Capítulo XX: La Gran Batalla

El director apareció entre las sombras del bosque. Nicole frunció el entrecejo. Se adelantó para interponerse entre Harry y Dumbledore, con la mano derecha extendida hacia el viejo hombre.

-Tu no mandas aquí, Albus-le contradijo ella, con voz imperativa.

-Nicole...-susurró el director.-Los años pasan y tu no aprendes nada de ellos. No has cambiado en absoluto

-No puedo decir lo mismo de ti, Albus.-dijo ella, torciendo una sonrisa de medio lado.- Yo perduro. Y tu, envejeces.

-La vejez viene acompañada de la sabiduría

-Y de la muerte.

-Aún no lo comprendes, ¿verdad? Cientos de años de vida, y no llegas a comprender la esencia de la misma- el director Dumbledore habló en tono decepcionado. Nicole rió forzadamente, y su voz retumbó en el bosque.

-¿A qué has venido, Albus? ¿A darme una lección sobre la vida o por Potter?-le preguntó ella.-De todos modos, por cualquiera de los dos, es lo mismo. Has venido en vano.

-Habla por ti misma, Nicole.-el tono de Dumbledore se iba endureciendo con cada palabra que decía. Ahora, la luz de su poder podía verse con claridad en su rostro envejecido.

-Olvídalo, Dumbledore. No regresaré a Hogwarts. Después de esta noche, yo seré quien dará las órdenes-habló Harry, haciendo a Nicole a un lado con la mano izquierda. En la derecha, sostenía con fuerza su varita.

-Harry, te estas equivocando. Nicole no compartirá el poder contigo. No lo ha compartido con nadie, nunca, y tu no serás el primero-habló otra voz, que Harry reconoció con suma facilidad. Avanzando por entre la oscuridad, venía su ex profesor de DCAO: Remus Lupin. Detrás de él, y como salidos de entre las sombras, brotaron más y más aurores, y entre ellos, Minerva McGonagall y Severus Snape. Toda la Orden del Fénix estaba ahí. En pocos segundos, todos los vampiros estuvieron rodeados. Los ojos de Harry brillaban con odio.

-Dame el cáliz, Harry, y todo saldrá bien-trató de convencerlo Dumbledore. Pero esta fue Potter quien rió con frialdad y falsedad.

-¿Todo saldrá bien? No llego a entender qué es exactamente lo que llamas "bien", Dumbledore. ¿A pasar lo que me queda de vida en Azkaban? ¿Rebajarme a recibir sus órdenes estúpidas? Ya no más, Dumbledore. Ya no más. Durante todo este tiempo he sido tu títere de trapo, pero eso se acabó. Si crees que puedes seguir engañándome con tus palabras gentiles y tu cara bondadosa, te equivocas. Nicole me ha abierto los ojos. Y ahora, puedo ver el rostro que se esconde detrás de las máscaras. El verdadero rostro de todos los hipócritas que se encuentran aquí, hoy.-la voz de Harry sonaba fría y punzante, llena de odio y resentimiento. Hacía tiempo que deseaba decir aquello.- Jamás les importe; nada de mi les importó. Lo único que pretendían de mi era que yo les salvara el pellejo cuando Voldemort regresara. Y hasta ahora lo he estado haciendo muy bien, ¿verdad? Todas las personas que alguna vez me quisieron, hoy están muertas, y es toda la culpa de ustedes, malditos farsantes. No están acá para salvarme a mi, están acá para salvarse ustedes mismos. No les importa si muero hoy mismo, mientras que la vida de ustedes quede asegurada por varios años más. Me engañaron a mi, igual que engañan a muchos otros, haciéndolos creer queridos e importantes. Pero a partir de esta noche, eso ya no sucederá.-los ojos de Harry brillaban cada vez con mayor locura y maldad. Nicole miraba deleitada a su aprendiz. Harry extendió su varita en alto, y antes de que cualquier persona pudiera hacer algo, atacó-Crucio!- el maleficio imperdonable salió disparado en dirección a Dumbledore. Asombrado visiblemente, el director tardó en responder. Lanzando un extraño hechizo, logró hacer que el maleficio se desviara.

