Capítulo XXI: El mal que vive en ti

Un grito agudo salió desde los labios de Nicole, mientras que soltaba el cuello de Harry, para llevarse las manos hacia donde Potter le había clavado la estaca. Pero la estaca no estaba ahí. Harry la había clavado, y desclavado instantáneamente.

Nicole calló de rodillas, mientras que veía sus manos mojarse en su propia sangre. Con un último esfuerzo, levantó la mirada hacia Harry. Sus ojos brillaron con renovado odio y deseos de venganza. Con un nuevo grito, La Reina de los Vampiros se convirtió en polvo, desapareciendo de la vida terrenal...

El silencio fue absoluto. Harry todavía sostenía la estaca en su mano derecha. Ginny, mojada todavía en lágrimas, miraba paralizada el lugar en el cual, segundos atrás, había estado Nicole. A pocos metros, Dumbledore quien había estado demasiado entretenido con una docena de vampiros, esbozó una sonrisa.

Y luego, como si todos cayeran a la realidad, los gritos estallaron. Vampiros y vampiresas comenzaron a correr despavoridos de un lado al otro. Su Reina acaba de "morir" y la desesperación era dueña de muchos de ellos. Algunos, valientes y orgullos, permanecieron fríos, inalterables en la escena, listos para morir si era necesario, pero dispuestos a vengar a Lady Nicole. Y los Aurores, nuevamente, tuvieron que contenerlos.

Pero Harry era ajeno a todo eso. Parada junto a él, una pelirroja lo miraba con una mezcla de ternura y miedo. La estaca que Harry sostenía en su mano calló al suelo, al tiempo que caía sobre sus rodillas.

-Ya todo terminó, Harry.-le dijo ella, abrazándolo con fuerza, como si temiera que pudiese escapar.

Repentinamente, Harold, el vampiro que había estado junto a Malfoy en la ceremonia, se adelantó de entre la batalla y, antes de que Harry pudiera hacer cualquier cosa, se lanzó sobre el Cáliz, en busca de la Sangre de Nicole. Sus manos estaban a punto de tomar el cáliz, y una sonrisa burlona se le dibujó en los labios cuando cruzó la mirada con Potter. Pero jamás llegó a tomar el cáliz. Por detrás, alguien le había clavado una estaca en el corazón. Ahora, frente al cáliz, con una mirada extraña, se encontraba Draco Malfoy.

-Malfoy -dijo Harry, separándose de Ginny y avanzando con lentitud hacia Draco. Malfoy comenzó a reír como un lunático.

-Esto es increíble, Potter… increíble… el niño que vivió resultó ser un asesino a sangre fría, que estuvo a punto de convertirse en el primer brujo inmortal, y además, la mano derecha de la difunta Reina de los Vampiros. Un As bajo la manga, ¿verdad, Harry? Cuando te ayudé la noche de Halloween con Simspell, nunca me imaginé que tuvieras una mente tan perversa y maquiavélica. Las apariencias engañan…-comenzó a decir Draco. Harry no respondió. No sabía que responder. Porque aunque Nicole estaba muerta, él seguía sintiendo esa maldad, que ella había alimentado, dentro de su cuerpo. Y una parte de él, todavía deseaba más que nada el cáliz.-No debes sentir culpa. Después de todo, todos los humanos somos seres de pecado por naturaleza. Pecadores sin remedio. Lo llevas dentro, Potter. Y no importa lo que hagas, porque ahora que conoces el mal y el poder, su sabor te atosigará por el resto de tu vida, y permanecerá dentro tuyo, escondida, esperando su momento nuevamente. Porque el mal nunca descansa, Potter.-dijo Draco, como si leyera la mente de Potter.

