúl, y lo apoyó en una pared, cercana a la plataforma 9. Y que otra cosa podía hacer. Su padre la había ido a dejar, pero tuvo una emergencia y la dejó allí, no sin antes despedirse y repetirle mil veces que les escribiera. Se preguntó si tendría que sacar la varita y ponerse a apretar ladrillo por ladrillo, para poder entrar, como lo había hecho un amable anciano, al entrar al Callejón Diagon. Por suerte no había comprado una lechuza, por que le mirarían más raro de lo que le miraban ahora. Se sentía totalmente perdida. Y ahora tomaba en cuenta la posibilidad de que fuera una broma, de su hermana seguramente, para hacerle creer que era una bruja.

Nueve. Diez. Nueve. Diez. Nueve. Diez. 10:42 am. Nueve. Diez. Nueve...

- ¿Nueve y tres cuartos?- llegó la voz de un niño a sus oidos que se pararon como antena parabólica.

- Si, camina de una vez, que nos tengo todo el tiempo...-le replico una voz de mujer.

Se levantó de inmediato, buscado con ansiedad su unica esperanza. La esperanza de que esono fuera un sueño.

Una mujer alta, de cabello negro recogido, porte elegante y finura al andar, empujaba a un niño de cabello negro con un brillo una tanto azulado. El chico llevaba una lechuza. Eso le bastó a la niña para acercase. Cuando llegó a su lado, la mujer ni siquiera la miró, simplemente la ignoró. Pero la niña no estaba dispuesta a rendirse, asi que tomo el brazo de la mujer para llamar su atención.

- Disculpe- dijo la niña. La mujer desvió su vista hacia ella, la miró de arriba a abajo, y con un dejo de desprecio pregunto.

- ¿Que quieres, niña?

- Me preguntaba si podría decirme como llegar a la plataforma 9 y 3/4- la mujer la miró extrañada.

- ¿Cual es tu nombre?

- Lily Evans- contestó la pequeña preguntándose a que venia esa pregunta.

- Evans... Eres Sang... digo, ¿muggle?-dijo casi con asco.

- Mis padres son muggles, si...-respondió la niña, con aire confundido.

- Fuera de aquí, Sangre Sucia- dijo la mujer con repugnancia, mientras de deshacía de la mano de la niña en su brazo, con un brusco movimiento. La niña perdió el equilibrio, y cayó en medio de un grupo de turistas que pasaba por ahí. El niño que acompañaba a la mujer, había estado mirando, muy atento la conversación. Y ella, la niña, en su caída, vio como el, se encogía de hombro con el rostro abatido, como si se disculpara.

Una vez en el suelo, un japonés, la ayudo gentilmente a levantarse, cuando miró al lugar donde estaba la mujer y el niño, no había nadie. Desesperada se paró y busco con la mirada en los alrededores, a madre e hijo. Pero nada.

- Maldita vieja...

Pero más que enfadarse con la mujer, se empezó a angustiar. Había estado a punto de saber, como llegar a la plataforma, y lo había perdido todo. Maldita vieja. Suspiró. Ahora ¿qué podía hacer? Esperar a que otra vieja loca la insultara. De alguna u otra manera, iba a llegar a la condenada plataforma.

- ...Rayos, Rayos, Voy a llegar tarde, y la estúpida lechuza no deja de gritar...

Otra vez llegó a sus oídos una posible salvación. Se volvió y vio a un pequeño niño de espeso cabello rubio, y ojos oscuros. Corrió hasta él y le cogió del brazo.

- ¡¿Me podrías decir como llegar a la maldita plataforma 9 y 3/4?!

- Si supiera, encantado, pero mi maldita hermana se fue y me dejo abandonado por unos de sus imbesiles amigos... Lamento decir que es ella la que sabe como llegar, no yo...-concluyó bajando la mirada.

De inmediato su ira se esfumó, y sintió pena. Que su propia hermana lo dejara así. Se sintió bastante identificada. Ya tenían dos cosas en común, no sabia como llagar a la condenada plataforma y tenían una hermana a quien odiar.

- No te preocupes, ya somos dos, las hermanas no sirven para nada que no sea molestar... -le dijo ella, con intención de animarlo.

- Dímelo a mi, que tengo 3... y una estúpida lechuza que no para de gritar...

- ¿No que las lechuzas ululan?

- Que se yo... es lo que menos me importa...

De repente, de la nada, o más bien, de una de las paredes, próximas a ellos, salió una chica, un poco alta, rubio y de ojos celestes. Tenía una expresión de furia, que daba miedo. Tenía un leve parecido con el chico que estaba a su lado.

- ¡Peter! ¡Te dije que no te perdieras! ¡Ven aquí maldito engendro del demonio! ¡Enano estúpido!

- wala... mi hermana- masculló le chico, a Lily. Y agregó con en voz alta- ¡Y tu crees que yo quise perderme! ¡Estúpida Arpía! ¡Cállate y dime de una buena vez como llegar a esa plataforma!

- ¡Solo tienes que cruzar esta maldita pared, inútil!- y dicho esto, lo tomó y lo empujó contra la pared.

Lily vio como el chico se iba a estrellar con la pared. Pero milagrosamente solamente la atravesó como si fuera una ilusión óptica. La chica tomo el baúl de su hermano y se dirigió a la pared.

- ¡Espera!- la joven se dio vuelta de inmediato.

- ¿Qué?-preguntó una tanto agresiva.

- ¿Cómo se cruza esa pared?

- Exactamente así...- y dicho esto soltó el carrito de su hermano, y tomó a Lily de los hombros y la empujó contra la pared. Lily Evans cerró fuertemente los ojos, esperando el impacto. Pero no llegó. Solo escuchó un ruido y unos gritos.

