Capítulo IX: La sangre del inocente

-Hermione, ¿me pasas la mantequilla?-le pidió Potter, esa mañana de sábado. Hermione, quien se hallaba compenetrada leyendo un libro sobre Aritmancia, tanteó en la mesa hasta dar con la mantequilla, y sin quitar la vista del libro, se la pasó a Harry.

Como era común en las mañanas, las lechuzas entraron apresuradamente por el techo del Gran Salón y comenzaron a repartir cartas y paquetes a todos los alumnos. Enorme fue la sorpresa de Potter cuando descubrió que una lechuza completamente negra le dejaba un sobre, también negro, y luego se retiraba.

-¿Qué es eso, compañero?-le preguntó Ron muy curiosamente. Harry se encogió de hombros. Tomó la carta, y notó que estaba sellada con un extraño escudo: Una especie de dragón que se entrelazaba en una "B". Abrió la carta.

A LA MEDIANOCHE, EN EL PASILLO DEL TERCER PISO,

CERCA DE LA ESTATUA DE SAMUEL SANTORO.

VE SOLO

Y eso era todo. Volvió a leer la carta, buscando alguna pista más. Pero no la necesitaba. Él sabía perfectamente de quien era la carta.

-Harry, ¿de quién...-había comenzado a preguntar Hermione, pero tuvo que callar cuando escuchó el tintineo producido por el choque de una cuchara contra la copa del director Dumbledore. Albus iba a hablar. Harry aprovechó el momento para guardar la carta en un bolsillo.

-Queridos alumnos, hemos llegado al fin de nuestro primer mes, y por ello hemos organizado para el día de mañana una salida a Hogsmeade. Les recuerdo a todos los alumnos, que por nuevas medidas de seguridad, la salida está prohibida para los menores de catorce y para aquellos que no tengan autorización de sus padres o tutores. Gracias.-y diciendo esto, volvió a sentarse.

-¿Menores de catorce?-exclamó Parvati, sorprendida.-¿qué no era que en tercer año podías ir?

-Eso era antes de que Voldemort estuviera de regreso, ¿no crees?-le dijo Harry fríamente, sin prestar atención a lo que Dumbledore había dicho. Hubo un estremecimiento al escuchar el nombre de Voldemort. "Algun día, se estremecerán al escuchar mi nombre" pensó Harry, y la idea lo llenó de alegría.

-¿Escuchaste lo que acaba de decir Dumbledore?-le susurró una voz. Harry giró para encontrarse con Megan agachada a su lado.

-Si, escuché-le respondió.

-Bueno, podemos aprovechar esa salida para conocernos, ¿no lo crees?-le sugirió ella, jugueteando con su pelo. Harry le dirigió su ya conocida sonrisa seductora.

-Como quieras.-le respondió. Meg lo abrazó fuertemente, llamando la atención de muchos, no solo en la mesa de Gryffindor, sino en todas las mesas.-¿Qué es esto?-preguntó al tantear la carta que Harry había guardado en el bolsillo. Antes de que Harry pudiera hacer cualquier cosa, Meg ya la había sacado y la estaba leyendo.

-¿Qué haces?-le preguntó Potter enojado, arrebatándole la carta de las manos.

-¿Dé quién es esa carta?-le preguntó ella.

-Baja la voz-le ordenó Potter, perdiendo la paciencia.-No lo se-le respondió.

-Mentiroso. ¿de quién es?-volvió a preguntarle la Hufflepuff, también enojándose.

-Te digo que no lo se. La recibí esta mañana, sin nombre. Debe ser una especie de burla. Alguien que me está jugando una mala broma. Me quieren asustar, nada grave.-trató de convencerla. Pero él sabía muy bien de quien era la carta. Cómo no saberlo. Meg no pareció convencerse del todo.-¿Qué no confías en mí?-le preguntó Harry, aplicando nuevamente su sonrisa. Meg también sonrió y soltó una risita tonta.

-¡Claro que confío!-le dijo, y se despidió dándole un beso en la mejilla. Harry la vio alejarse

-Si que tienes suerte, Harry. La mayoría de los chicos darían mucho por estar en tu lugar-le dijo Dean, sentado cerca de él, que había visto a Megan. Harry lo miró.-Megan es muy linda.