-¿A qué quieres llegar?-

-Durante este último tiempo, fuiste una especie de… compañero, cómplice podría decirse… hasta talvez llegamos a ser vagos amigos. Y por eso te lo digo, Potter. No estoy loco, solo que hoy, la realidad me golpeó demasiado fuerte-la sonrisa se borró de los labios de Draco a medida que decía eso, y entonces, Harry comenzó a comprender. Había arrastrando al de Slytherin a una ceremonia de muertos, donde él, Harry Potter, se iba a convertir en el mago oscuro más poderoso del mundo, y además, inmortal. Una realidad como aquella jamás había sido tan cercana a Malfoy… había sido demasiada culpa para una sola alma… porque después de todo, Malfoy era su cómplice...

Repentinamente, Draco sacudió la cabeza, como para alejarse ciertos pensamientos. Miró a su alrededor. La batalla todavía no terminaba. Entonces, hizo algo que solo Nicole y Harry habían hecho eso noche: tomó el Cáliz en sus manos. Y Harry sintió que su corazón dejaba de latir.

-¿Qué vas a hacer, Malfoy?-le preguntó, perdiendo todo rastro de bondad, calma y compasión.

-Algo que tu debiste haber hecho antes, Potter. Y como no lo hiciste, lo haré yo.-le respondió Malfoy, al tiempo que volvía a sonreír.

Harry sintió que el mundo se caía a pedazos. Tenía que hacer algo. ¡Detenerlo! Algo… lo que fuera… pero ni su mente, ni su cuerpo respondían. Estaba duro, inmóvil. Y entonces, vio frente a él como Malfoy elevaba el cáliz hacia su rostro, lo acercaba a sus labios y nariz, y aspiraba el perfume de la sangre. Cerró los ojos mientras que el olor entraba por su nariz, para luego abrirlos de repente. Harry tembló levemente, y sintió como Ginny se aferraba con fuerza a su brazo. ¡Iba a beber la sangre! Malfoy separó levemente el cáliz de su rostro y… Potter pudo ver como lentamente el cáliz de oro, plata y gemas caía al suelo. Draco lo había dejado caer. Sintió que todos sus esfuerzos se habían ido a la basura. "Mi Inmortalidad"pensó mientras veía caer en cámara lenta el cáliz.

El ruido fue seco y opacado, y nuevamente, todo se detuvo. Ya no hubo ruido. Solo miradas de angustia y felicidad, todas dirigidas a la sangre negra desparramada en la tierra que rodeaba al podio. Sangre que poco a poco, desaparecía de la superficie, absorbida por la tierra.

Y luego, todo volvió. Los vampiros comenzaron a dispersarse con más velocidad, y los aurores, impulsados por la emoción de saber que la sangre no existía más, parecían tener fuerzas renovadas. Harry miró a Draco. El rubio todavía tenía la mirada fija en el cáliz, tumbado en el piso. Lentamente, Draco miró a Potter.

-Te dije que iba a hacer algo que tu deberías de haber hecho-le repitió Draco. Luego, su mirada pareció oscurecerse, y su sonrisa se borró levemente.-Al menos, quería hacer algo bueno de mi vida antes de ser encerrado.-agregó. Y Harry sintió un peso repentino que le apretaba el pecho. Azkaban. Sí, ese era su próximo destino. De él y de Draco.

Ginny se acercó a ellos, y con cierto miedo, se agachó y tomó el cáliz del suelo. La pelirroja miró en el interior del cáliz, y sus ojos brillaron con una luz que Potter nunca antes había visto. Giró a mirar a Harry, y durante uno corto tiempo, sus miradas quedaron conectadas.

Harry intentó acercarse a ella, pero pronto notó que estaba rodeado por aurores. Él y Draco. Ambos rodeados, sin posible salida. Las varitas de los aurores se mantenían altas y firmes, listas para atacar si era necesario. Ginny había quedado fuera de su vista.