Abrió los ojos, y dirigió su mirada al alboroto. Debajo de su baúl y sus maletas, estaba el chico rubio, que seguramente no había alcanzado a quitarse de la entrada. Entrada, ¡había entrado!

Miró a su alrededor, y vio una fantástica locomotora escarlata, con un emblema, el mismo que tenia la carta que había recibido. Sintió un impactó por la espalda. Ahora ella estaba tumbada en el suelo, con un baúl en la espalda, y encima de este una chica que chillaba como desquiciada.

Cuando lograron levantarse los tres, poner los baúles en los carritos y calmar un poco a la alterada lechuza, ella se quedo mirando estupefacta el ambiente. Pero no le duró mucho la inspección.

- ¡Vamos! ¡¿Quieres quedarte plantada ahí para que te vuelvan a arrollar?! ¡Créeme, no es agradable estar abajo de todo!- dijo el chico con un poco de amargura, ya que había estado a punto de ahogarse. Dicho esto, la agarró del brazo y la arrastró a una de las entradas. Con esfuerzo subieron los baúles y por suerte encontraron un compartimiento desocupado.

Ambos niños se dejaron caer en los asientos y dejaron los baúles en la entrada.

- Creo que me rompí la columna...-murmuro el niño

- Pues yo me hice papilla los pulmones...- el niño se movió, y un crujir de huesos lo alarmó- ¿Qué fue eso?-pregunto Lily temiéndose la respuesta.

- Supongo que mi columna... después iré ala enfermería...-añadió despreocupado.

- Puedes quedar parapléjico...-dijo la niña, no con la intención de asustarlo, sino de prevenirlo. Pero, para sorpresa de ella, el niño rió.

- No en el mundo de la magia... eres de padres muggles, ¿no?-preguntó él.

- Si...- contestó, recordando a la mujer que la había empujado tan groseramente.- Oye, que significa... erm... como era... ¡Ah! si, sangre sucia?- preguntó con inocencia. El chico se levantó de golpe.

- ¡¿Quien te dijo eso?!

- Pues... una mujer, pero eso da igual, dime, que significa...

- Bueno, es un insulto, uno de los peores... Es una forma de llamar a los magos hijos de muggles, los que no tienes la "sangre limpia" como dicen... ¿Quién te dijo eso? Yo no se lo habría aguantado...

- Pues... Exactamente la madre de él- dijo una niña apuntando al chico que anteriormente había visto junto a la mujer que la había empujado. El chico comprendió inmediatamente de que estaban hablando. Pero decidió evitar el tema, a menos que ella le dijera algo directamente.

- Hola, ermm... ¿Puedo quedarme aquí? Es que no hay otro compartimiento...-dijo el recién llegado luego miró el suelo.

Lily iba a contestar, cuando un grito, que llegó a través de la ventana abierta, la interrumpió.

- ¡SIRIUS!

El chico que esperaba en la entrada al compartimiento, lo cruzó en dos zancadas, y miró por la ventana. Afuera, un chico de gafas y negro cabello rebelde, arrastraba con dificultad su pesado baúl. A voces llamaba ¡SIRIUS! Justo en ese momento, el tren se puso en marcha lentamente.

Lily se dio vuelta, y ya no había nadie en el compartimiento, miró al pasillo, y vio al chico de cabello negro y al pequeño rubio, corriendo hacia la entrada del tren. Decidió seguirlos.

Cuando llegó, los dos niños tiraban el baúl del chico de cabello alborotado, que corría tras el tren, que había aumentado un poco su velocidad. Los 2 niños arriba del tren, intentaban despejar la entrada, para poder dejar al tercero, subir. En esto el tren pareció agarrar más velocidad y el niño tuvo que correr más rápido. Lily observo angustiada como el niño intentaba subir al tren, no teniendo éxito. Así que, Evans, se tomó de la barandilla de la escalinata para subir al tren, y le estiró la mano, al "corredor". El chico tomó la mano de la niña, y esta tiró. Pero solo consiguió que chico casi perdiera el equilibrio. Y lo volvió a intentar, pero esta vez, cuando Lily jaló el chico pegó un salto tremendo, y pudo subir al tren.

Pero no de la mejor manera. La fuerza de la niña y el salto del niño, fueron extremadamente, por decirlo de alguna manera, "energéticos". Así, que el chico terminó cayendo encima de la pelirroja, quien tenía una pierna encogida, que dio con todo el estomago del niño, y el le pegó un codazo en el pecho y en el mentón, a la niña.

Resultado, un niño morado por la falta de oxigeno y una niña viendo estrellitas si es que no tuvo un TEC cerrado (N/A: entiéndase por TEC: Traumatismo Encéfalo Craneal XD). Los otros chicos, que habían salido airosos de su batalla campal contra EL baúl, miraban atónitos la escena. Cuando el niño de gafas, empezaba a ponerse azul, el chico de cabello negro y ojos azules, reaccionó... Bueno, hizo lo que pudo, o lo que sabía. Empezó a pegarle pequeña palmaditas en la cara, mientras decía "Vamos, Jamie, reacciona, No me dejes Jamie-poo, que va a ser de mi sin ti, Jamsie, ¡despierta!" Claro, medio en broma (Eso espero...), pensando que era unajugarreta del chico de gafas. Pero el chico no reaccionaba. La niña estaba despertando de su aturdimiento, y más cuando el hijo de la mujer que la insultó, empezó a gritar.

- ¡Ayuda! ¡Socorro! ¡SOS! ¡James no Respira! ¡Help me!