-Muy linda y sin un grano de cerebro-se escuchó la voz de Ginny, quien estaba concentrada bebiendo su té. Harry la miró levantando las cejas. Ginny notó la mirada y se sonrojó.

Pero no era solo suerte lo que tenía Harry. Había algo en él, algo diferente. Y las chicas eran las primeras en notar esto.

-STEVENSON!! ESA BLUDGER CASI ME MATA!-gritó Katie, quien había tenido que hacer un movimiento sumamente brusco para escapar de la bludger.

-Lo siento Katie, pero no puedo estar en todos lados-le dijo el muchacho de catorce años, pelo castaño oscuro, y ojos hundidos y pequeños.

-BELL, STEVENSON! NO SE DISTRAIGAN Y SIGAN CON LA PRÁCTICA!-les gritó Harry sin ni siquiera mirarlos. Estaba muy ocupado buscando a la snitch por todas partes. Y finalmente la encontró. Volando a varios metros por encima de él se hallaba un destello dorado. Torció su escoba hacia arriba y aceleró todo lo que pudo.

Inmediatamente, todos los demás jugadores dejaron sus jugadas y se enfilaron detrás de Potter, con el único propósito de evitar que capturar la snitch. Ese era el nuevo entrenamiento: todos jugaban sus puestos con la mayor tranquilidad, pero cuando Potter se lanzaba a la cacería de su snitch, el resto del equipo debía evitar que lograra su cometido.

Harry tuvo que esquivar la bludger lanzada por Kevin Ross, y también tuvo que hacer un angosto zigzag para que Alicia Spinnet no lo tirara de su escoba. Sintió como la quaffle le rozaba la cabeza cuando Bell se la lanzó desde el costado derecho, y tuvo que desviarse considerablemente cuando Ron y Jack lo encerraron. Parecía que tenía el camino libre, cuando repentinamente, vio a Ginny volando debajo de él. Lentamente, la muchacha comenzó a subir, obstruyéndole el camino a Harry. Tenía que sacarla del medio o no atraparía la snitch. Sin mas remedio, aceleró a todo lo que podía, y con la cola de su propia escoba logró empujar a Ginny y sacarla de su camino. Estiró su brazo... y sus dedos se cerraron alrededor de la fría snitch.

-¡Wow! Eso fue increíble, Harry-le dijo Alicia, aplaudiéndolo unos metros más abajo.

-Fantástico –lo felicitó Ron, dándole una palmada en la espalda.

-Impecable, si sigues jugando así, ganaremos sin duda contra Slytherin-le dijo Jack, sonriente. Harry asintió ante todos los elogios.

-Bueno, creo que es todo por hoy. Veré cuando puedo conseguir de nuevo el campo. –se despidió Potter, y volvió a tierra firme. Notó que a pocos metros, Kevin también descendía-No he recibido ninguna felicitación de tu parte, Ross.-le dijo de manera altanera y sobradora. Kevin le dirigió una mirada dudosa.

-Eres talentoso para el quidditch, no lo niego. Pero todo esto se te ha subido a la cabeza.-le dijo Kevin, mientras se sacaba la protección de los brazos. Harry le sonrió burlonamente, y dándole la espalda, se retiró del campo.

-Celoso-dijo en voz baja, mientras reía para si mismo.

Era tarde en la noche de aquel Sábado. Abrió su baúl y extrajo la capa invisible. Dudó unos segundos. No la necesitaba. ¿quién lo descubriría? Volvió a guardarla en el baúl y salió de la habitación, dejando a todos su compañeros. Todo Gryffindor dormía en armoniosa paz.

Salió a través del retrato de la dama gorda haciendo el mayor silencio posible. Si algo había aprendido en ese verano, era a moverse a través de la oscuridad pasando completamente desapercibido.

Los pasillos estaban vacíos. Todo estaba en completa calma. No se oía más que el ruido del viento otoñal golpeando contra las ventanas del castillos, y colándose de vez en cuando por una rendija.

Estaba muy cerca del tercer piso cuando escuchó un ruido. Pasos. Se detuvo en seco, y trató de agudizar sus sentidos. Silencio. Nada. Talvez se lo había imaginado. Retomó su caminata, con más desconfianza. Podía sentir la presencia de otra persona.