-¡No te muevas, Potter! O será lo último que hagas.-habló un hombre de pelo canoso, ojos marrones, mirada aguda, y cara redondeada. Era un hombre de entrada edad, y Harry no lo conocía en absoluto. Pero obedeció. No supo bien por qué obedecía, pero lo hizo. Sabía que si lo deseaba, podía escapar. "¿Para qué? ¿Qué sentido tiene?" pensó Potter. Y tenía razón. Draco, cerca de él, lo miró, tratando de predecir qué era lo que Harry pensaba hacer.-¡Malfoy, no intentes escapar, o lo lamentarás!-le gritó el hombre canoso, notando que una vara de madera sobresalía del bolsillo derecho de Draco. El joven rubio levantó las manos.-Breingrut, sácale la varita-le ordenó el auror al muchacho que se encontraba a su lado. El joven asintió con la cabeza, y extendiendo la varita hacia Malfoy avanzó lentamente, hasta estar junto a él. Con un movimiento rápido, Breingrut tomó la varita de Draco, y se alejó a paso vivo, volviendo a su lugar en el círculo.-Lawcaster, saca a la hija de Arthur de aquí-volvió a hablar el hombre, señalando a Ginny. Harry notó repentinamente que Ginevra se las había arreglado para acercarse al círculo de aurores, a Harry... Una mujer de unos treinta años, con cabello castaño ondulado, y cara alargada, de expresión bondadosa se acercó a Ginny, y la tomó cuidadosamente por los hombros, tratando de alejarla del lugar.

-¡No!-gritó la pelirroja, apenas la mujer la hubo tocado, y se lanzó hacia atrás.-¡Por favor, no!

-Tranquila, cariño. Todo va a estar bien…-le dijo Lawcaster, sonriéndole.

-Por favor señor Sainpier, no se lo lleve. ¡Él es inocente!-gritó Ginny, dirigiéndose al hombre canoso que había hablado primero, y que apuntaba directamente hacia el pecho de Harry.

-¿Inocente?-preguntó en tono irónico Sainpier.-Ginevra, de todas las personas de acá, no hay nadie más culpable que Potter. Su simple presencia en este lugar hace las cosas más que obvias.-le explicó el hombre, con delicadeza, como si temiera herirla.

-Usted no entiende. No fue su culpa. ¡Fue de esa horrenda mujer!-volvió a gritar Ginny, con lágrimas acumuladas en sus ojos tristes.

-¿Qué mujer?-preguntó Sainpier.

-Habla de Nicole-aclaró Harry, con los brazos cruzados, y la mirada perdida en el bosque. Sainpier lo miró brevemente con sus ojos punzantes, como si quisiera agujerear a Potter con ellos.

-Entonces admite conocerla.-sentenció Sainpier, mirando a Potter. Pero él no lo miró. Parecía sumido en otros pensamientos. Se limitó a asentir con la cabeza. Sainpier sonrió.-Y si no me equivoco, usted vino aquí por voluntad propia, ¿verdad?-preguntó Sainpier, hambriento de información.

-Creo que habrá tiempo para las preguntas en el juicio, Bartolus-habló una nueva voz, con tono calmo, pero cansado. Albus Dumbledore miraba a Sainpier desde un costado, junto con otros miembros de la Orden.

-Tienes toda la razón, Albus. Me olvidaba de los derechos de Potter.-dijo Sainpier, haciendo una leve reverencia hacia el director.-Harry Potter, quedas arrestado. Todo lo que diga o haga será usado en su contra. Tiene derecho a un abogado y a una Corte Mágica.-le dijo Bartolus, y repentinamente, unas cadenas se entrelazaron al cuerpo de Harry, quien no opuso resistencia. Dos aurores se acercaron y lo tomaron fuertemente por los brazos, encadenados.-En cuanto a usted, Draco Malfoy, también queda arrestado. Al igual que Potter, tiene derecho a un abogado y a una Corte Mágica, y de más está decir que todo lo que diga o haga será usado en su contra.-volvió a hablar el hombre, en dirección a Draco, y unas nuevas cadenas se entrelazaron en el rubio. Otros dos aurores se acercaron a él, y lo tomaron por los brazos con fuerza.