La niña lo hizo a un lado de un brusco manotazo, y empezó a hacerle uno de los acostumbrados masajes cardiacos, que su padre le había enseñado, en el caso de que Petunia, su hermana, se volviera a ahogar con una patata. De repente, el niño volvió a respirar, y comenzó a toser como un maniaco.

- ¡James! ¡Pensé que te había muerto! ¡Que me dejabas solo en este mundo! ¡Jamie!-dijo el otro niño, mientras se le tiraba encima y le daba un apretado abrazo.

- Déjalo respirar- Ordenó Evans.

Cuando todos se hubieron recuperado, relativamente, volvieron al compartimiento, dejándose caer en los asientos.

- Admítanlo, fue divertido- declaró el chico de gafas, rompiendo el silencio. Evans lo miró perpleja.

- Si, pero tu baúl pesa mucho, ¿Que diablos llevas ahí, rocas?- inquirió el ojiazul.

- Pensé que me quedaba abajo- dijo el niño del cabello rebelde ignorando la pregunta del otro niño- Pero fue genial.

- Para mi no, que me dejaste viendo estrellitas- opinó Evans.

- Ustedes dos están locos- dijo el bajito, mientras Evans asentía dándole la razón. Los dos amigos solo se dieron una mirada cómplice, un tanto desquiciada a juicio de una persona normal. Luego de un rato de silencio Lily habló.

- Aun no se sus nombres

- Tú eres Lily Evans- dijo el niño ojiazul.

- Yo, Peter Pettigrew- se presentó el rubio.

- James Potter- dijo el de gafas.

- Y yo soy Sirius Black... disculpa, a veces mi madre es un poco... grosera... siento que te halla tratado así, yo...

- No importa...- le cortó la niña- fue tu madre, a veces las madres son un castigo, vieras a la mía cuando supo que era una bruja...

- ¿Eres de padres muggles?-preguntó James con curiosidad.

- Si... ¡¿Algún problema?!-saltó la chica, un tanto paranoica.

- No... solo preguntaba...- contesto el chico un tanto confundido.

- Sorry, es que, estoy un poco saltona... la madre de ese- apuntó a Sirius- y el otro día, en el Callejón Diagon, un peliteñido rubio, imbesil...-masculló la niña.

- ¿Lucius Malfoy?-preguntó Sirius

- Si, creo que así le llamaron...

- Su pelo es natural...-dijo Sirius con una sonrisa.

- Vaya marica- murmuró Lily- parece que le hubiesen meado encima...

Los chicos se carcajearon ante las declaraciones de la chica.

- Oigan...-los chicos seguían riendo- Ya, paren de reír...-sin resultados, la niña empezó a hartarse- ¡Rayos! ¡Dejen de reírse de mí!

- No nos reímos de ti- dijo James entre risas- nos reímos contigo, que es distinto.

- Si, claro...-dijo Evans en un tono que dejaba muy en claro, que no les creía una palabra.

- Ok, dinos

- ¿Me podrían explicar eso de las casas?

- Claro, cuando llegas a Hogwarts, te eligen para una casa: Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff o Ravenclaw- dijo James

- ¿Y cómo te eligen?

- Eso nadie lo sabe, se supone que tienes que descubrirlo...-dijo Sirius.

- Mary Jane, mi hermana me dijo que era doloroso- dijo Peter con una nota de miedo en su voz- pero no le creo mucho...

- No creo, mis padres no hablarían de su selección con tanta "emoción y nostalgia" si fuese doloroso- habló James.

- Puede que tengas razón- concedió Peter.

- ¿En qué se diferencian las casas?- quiso saber Lily.

- Cada casa tiene sus requisitos, por llamarlos de alguna manera- dijo Sirius, y al ver la cara de Evans agregó- características que debes cumplir para pertenecer a alguna casa.

- En Slytherin están los malos, en Gryffindor los buenos- dijo James.

- Y como te juzgan si eres malo o bueno, o imagina, eres malo, y después ¿no puedes arrepentirte?-preguntó Lily preocupada.

- O sea, no es que seas bueno o malo, en realidad es si eres astuto o valiente- dijo Sirius

- Si prefieres tu pellejo al de los demás, vas a Slytherin; pero si prefieres el pellejo de los demás antes que el propio, estarás en Gryffindor- aclaró James.- Por eso es que Slytherin y Gryffindor siempre se han llevado mal, por que tienen características opuestas.

- Si, creo que ya entiendo, ¿Y las otras 2 casas?

- Son casas neutrales, Ravenclaw: los inteligentes; Hufflepuff: los tontos.- dijo Peter.

- ¿Tontos? Eso me suena a una adaptación de lo que era originalmente, como eso de buenos y malos- dijo Lily astutamente.

- En realidad si, más bien sería: razonadores, pensadores, lógicos, que se yo, al final inteligentes, tu entiendes, y bueno en Hufflepuff estan los que les gusta "el trabajo duro", los esforzados, trabajadores, los de bueno corazón también, pero sobre todo los perseverantes, al final: tontos.- dijo Sirius.

- Mmm...Y... ¿Si no quedas en la correcta?

- Eso no ocurrirá, de alguna manera, siempre quedas en la correcta, aun que a veces no te agrade

- ...Yo voy a ir a Slytherin, y no quiero...-dijo Sirius, más para si mismo, que para alguien.

- Sirius, te dije que eso no tiene nada que ver- le regañó James.

- ¿Por qué? ¿Qué paso?- pregunto un curioso Peter.

- Es que Sirius cree que va a quedar en Slytherin por que toda su familia a sido Slytherin- relató James.

- Y así es- murmuró el joven Black.

- Pero tú eres diferente- le respondió Potter.