Finalmente llegó al pasillo de tercer piso, y buscó con la mirada la estatua de Samuel Santoro. Ubicada a la mitad del pasillo, y junto a una ramificación del pasillo. Un pasillo lateral. Se detuvo junto a la estatua. Allí no había nadie. Talvez estaba temprano. Se recostó sobre la pared, esperando. Repentinamente, una mano le tapó la boca y lo arrastró hacia el pasillo lateral.

-¿Cómo diablos entraste acá?-le preguntó Potter, frunciendo el entrecejo luego de que la mano le destapara la boca. Nicole puso su dedo índice sobre los labios del joven, haciéndolo callar.

-No tengo los años que tengo para nada, Potter.-le respondió, con su conocida voz fría, arrogante, y vil.

-¿Qué viniste a hacer?-le preguntó Potter, sonriendo ante la viveza de la dama.

-Vine a decirte que ya es hora de empezar-le comentó Nicole, apoyándose contra la pared, y haciendo que su pelo flameara por el aire al mover la cabeza. Sus ojos celestes brillaban astutamente, envueltos en la palidez mortal del rostro de la muchacha.-Todo está listo.

-¿Y cómo piensas hacer que saque a alguien de Hogwarts?-le preguntó Harry, acercándose a ella de a poco.

-Tu no sacarás a nadie. Deja que lo haga Dumbledore. Cuando vayan a Hogsmeade. Lo tengo todo pensado.-le respondió Nicole, sin prestar atención al apuesto joven que se le acercaba de a poco, sino que examinando sus largas uñas, pintadas de negro.

-¿Qué se supone que haremos?-preguntó Harry, mientras pasaba sus manos alrededor de la cintura de Nicole.

-Elige tu primera víctima.- expresó Nicole en un susurro-Y la mataremos de una manera cruel y dolorosa -los labios de Nicole se curvaron en una maligna sonrisa, mientras que sacaba la vista de sus manos y las posaba en los ojos de Potter.

-Simspell.- indicó Harry, acercándose cada vez más al rostro de Nicole-Guadalupe Simspell.

-Como tú digas-habló Nicole, en un tono perverso e inalterable.

Potter acarició con su mano la cara pálida de la dama, y acercó sus labios a los de ella, en un feroz y ardiente beso. Quería tomar todo lo que pudiera de Nicole. Ella era tan especial. Tan hermosa. Tan poderosa. Tan malvada. Lo atraía de sobremanera. La deseaba. A ella, a toda ella. La deseaba con locura. Cada vez que Potter apoyaba sus labios contra los de Nicole, un frío cruzaba todo su cuerpo, acompañado por la sensación de un creciente poder y maldad.

Nicole apoyó sus manos en la espalda de Potter, a veces tomándolo con fuerza, e incluso lastimándolo con sus uñas. Hubieran seguido ese beso durante largo rato, de no ser por un ruido metálico, cercano.

En el piso, cerca de ellos y donde comenzaba el pasillo, había una armadura que había caído al suelo. Al lado, parada inmóvil, mirando a Harry y a Nicole, estaba…

-Megan…-pronunció Harry, soltando inmediatamente a Nicole, a quien tenía agarrada por la cintura. Ella había leído la carta y lo había seguido. Esos pasos. Eran de ella.

-¡Basura! ¡Asesino!-gritó Megan reaccionando, y salió corriendo por el pasillo contrario. Harry giró para mirar a Nicole, quien permanecía inmóvil, con una sonrisa vanidosa, mirando hacia donde Meg había estado minutos antes. Miró a Harry.

-Ve por ella-le ordenó. Harry asintió con la cabeza, y salió corriendo detrás de Megan. Podía escuchar los pasos retumbando en los pasillos vacíos. Podía oír el latir agitado de su corazón. Podía oír su respiración entrecortada. Pero no podía verla. Estaba demasiado lejos.

Repentinamente, los pasos cesaron. Harry detuvo su trote, y comenzó a caminar. Sabía que Megan debía estar por allí, escondida. El pasillo era amplio, y tenía varios pasillos laterales, algunas puertas, y posiblemente, pasillos escondidos.

-Megan, dulce… ¿dónde estas?-preguntó Harry, tratando de parecer amable y cariñoso. Con su mano derecha, tonó la varita que tenía en un bolsillo.-No te voy a hacer nada Meg, lo sabes. Te amo-mintió Harry, caminando muy despacio, y mirando hacia todas las direcciones.

