Chapter six: I will never forget you
Videl y Gohan no aparecieron el resto de las clases hasta la hora de la comida. Ireza que salió acompañada de Shapner los divisó.
-¡Allí están!- exclamó.
Se dirigieron hacia ellos y de repente Ireza frenó en seco.
-¿Qué ocurre?- preguntó él extrañado.
-Eso que lleva Videl en el dedo no lo llevaba antes.- dijo impresionada.
-¿No es un anillo?- preguntó mientras forzaba la vista.
-¡¡Dios mío, Shapner!! ¡¡Vamos de boda!!- dijo Ireza felizmente.- ¡Gohan y Videl se casan!-
-¡¿Qué se casan?!- Shapner quedó paralizado.
Videl… su Videl… La chica a la que siempre había querido desde que la conoció en Primaria. A la que había admirado por su fuerza, tanto física como de voluntad… Y se le había ido. Él ya lo sabía y lo había aceptado. Gohan y Videl. No Shapner y Videl. Este partido lo había perdido, y por primera vez había encajado una derrota… Sólo por verla feliz a ella. Simplemente nunca se imaginó el momento en el que sus mejores darían "el gran paso".
-Shapner, ¿estás bien?-
-Sí… Es sólo que aún no me lo esperaba.-
-Bueno… pero tú y yo queremos verlos felices, ¿no es así?- Ireza lo miró tiernamente. Él se sonrojó y fijó la vista en la pareja comprometida. Luego sonrió.
-¿Y cómo se lo vamos a decir a nuestros padres?- preguntó Videl.
-¿Eh?-
-¡Ya sé, podemos organizar una cena en mi casa!-
-¡Alto, alto! Sólo hace dos horas que estamos comprometidos.-
-¿Y qué? Por primera vez en semanas vuelvo a estar feliz, ¡déjame disfrutar el momento!- Videl se abrazó a Gohan.
Llegaron a casa de Videl. Para sorpresa de los dos, Mr. Satán había llegado. Videl escondió la mano rápidamente.
-¡Papá, ya has vuelto!- dijo yendo a abrazarle. Su padre le dio un seco beso.
-Hola, hija. Gohan…- dijo saludándolo.
-Eh… Gohan está aquí para ayudarme con la Física. No te importa, ¿verdad?-
-Videl…- dijo Mr. Satán serio.
-Bueno… podemos dejarlo para otro día, ¿no?- dijo Gohan.
-Ay Kami-sama… se ha dado cuenta.- pensó ella.
-Ahora seguro que intentará matarme.- pensó él.
-Papá…-
-Esta vez te has pasado de la raya.- dijo el hombre seriamente.
-¿Qué? ¿Por qué?-
-¡¿Cómo que por qué?! ¡Videl, ya no tienes 10 años!-
-¿De qué me estás hablando?-
-¿Qué de qué te…? Sígueme jovencita.-
Satán subió las escaleras seguido de Videl y Gohan que se miraban extrañados. Se paró enfrente de la habitación del piano. Cuando los otros dos llegaron se escandalizaron.
-¡¿Qué ha pasado aquí?!- exclamó Gohan.
Videl estaba asustada, pero decidió a entrar en la habitación. Todo estaba revuelto. Los cojines rotos y las plumas que los rellenaban hacían la vez de alfombra. Los libros por el suelo con páginas arrancadas. Las cortinas rajadas… Aquella foto… la última foto que Videl y su madre se hicieron antes del fatídico día estaba rota.
-No… no… ¡¡NO!!- gritó ella rabiosamente.
-¡Videl!-
-¡¿Cómo has podido pensar que yo haría esto, papá?! ¡¿En serio me crees tan cínica, tan loca?! ¡Los recuerdos duelen, pero yo los llevaré en el alma! ¡¡SIEMPRE!!- y Videl salió del lugar con los pedazos de la foto en su mano.
Gohan miró preocupadamente a su futuro suegro y luego fue hacia la habitación de Videl. Abrió la puerta y allí la encontró llorando una vez más…
-Videl… deja de llorar…- el chico se sentó en su cama.