- No me vengas con eso, tú también piensas igual, todos los Potter han estado en Gryffindor, tú también lo estarás- dijo Sirius.

- Si, pero eso no tiene por que repetirse contigo, tu eres diferente, de otro modo no serias mi amigo- le dijo James.

- Pero, lamentablemente soy un Black, y eso me condena a Slytherin

- ¿Y qué tiene de malo ir a Slytherin?- preguntó Evans ingenuamente.

- Es que no lo entiendes, de Slytherin salen todos los magos tenebrosos... Y para los Black, ir a Slytherin es una tradición Familiar- concluyó Sirius con amargura.

- ¿Y tus padres son magos tenebrosos?-preguntó la pelirroja con cautela.

- No... No exactamente, pero creen en la limpieza de la sangre, en que los muggles no merecen vivir, y que los sangre limpia son casi de la realeza... Ya viste a mi madre

- ¿Y tu crees en eso?

- ¡No! ¡Como se te ocurre! ¡Esa es la imbecilidad más grande que es escuchado! ¡Cada vez que escucho a la señora Black dar el discurso de la pureza de la sangre, mas imbesil lo encuentro!- Sirius comenzó a gritar, como sacando afuera, los que durante años había guardado- ¡Que los muggles esto, que los sangre sucia lo otro! ¡Que ser un Black es un "privilegio! ¡Puras tonterías y Mierda nomás!

Los demás niños lo quedaron mirando, sin abrir la boca. El chico respiraba con agitación, miró a sus compañeros y se sentó. Se puso las manos en la cabeza. La niña se acercó.

- Lo siento- murmuro el niño.

- Sirius, ¿ves? ¿Acaso no te escuchaste? Eso es lo que te hace diferente.

- Si, y aun que quedaras es Slytherin, yo seguiría siendo tu amigo, para siempre... ¿Recuerdas?- dijo James, como si recordara algo. El chico Black, lo miró.

- Gracias- y dicho esto le dió una abrazo a su amigo. Luego cuando se hubieron separado, Black miró a la pelirroja.- gracias, Lily.

Esta solo le dirigió una sonrisa. El viaje trascurrió rápido. Los tres niños comenzaron a explicarle a Evans en que consistía el Quidditch, pero ella rápidamente se aburrió. Luego dijo que no había podido dormir en toda la noche, y se acurrucó en un rincón a dormir. Los chicos siguieron hablando.

Evans escuchó la puerta abrirse, y a una voz femenina hablar.

- ¿Creen que deberíamos despertarla?- dijo la voz de Peter.

- No se preocupen, ya desperté- dijo ella mientras trataba de espantar el sueño.- ¿Qué ocurre? ¡Oh! ¡Comida! ¡Me muero de hambre!

Rápidamente empezó a pedir de todo un poco, rebuscó en sus bolsillo hasta que saco una bolsa con dinero, cuando miró dentro de ella, su expresión cambió.

- ¿Pasa algo?- preguntó James, que había visto el cambió de la niña.

- Es que... me traje el monedero equivocado... me traje las libras y deje las galeons, sickles y knuts en mi casa... ¡Rayos!

Con cara de tristeza, tomó todas las cosas que iba a comprar, para devolverlas, pero los niños la detuvieron.

- Nosotros te pagamos- dijeron, y entre todos pagaron la deuda de la niña. Ella los miró con una sonrisa de agradecimiento.

- Muchas gracias.

El viaje transcurrió rápidamente, los 4 niños no pararon de hablar en ningún momento. Hasta que un prefecto le aviso que estaban por llegar y debían cambiarse. Evans los echó a patadas, así que fueron al baño a cambiarse. Al llegar a este, encontraron a unos niños haciendo "fila" para entrar. El baño estaba abarrotado de chicos. Al parecer, todas las mujeres habían tenido la misma idea.

- Hola- dijo James a tres niños cercanos a ellos, y con pinta de estar tan perdidos como ellos, o sea con pinta de entrar a primero. Uno era moreno de cabello castaño oscuro ondulado ojos verdes y muy alto para su edad, otro de cabello rubio ceniza y ojos celestes y de estatura mediana, y el último castaño claro y ojos miel, delgado, debilucho y con aspecto enfermizo.

- Hola ¿A ustedes también los echaron?-pregunto el alto.

- Si, al parecer todas la chicas están en los mismo- dijo Peter.

- Un complot, eso es lo que ocurre-dijo James convencido.

- Si, pero de todos modos vamos a tener que cambiarnos aquí, en el baño-dijo el rubio de ojos celestes.

- Aja- dijo Sirius.

- ¿Van a primero?- preguntó el alto.

- Sí, ¿ustedes también?- los tres asintieron a la pregunta de Peter- Yo soy Peter Pettigrew, el es Sirius Black y James Potter- dijo apuntándolos al revés.

- ¡No! Yo soy Sirius Black yel James Potter- corrigió Sirius mientras negaba con la cabeza.

- Ah, yo me llamo Elphias Doge-preguntó el alto.

- Matthew Figg- el rubio.

- Y yo Remus Lupin- el castaño claro.

- Miren, ya se desocupan los baños- anunció Peter. Luego de un rato, los 6 niños estaban vestidos. Cada uno fue a su compartimiento. Cuando James, Sirius y Peter llegaron a su compartimiento se encontraron con Lily esperándolos en la puerta, completamente vestida y con su cabello recogido en unas trenzas rojizas.

- ¡Dios! ¡Que lentos son, me han salido raíces!

- No exageres, además en los baños estaba lleno de chicos, seguramente ustedes las chicas se pusieron de acuerdo para echarnos de nuestros compartimientos

- Perdón pero este era mi compartimiento- dijo Evans con especial énfasis en la palabra "mi".

