Nunca los abandonaré
Por: Angy Black Mizuhara
Hola!! a todos(as) los que leen este fic!!; quiero agradecir miucho a las personas que me dejaron RR, miuchas gracias de veras, no saben lo mucho que me sorprendí, no pensé que pasara tan rápido, por eso, en forma de agradecimiento les traigo este, el segundo capitulo; espero que sea de su agrado y que dejen mas RR.
otra cosa, no se cuando pueda subir el tercer capitulo, pero les asegúro que s´rá muy pronto,pues me siento muy inspirada estos días y ya lo estoy planeando...una pista??.... leanlo despues....jijijijij.
ahora si les dejo el SEGUNDO CAPITULO!!!... chan chan chan chan!!
Capitulo 2:
El viento el norte soplaba con fuerza esa mañana, demostrando silenciosamente los cambios que estaban por ocurrir; con él no solo atrajo centenares de hojas secas, que adornaban hermosamente con sus colores amarillos, naranjas y rojos las aceras cercanas al edificio, sino también acarreó a un vagabundo que se instaló en el callejón de junto.
Su cabellera enredada y grasosa, despedía un olor repugnante, el aroma del sudor de días (meses) pasados se mezclaba con el de la urea (orina), haciendo que cualquiera que pasase por esa calleja se tapara la nariz, pero su cabello era el de menor grado de pestilencia, sus harapos vomitados y orinados lo mostraban asquerosamente mal; las costras de su piel arrugada y sucia, lo hacían ver más oscuro de lo normal, sus manos maltratadas y sus uñas repletas de desagradables cosas (excremento) daban un aspecto y fragancia nauseabunda.
Esbozó una tétrica sonrisa al ver un niño pequeño correr asustado junto a su madre al verlo rascarse la cabeza, seguramente infestada de parásitos; mas su propósito no era el de atemorizar a los pequeñuelos del lugar, sino el de vigilar de cerca de a los chicos que vivía en el último piso, según sus fuentes, de aquel edificio que lo protegía del inclemente frío.
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–¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!– En el apartamento vacío retumbó el grito proveniente de la alcoba de Tyson y Max, lo que hizo que el chico chino saltara del susto repentino, soltando un platón con fruta y que este se quebrara en añicos; mas eso no le importó en lo mas mínimo, así que corrió en dirección de dicha habitación y abrió la puerta de golpe.
–¿Qué sucede?– preguntó ligeramente agitado –¿Estas bien Max? ¿Por qué gritaste?
El rubio se limitó a asomar su azulada y tierna mirada sobre las cobijas con las que cubría su cabeza, mientras que el japonés, se mantuvo en una postura muy peculiar, con los brazos extendidos hacia arriba, ligeramente curveados, las manos semi encogidas, tratando de provocar miedo a quien lo mirara; dando la espalda hacia la puerta por lo que Ray no pudo observar su rostro que, seguramente, mostraba una tétrica mueca, para asustar al tan inocente estadounidense.
–no sucedió nada Ray, lo juro – dijo divertido el peliazul, tratando de no ser regañado por su amigo –¿Verdad Max? –Concluyó al tiempo que intentaba corroborar su historia.
– Sssiiiii... cla... claro
–Bueno– contestó un no muy convencido Neko, pero ¿qué podía hacer? Absolutamente nada mas que sonreír agradecido por los compañeros y amigos que tenía, Mas cuando estaba apunto de cerrar la puerta escuchó su nombre en un murmullo.
–Mande
–¿Ray? ¿Él... los... vagabundos... comen niños?– una gran sonrisa se alojó en su rostro y meneando la cabeza en señal de negación y reprobación hacia Tyson, se dirigió a responder la pregunta formulada por el dueño de Dracil.
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–Ppprrrrrrrrrlllllll – Entró el castaño frotándose los brazos – ¡valla que hace frió allá afuera! – dijo a los que sentados en el suelo reían y jugaban mientras él ingresaba a la habitación echo una paleta de hielo.
–Ven siéntate – invitó el nipón al tiempo que hacía una señal con la mano –¿cómo estuvo hoy el restaurante? ¿Lleno?
– ¡a reventar! Ya no nos damos abasto... mis pies me están matando– exclamó frotándose los mismos, entre tanto los demás bajaban la cabeza en señal de tristeza
Kenny, alias 'el Jefe' llevaba unos meses asistiendo al restaurante de su familia, pues por esas épocas, siempre estaba repleto y su madre le exigía ayuda; todos los días se levantaba temprano, desayunaba, salía corriendo hacía el local, y regresaba antes de que oscureciera; a veces Tyson y Max lo visitaban, pero no era muy común, pues si no trabajaba, su padre lo reprendía por holgazán; sin embargo, Kenny a diferencia de Kai quien también se mantenía alejado del lugar, sí avisaba cuando llegaría tarde, pues si se retrasaban por mas de media hora, el de ojos ámbar se alarmaba muchísimo y no se retiraba a descansar hasta saber que habían llegado sanos y salvos; y a él no le gustaba ver a sus amigos en tal estado.
– y... ¿qué va a pasar entonces? ¿Si vas a hacer lo que dijiste la otra noche? – se aventuró a preguntar Max, ya que la duda lo consumía por dentro.
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–¿Por qué no llega? ¡Ya es muy tarde!–decía el neko-jin al tiempo que se paseaba una y otra vez por el mismo lugar, para después sentarse en el sillón, ver el reloj de la pared y volver a caminar frenéticamente por el mismo lugar; esa era una rutina que últimamente se repetía todas las noches.
– ¡ya cálmate! ¡Vas a hacer un hoyo en la alfombra!
–¡KAI!!! ¡Me tenías preocupado!! ¿Ya viste la hora que es?? ¿Y el vendaval que hace??
–Te preocupas por que quieres, sabes bien que YO no tengo hora de llegada. Y si me disculpas me voy a dormir– dicho esto cerró la puerta de su habitación y el silencio reinó de nuevo en el lugar, sin embargo, la confusión de sentimientos provocaba un ligero malestar en la boca del estomago del chino, la ira, la preocupación, la alegría y la tristeza no son muy buena combinación.
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–11:46 p.m. Kai regresó a su casa... jejejejejeje... JAJAJAJAJA... me las vas a pagar maldito Kai.