El silencio se extendió durante unos segundos, y luego, como una gran explosión, todos se lanzaron contra todos. Hechizos, garras, sangre... La pelea que tenía lugar alrededor de Harry y Nicole era increíble. Solo ellos, y Albus Dumbledore, permanecían impasibles, quietos, mirándose unos a otros.

-Harry...-susurró la voz de Nicole, repentinamente dulce y melodiosa. La vampiresa parecía fascinada -Bebe mi sangre. Hazlo. Yo me encargaré de Dumbledore.-

Harry asintió, y giró para tomar con sus manos el preciado Cáliz. Pero nuevamente, un hechizo se interpuso entre él y la Sangre Eterna. Giró para observar a su contrincante. Tonks lo miraba a pocos metros de distancia, sorprendida y temerosa, pero lista para pelear. A un costado, Nicole se había lanzado al ataque contra Dumbledore. Ambos eran de envidiar. Parecía que la magia era para ellos un juego de niños, algo que conocían y dominaban a la perfección. Se movían de manera tranquila, casi armoniosa, pero cada uno de sus ataques era terrible.

Harry empuñó su varita con fuerza. Miró a Tonks amenazadoramente, pero la joven no se acobardó. Por el contrario, elevó su varita para quedar a la altura del pecho de Harry.

-No quiero hacer esto, Harry. Por favor, baja tu varita-le rogó Tonks. Harry rió fríamente.

-Que extraño. Porque... yo si quiero hacer esto. ¡Gargiolia!-gritó Harry. Un monstruo con alas se abalanzó sobre Tonks.

-¡Vandarba!-contraatacó Tonks. Un rayo de color rosa oscuro golpeó contra la bestia, haciendo que ésta produzca un grito agudo de dolor, y se esfumara en el aire. Harry soltó un bufido. Tonks estaba bien preparada.

-Sonmi encanto!-volvió a atacar Harry.

-Finitem Incantatem!-trató de detener Tonks el rayo negro que salía de la varita de Harry, en dirección a ella. Ambas luces chocaron, y pareció que las varitas de Harry y Tonks estuvieran enlazadas la una con la otra mediante los dos hechizos. Pero uno de los dos iba a tener que sucumbir. Era demasiado esfuerzo mantener esos hechizos.

Y finalmente, el brazo de Tonks comenzó a debilitarse. La muchacha perdía fuerzas. Potter sonrió, complacido. Estaba por derrotarla. Una vez que su maleficio la tocara, ella caería en un sueño negro, del cual era probable que nunca despertara

Repentinamente, un hechizo rozó el hombro de Harry. Pudo sentir el ardor de una quemadura, y notó que estaba herido. Podía sentir su sangre, la herida, el dolor. Y pudo sentir que él también se debilitaba.

-¡Resiste Tonks!-gritó una voz conocida. Harry giró para encontrarse con alguien que hacía tiempo que no veía: Charlie Weasley, el segundo hermano mayor de Ron.

Potter notó que el pelirrojo corría hacia ellos, y supo que lo iba a atacar. Tenía que ejercer más fuerza. Sin dudarlo, cerró los ojos y se concentró completamente en el hechizo. Pudo sentir ese vil poder nacer desde su interior, y circular por sus venas. Abrió nuevamente los ojos, y con un último enfoque hacia Tonks, pudo ver que ella sabía lo que le esperaba. Y no se acobardaba.

El maleficio de Harry estaba derrotando el hechizo de Tonks, y ella lo sabía. "Un poco más. Tengo que entretenerlo un poco más. Llegarán refuerzos y alguien más lo detendrá, pero debo entretenerlo antes de que tome la Sangre" pensó Tonks, cerrando los ojos, y notando que unas lágrimas se acumulaban en sus ojos. Sí, tenía miedo. Porque sabía que si ese maleficio la tocaba, lo más probable era que muriera. Pero ya no podía más. Notó que su brazo derecho tembló, y que sus piernas parecían no poder soportar su peso. No podía concentrarse, ya que el esfuerzo le comenzaba a causar un punzante dolor. Vio que no muy lejos, Charlie trataba de abrirse camino hacia ellos. Pero él no podría hacer nada por ella. Ya era tarde. Sonrió con un último esfuerzo. Lo había entretenido un largo rato, ahora, otro debía seguir.