- ¡Eh! ¡Que yo también llegué a ese compartimiento primero!-replicó Peter.

- ¡Ya, eso da lo mismo! Lo que me interesa saber a mi es si nos has traído queso, o quizás leche, no ves que dicen que la leche de cabra es muy saludable- dijo James. Lily le quedó mirando como si estuviera desquiciado.

- ¡El que esta como una cabra eres tu! ¿De qué estas hablando?

- ¡De los quesos! ¡Que no vienes de los Alpes! ¿Cómo esta tu abuelito? ¿Y Pedro, sigue cuidando las cabras? ¿Acaso, no eres tu Heidi, la niña de las trenzas?-dijo James mientras le tomaba las trenzas y las tiraba con un poco de brusquedad. Sirius y Peter estallaron en carcajadas. Evans lo apartó de un empujón.

- ¡Suéltame! ¡No vuelvas a tocar mis trenzas o seré yo quien haga algo más que tocarte!- dijo mientras le amenazaba con un puño. Sirius y Peter intentaron disimular una risa, ante el hecho que la frase se podía tomar en otro sentido (un poco subido de tono) y por que Evans era tan pequeña y debilucha que se quebraba sola- ¡estas advertido!

- ¡No seas exagerada! ¡Apenas es una broma!- dijo James con tono conciliador- no es mi culpa que te parezcas a... "Adelaida"!- dijo con el tono de voz la Señorita Rottenmayer, la institutriz de Heidi.

En ese momento Peter y Sirius estaban por el suelo riéndose, pero el joven Black se incorporo como pudo y cantó.

Abuelito dime tú

Lo que dice el viento en su canción

Abuelito dime tú

Por qué llovió por qué nevó

Dime por qué hasta aquí subí

Dime por qué yo soy tan feliz

abuelitoooooooooooo, nunca yo de ti me alejaré - A coro con Peter.

Abuelito dime tú que el abeto a mí me vuelve a...¡Ay! ¡Hey! ¡¿Por qué me golpeas?!- preguntó Sirius mientras se llevaba una mano a la cabeza.

- ¡Por que te lo mereces, payaso!- chilló la pelirroja. Entró al compartimiento abrió su baúl, sacó una bufanda y se la puso. Luego como si ellos no existieran salió. Pero a mitad de camino se detuvo. Con paso decidido se dirigió hasta el trío. Se detuvo frente a Potter.
- Se me olvidaba algo- dicho esto, le estampó un puñetazo en la cara al chico de gafas. Estas salieron volando y el rostro del joven mago dio casi la vuelta el 360º grados. Black y Pettigrew quedaron con la boca abierta.

- ¡Y ahora que hice!- preguntó Potter enfurecido, con la mano en su mejilla.

- ¡Te lo advertí!- y sin más desapareció por el pasillo.

- Salvaje...- masculló James mientras ellos también avanzaban a la entrada del tren. Peter le había devuelto los lentes al chico. James pareció recordar algo- ¿Oye, Sirius, como es posible que te sepas esa canción?- El ojiazul enrojeció notablemente.

- Es que... bueno, yo...mi prima Andrómeda... la veía y...

- Déjalo- dijo James, mientras Peter reprimía una carcajada, sin éxito. Otra cosa que ocultaba Sirius, pensó James.

Se apresuraron a bajar de la maquina. Una vez fuera, unas ráfagas de viento los sacudieron, hasta que una figura se interpuso. Levantaron la mirada y una enorme silueta se erguía sobre ellos.

- ¡Los de primero por aquí! ¡Alumnos de primero aquí, por favor!

Como los tres niños lo quedaron mirando como si estuviesen en el zoológico, el gigante reparó en ellos.

- Hola niños, soy Rubeus Hagrid, el guardabosque, pero díganme Hagrid- dijo el hombre con voz grave, pero amigablemente. Debajo de su barba podía apreciarse una sonrisa. Esto pareció relajar a los tres niños.

Los chicos, en especial James y Sirius, tenían una inquietante curiosidad por la infraestructura del castillo, entiéndase por pasadizos secretos; salas secretas; atajos secretos, pasillos secretos, y más cosas secretas del castillo de Hogwarts. Curiosidad que quisieron satisfacer acribillando a preguntas al guardabosque. Finalmente Hagrid los convenció de que se subieran a un bote, con la promesa de invitarlos un té, claro, ellos no sabían lo peligroso que puede ser un Té con Hagrid, así que aceptaron. James y Sirius se subieron con Hagrid, y Peter con Lily, junto aun niño y una niña.

Los botecitos comenzaron a moverse, cuando se escuchó una voz.

- ¡LILY!

La aludida, dio un tremendo salto, sobresaltada por el grito a sus espaldas. Se giró.

- ¡BELL!-gritó a su vez la pelirroja, mientras se abalanzaba sobre el otro bote y abrazaba a una niña rubia, un tanto rellenita.- ¿Qué haces aquí?

- Pues, soy una bruja, y vengo a Hogwarts, como tú.

- ¿Cómo sabes que soy una bruja?

- Es la única forma de explicar que una hija de muggles esté aquí.

- ¿Tú...?¿Los Figg siempre han sido magos?- la rubia asintió- vaya... ¡¿Y cómo es que nunca me dijiste nada?!

- No podía, igual cómo tú no me dijiste que tenias magia- dijo mientras trataba de quitarse a la pelirroja de encima, ya que como se había lanzado encima de su amiga, produjo que se balanceara peligrosamente el bote. Uno de los niños del bote, estaba empezando a cabrearse, tenía el cabello negro grasiento y nariz aguileña. Sus pétreos ojos oscuros mostraban la poca paciencia que experimentaba en esos momentos. Solo Peter, James y Sirius, que observaban la situación con cierta distancia, tomaron cuenta de ese detalle.

