Chapter one: Vision
Era esplendoroso el sábado que aquel día se había levantado. Raramente, aquella noche había caído una helada, pero la primavera prácticamente ya había comenzado. Las flores goteaban el rocío de la fría mañana que había nacido.
Aquel lugar de muros blancos causaba respeto a todo el que entrara. El lugar en el que dormían las almas… Y hoy era el día en el que alma de Mirelle Satán dormía desde hacía doce largos años.
-Este año las flores crecieron mucho más hermosas, mamá.- Videl, aquella pequeña niña tenía ya 17 años, y en unos meses cumpliría la mayoría de edad.- ¿Sabes? Papá ayer volvió a hacer una entrada triunfal en un homenaje que le hicieron. Tropezó con su capa y…- comenzó a reírse mientras se sentaba al lado de la lápida. A pesar de todo, el cementerio tenía el mar por horizonte, y la tumba miraba hacia él.- No sé si él vendrá. Pero esta rosa te la dejo por él, para que le disculpes.- Videl sacó una rosa violeta más y la colocó junto a las otras.
Quedó en silencio y pudo oír el leve romper de las olas contra la orilla. Maravillada, se levantó y después de echar un último vistazo a la lápida se dirigió a la playa.
Antes de entrar en la arena se quitó los zapatos y los dejó sobre una roca. Se acercó a la orilla y con el pie probó el agua. Estaba tibia. Los rayos de sol acariciaban su cuerpo haciéndola sentir mejor aún. Miró al infinito mar, el calor provocaba ese efecto borroso en la vista de Videl. Se tapó un poco los ojos. Después de mirar un rato, vio que algo tomaba forma a lo lejos. Se adentró algo más en el mar. La extraña forma pasaba a ser una silueta humana.
-… Ven a mí…-
-¿Eh? ¿Quién es?-
Ahora, la silueta pasaba a tomar cuerpo de mujer. Mujer que Videl juraría haber visto antes. La figura se acercaba más y más a la orilla abriendo levemente las aguas a su paso. Se detuvo a mitad del camino y tendió su mano.
-Ven… vuelve conmigo, hija mía…- la voz se hacía más fuerte, hasta el punto que Videl pudo reconocerla. Esa voz que le inspiraba seguridad y amor… sólo podía ser de su madre.
-¿Mamá?- Videl siguió adentrándose más en el mar.
-Sí… soy yo… ven...-
Videl corría torpemente mar adentro. El agua ya le llegaba a la cintura, pero ella seguía adentrándose. Sentía la suave mano cada vez más cerca de la suya.
-Hija mía…- sus manos estaban a punto de rozarse. El agua ya cubría entera a Videl, habiendo mucha profundidad bajo ella.
La figura de su madre se abalanzó a ella y la abrazó mientras la sumergía cada vez más profundamente. Sólo esta acción hizo reaccionar a Videl y hacerla despertar de su encantamiento. Ahora luchaba por volver a la superficie, puesto que se estaba quedando sin aire. El cuerpo inerte de su madre se lo impedía agarrándola de los pies.
-No me dejes sola…-
La última bocanada de aire se fue del cuerpo de Videl. Antes de quedar inconsciente, notó que algo la agarraba de la mano…
-Mamá…-
Sus ojos se fueron abriendo poco a poco. Se oía el gracioso ruido de los pájaros cantar y olía a comida.
Videl se incorporó. No llevaba la ropa que se puso por la mañana, pero tampoco recordaba bien lo que había pasado. Se levantó del sofá y vio que no había nadie en la casa. Decidió salir y entonces reconoció aquel paraje. Era la casa de Son Gohan.
-¡Ah, Videl!- exclamó Goten al verla mientras corría hacia ella.
Gohan se giró y le sonrió, luego se dirigió hacia ella.
-¿Qué te ha pasado? Gohan te trajo inconsciente y mojada.- le preguntó Goten tirándole de la camiseta.
-¿Eh?- Videl se extrañó. Entonces leves recuerdos de lo sucedido le llegaban a la cabeza.
-Goten, ya está.- le dijo Gohan.- ¿Por qué no vas a buscar a mamá y le dices que Videl ya ha despertado?- le sugirió. El pequeño asintió y salió corriendo.
-Gohan, yo…- se intentaba explicar Videl. El chico la abrazó antes de que pudiera seguir.
-Otra vez… otra vez pensé que te perdía.- le agarró los hombros.- ¿Qué ha pasado?-
-Mi madre…-
-¿Eh?-
-Hoy fui a ver a mi madre. Bajé a la playa y estaba allí…- intentaba recordar.
-¿Allí dónde?-
-¡En el mar! Me decía que fuera con ella, me abrazó y ya apenas recuerdo más…-
-Y te ahogaste.- Gohan completó la historia.- Videl, es normal que creas ver a tu madre el día que vas al cementerio a visitarla. Pero…-
-¡No, era real! Estaba allí, yo la sentí. Era su voz, su calidez…- iba a romper a llorar. Gohan la miró para tranquilizarla. Quería besarla…
-¡Ay, Videl, qué susto me has dado!- gritaba Chichí corriendo hacia ella. El intento de Gohan por besarla quedó frustrado.
-No pasa nada, estoy bien.- intentó tranquilizarla.
-¿Qué te ha pasado? Ven conmigo adentro. Te daré algo de comer mientras se termina de preparar la comida.-
Videl le contó toda la historia, Chichí la escuchó atentamente. Pero sin borrar la expresión de preocupación ni un solo instante.
-Videl…- la mujer la cogió de las manos.- Si yo fuera tu madre… evitaría ponerte en peligro.-
Aquella frase hizo reflexionar a la joven durante el resto del día. ¿Aquella visión era su madre realmente? Eso tenía que averiguarlo.
Notas de la autora: Confieso que para este capítulo no estaba muy inspirada. Me dolía el estómago y estaba mareada, pero por fin tenía una idea de cómo iba a ser el fic y al estar tan mal se me cruzaron los cables y creo que no quedó bonito. Bueno, al menos os digo que el argumento es muy bonito, pero no os puedo adelantar nada porque os destripo el fanfic :D.
Para cualquier duda o sugerencia enviad un e-mail a videl_satan_gs@hotmail.com.