Se detuvo. Cerró los ojos y trató de agudizar sus otros sentidos. Sonrió orgulloso. Todavía podía oír el latir del corazón de Meg, y su agitada respiración. Pero sobre todo, podía oler el miedo en el aire.

Miró hacia su izquierda. Había un tapete colgado de la pared. Puso sus ojos en blanco, meneando la cabeza. Se acercó de a poco al tapete, en el mayor silencio que pudo. Una vez junto al mismo, volvió a hablar.

-Meg, amor, ya se donde estas. No sirve de nada que te escondas-le dijo, conservando todavía un tono amable y dulce. Guardó su varita en el bolsillo y corrió el tapete. En un rincón, acurrucada contra la pared de un pasillo sin salida, estaba Megan.

-¡Lárgate! Eres un… un…-empezó a gritar Meg, separándose de la pared y abalanzándose sobre Harry.-Un maldito asesino. Te creí diferente, confié en ti. Y todo este tiempo… me mentiste… nos mentiste a todos. Nos quieres matar a todos, ¿verdad? –gritaba descontrolada Megan, parada firme frente a Potter. El agredido abrió la boca para hablar, pero Meg no lo dejó- No trates de defenderte Potter! Yo te escuché, lo escuché todo. Piensas matar a Simspell. ¡Estas del lado oscuro! Que estúpida fui. Pero no te lo voy a permitir-exclamó Meg, y sacó su varita, apuntando a Harry en el pecho. Potter, miró primero la varita y luego a Meg, y soltó un suspiro.

-Tienes razón. Soy un asesino, y debo matar a muchos de los que están en Hogwarts. Pero jamás te mentí, Meg-habló Harry, en tono calmo.-La muchacha con la que estaba recién se llama Nicole, y es una vampiresa. Durante el verano hice un trato con ella. No pensé lo que hacía. Me equivoqué. Pero ahora no hay vuelta atrás. Ahora tengo que cumplir me promesa con ella.-mintió Harry.

-¿Y qué es la promesa?-preguntó Megan, aún apuntando con la varita al pecho de Potter, pero su voz se notaba menos firme.

-Debo matar a unos enemigos que ella tiene. Meg, por favor, baja la varita. No sabes lo difícil que es esto para mí, no lo hagas peor. Eres todo lo que tengo en este mundo, y no te quiero perder-le dijo Harry, apoyando su mano sobre la varita extendida de Meg, y obligándola a bajarla. Le acarició con una mano la cara, y ella se lanzó sobre sus brazos, llorando.

- Lo lamento tanto, Harry-lloró Meg. Harry acarició los cabellos de la muchacha. Era tan inocente... La separó un poco de él, y la obligó con una mano a mirarlo a la cara. Potter sonrió, haciendo que Meg soltara una breve risita, y se unieron en un dulce y delicado beso. Harry tomó a Megan por la espalda con una de sus manos, manteniéndola unida a él, mientras que con la otra mano buscaba algo en la túnica... La muchacha cerró los ojos mientras que derramaba algunas lágrimas más, pero pronto los volvió a abrir, de par en par. Sus ojos reflejaban una mirada de espanto.

Meg soltó un grito, ahogado por el beso. Harry separó sus labios de los de ella. La muchacha tenía el rostro surcado por una terrible expresión de dolor, y todo rastro de color había desaparecido. Calló de rodillas, aferrándose con una mano a la túnica de Harry, y con la otra mano apretada contra el estómago.

Potter permanecía de pie, con una perversa sonrisa. Con la mano izquierda, sostenía a Meg por el antebrazo, y en la derecha, sostenía una daga, completamente manchada en sangre.

Ya sin fuerzas, Megan calló al suelo, boca abajo. Harry miró la imagen unos segundos, y luego, dejando la daga en el suelo, se acercó al cuerpo tumbado de la muchacha y la dio vuelta para que quedara boca arriba. La Hufflepuff tenía las dos manos apretadas contra una gran herida en el estómago. Se encontraba toda manchada en sangre.