- Podrían dejar de hacer escándalo y no intentar dar vuelta el bote- dijo con voz fría. James se sorprendió, ya que pensaba que el chico reaccionaría estallando en gritos.

- Lo siento, es que no me esperaba ver...- se disculpó Lily.

- Me da igual- la cortó él- Cuando estemos en tierra firme puedes hacer piruetas que no impliquen la posibilidad de que me tires al lago- dijo él, en su cara se percibía un leve tono verdoso. Evans seguía abrazada a la rubia, de modo que el bote seguía inclinado hacía un lado- Ahora, si no te importa...- e hizo un gesto elocuente. Evans estaba separándose de su amiga, cuando algo captó su mirada.

- ¡MATT!- Esta vez la pelirroja se abalanzó sobre un chico rubio, muy parecido a la chica que acababa de abrazar. Pero el impulsó fue mucho mayor al de la vez anterior, que terminó por dar vuelta por completo el bote, dando por resultado a tres niños volando por los aires. Evans estaba agarrada al chico, Peter cayó en el bote contiguo. El niño de cabello grasiento y la niña que estaba en el bote con ellos, volaron por los aires, y cayeron al lago. Se sintieron dos grandes "¡Splash!" y cinco segundos más tarde aparecieron dos figuras en la inmensidad de oscura agua negra, que ahora reflejaba las luces del castillo que se cernía sobre los botes, castillo que nadie miraba por que estaban concentrados en los dos ahogados. Y el show no terminaba, el niño intentaba subirse sobre la niña, que luchaba por quitarse al chico de encima, luego, quien sabe de donde, sacó un palo enorme con el que le empezó a atestar golpes al chico de cabello grasiento. La batalla acuática por la supervivencia no se extendió mucho, ya que Hagrid los sacó a los dos. El gigante se quitó el abrigo y se los ofreció, diciéndoles que tendrían que compartirlo.

- No pienso compartir nada con ese loco psicópata asesino- declaró la niña.

- Tu eres una psicópata, y encima bruta, me dolieron esos golpes con el palo- dijo el chico con rencor.

- Esa era la intención...- dijo frunciendo el cejo.

El chico la ignoró, y a pesar haber rehuido ponerse el abrigo del gigante, el calor que le proporcionaba este, el abrigo, le hizo tragarse sus palabras. La niña tiritaba descontroladamente, castañeteaba los dientes con furia. Estaban en botes diferentes, pero contiguos. La razón, impedir algún incidente, que probablemente ocurriría tarde o temprano. Eso pensaban todos. La niña estaba en un bote con Lily y los hermanos Figg.

- Oye, erm...- comenzó Bell, dirigiéndose a la niña empapada.

- Madelaine, Madelaine McKinnon

- Madelaine, ¿Puedes decirme de dónde sacaste ese palo?- dijo Bell, planteando la pregunta que asaltaba la cabeza de la mayoría.

- Se lo quite a un bicho verde allá abajo- dijo apuntando al lago.

- ¿Un bicho verde? ¿Tenía cuernos afilados y parecía debilucho?- preguntó Remus. La niña parecía no haberse percatado de su presencia. Le miró fijamente.

- Si, creo que si...- dijo mientras observaba atentamente a Remus, luego pareció reaccionar- Si, cuando caí los vi, pero no les tome importancia, salí a la superficie y ese idiota de cabello grasiento se me tiró encima y cuando estaba de nuevo abajo, vi que uno de ellos me extendía ese palo. No entendí muy bien por que lo hizo, pero igual se lo acepté. Yo solo me defendí- terminó ella como quien comenta como esta el tiempo.

- Un grindylow ayudando a un humano... Qué raro- comentó Remus

- ¿Un grindylow?- quiso saber Bell

- Si, un demonio acuático, como dijo ¿Madelaine?-la chica asintió- son verdes con cuernos filosos y con fuertes brazos, pero muy quebradizos... Qué extraño que no te haya atacado

- Lo mismo me pregunto...- dijo la niña empapada. Nadie más habló.

Cuando estuvieron en tierra firme, los chicos de primero, pudieron por fin apreciar el enorme castillo de Hogwarts, sus torres y torrecitas, las miles de ventanas iluminadas, la imponente estructura del colegio de magia más importante de Inglaterra les saludaba con su mejor cara. En la entrada les esperaba un hombre. Un hombre joven, de rostro rígido y severo, vestía una túnica elegante impecablemente planchada. El cabello estaba peinado con tanta perfección que le daba cierto aire irreal, del mismo que su bigote. Los zapatos relucían. No había cabida a imperfecciones. Daba el aspecto de ser alguien que se regía ciegamente a las reglas, censurando a quienes pensaran contrario a él.

- Los alumnos de primero Profesor Crouch- dijo el guardabosque al llegar frente al hombre.

- Gracias Hagrid, puedes retirarte

Pasaron adentro, al amplio vestíbulo.

- Bienvenidos a Hogwarts- dijo sin mucha emoción- Dentro de un momento comenzará el banquete de bienvenida, pero antes ustedes tiene que ser seleccionados para sus casas. La Selección es una tradición muy importante en este colegio, y además que su casa va a ser como su familia, tendrán clase con miembro de su casa, dormirán en la torres de su casa, compartirán la sala común con el demás alumnado de su casa. Como muchos de ustedes sabrán, Las Casas son 4, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada una tiene propias características que conocerán a su debido tiempo. Mientras permanezcan en Hogwarts cada logro o triunfo que obtenga sumará puntos a su casa, tanto así como si comenten una falta o rompen las normas se les retaran puntos a su casa. Al finalizar el año, la casa que logre más puntaje será acreditada con la Copa de las casas, que es un gran honor. Todos pueden contribuir al triunfo o fracaso de su casa, espero que sea lo primero.- Los miró brevemente, como evaluándolos- En unos momento más vendrá la Profesora McGonagall a buscarlos para que sean seleccionados frente al colegio.

