Chapter three: An answer

Llevaba varios días sin hablar. Aquel momento le produjo un grave shock, y ya no sabían si no quería hablar o simplemente no podía. Satán se culpaba ahora de no haberle prestado más atención a su hija. Muy a su pesar, el hombre tuvo que llamar a la única persona que había velado por su hija esos días: Gohan.

-Pasa, chico.- Satán lo recibió personalmente.

Ya sentados en la salita…

-¿Qué le ocurre a Videl? Ya lleva una semana sin venir a clase.- preguntó Gohan.

-Cuando llegué de mi viaje ya estaba así, por eso te he llamado.-

-Cuando la llamaba por teléfono, no quería ponerse. Ni con sus amigas.-

-Una asistenta…- Satán quería comenzar con la historia.- Me dijo que Videl estaba en la habitación del piano… Una habitación que ella no pisaba desde hacía once años.-

-¿Hace cuántos años murió la señora Satán?-

-Doce.- respondió melancólicamente.- En realidad… fue por culpa de esa habitación por la que casi nos cambiamos de casa…-

(*Flashback: once años atrás*)

-Videl, tenemos que hablar.- le dijo Satán cuando la oyó entrar en la sala.

La niña, que llevaba un cojín procedente de esa habitación se sentó en un sofá.

-Sé que lo estamos pasando muy mal, y que la muerte de mamá nos ha dejado muy tristes, pero Videl…- Satán se detuvo, respiró y siguió.- Tienes cinco años y no quiero que sigas sufriendo.-

-Yo… no sufro, papá.- mintió la niña al ver la cara de su padre.

-Esta casa está llena de recuerdos… recuerdos que ahora nos resultan dolorosos. Por eso…- volvió a respirar.- … he pensado que lo mejor será que cambiemos de casa.-

-¡¿QUÉ?! ¡¡NO!!- gritó ella horrorizada.- ¡¡No podemos mudarnos!!-

-Entiéndelo, Videl. Ninguno podemos seguir así. Tú estás aferrada a esa habitación, sufres. Y yo sufro al verte.-

-¡¿Es esa habitación?!- Videl no se calmaba. Tiró el cojín al suelo con desprecio y se abrazó a su padre.- No volveré a entrar si no quieres.- rompió a llorar.

-Videl…-

-No huyas de los recuerdos…-

(* Fin del Flashback *)

-Aún recuerdo esa frase como si fuera ayer…- Satán se levantó y se posó delante de una foto de su hija con seis años.- Cómo una chiquilla de esa edad…-

-Señor… ¿puedo ir a verla?- pidió Gohan levantándose.

Satán sólo agachó la cabeza e hizo un gesto con la mano. Gohan salió de la sala.

Cuando llegó al cuarto de Videl, llamó a la puerta. Al no obtener respuesta, entró.

-¿Videl?- miró por toda la habitación. Pero no estaba. Vio las ventanas abiertas y corrió a asomarse a ellas.

-Qué tontería…- pensó. Su cabeza volvió a iluminarse. Salió corriendo de la habitación.

Un canto se apoderó del pasillo. Gohan se extrañó y se guió hasta la habitación en la que procedía. Una puerta entreabierta lo separaba de la dulce melodía. La abrió y vio a Videl en el suelo, leyendo lo que parecía un libro anticuado.

-¡¡Videl!!- exclamó Gohan. Él no sabía de esa cualidad de Videl para cantar, aunque hubiera jurado que esa voz no era la de la chica a la que amaba.

Se agachó y la agarró de los hombros. Sus ojos azules denotaban misticismo.

-¿Estas bien?- le preguntó.

- Ma mère…- dijo.

-¿Qué? ¿Qué estás diciendo?-

-Où est elle?-

Gohan estaba asustado. Videl se levantó del suelo.

-Où est ma mère?!- gritó.

-¡Videl, basta ya!- Gohan se levantó y la zarandeó.

-¡¡Ahh!!- gritó ella. Cayó de rodillas al suelo. Jadeaba con la mano en el pecho.

-Go… Gohan…- dijo en susurros.

-¿Videl?- la levantó del suelo y la miró a los ojos. Esa extraña mirada había desaparecido.

-Gohan… ¿Qué ha ocurrido?- se abrazó a él fuertemente. No recordaba nada.

-No pasó nada… cálmate.- el chico pensó que lo primero era calmarla. La cogió en brazos y la llevó a su habitación.

Allí la tumbó en la cama. Le acarició el cabello para tranquilizarla y fue cerrando los ojos hasta que se durmió.

Gohan vio que entre sus manos aún llevaba el roñoso libro que estaba leyendo. Se lo cogió con cuidado dispuesto a ojearlo.

-¿Qué es esto?-

Un idioma que no conocía inundaba las páginas del libro. Veía fechas, las cuales eran incluso anteriores al año del Dragón. Una palabra se repetía siempre al cabo de dos o tres páginas: "Nadia". La siguiente página contenía una fecha nueva.

Sin que él se diera cuenta, pasaron varias horas mientras ojeaba el libro. No se dio cuenta de que Videl ya había despertado.

-Es un diario.- dijo ella. La repentina intervención de la chica sobresaltó a Gohan.

-¡Videl!- Gohan cerró el libro y la abrazó. Ella se dejó. Pero su mirada seguía puesta en el libro, hasta que finalmente lo cogió.

-Gohan, este libro es un diario. El diario de una persona que ha habitado antes que yo en esta casa.- le dijo Videl hojeándolo.

-¿Qué? ¿Cómo…?-

-Nadia Ange es su propietaria.- y señaló la portada, en la cual estaba grabado el nombre.

-¿Eh? No había caído en que Nadia podía ser un nombre…- dijo Gohan como sintiéndose culpable.

-Sé que has estado muy preocupado por mí.- dijo Videl alzando el rostro del joven con las manos.- Y lo siento…- se acercó a él y lo besó.

Gohan pensaba que por fin la había recuperado. El tierno beso terminó, pero aún cerca los dos rostros, Videl susurró:

-… Pero éste libro contiene lo que buscamos…-

Comentario de la autora: Nadia Ange… ¿y quién será ésta? XD. Bueno, ya está el tercer capítulo y la cosa se va poniendo interesante. La verdad es que no creo que el fic llegue a tener más de 10 capítulos.

Por si no lo sabían, el idioma extraño es el francés, jeje, aunque no voy a traducirlo, ya que si no pierde el encanto, ¿no?

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