-Me persigue…-
-¿Esa mujer?-
-Sí… me quiere… quiere que vaya con ella… Y yo no quiero, porque no es mi madre.-
TOC TOC TOC
-¿Puedo pasar?- preguntó Satán.
-Estaré abajo.- Gohan se levantó y los dejó solos. Satán ocupó su lugar.
Después de unos veinte minutos de charla, Gohan se asomó por la rendija de la puerta y vio como padre e hija se abrazaban. Ya todo había pasado. Se dirigió hacia la puerta y le dijo a Gohan que ya podía volver a entrar. Él le obedeció.
-Tenemos que acabar con esto de una vez.- dijo Videl convencida.- Aunque no lo queramos, todo este tema está repercutiendo sobre nuestros seres queridos.-
Se levantó de la cama y salió corriendo en dirección a la habitación. Gohan la siguió.
El lugar tenía un aspecto desolador. Siempre había estado tan… en calma… y ahora destruida… destruidos algunos recuerdos de la madre de Videl.
-¿Mamá…?- se atrevió a llamar ella.
La habitación permanecía inmóvil. Ni siquiera se notaba el aire entrar por la ventana.
-Mamá… estoy aquí… para irme contigo…-
Ahora sí… una fuerte brisa comenzó a soplar. La puerta se cerró con un golpe seco. Gohan intentó abrirla pero no pudo.
-¡Gohan!- exclamó Videl asustada.
El piano comenzó a sonar, pero no emitía melodía alguna con sentido. Más bien era desagradable. Ante sus ojos, la habitación comenzaba a recuperar su aspecto original rápidamente. Un haz de luz apareció sobre el piano. Era ella…
-Déjà je suis ici...-
-¡Escúchame! ¡Qué quieres de mí!- le gritó Videl.
-Je vous veux, Nadia…-
-¡No! ¡Yo no soy Nadia…! ¡Yo no soy tu hija!-
-Tenez silencieux de vous!-
-Lo siento… pero yo no soy la persona a la que buscas…-
El espectro comenzó a descender hasta caer de rodillas en el suelo. Allí comenzó a llorar.
-Je l'ai voulu... C'était la seule chose que j'avais toujours ... où est Nadia?-
Videl se fue acercando a ella lentamente, le inspiraba profunda tristeza. Ella había perdido a su hija, y Videl había perdido a su madre…
-Nadia murió… Co-como usted… Hace años…-
-Vous êtes couchés! Retour à Nadia!- se volvió a levantar, pero esta vez sus ojos estaban en blanco. Chillaba palabras sin sentido.
-¡No, tranquila!- insistió Videl.
En ese momento la mujer reaccionó llevando sus manos al cuello de Videl.
-¡¡Videl!!- exclamó Gohan abalanzándose a la mujer. Pero traspasó su cuerpo inerte. ¿Cómo era posible que pudiera estar agarrando el cuello de Videl.- ¡¡No, suéltala por favor!!-
-Retour… à… Nadia…- amenazó apretando más fuerte.
-No… mamá… no…- dijo Videl entre sollozos. Sus lágrimas ya volvían a caer por las mejillas.
-¡¡Basta, suéltala!!- gritaba Gohan.
-Silence!!!- la mujer miró a Gohan y lo lanzó contra la pared.
-Por favor… no…- la vista de Videl se nublaba poco a poco. Las voces se alejaban de sus oídos.
-Videl…- Gohan se levantó a duras penas.
Una luz blanca comenzó a aparecer en la habitación. Videl pudo distinguirla, pero no quién había aparecido. Luego cayó inconsciente.
-Maman…?-
Gohan quedó sorprendido ante la aparición. La mujer fue soltando poco a poco el cuello de Videl y fijó la mirada en la nueva aparición.
-Na-Nadia…-
-Maman!!!-
-Nadia…- Gohan se sorprendió al ver a la chica. Era realmente parecida a Videl, pero tal vez fuera el peinado lo que las diferenciaba. Luego corrió hacia Videl a la que intentó reanimar consiguiendo un poco de éxito.