Dicho esto se retiró frente a una grande puertas que darían paso, seguramente al Comedor. Todos los alumnos de primero empezaron a comentar nerviosos o ansiosos, alegres o histéricos; pero en general la atmósfera que los rodeaba era de total expectación por saber que les esperaba.

- ¡Hey, Sangre Sucia!- grito el niño del pelo grasiento, para llamar la atención de Evans, llevándose también la de todos los demás nuevos alumnos- ¡Esto no se quedará así!

- ¡Quién eres tu para andar amenazando! ¡Mejor cierra la bocota, y dejas de molestarnos con tu presencia!- espetó Potter.

- Me llamó Severus Snape, y no es a ti a quien hablo- le dijo con voz gélida- Como siempre los Potter se meten donde no les llaman, Se creen el centro del universo, como si le hablara a él...

- ¡No te metas con mi familia!- James empezaba a subir el tono de voz. Sirius se adelanto también para apoyar a su amigo o para evitar que tirara encima del otro.

- ¡Tú te metiste en mi problema con la sangre sucia!- La multitud miraba expectante a los dos niños que se gritaban. Lily estaba en un estado de total alucinación, no se creía que Snape armara tal escándalo por un accidente, y menos que James la defendiera tomando en cuenta que apenas se conocían.

- ¡Deja de insultar a los demás!

- ¡Yo no la insulto! ¡La llamó por lo que es! ¡Una asquerosa sangre sucia!- bramó Snape.

Y allí se armó el pandemonium, James y Sirius se tiraron encima de Snape, y Remus, Matthew, y Peter corrieron en dirección de los tres niños. Remus y Peter intentaron separar a Black y Potter de Snape, casi lográndolo. Por que Matt, los apartó de un empujón, y se tiró encima de Snape.

- ¡Ni se te ocurra volver a llamar a Lily así!- le gritó al momento que alzaba un puño. En ese momento la pelirroja reaccionó y se acerco rápidamente a su amigo. Le tomó el brazo y lo apartó negando con la cabeza.

- No vale la pena- le dijo.

- Pero...

- Hazlo por mí

Con eso el joven Figg, retrocedió a regañadientes. Cuando Snape logró recuperarse, con la ayuda de dos niños más que no quisieron intervenir. Los Figg, Evans, McKinnon, Doge, y nuestros cuatro niños, se reunieron en un círculo apartado de los demás.

- Potter, no deberías...- comenzó la pelirroja, pero el susodicho la interrumpió.

- ¡Es que me revienta la gente como él! ¡Racista Imbesil! ¡No Soporto...!- esta vez el fue interrumpido.

- Aún así...- dijo Evans. Potter iba a replicar, pero la joven McKinnon (Madelaine) habló.

- Y no tenias mejor opción que partirle la cara

- Bueno... No nos controlamos...- dijo James.

- Bah, se lo merecía... y por si fuera poco, el cobarde ni siquiera nos devolvió el golpe...

- Cierto, No hacía más que gritar y cubrirse con las manos... Maric...

- ¿Querías que te pegara?- James se dio vuelta para enfrentarse Snape- Entonces ¡Toma!

Y le estampó un puñetazo a James en la cara, que lo tumbó en el suelo. Inmediatamente Sirius y Remus apartaron a Severus de James, para evitar que estos volvieran a agarrarse a combos. James voló por los aires, con tan mala suerte de caer... de caer entre las piernas de una chica, esa chica: Lily Evans. Mala suerte, no por el hecho de caer entre las piernas de la chica, si no por las consecuencia que ello traería. Los dos estaban en estado de shock. Lily miraba horrorizada como James miraba hacía arriba, entremedio de sus piernas. Y James miraba alucinado un espectáculo no apto para menores.

- Po-Potter...

Todos los niños de primero, observaban estupefactos la escena que se estaba dando en el vestíbulo del castillo. En un momento, toda la sangre de la pelirroja se agolpó en los capilares de su rostro, dotándola de un fuerte color rojo, casi tan intenso como el de su cabello. Mezcla de vergüenza y de furia. Su mirada empezó a adquirir un brillo un tanto peligroso. Abrió la boca, Potter se preparó para el gran escándalo.

- ¡Qué esta ocurriendo aquí!- dijo una voz de mujer. De pronto una bruja joven, aproximadamente de 30 años se abrió paso entre la multitud de estudiantes nuevos. Cuando llegó al centro, se percató del motivo por el cual estaban todos en un circulo- Pero que... ¡Usted, jovencito! ¿Qué se supone esta haciendo ahí en el suelo? ¿Cual es su nombre?

- James Potter...-consiguió decir el chico de cabello rebelde.

- ¡Se puede saber que esta haciendo!

- Me... Me caí...

- ¡Se cayó! ¡Y qué esta esperando para levantarse! ¡Vamos levántese!- James se empezó a levantar con torpeza, pero reparó en que todavía estaba bajo la falda y entre las piernas de Evans, así que si se incorporaba, Evans podría reaccionar de una forma violenta, por no decir homicida. Lily también pareció tomar en cuenta eso, así que se quitó de encima de la cabeza de James, que finalmente pudo ponerse en pie- Soy la profesora McGonagall, y no hay tiempo para más presentaciones, ahora vamos a...- recordó algo- ¡Filch! Donde se metió ese hombre...