-¡No!-gritó Ginny, corriendo hacia Harry. Pero Lawcaster la había atajado, y no le permitía acercarse.- No lo pueden arrestar. Él no hizo nada. ¡Harry les salvó la vida a todos ustedes!-gritó desaforada. Harry la miró brevemente, y negó con la cabeza. Ella comprendió. Dejó de forcejear inmediatamente, y detuvo sus gritos, pero no pudo evitar derramar varias lágrimas mientras los aurores se llevaban a Harry. Y no podía hacer nada. Sintió deseos de poder matarlos a todos para evitar que se lo llevaran. Pero la mirada de Potter había sido clara. No.

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Respiró el aire húmedo de las mazmorras. Miró a su alrededor. Su celda era fría y despojada de todo. Solo una cama incómoda, y los fríos barrotes de hierro macizo. El aire era denso y mohoso. Los pasos retumbaban en los vacíos pasillos. La tenue luz de las antorchas apenas iluminaba el ambiente. Y en las celdas continuas, había otros criminales, tan culpables o inocentes como el mismo. Algunos silenciosos, inmersos en sus culpas. Otros gritaban en su desesperación, pero finalmente, todos callaban ante el frío inalterable que los rodeaba. No hacían falta los dementores en aquel lugar para llegar al estado de locura. Tarde o temprano, el encierro enloquece a cualquiera.

Unas voces se escucharon por el pasillo. Se puso de pie. La figura de Albus Dumbledore apareció del otro lado de sus barrotes. Tenía expresión preocupada, pero sonrió al ver al muchacho que lo miraba confiado del lado interior de la celda. Dumbledore le hizo una seña al auror que lo acompañaba, y este abrió la celda y le permitió el ingreso al director, cerrando la puerta detrás de él.

-Regresa cuando te llame, muchacho.-le pidió Dumbledore. El joven asintió, y despareció por el pasillo. Albus miró brevemente al prisionero.-Buenos días, Harry.-le habló finalmente.

-Entonces es de día...-murmuró Harry, de pie, frente al director.

-Así es.-hubo una pausa- ¿cómo te sientes? -le preguntó Dumbledore, sentándose sobre la cama. Harry rió falsamente.

-¿Cómo cree que me puedo sentir, profesor?-dijo burlonamente el pelinegro. Albus soltó un suspiro.

-Puedes pedir un juicio si lo deseas-

-No, no lo deseo. Ya confesé mis crímenes. No es necesario ningún juicio-

-Te han dado cadena perpetua, lo sabes, ¿no?-comentó Dumbledore. Potter torció una sonrisa de lado.

-Es genial, ¿no? Toda una vida en esta celda... se me ocurren mil cosas para hacer. ¿A usted no?-dijo en tono irónico Potter.

-¿Sigues odiándome, Harry?-atinó el Director.

-Hay cosas, Dumbledore, que nunca cambian.-Harry giró a mirarlo fijo a los ojos.-Nicole tenía razón en algo. Puede ser que ustedes hayan sentido algún cariño por mí. Pero no puede negarme que me usaron, Dumbledore. Necesitaban a un héroe que los salvara, y yo era lo mejor que encontraron. Por sus deseos de salvación las personas que me amaban murieron, y eso es algo que nunca les perdonaré.-giró a mirar la pared opuesta.-Créame que si tuviera la oportunidad, los mataría a todos.

-La tuviste, y no la tomaste-le recordó Albus.

-No se confunda, profesor. De haber tenido solo unos segundo más, habría bebido el cáliz.-aclaró Potter. Durante unos minutos nadie habló.

-¿Por qué no lo bebiste cuando Nicole te lo dijo? Nadie te detenía entonces.

-Primero tenía que salvar a Ginny de Nicole.-confesó Potter.-Ella la hubiera matado si yo no hubiera intervenido.- hizo un breve silencio-Y luego el idiota de Malfoy lo derramó todo en el suelo...-susurró con odio.

-Malfoy escapó-le comunicó repentinamente Albus.