-Mon amour... Mon Trésor public... À la fin...- la mujer abrazó a Nadia. Las dos lloraban… pero esta vez era de felicidad.
-Je vous ai trouvés!-
Videl recobró el conocimiento y se incorporó con la ayuda de Gohan.
-¡Nadia!- exclamó.
La joven volteó la cabeza, lucía una espléndida sonrisa. Luego se separó de su madre y bajó un poco hasta ponerse a la altura de Videl.
-Gracias, Videl Satán.- dijo con un acento gracioso.
Videl sonrió y acarició el rostro de Nadia. Luego volvió junto a su madre.
Una luz las bañó de repente. En sus caras se reflejaba paz y bienestar.
-Adiós…-
-Adiós, Nadia.- dijo ella. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Pero por fin sabía que todo había terminado.
La luz fue desapareciendo poco a poco, al igual que los dos espíritus.
-Ya… ya ha acabado todo…- dijo Gohan suspirando. Se dio cuenta de que Videl seguía llorando en silencio, pero no parecían lágrimas de felicidad.
-¿Qué te ocurre?- le preguntó Gohan abrazándola.
-Es sólo que… yo también hecho mucho de menos a mi madre…- y rompió a llorar algo más fuerte.
La noche había caído y ya estaba en sus horas más profundas. Videl estaba durmiendo apaciblemente acariciada por la brisa que entraba por su ventana. Pero sus ojos azules despertaron con rapidez.
-¿Qué es eso?- algo se oía en la lejanía. Decidió levantarse para ver.
Atravesaba el pasillo. Su corazón latía fuertemente porque presagiaba algo.
-¿El piano?- exclamó Videl. Y su alma dio un fuerte vuelco. Se tuvo que apoyar en la pared.
La música se hacía más sólida. Reconocía aquella melodía… esa era… My blue Heart.
Se asomó a la habitación, el piano era bañado por la luz de la luna. Y allí estaba ella… Mirelle Satán… con esa elegancia que la caracterizaba para tocar el piano y cualquiera de sus movimientos.
La mujer miró a su hija, paralizada en el marco de la puerta.
-Aquí tengo un sitio para ti…- Mirelle posó su mano sobre la banqueta restante. Al fin Videl se decidió a entrar.
Se sentó a su lado. Podía percibir el calor que desprendía y ese aroma que la caracterizaba. Sí… esa era su madre.
-My blue heart… siempre quise tocarla junto a ti…-
-Ahora es el momento.- dijo Videl posando sus manos sobre las teclas.
Las dos comenzaron a tocar. Sonaba melodiosamente y sus manos parecía estar perfectamente sincronizadas.
La música inundó la casa gracias a la pasión que madre he hija ponían tocando aquella melancólica melodía.
Y así acabó la melodía.
-Has estado espléndida.-
-No tanto como tú.-
Una luz… esa misma luz que había bañado antes a Nadia y su madre, envolvía ahora a Mirelle.
-¡Mamá, no! No te vayas aún…-
-Lo siento Videl… aquella cosa pendiente que me quedaba en esta vida la acabo de cumplir.-
-¿Tocar My blue heart entera?-
-Tocar My blue heart entera... junto a ti...-
-No me dejas, ¿verdad mamá?-
-Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Te adoro, Videl. Jamás olvides esto.-
-Yo también… Te quiero mucho, mamá. Te quiero muchísimo.-
Mirelle besó en la frente a Videl y luego desapareció junto a la luz.
Videl despertó. Aún era de noche, pero por poco tiempo. Estaba en la habitación del piano, sentada en la banqueta y su cabeza apoyada sobre el instrumento.
¿Todo había sido un sueño?
Inspeccionó a su alrededor. Todo parecía normal… Pero sobre el piano estaban los pentagramas de My blue heart.
-No ha sido un sueño…- Videl abrazó los amarillentos papeles y una lágrima rodó por su mejilla hasta una de las teclas…
