Capítulo 12

Llegaron bien entrada la noche a casa, allí en el porche de la casa de Tete-chin estaba Sonic, sentado sobre la mesa de fuera, con un par de gatos acariciándose en él, los mismos mimosos de siempre, un poco más apartados estaban Sonyc y Simón, esperando también. Nic paró la moto, sin querer hacerlo, no quería enfrentarse a Sonic ahora, lentamente bajó de la moto, al contrario que Tete-chin, bajó corriendo y saludando a todos, fue directa con Simón.
-Ey, mola las reformas de la moto.- Sonrió Tete-chin.
Entraron dentro de la casa, Sonyc miró de reojo a Nic, luego les siguió. Ahí quedaron solos Sonic y Nic, éste aún estaba de espaldas, agarrando el casco que apoyaba en el asiento de la moto.
-¿Y bien?- Le llamó la atención Sonic. -O se lo ha tomado muy bien, o.
-No le pude decir nada...- Suspiró Nic. -aunque sabe que ese Sonic es de mi dimensión, sabe la versión oficial que le conté la primera vez.
-Joder... tendrías que decírselo, mejor que lo sepa por ti a que se entere por otros.
-Pero...- Nic se dio la vuelta algo agitado, mirando a todos lados y a ninguno, exaltado. -¿Cómo voy a decírselo? cree que soy genial... me considera un héroe, y no lo soy.
-Es que para ella ERES un héroe.- Sonic siguió con su tono sereno. -Pero contra antes se lo digas mejor.
-...Sí... lo sé...- Nic bajó la cabeza.
Sonic caminó hacia él, le puso la mano en el hombro y se dio la vuelta, obviamente para irse, aunque antes de hacerlo giró un poco la cabeza hacia él.
-Empiezo a confiar en ti, no me defraudes.- Y salió corriendo dejando un haz de luz tras de sí.
Nic quedó un momento ahí fuera, con una ligera brisa rozándole la mejilla, era una brisa cálida, sonrió, cerró los ojos abrazándose a sí mismo, podía ver en su mente las imágenes de Tails y Knuckles, como en un viejo recuerdo, repitiendo las mismas cosas "No te preocupes" aquella voz infantil, siempre tan alegre, "Claro, debilucho, ya te protegeré yo con mis puños" y la otra voz ronca y ruda, se abrazó más fuerte a sí mismo.
-Siempre estaremos contigo.- Sonaron la voz de Tails y Knuckles a la vez.
La voz sonó tan real que abrió los ojos, pero entristeció, había oído las voces, pero a ellos no les veía.
-No debisteis dar vuestra vida por la mía... no lo merecía.- Murmuró Nic.
Dio un suspiro y entró en la casa, en su habitación estaban Tete-chin con otra ropa, jugando a la consola con Simón y Sonyc.
-¿Se fue Sonic?- Dijo Tete-chin poniéndose en pie.
-Sí, ya le conoces, es culillo de mal asiento.- Rió Nic. -No es capaz de estar dos noches en el mismo sitio.
-Bueno... al menos habrá más sitio para vosotros...- Dijo Tete-chin sentándose de nuevo.
-¿Sí? ¿Quién duerme contigo?- Preguntó Sonyc.
-¿Es que acaso quieres dormir conmigo?- Tete-chin le miró de reojo.
-Yo... Yo no dije eso...- Sonyc se ruborizó.
-Pondremos la otra cama con las demás y dormís los 3 juntitos, pero nada de yaoi, ¿ein?
Simón se echó a reír, luego le saltó al cuello a Nic, colgándose en su espalda:
-Dimeeee, ¿qué le has contado a Tete-chin?
-Nada nuevo.- Nic miró de reojo a Sonyc.
Éste se puso algo rojo y giró la cara, sabía que no tenía que decirle nada a Tete-chin, pero le contó lo del Evil.
-No pasa nadaaa.- Dijo Tete-chin. -Ahora tos a dormir, que es hora, yo tengo que trabajar mañana.
-Ohhh... vamos a una dimensión donde no tengas que trabajar...- Se quejó Simón.