Ya sin fuerzas, Tonks bajó el brazo. El rayo negro la golpeó en el pecho, y toda ella pareció teñirse de ese color. Su cuerpo calló inerte contra el suelo, y la negrura desapreció. Ahora, solo se veía a una muchacha joven, profundamente dormida sobre el césped de un bosque.

-¡Tonks!-volvió a gritar Charlie, mientras hacía polvo (literalmente) a un vampiro, y llegaba finalmente hasta ella. La levantó levemente en sus brazos, y le tocó el rostro. Estaba tibia. Pero profundamente dormida, y su rostro no parecía de placidez.

-Si no le das el antídoto en menos de diez minutos, jamás despertará-dijo una voz extraña. Charlie giró para ver a Harry parado, a pocos metros, con una profunda herida en el hombro, que él mismo le había hecho, en un intento de detener su maleficio.

-Ella no va a morir-

-Eso hay que verlo.-lo contradijo Harry, sonriendo.-Tienes dos opciones válidas: la primera, llevarte a Tonks de acá e intentar salvarla, o la segunda, que es quedarte acá, intentar detenerme, seguramente sin éxito, y dejarla morir de manera dolorosa y lenta.

Charlie lo miró con odio reprimido. Estaba entre la espada y la pared. Harry o... Tonks. Lanzándole una última mirada de odio hacia Potter, levantó a la inconsciente Tonks en sus brazos, y con la varita en su mano derecha, comenzó a abrirse camino a través de los vampiros y aurores. Harry volvió a reír macabramente. Giró sobre sus talones, listo para beber su inmortalidad. Sus dedos estaban ya casi tocando la delicada copa...

-¡HARRY!-gritó una voz casi angelical, que Potter reconoció de inmediato. A escasos metros de él, con una expresión de terror, estaba Ginevra Weasley.- Harry...- susurró ella, acercándose a él. Potter se quedó inmóvil. Paralizado. Era imposible. Él la había dejado dormida en la mazmorra... segura.

-Ginny- murmuró Harry.-¿Cómo…?

-Harry...vine a detenerte. Esto está mal.-le dijo ella, acercándosele.

-Tu no entiendes, Ginny. No puedes entenderme.-se negó Harry.

-Harry, escúchame, por el amor de Dios. No debes hacer esto. No es necesario. Hay otras maneras...-trató de calmarlo Ginny, a medida que avanzaba hacia él, lentamente. Pero Harry ya había alzado su varita hacia ella.

-No, Ginny. No las hay. Créeme, esta es la única salida.

-No, no lo es. –habló Ginny, quien siguió caminando lentamente, hasta estar junto a él, quien seguía con la varita en alto.. Delicadamente, y algo temerosa, tomó en sus manos la mano derecha de Harry, en la cual tenía la varita. Harry sintió una paz renovada en su cuerpo. Por unos segundos, el Cáliz, la Sangre, los Vampiros, los Aurores, Nicole, Dumbledore, todos habían desaparecido. Y solo estaba él y Ginny. Ginny le sonrió dulcemente, y Potter sintió algo que cambiaba. Ginny pudo ver como el negro de sus ojos iba disminuyendo, dejando a la vista los hermosos ojos esmeraldas del muchacho.

¡PLAF!

Un maleficio golpeó a Ginny, haciéndola caer al suelo. Harry desvió la mirada. Nicole se encontraba allí, con su mano en alto, apuntando a la pelirroja. Sus ojos brillaban con furia y maldad. Antes de que Harry pudiera hacer algo, Nicole avanzó hacia la derrumbada Ginny y, tomándola por los cabellos, la hizo levantar la cabeza.