-Lo sé. Escuché a los aurores cuando hablaban de ello. Parece que ni siquiera cuando Azkaban es custodiado por el Ministerio pueden contra los mortífagos.-Harry rió ahogadamente. Giró una vez más a mirar al viejo director.-¿Cómo está Ginny?-preguntó.

-Está bien.-respondió brevemente el director.-También lo están Hermione, y Tonks

-¿Cómo fue que nos encontraron esa noche?-la curiosidad fue más fuerte que él.

-Fue gracias a ella.-comenzó a explicar Dumbledore.- El efecto del Perpetum somnio crucio que le diste no duró lo suficiente. La subestimaste. Ginny es mas poderosa de lo que creíste. Poco tiempo después de que le dieras la poción, volvió a despertar. Cuando tomó conciencia de lo que había sucedido, vino a verme, y me contó todo muy rápidamente. No necesitaba muchos detalles. Yo ya lo sabía, la gran parte al menos. Inmediatamente hablé con la Orden, y ellos con el cuartel del aurores, y nos encaminamos hacia el único lugar en el cual yo sabía que Nicole podía realizar el ritual.

-Si, supongo que la subestimé.-confesó Harry, torciendo una sonrisa divertida.-cuando la vea, dele esto-le dijo Potter, extendiéndole un pedazo de pergamino. Albus lo tomó y asintió.

-Adiós, Harry-se despidió el hombre, y llamó al auror que lo había hecho entrar. Potter vio como su antiguo director se alejaba lentamente. Sonrió divertido.

-Nos vemos en el infierno, Albus

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Ginny abrió cuidadosamente el papel que Dumbledore le había dado minutos atrás. Era de Harry. Sonrió alegre. Leyó lentamente lo que el joven había escrito:

Ginny:

Espero que este bien. Y espero verte pronto. No olvides de cuidarte, y cuida aquello que tanto valor tiene para mi. Te estaré esperando, y cuando vengas, no olvides de traerlo contigo. Sé que no te dejan venir a verme. Pero pronto te dejarán. Lo sé. Solo hay que tener paciencia. Nos dejarán vernos. Confía en mí.

Con cariño,

Harry Potter

Ginny volvió a sonreír mientras releía nuevamente la carta. Se dejó caer en la cama, feliz. Él la amaba. Después de todo la amaba.

Hacía ya seis meses que Harry Potter había sido encerrado en Azkaban, la cual ahora era custodiada por el Ministerio. Pero desde entonces que le escribía muy seguido cartas.

Sabía que la maldad que en él había crecido ese último año todavía convivía con él. Pero eso ya no la atormentaba. "Hay que hacer sacrificios por amor" se dijo mentalmente. Y ella lo había hecho.

Se puso de pie y se aseguró que la puerta de su dormitorio estaba cerrada. Se encaminó hacia su ropero, y buscó entonces una caja fuerte sellada con varios hechizos. Tardó varios minutos en destrabarla. Y luego, permaneció quieta, mirándola. Abrió cuidadosamente la caja fuerte.

En su interior, resplandeciendo con una luz tenebrosa había un gran cáliz de oro, plata y gemas. Y en su interior yacían unas escasas gotas de un líquido negro, que se mantenía intacto.

Flashback

Ginny se acercó a ellos, y con cierto miedo, se agachó y tomó el cáliz del suelo. Ante su sorpresa, notó que todavía quedaba sangre dentro del cáliz. Una extraña sensación la envolvió. Giró a mirar a Harry, y sus ojos se encontraron. Y él lo supo.

"Escóndelo, Ginny. Hazlo por mí. Escóndelo de ellos!"le dijo Potter mentalmente.

"No, Harry. No está bien"repentinamente, Ginny se dio cuenta que estaba hablando con Harry a través de su mente. Pero algo dentro de ella, le decía que debía obedecer a Potter.