Y como respondiendo al llamado, apareció un joven por detrás de un cuadro, llevando un taburete y un viejo sombrero.

- ¿Por qué se demoró tanto?

- Peeves, profesora... Estuvo haciendo estragos con los elfos en el tercer piso... ya sabe como se pone con las aglomeraciones de gente, así que intente evitar que se apareciera aquí... y no tuvo mejor idea que molestar a los elfos...

- Me da igual, apúrese y lleve el sombrero al comedor...- se volvió a los niños- Y ustedes también pasen al Gran Comedor. Potter, después hablaremos

James asintió de brazos cruzados y la frente ligeramente arrugada.

- Vamos amigo, arriba el animo- le dijo Sirius mientras caminaban hacia el Gran Comedor- Valió la pena, ¿no?

James lo miró incrédulo, y luego por toda respuesta se metió el dedo índice en la boca, con el claro gesto de vomitar. Potter había permanecido con la cabeza abajo todo el tiempo, hasta ese momento, cuando Sirius vio su rostro. Estalló en carcajadas.

- ¿Qué te ocurre?- preguntó James

- ¡Tienes Morados los dos ojos!-dijo entre risas, que contagiarón a Remus y Peter que estaban atrás.

- Qué gracioso…- Se volvió hacía Remus- ¿Es verdad?

- Si… los dos ojos

- Rayos… uno de Evans no se por que, y otro del racista ese por defender a... Evans… un momento, ¡Por que la defendi, si ella misma me había golpeado hace un rato!

- No se amigo… Ni yo te entiendo- comentó Sirius.

James iba a replicar, pero se quedó mirando asombrado el techo del Gran Comedor, por razones obvias y más que sabidas, que no voy a explicar.

Cosa que no ocurrió con Lily, que estaba tan enfadada, humillada, triste, avergonzada, en fin, sentía una mezcla de sensaciones indescifrables para ella.

- Lily, ¿Te sientes bien?- Era Bell- Estas pálida.

- No sé… Ya me sentiré bien…

- Olvídalo, por lo menos ahora. No puedes estar triste el día de tu selección, la recordaras toda tu vida, o eso me han dicho. Después si quieres te amargas, rompes cosas, das portazos o mejor amargas, le rompes cosas y le das portazos a Potter, ahora no. ¿Si? Arriba ese animo.

- Gracias amiga

Arabella Figg era una chica de cabello rubio ceniza encrespado con saña, los apretados rizos le llegaban casi hasta la cintura. Ojos celestes y largas pestañas claras. Era una chica de estatura regular y entradita en carnes. Su gruesa contextura, su cara redonda, mejillas sonrosadas, ojos celestes, y cabellos rubio lleno de bucles y su blanca sonrisa le daban un aspecto angelical que se reflejaba en su dulce mirada. Bell era amiga de la infancia de Evans. A pesar de que la familia Figg, era una familia enteramente mágica, vivían en una de los lugares mas muggles de toda Gran Bretaña, Privet Drive, numero 5. Ella (Bell), junto a su hermano Matthew, habían cultivado una linda amistad con Lily. Jamás pensaron que se separarían las vacaciones del 1969, para reencontrarse en Hogwarts. Bell era una chica muy tímida, y muy calmada, que solo se lograba desquiciar por culpa de su mellizo. Matthew Figg, un chico alto, cabello rubio ceniza, ojos celestes y contextura delgada, era un chico muy sensible, debido seguramente a que su infancia se desarrollo en un ambiente rodeado de mujeres, su madre, un padre trabajólico y un tanto ausente, una hermana melliza, una mejor amiga, etc. La única presencia masculina, en un bajo porcentaje, era su padre, con el que compartía los fines de semana, si el trabajo se lo permitía, tiempo el cual también compartía con su hija. De cualquier modo, este chico no era un chico común y corriente.

Ya estaban frente al colegio y al profesorado. Todos los observaban con curiosidad. El hombre que los recibió a la entrada paso adelante con un pergamino en sus manos.

- Cuando los nombre, pasaran adelante y se pondrán el sombrero- dijo con voz grave a los niños de primero. Qué lo observaban expectantes.

- ¿Y eso era todo? Pensé que sería algo más difícil…- comentó Evans en un susurro.

Algunos tomarían caminos diferentes, partiendo en ese momento. Decisiones, erradas o acertadas, apresuradas o re pensadas, inseguras o indudables, autónomas o dependientes, propias o de otros, pero finalmente decisiones. Decisiones que los llevarían a distintos destinos. Destinos, los cuales, alguna manera y en parte, compartirían.

ººº

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Nota de la Autora:

Hola! Espero no haberme demorado mucho. Muchas gracias a alessandramalfoy, oOCaritoOo yLamister. Muchas gracias por sus reviews.

Espero que sigan leyendome, y que se unan más personas, y please, dejenme reviews, me suben la autoestima y me motivan a escribir mas :)

Espero que les haya gustado este capitulo, prometo que los proximo chapies van a estar mas emocionantes... no se puede decir mucho del viaje en tren, no? En fin, cualquier duda, consulta, opinion, comentario, reclamo, tomatazo, felicitacion: aki abajito, Submit Review, le das clik a Go, y listo!

El proximo capitulo, el 3ro, creo que va a llamarse: Elección, Caos, Clases y Problemas. Va a hablar cobre la seleccion, un pequeño problemita en la habitación de nuestros niños, un poco de las clases, y problemas que surgiran en estas.

besos, bye

BeTh

Miembro de la Orden Siriusana

PD: Reviews pliz! me interesa tu opinion! (jojoj, eso sono como a comercial...)