Chapter four: Part of your world

Dos semanas después, Videl ya se encontraba recuperada. No había vuelto a pasar nada relacionado con el tema. Satán volvía a respirar tranquilo después de que su hija le hubiera asegurado que ya se encontraba bien, por eso volvía a salir de viaje.

La chica no había dejado el diario en ningún momento. Nadia Ange era ahora su única preocupación. Además de Gohan, que la apoyaba en todo.

-La chambre des rêves… La maman touche le piano tandis que j'écris... La mélodie me fait se sentir hereux... Ojal á ces moments ne finissaient jamais...- Videl leía, y a pesar de no entender nada, su corazón parecía comprender perfectamente lo escrito.

-Señorita Videl, el joven Gohan ha llegado.- le anunció una asistenta. El chico entró y se sentó a su lado.

-¿Algo más sobre nuestra Nadia?-

-La chambre des rêves…- dijo ella en un suspiro.- En todas las páginas las menciona.-

-Puede que conozca a alguien…- comenzó a decir Gohan con entusiasmo. Videl le escuchaba atentamente pero otro extraño sonido captó toda su atención.

-Loin… il y a longtemps... Rougeoyant de terne comme un charbon ardent…-

-¿Lo estás oyendo?- le preguntó Videl interrumpiéndolo.

-¿Oír… el qué?- preguntó extrañado.

-La canción…- Videl se levantó e iba en dirección a la procedencia de la canción. Gohan se levantó y la siguió.

-Mon amour... je suis ici…-

-Mamá…- Videl subió corriendo las escaleras.

-Les choses mon coeur ont eu l'habitude de savoir…- la canción continuó.- Les choses cela languissent pour se souvenir...-

Por el pasillo asomaba un rayo de sol. Incluso el polvillo que flotaba en el ambiente se veía con la luz. El canto se hacía más y más fuerte. Videl corrió y allí miró por la rendija. Sólo oía el canto, nada más…

Abrió la puerta, y allí estaba ella… Esa mujer que parecía ser Mirelle Satán estaba sentada en el taburete del piano.

- Et une chanson quelqu'un chante…- la melodía parecía tocar a su fin.-…Une fois sur je me souviens…- la mujer se levantó y se dirigió hacia Videl. Alargó la mano como si quisiera tocarla. Pero algo la hizo retroceder.

-¡Videl!- dijo Gohan jadeante al haberla encontrado. Se quedó petrificado ante aquella imagen, que parecía tan sólida, de la mujer que Videl también veía.

-¿Quién eres?- se atrevió a preguntar. La mujer frunció el ceño y señaló hacia ellos.

-Le près de la fois sera pour toujours…- dicho esto, se evaporó elegantemente.

-Lo has visto, ¿verdad?-

-¿Esa era tu madre?- preguntó asustado cogiéndole las manos. Las tenía frías.

-No… no lo sé…- dijo con agobio.

-Vámonos de aquí.- le dijo conduciéndola hacia fuera.

-No sé si podré ayudaros.- dijo Dende tomando el diario de Nadia en sus manos.- Pasemos dentro.-

Lo dejó sobre una mesa y allí lo abrió por la primera página.

-Je suis Nadia Ange, ai 6 ans... Celui-ci est mon premier journal. J'espère ce qui moi dure pendant beaucoup d'années.- leyó en voz alta.

-Vaya, nunca he oído hablar así a nadie.- dijo Momo.

-Es realmente extraño. Pero se pueden sacar deducciones.- dijo Dende.- Por ejemplo aquí pone: Yo soy Nadia Ange, tengo seis años…-

-¿Seis años?- preguntó Gohan sorprendido.

-Lo demás… es muy difícil… y no tengo ni la más remota idea de que idioma es éste.- cerró el libro.- Videl, puedes dejármelo aquí y haré lo que pueda por traducirlo.-

-No, gracias.- dijo ella tomando el libro. Luego se fue hacia el borde de la plataforma del templo de Kami-sama y echó a volar para descender.

-Lo siento, Dende. Gracias de todos modos.- dijo Gohan corriendo detrás de Videl.

Por la noche, Videl estaba sola en su casa. Las asistentas tenían justo esa noche libre; su padre estaba de viaje. Estaba sola.

Reconocía que tenía miedo. Y todas las luces que encontraba a su paso las encendía. Así llegó a la habitación del piano una vez más. Se tumbó en el suelo y comenzó a leer el diario desde la primera página.

Las luces parpadearon, ¿ya no estaba sola? Miró a su alrededor y las luces volvieron a parpadear. Algo comenzaba a formarse detrás suya. Ella lo sintió pero se quedó donde estaba.

-Eh…- le llamó.

Lentamente, Videl se puso de rodillas y se dio la vuelta.

-C'est le mien.- dijo mirando al diario.

-¿Esto…?- le preguntó Videl mostrándole el diario.

-Oui. Ce c'est mon journal.-

-Tu… ¿diario?- preguntó Videl esforzándose por entenderla. La aparición asintió.- ¿Tú eres… Nadia Ange?-

-Oui, je suis Nadia Ange.-

-Soy Videl Satán.- la chica parecía coger confianza.

-Que comprenez-vous ici?-

-Esta… es una habitación de mi casa.- dijo con obviedad.

-Celui-ci est la chambre des rêves.- dijo extendiendo sus brazos.

-« La chambre des rêves »… ¿es ésto?- preguntó Videl maravillada. Nadia volvió a asentir.

-Connaissez-vous où elle est?-

-¿Qué?- Videl no entendía.

Nadia vio algo detrás de la chica. Se dirigió hacia ella haciendo que se Videl se apartase. Entonces se paró ante una foto que había en una mesa, e hizo un gesto como queriendo cogerla.

-Où elle est?- preguntó apenada.

Videl miró la foto para ver por quién preguntaba. La foto era una de su madre, Mirelle.

-Ella… es mi madre, Mirelle. Murió hace doce años.- dijo Videl con suma tristeza.

La expresión en Nadia cambió súbitamente. Después de hacer grandes muecas de pena, se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar. Su inerte figura desaparecía poco a poco.

-¡No, espera!- exclamó Videl.- Espera…-

Y la habitación volvía a tener ese vacío que la caracterizaba…

Comentarios de la autora: ¿El fanfic va muy deprisa o es mi imaginación? Bueno, espero que se este quedando bonito. También espero que el personaje de Nadia no se esté quedando como un personaje más, si no como uno relevante en la trama.

Este capítulo se lo dedico a mi sis Kaissa, que siempre lee mis fanfics y siempre le gustan (no sé cómo puede gustarle esto U_U), un beso, preciosa!

Dudas, comentarios quejas a sailor_vejita@hotmail.com y como siempre… dejen reviews!!