-Nunca, y créeme porque es de verdad, debiste haber venido.-le susurró Nicole, con odio y bronca en sus palabras. Su plan comenzaba a desmoronarse a pedazos.-Sogus!-gritó la vampiresa, y unas sogas brotaron de la nada, y se entrelazaron alrededor del cuerpo de Ginny. Nicole la miró brevemente. La muchacha se sacudía bruscamente en un intento de liberarse. La vampiresa miró a Harry. El muchacho estaba de pie, con los brazos cruzados, mirándolas a ambas.-Te creí inteligente, Harry-habló Nicole.

-¿Dudas de eso?-preguntó Harry, levantando una ceja.

-Te dejas llevar por las palabras de una niña estúpida-

-Cuida tu boca, Nicole.-amenazó Potter, descruzando los brazos.-Yo no me dejé llevar.-Nicole rió.

-Entonces, termina con esto de una vez, Harry. Bebe mi Sangre. Bebe tu inmortalidad-le dijo Nicole, pero sus palabras sonaban ansiosas, e incluso imperativas. Harry giró para mirar nuevamente el Cáliz frente a él. La sangre negra brillaba pulcramente a la luz de la noche. Extendió sus manos para aferrar la copa.

-¡Harry no lo hagas!-le gritó Ginny, empapada en lágrimas y tironeando para liberarse de las sogas que la mantenían completamente inmóvil.

-¡Hazlo de una vez, Harry! Termina con todo esto. ¡Recuerda todo lo que te dije! ¡Llegó la hora de la venganza, Harry! ¡Hazlo!-le gritaba Nicole con su voz tan profunda y maquiavélica. Sus ojos brillaban como nunca antes, y su rostro mostraba una ansiedad incontenible. Miraba a Harry expectante. Había llegado el momento de la venganza. (N/a: mm... recuerdan esta parte? ¡Si! Fue el adelanto que di en... mmm... capitulo 4?)

Harry miró a Ginny y a Nicole. Eran completamente diferentes. El Bien y el Mal. La Luz y la Oscuridad. El Día y la Noche. Su cuerpo se encontraba en un terrible debate. Y allí frente a él, lo más preciado de todo: su inmortalidad.

-Harry...-lo llamó la fría voz de Nicole. Harry volvió en sí.-Hazlo.-le dijo ella, y la desesperación estaba en sus ojos.

Entonces, Harry lo vio. Vio a Nicole por primera vez. Un Demonio de los Infiernos, un Muerto que vive, una asesina sin alma. Sedienta de Poder. Y él... él era el instrumento prefecto. Juntos... Ella había dicho juntos, solo porque ella sola no podía. Pero Harry... él sí podía. Él la iba a llevar a la gloria y al poder. Por el camino de la Muerte. Potter deseaba esa inmortalidad más que nada, pero ya no deseaba compartir su poder con Nicole. Ya no.

-¡Harry, NO!-gritó Ginny, sacudiéndose violentamente en un nuevo intento de liberación. Nicole, furiosa, giró para mirarla, y sin pensarlo, le dio una fuerte bofeteada en el rostro. Ginny, quien había logrado arrodillarse, calló nuevamente contra el suelo, envuelta en llantos de desesperación. Fue como si Harry mismo hubiera recibido el golpe. El cáliz pareció de repente abandonar sus pensamientos. Ahora, lo único que importaba era salvar a Ginevra.

-Expelliarmus!-gritó hacia Nicole. La vampiresa, quien no se esperaba que Potter la atacara, calló al suelo, desprevenida. Harry corrió hacia Ginny, tumbada en el suelo. Con un simple hechizo, hizo desaparecer las cuerdas. Delicadamente, la ayudó a sentarse en el suelo, mientras que la envolvía con sus brazos. La pelirroja se acurrucó contra el pecho del muchacho, llorando.-Todo va a estar bien, Ginny-le susurró, para consolarla.

-No, Potter. Nada estará bien.-dijo una voz maligna y aterradora. De pie, a espaldas de ellos, estaba Nicole, enfurecida. Sus ojos parecían escupir fuego, y su piel parecía más blanca y brillante que nunca. Harry se puso de pie rápidamente, y extendió su varita hacia la vampiresa.-Tanto tiempo entrenándote para este momento, y esa mocosa lo echó todo a perder. Te ha vuelto a engañar. ¡Como todos lo hacen!