"Si ellos se apoderan del cáliz, tomarán la sangre. Y no se la merecen. Hemos sufrido mucho Ginny. Nos merecemos ese cáliz."la trató de convencer."¿Todavía no lo ves, Ginny? Es como me dijo Voldemort... no hay bien y mal, solo poder. El poder corrompe a todas las almas, Ginny. Todos ellos están corrompidos. Nicole tenía razón en algo. Nos usan, los malditos. Mira lo que me han hecho a mi. Por dios, Ginny, no quiero que te suceda lo mismo. Yo te amo."

"¿Me amas?"lo interrumpió ella.

"¿Qué no te das cuenta? Haz esto por nuestro amor, Ginny. Sálvanos de ellos. Podemos salvarnos. Sino, ellos nos terminarán matando." Ginny volvió a torcer la mirada hacia la sangre del cáliz, y una repentina codicia inundó su ser.

"La Inmortalidad... será nuestra, Harry. Estos malditos jamás nos matarán"le aseguró Ginny. Harry supo entonces que había logrado que ese poder dormido en Ginny despertara. Ella también veía las cosas ahora como eran. Todos los creían pobres niños idiotas, a los que había que usar todo lo que pudieran. Lo habían hecho con Harry, y lo harían con ella. Tratarían de convencer a Harry de que Nicole le había mentido para poder usarlo de nuevo contra Voldemort. Y entonces, él moriría. "NO!" se dijo ella para sí misma, mientras que veía a los aurores rodear a Harry y Malfoy. "No lo van a matar" se aseguró. Se alejó de todos. Apoyó el cáliz en el suelo, y sacando su varita de la túnica, le apuntó.

-Transporte Inmedatum!-susurró sin que nadie la oyera. El cáliz fue envuelto en una leve nube de humo, y luego desapareció. Pero ella sabía perfectamente que ahora, la sangre eterna descansaba tranquila en su casa. Ahora, tenía que acercarse a los aurores que rodeaban a Harry, y sacarlo de allí.

Fin del flashback

El recuerdo de cómo había logrado obtener ese preciado tesoro volvió a su mente. Esa noche no había podido salvar a Harry de los aurores, pero pronto, muy pronto, ella lo salvaría de Azkaban. Ambos encontrarían la forma. "Beberemos esta sangre y seremos eternos y felices por siempre. Ya nadie podrá detenernos, ni usarnos. Ya no podrán usarnos para salvar sus vidas. Pronto llegará el momento de la venganza" pensó Ginny, mientras acariciaba con cuidado el cáliz que yacía frente a ella.

-Muy pronto, amor mío... muy pronto...-susurró Ginevra en voz alta, mientras se dibujaba una sonrisa malévola en su rostro.

FIN.

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Y ese fue el final de Dark Potter. No sé si les gustó o no, pero bueno... ya lo escribí! Es tarde para arrepentimientos.

Quiero agradecerles a todos por haber leído mi historia, y por haberme apoyado desde el principio, cuando creí que Dark Potter sería mi mayor fracaso.

Ante los sucesivos pedidos de una continuación, decidí dejar el final abierto... si algún día mi mente piensa en algo verdaderamente malvado (cosa que no dudo que suceda) probablemente nos encontremos con un Dark Potter II... ya veremos.

Nuevamente les digo a todos GRACIAS, MUCHAS GRACIAS por haberme acompañado durante la historia, dejándome esos reviews alentadores, y proponiendo nuevas cosas.

Gracias a: Erika Malfoy, Kata Higurashi Evans, Leire, Paquito, Nik, Doriathen, Amy Etchard, ginevrapotter22, Bellatrix88, ginebra, Mark, o0oAleBlackMoono0o, ---SaMaNtHa---, Hcate, lizzyblack, sist, susiblack, pesadilla demoniaca, Diana-Lily-Potter, Lady Voldemort, Luadica, johana, marina-potter, Joyce Granger, CaRoLiNa T, belen, por sus reviews de lo últimos capítulos.

Y espero encontrarlos en otras historias.

Saludos mágicos y malévolos para todos mis lectores,

Mirlaurë

"El Mal Vive En Ti"