Tete-chin ya estaba lista para irse a trabajar, iba a entrar en el coche cuando Nic la tomó del brazo.
-Oye, quiero decirte algo...- Comenzó el erizo.
-¿Tiene que ser ahora? no quiero llegar tarde al trabajo, dímelo cuando vuelva.- Se soltó apurada Tete-chin, como siempre.
-Es que tengo que decírtelo... es sobre... es... Mm... por mi historia.
-¡Luego!- Le cortó Tete-chin.
Y Nic vio cómo salía con su coche, quejándose de que quien llevó su coche hasta casa había dejado el asiento separado y la primera marcha puesta.
-¡Luego vendrá Sonic, así que no te preocupes por el Evil!- Gritó desde la entrada Tete-chin.

Era por la tarde, Tete-chin no llegaría hasta pasadas las 9 y media, era pronto aún, pero Nic se había sentado en la entrada, tenía que decirle aquello que había ocultado durante tanto tiempo, llevaba puestas perfectamente abrochadas sus ropas de Traveller of Dimensions, incluso con su casco puesto, y no se movió cuando vio una figura conocida acercándose a él, verdaderamente aquel Evil no le iba a dejar en paz.
-Acabemos con ésto...- Sonó su voz algo más madura que la de Nic.
-Vamos... aquí no, están Sonyc, Simón y Sonic, esto es entre tú y yo.- Dijo Nic poniéndose en pie.
-Bien pensado... los hombres arreglan sus cuentas entre ellos solos.
Nic salió del terreno de la casa de Tete-chin, algo apartados, se quedaron derechos uno en frente del otro.
-Ha pasado mucho tiempo...- Nic se sacó el casco.
-Lo sé, demasiado, pero la venganza es un plato que se sirve frío.
-¿Sabes algo? ha llegado un momento en el que ya no puedo recordar con claridad lo que pasó, como si mis recuerdos no fueran míos, me parece todo tan falso.
-Tú eres el falso,- La voz del Evil sonó más fuerte. -te has contado tantas veces la misma mentira que te la has llegado a creer, maldito bastardo.
-Bastardo...- Rió Nic. -Puede que lo sea, pero ahora eso no importa, es el momento de salir de mi pasado, de crear un nuevo futuro.
Tras aquello comenzó la lucha, esta vez las cosas estaban más igualadas, el brazo metálico de Nic le daba una fuerza extra con la que contraatacar a su enemigo. Desde la casa de Tete-chin, Sonyc se levantó del sillón disimuladamente, él, Simón y Sonic estaban viendo la tele, pero sin decir nada, Sonyc salió de la casa un momento, se quedó mirando en dirección a la batalla, y quiso dar un paso hacia allí, pero una mano en el hombro le detuvo.
-Déjale,- Sonó la voz de Sonic. -es el momento de saber si puede enfrentarse a algo de lo que ha estado huyendo durante años.
-Él no es un luchador...- Dijo Sonyc sin moverse.
-¡No hay problema! si las cosas se pusiesen feas le sacaría de allí en un Sonic-segundo.

Por la carretera de tierra llegaba Tete-chin con su coche.
-¡Ahhh! a veces estos viejos me sacan de quicio...- Y se puso a imitar a una señora del asilo. -"¡He dit que no en vui pus!"- (He dicho que no quiero más) -¿Por qué no entiende que tiene que comer? está tan flaca que si llueve no se moja, le pasan las gotas de agua por el lado.
Se frenó de golpe, paró la radio, sentía algo, un sentimiento ya conocido por ella.
-El vacío...- Susurró.
Se puso en marcha de nuevo, llegando hasta la verja, al bajarse del coche, sintió el sonido de una batalla.

Continuará...