-¡COMO TU INTENTASTE HACERLO!-estalló Harry. Nicole pareció sorprendida.

-Yo no te engañé, Harry. Desde el primer día, te dije las cosas de la manera en que las veía.

-Pero te salteaste una pequeña parte. ¿Juntos, dijiste? No hay un "juntos" con vos, Nicole. Solo estas tu. Y adivina que? A mi tampoco me interesa compartir el poder.

-Clavictus!-gritó Nicole, fuera de si.

-Negrus Protergo!-gritó Harry, y una capa negra lo cubrió del ataque.

-Siempre supe que esas chiquilla causaría problemas. Intenté eliminarla desde el principio. Pero no. Tu tenías que oponerte. "Haz lo que quieras con quien quieras, Nicole. Pero no toques a Ginny". ¿Qué brujo oscuro es capaz de decir eso? Apenas lo dijiste, supe que debía actuar rápido. Porque los sentimientos, son debilidad. Y ella, era tu debilidad. Harno Bardolia!-atacó nuevamente Nicole, a medida que se movían, siempre cerca del pedestal donde se encontraba el Cáliz. Agachada junto al mismo, se encontraba Ginny.

-Escudo!-se protegió Harry.-Wendius Actro!-atacó Harry apenas se hubo protegido de Nicole. Una luz anaranjada se enfiló directamente hacia Nicole. Pero la vampiresa era rápida y ágil. Saltando en el aire, haciendo una extraña vuelta, Nicole logró esquivar el hechizo, y caer de pie.-Si era mi debilidad, ¿por qué no la sacaste del medio?-preguntó Potter. Nicole rió.

-¿Sacarla del medio? Vamos Harry, no podía ni acercarme a ella. Eras como una especie de protector permanente. Nunca la dejaste sola desde el momento en que dije que ella era un obstáculo en los planes. Fue por eso, que intenté buscar otra manera para que perdieras todos tus sentimientos. Fue por eso, que estamos acá. Jamás ibas a poder ser el más poderoso del mundo si tenías sentimientos.-se excusó Nicole, mientras que caminaba de aquí para allá, aunque siempre atenta-Lepandous!-gritó ella. Harry no llegó a hacer un hechizo, y se lanzó a un costado, logrando esquivar el ataque.

-Nebulus oculus!-gritó Potter. Una espesa nube se alzó entre él y Nicole, imposibilitando la visión.

-Vamos Harry, no seas ridículo. Soy una vampiresa, no necesito de mis ojos para saber dónde estas-dijo Nicole, en tono divertido. Hubo un largo silencio. Nicole chasqueó la lengua, al tiempo que cerraba los ojos. Segundos después los volvió a abrir, con una sonrisa de satisfacción.-Te tengo-susurró en tono muy bajo.- Accio varita!-gritó hacia la nada.

Pero efectivamente, incluso con la neblina de por medio, Nicole logró dar contra Harry. La varita de Potter salió disparada de su mano, al tiempo que la niebla comenzaba a disiparse. Harry pudo ver a Nicole, parada frente a él, sonriente, con su varita en la mano.-Ahora, las cosas se ponen divertidas, ¿no Harry?-Harry no respondió. Nicole tiró la varita de Potter a un lado.-Hagamos las cosas justas. No más magia. Solo tu y yo. Y la Muerte.-le dijo ella, mientras borraba la sonrisa de sus labios. Harry asintió con la cabeza.

Antes de reaccionar, Nicole estaba sobre él. La vampiresa tenía una fuerza y agilidad sobrenatural. Pero Harry, aprovechando sus conocimientos de Quidditch y los que la misma Nicole le había enseñado, supo defenderse, y sacársela de encima. Nicole volvió a atacar. Al tiempo que saltaba, golpeó a Harry en el rostro con su pie. Harry se tambaleó levemente, pero no esperó, y antes de que Nicole estuviera lista para defenderse, la golpeó en el estómago. La dama se dobló levemente, para regresar a su posición normal en pocos segundos, sin rastros de dolor, pero rabiosa. Antes de que Harry pudiera hacer algo, Nicole comenzó a atacarlo con una sucesión de patadas, saltos, y puños. Harry, aprovechando la agilidad ganada como buscador, supo detener los golpes de Nicole. Finalmente, la tomó por las muñecas, inmovilizándola. Ella sonrió levemente, y luego, giró por encima de Harry, quien todavía la sostenía por las muñecas. Sin soltarse, quedaron espalda contra espalda. Nicole comenzó a empujarlo, a gran velocidad, y para su terror, Harry notó que se enfilaba contra un árbol. Antes de impactar contra el mismo, Potter soltó las muñecas de Nicole, y se escabulló entre unos árboles. La vampiresa se frotó levemente las muñecas, y sonrió.