-Lo lamento mucho, Meg. Pero es necesario. Conoces demasiado para seguir viva.-le dijo Harry, acariciándole el pelo con una mano.-Pero ahora que vas a morir, supongo que te puedo decir la… verdad-volvió a hablar, y todo rastro de bondad y dulzura desaparecieron de su voz, para dejar a la vista a un Harry Potter malvado y sin sentimientos. – Nicole no me engañó. Ella y yo hicimos una alianza. Juntos, mataremos a todos los hipócritas que arruinaron mi vida y que todo lo que les importa es que yo salve la de ellos. Juntos, nos convertiremos en los nuevos señores oscuros de la tierra. El sábado, cuando vayamos a Hogsmeade, Simspell va a morir, y no vas a poder hacer nada para salvarla.-Meg le echó una terrible mirada de odio. Harry rió cruelmente. Con sus últimas fuerzas, Megan estiró la mano derecha y tomó a Harry por el cuello de la túnica, arrastrándolo más cerca de ella.

-Te... pudrirás... en el... infierno-le dijo al oído, impregnando cada palabra con todo el odio posible. Fueron sus últimas palabras. Soltando un corto y ahogado grito de dolor, apretó los ojos, tratando de resistir. La mano que sostenía a Potter del cuello de la túnica calló sin vida contra el duro suelo de piedra.

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Ya no los hago sufrir más. Si no lo publiqué antes era porque: 1) quería que sufrieran 2) estaba ocupada con otros FFs. Espero que les haya gustado. ¡Por fin corre sangre! Ya me estaba cansando de tanta paz y armonía. Jejejje.

Luadica: no me odies! Jejejje, solo quería que sufrieran. Lo lamento, pero yo soy así!! Jajajja *risa malévola*. ¡Y corrió sangre! Jajaja... aunque no se si maté a la persona correcta... pero esa Megan ya me estaba molestando demasiado en la historia ¬¬u. ¿Realmente quieres que mate a Simspell? Bueno, la verdad es que yo ya le tenía un destino asignado a esa Prof. desde hace tiempo, y no lo voy a cambiar... solo espero que les gusté. =0S

Cristal Melody: despedir a Snape? Pero si él no trató de matar a Harry... tan solo probaba si habían hecho bien los antídosotos... *expresión angelical* jejeje... Y la pregunta del millón es... ¿Con quién se quedará Harry al final de la historia? O mejor dicho... ¿quedará alguien vivo al final de la historia? (tengo pensadas muchasssss muertes...). En cuanto al adelanto... no puedo adelantar nada! (que contradicción, ¿no?). Pero ya no falta tanto. (Mentira... ¬¬u si que falta)

Bellatrix88: gracias, Bella, gracias. Aunque creo que Rowling se pegaría un tiro si viera lo que le hice al personaje central de su historia... ;-) Si, es todo un dilema el tema de Harry  las mujeres... Ginny, Meg o Nicole? LAS VOTACIONES SE ABREN A PARTIR DE.... AHORA! Jajaja. Bueno... podemos sacar a Meg del medio... después de todo está muerta. El nombre de alguien que muere..... MEGAN! Jajaja. Ten paciencia, mujer.

DoXy-BaGsHoT: bienvenida a mi historia! Y gracias por el review. Me alegro que te guste mi historia, y espero recibir otro review tuyo muy pronto.

Dark-Sly: también sos de argentina?? Hola hermana!! Tenes MSN? Podemos catear... (digo, nose... como quieras =0P). Jejejje, pobre Harry, Megan lo estaba volviendo loco. Ya era hora de que muriera... eso creo. ¡DIGAN QUE TENIA QUE MORIR, POR FAVOR! Jejeje.

Diana-Lily-Potter: jejejeje, me alegro de no ser la única que no entiende lo que le escriben!! (Soy un desastre... un caso sin arreglo). Espero que te haya gustado este capítulo.

Hcate: como que todavía no has leído el capítulo?? Eso es algo imperdonable!! Jajajajaa. Todo bien, no te preocupes. Leelo cuando puedas y cuando tengas tiempo. Los capítulos siempre van a estar.... (espero que nadie los robe....¬¬u). Pedile a tus papás que te dejen usar la PC al menos 30 minutos a la semana.... bueno, no te presiono más. En cuanto a Guada, te dijo lo mismo que a Luadica. Yo desidí que iba a ser de ella hace mucho tiempo, desde la primera vez que apareció en la historia. Solo espero que ese final las deje conformes.

Hedwing-la lechuza: una vez más, digo: no se preocupen por no poder dejarme reviews, mientras que sigan leyendo la historia... XD... Si, creo que Snape estuvo 

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