-¿Demasiado para ti, Potter? Sal de una vez, y prometo que te mataré rápidamente.-se burló Nicole.

Harry saltó desde una de las ramas de los árboles, cayendo a espaldas de Nicole. Antes de que ella pudiera girar, Harry le encestó una patada en la espalda. Nicole giró rápidamente, y los golpes comenzaron nuevamente. Solo que esta vez, Harry llevaba la ventaja. Y Nicole lo sabía.

Ambos comenzaron a moverse alrededor del podio, esquivando y encestando golpes. Repentinamente, Harry notó que sus pies golpeaban contra algo duro, y al girar la vista, vio un pedazo del pedestal. Volviendo a mirar a Nicole, notó que ésta sonreía. Había caído en la trampa. Estaba atrapado entre ella y el podio. Nicole levantó una mano, dispuesta a golpear a Harry, pero éste la volvió a tomar por la muñeca, y haciendo un gran esfuerzo, la hizo girar, de manera tal, que ella quedó entre él y el pedestal. Los pies de Nicole no encontraban lugar suficiente para moverse. Su única arma, era su mano libre. Rápidamente, extendiendo la mano que le quedaba libre, tomó a Harry por el cuello. Harry sintió los dedos de Nicole cerrarse alrededor de su cuello, y apretar con fuerza, obstruyéndole la respiración. Soltando la muñeca de Nicole, se llevó ambas manos al cuello, intentando zafarse de las garras de la vampiresa. Pero ahora, ella tenía ambas manos en el cuello de Potter, y el aire, era cada vez menor.

-Éramos la pareja perfecta, Harry. Juntos, hubiéramos conquistado el mundo-le dijo Nicole, mientras que apretaba con más fuerza.-Ahora, tendré que seguir esperando.

-Pues esperarás en el Infierno, que es a donde perteneces-habló una tercera voz. Nicole viró la cabeza, para ver a Ginny parada junto a ellos, con una estaca de madera en la mano. Harry, quien también había escuchado, la miró. Con gran rapidez, la pelirroja arrojó la estaca hacia donde se encontraba Harry, y éste, estirando una mano, logró tomarla entre sus dedos.

-Adiós, Nicole-dijo con un gran esfuerzo Potter, debido a la falta de aire. Nicole abrió grandes sus ojos celestes. Pero no pudo hacer nada. Harry tomó fuertemente la estaca de madera en su mano, y la clavó en el corazón de la Reina de los Vampiros.

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Y terminó el capítulo!! Si, últimamente me he vuelto muy, muy mala, pero bueno, así soy yo... jajajaj.... bueno, como pueden ver, fue la actualizacion mas pronta de la historia... cuantos dias pasaron.... 4? 5? De todas formas, yo tenía planeado subir el capítulo antes de que se cumpliera una semana... no me gusta ser tan mala... incluso aun cuando no llegaron a los 20 reviews!!! Jajaja, es una broma... gracias a todos por sus reviews, pero no era necesario... iba a subir el capítulo de todas formas... la verdad es que me gustaría responderles sus halagadores (y algunos aterradores... hasta me han mandado vociferadores... puff!!) reviews... pero, bueno... será en el próximo y ULTIMO CAPÍTULO DE DARK POTTER.

Espero que hayan disfrutado de la historia.

Saludos mágicos y malignos,

Mirlaurë

ATENCIÓN A TODOS!!! ESTE ES EL ANTEÚLTIMO CAPÍTULO DE DARK POTTER!!!!!!!!